Acabáis de atracar en el puerto de Ilmar, en Ilmiora. Apenas asoma el sol por encima del horizonte y la brisa fresca anuncia un bonito día de primavera. El que ha sido hasta ahora vuestro capataz, el Capitán Vilmik, os paga vuestros miserables honorarios y os despide del “Flecha de plata”, el barco que os ha servido de hogar durante las últimas semanas. Sabíais que este momento llegaría, pero no en qué parte de Los Reinos Jóvenes terminaría vuestro contrato. No es un mal lugar, al menos no tan malo como Dharijor o Pan Tang…
Por lo que sabéis, Ilmiora es un lugar que profesa la libre religión, aunque sus templos están dedicados a la ley y a pesar de ser una tierra en su mayor parte salvaje, posee grandes ciudades con buenas rutas comerciales y sólidos tratados de paz. Ilmar, donde ahora pisáis la tierra, es uno de los principales puertos, situada justo donde el río desemboca en el mar pálido, es uno de esos lugares con un gran abanico de posibilidades para un grupo de recién llegados como vosotros; desde encontrar trabajo y vivir felices hasta morir apuñalados en uno de sus callejones.
En el tiempo que ha durado vuestro viaje por mar habéis llegado a conoceros bien: Adarne, la joven marina que tan bien se desenvolvía a bordo del “Flecha de plata”, Cernabí el enorme lormyriano experto en el manejo de su aún más enorme hacha, Malakias el misterioso comerciante de tierras lejanas y Vindala, una aparentemente delicada dama de las Islas Púrpura. Todos sois conscientes de que la unidad hace la fuerza, especialmente cuando uno se encuentra en una ciudad desconocida y es por ello que pactasteis seguir juntos una vez desembarcados, por lo menos hasta que encontraseis la forma de sobrevivir.
Ilmar es una gran ciudad amurallada; a partir del puerto se extiende la villa en la que distinguís casas más nobles en la parte sur y callejones más angostos y viviendas apretadas en el norte. Molinos de agua salpican el paisaje urbano y de vez en cuando asoma una construcción rematada en una torre de vigilancia que suponéis que es la casa de algún noble o rico mercader. Ha llegado la hora de moverse.
Es hora de que habléis un poco entre vosotros, decidáis hacia donde vais a dirigiros, etc...
Os dejo un mapa de Ilmar que aunque no tiene demasiados detalles, os ayudará a haceros una idea de dónde estáis.
No se vosotros, pero estoy deseando sentarme a tomar una cerveza antes de buscar trabajo. Puede que en los almacenes encontremos cantinas y trabajo
Que mejor que empezar tomando una miranda en alguna taberna también podemos ir a rezar un poco...
"Por los dragones de Melniboné, qué ganas tenía de bajar de ese barco"
Asiento a las palabras del grandullón mientras arrugo la nariz ante el olor del puerto. Por un lado es insufrible, pero por otro me recuerda tanto a casa... casi demasiado.
- Supongo que hemos tenido suerte, por un momento temí que nos harían bajar en cualquier cala desolada -observo el muelle con una ceja levantada- al menos esto tiene cierto aspecto... civilizado. La verdad es que no conozco este puerto, así que un tugurio será un lugar tan bueno como cualquier otro para empezar a familiarizarse con él.
Me encojo de hombros con cierta indiferencia. No tiene sentido aparentar demasiada gazmoñería si nos vamos a dedicar a peinar las tabernas del puerto. Más vale ser una mujer de mundo...
¿Cómo vamos de pasta, dire?
Acabais de cobrar un sueldecillo de 100 Grandes de Bronce, lo que os permitiría vivir cómodamente en una ciudad como Ilmar durante una semana. Vivis cómodamente es dormir en la sala común de una posada media- baja y alimentaros con comida y bebida pobre. A mayor lujo, menos tiempo de autosuficiencia.
De todos modos, no quiero llevar un control exhaustivo del dinero, así que llevaremos la cuenta así por encima, a no ser que queráis comprar algo de equipo extra.
De momento lleváis las armas con las que sois competentes, una armadura adecuada a vuestra clase de pj y el equipo básico como una muda de ropa extra, una manta, odre de agua etc...
Vayamos a por esa cerveza digo sonriendo al grupo. Entiendo que no todos están tan familiarizados con la mar como yo. Lo mejor será que busquemos algo de trabajo o que hacer después de familiarizarnos con la zona, además tiene razón, parece más civilizado que otros sitios donde he estado.
- Ah! – Digo satisfecho inundando mis pulmones del viciado aire – Por fin un poco de humanidad ¿no estabais ya hartos de tanto azul cielo y tanto azul marino? Nunca hubiera dicho que estar en movimiento permanente podría transformarse en algo tan monótono – Mientras iba hablando he aprovechado para soltarme el pelo, arreglármelo un poco, y recoger los de delante en una coleta alta.
Si mal no recuerdo mis viajes, por ahí había una taberna llamada el “pez grande” con un gran pez globo de latón, no estaba mal, tenía las mesas astilladas, los taburetes bailaban y el vino estaba aguado, pero la tabernera hacia unos dulces… - Después de advertir la cara de mis compañeros añado – Y la mejor cerveza de la ciudad ¡yeah! – espero que no les de por probar cerveza de otras cantinas - ¿Qué os parece, vamos?
El dia es joven y el sol tiñe de mi color favorito el aire, seguro que en este cielo podriamos encontrar todos los reflejos de tu pelo querida Adarne, un regalo del astro rey para que no sientas pena al dejar el barco... - aprovecho la conversación para situarme a su lado y echar a andar en dirección a la taberna
A su buen criterio, director, le dejo la opción de que la taberna realmente exista o sea un desvario de este pobre y viajado mercader ;)
-¡Jajajaja! Qué nombre más bueno, no sé a quien se le ha podido ocurrir, pero no se si nuestras compañeras querrán ir a uns sitio con este nombre. ¡Jajajaja! Mi risa retumba sin que me preocupe llamar la atención de la gente.
"Pez Grande", ese nombre lo ha puesto alguien que esté muy mal de la cabeza ;DDDDD y encima entre comillas, ;DDD me parto. Quizá solo me hace gracia a mí, pero es que soy muy simple.
Aunque es muy temprano por la mañana, la taberna del "Pez Grande" parece albergar ya a algunos clientes. Sobre el mostrador se exhibe una enorme carpa disecada que parece dar nombre al lugar, auqnue cuando veis la enorme delantera de la dueña del lugar, pensáis que quizás no vayan por ahí los tiros.
Pedís vuestras bebidas y os sentáis alrededor de una mesa planeando vuestro siguiente movimiento. Ilmar es una ciudad muy grande y seguro que no faltarán las oferrtas de empleo, auqnue éstas seguramente no van a aparecer por la puerta así como así.
De pronto, y como desafiando vuestros pensamientos, un hombre aparece por la entrada y tras hablar con la dueña, comienza a colgar un cartel en la puerta. Es un hombre jóven, parece algo nervioso por la rapidez de sus movimientos y sin ninguna duda parece pertenecer a la nobleza debido a sus vestimentas. Sus brazos son finos y su cabello bien peinado. Un laúd cuelga de su cinturón.
-Venga ud aquí, joven, tómese algo con nosotros, que parece que lo necesita. Me acerco de forma amigable e incluso si puedo le intento pasar el brazo por los hombros, para acercarle a la mesa como un amigo. Pocas personas se pueden zafar de mi abrazo amistoso.
- Aquí os presento a mi gran amigo-Mientras guiño un ojo a mis compañeros, aunque sé que no hace falta esa complicidad.-Ven cuéntanos que hay de nuevo por aqui. ¡Una jarra para mi amigo, JUAJUAJUA! No dejo de sonreir y reir a carcajada limpia.
Si estoy a tiempo, intento hacerle sentarse a nuestra mesa, un noble con nervios, puede ser presa fácil para que nos invite.
Acércate y siéntate con nosotros, he probado cervezas mejores que las de este lugar pero...¡El acompañamiento es delicioso! le guiño un ojo a Malakias y hago un gesto con la cabeza hacia la exuberante dueña algún día echarán de menos la mar tanto como yo...de ilustraciones también se vive dicen suspiro tomando otro trago de la cerveza. Seguro que la nota que colgó este noble era trabajo sería llegar y ¡tenerlo! A ver qué nos puede contar.
Escojo con cuidado un asiento con la espalda protegida por la pared y cubierto por una discreta sombra. Contengo una mueca al ver cómo el grandullón va hacia el noble e intenta agarrarlo... de dónde yo vengo he visto cortar manos por menos de eso.
Pero aprovecho la distracción para echarle un buen vistazo al lechuguino... ¿tendrá algo que valga la pena cambiar de propietario?
Motivo: Buscar o Ver
Tirada: 1d100
Dificultad: 53-
Resultado: 59 (Fracaso)
Pues eso, a ver si lleva una bolsa muy llena, joyas o algo parecido. Y empiezo triunfando. XD!
Mientras Cemabi aturulla, captura y lleva a la mesa al noble yo me levanto, le saludo con una sonrisa y me dirgio a la barra:
- Una jarra de vino y una ración de tus deliciosos dulces para mi mesa por favor, princesa. – Le guiño el ojo mientras deslizo unos cobres por la barra, de vuelta cojo el cartel para evitar competencia y lo leo antes de estar de vuelta con el grupo.
- Le ruego disculpe la efusividad de mis compañeros, están ansios por codearse con las altas esferas, pero le aseguro que su compañía no le será desagradable… en absoluto – Le devuelvo el guiño a Adarne. – Cuéntanos que desatinos le han llevado a tan señalado lugar… En seguida nos traerán algo mejor que la cerveza y unos aperitivos que podrían competir con los de cualquiera de als tabernas de tu barrio.
Motivo: Persuadir1
Tirada: 1d100
Dificultad: 62-
Resultado: 59 (Exito)
El noble se ve sorprendido por el tamaño, la fuerza y la efusividad de Cernabi y se ve obligado a sentarse en vuestra mesa, pero una vez allí, ante la presencia de las dos damas y las palabras tranquilizadoras de Adarne y Malakias parece relajarse un poco.
-Si, bueno, ummm... Veréis -comienza a balbucear. -Me llamo Nadec, Nadec Ascand, de la familia Ascand... No sé si conocéis mi casa... Es igual. Andaba buscando gente... personas como vosotros, bueno, como parecéis ser vosotros, no sé si me expreso bien. ¿Sabéis, vosotros? es decir... necesito la ayuda d eun grupo de gentes que no tengan miedo a viajar y a enfrentarse a peligros... supuestos peligros, por supuesto...
Nadec coge la cerveza que la camarera deja frente a él en la mesa pero cuando parece que iba a beber, sigue hablando.
-Necesito gente valiente, resumiendo. ¿Sabéis vosotros? Para una misión o similar. Todavía no tengo los detalles pero es necesario que estéis dispuestos a acompañarme mañana. Os pagaré generosamente dependiendo de qué se espere de vosotros. ¿Comprendéis?
"Por la Balanza... si es tan tonto como aparenta aquí tenemos una mina".
Abandono inmediatamente la idea de robarle directamente, intuyendo una ganancia mucho más provechosa a largo plazo.
- Tal vez encontréis oídos receptivos en esta mesa ¿mañana, decís? -inquiero intentando mostrar una ligera indiferencia, dejando que mi mirada se pierda entre los parroquianos de la taberna antes de volver al joven- Aunque estaría bien saber algo del trabajo, porque todo viaje requiere una mínima preparación. Y gastos.
Esbozo una sonrisa torcida, alzó la cerveza y la vacío de un trago.
Dispara los detalles y ya de paso... ¿Qué se espera de nosotros? esa coletilla final me escama.
Me limito a sonreir y calmar a nuestro invitado con gestos afirmativos, dándole alguna palmada si hace falta. Mientras, aprovecho para leer el cartel y observar que nadie este demasiado atento a nuestra mesa.
Voy dirigiendo miradas inquistavias a la taberera hasta que llegan los dulces, les ofrezco a los demás, primero al noble y me guardo algunos para el biaje, que según parece, emprenderemos mañana.
¡Mira qué hombre mas simpático! Yo buscaba unas cervezas gratis y parece que conseguiremos trabajo
El cartel que lees es una simple oferta de trabajo que no ofrece un salario estipulado ni ningún objetivo concreto.
Se necesita equipo de valientes para un viaje bien remunerado.
Interesados presentense en la casa Ascand lo antes posible.
Partida inminente.
Firmado: Nadec Ascand
(sello de la familia Ascand)
-Como ya os he dicho... bueno, mi nombre es Nadec Ascand y soy el único heredero de la familia Ascand, los cuales han logrado amasar gran fortuna y prosperidad gracias a las actividades comerciales tierra adentro. Yo, sin embargo, prefiero el arte a viajar y he encontrado mi camino en la canción y la poesía.
Hace un tiempo conocí a Vesna Du Feadio, la única hija del sacerdote de la ley de Ilmar. Su belleza era superior a lo que cualquier texto poético pudiese expresar y no en vano se la conoce como "la mujer más bella de todo el continente". Presto, acudí a pedir su mano a su padre, Kimroc du Feadio, pero él rechazó mi propuesta. ¿Podéis creerlo?
Desde entonces, bueno. ¿Sabéis vosotros? Paso las horas paseando por los jardines del templo, cantando y recitando a la espera de que me persistencia ablande el corazón de Kimroc y sepa que soy un digno marido para su hija. Pero hasta el momento no se me ha permitido verla de nuevo.
Como es natural teniendo en cuenta la grácia y la belleza de Vesna, comprenderéis... tiene otros pretendientes, uno de ellos es el Capitán Bahar Sevik, un marinero bruto y sin modales, heredero de la casa rival Sevik, también comerciantes pero ellos de más allá del mar. Nuestras casas siempre han estado enfrentadas debido al comercio y parece que ahora tenemos una nueva disputa, esta vez amorosa.
Nadec hace una pausa esperando a que asimiléis la información.
-El caso es que hay otro problema... ¿Sabéis vosotros? Por lo visto Vesna ha caido enferma y su padre nos ha convocado a Bahar y a mi, junto con un grupo de.. bueno... esto... compañeros de viaje... ¿Sabéís vosotros? Para seguramente partir en busca d euna cura, o eso supongo. Pienso que quien consiga esa cura obtendrá la mano de su hija y claro... bueno... Bahar se relaciona con gentes... eh... rudas, mientras que yo... Por eso os he buscado a vosotros. ¿Comprendéis? Para que me acompañéis al templo mañana y ver qué podemos hacer. ¿Que me decís? Podemos hablar de vuestra recompensa una vez sepamos exactamente en qué consiste el trabajo, ya que ahora mismo... ¿Sabéis vosotros? Yo lo desconozco.
¡Feliz saturnalia a todos!
¡Qué me aspen si no es lo que estábamos buscando! Lastima tener que esperar un día. Tenemos que ver que ponía este amigo en su cartel de desesperación. Yo le ayudaría pero yo, pero mis amigos, que son más listos que yo, tendrán que hablar antes, que si no meto la para como siempre. Eso sí, otra ceverza.
-¡Más cerveza, por favor, que nuestro amigo tiene algo que celebrar! Creo que ya he vuelto a meter la pata. bueno voy a beber cerveza..
-¡No me gusta ese Bahar! ¡Qué alguien me pare antes que diga algo inapropiado!
Felices fiestas!!!