Partida Rol por web

Para encontrar a Idean el Vidente y tener así la primera pieza del puzzle de vuestra misión deberéis viajar al desierto de los Suspiros, lo que no carece de peligros. Por suerte vuestro patrón, Nadec Ascand es el orgullosos propietario de muchos y buenos caballos, así como un gran contacto con los mercaderes de la zona.
Os unís a una caravana que cubre la ruta entre Ilmar y Vador, vuestro primer objetivo, pero además del retraso de su salida, el camino es lento y con muchas paradas, por lo que no os cuesta suponer que a estas alturas y con la mitad del camino recorrido, vuestro rival Bahar Sevik y sus hombres podrían llevaros ya varios días de ventaja.
Además del tedio y la impaciencia, ver a vuestro patrón quejándose a cada paso no os ayuda a disfrutar del viaje. La comida le parece mala, las noches frias, los bichos le molestan y cada vez tose y estornuda más.

A medida que el terreno se va elevando con respecto a la costa, antiguos bosques flanquean el camino a Vador. En los valles hay ricas granjas con altos muros y jaurías de perros para protegerlas de los depredadores. Más hacia el norte, el clima se vuelve seco y el color del suelo se aclara hasta un tono ceniciento. Sólo hay árboles cerca d elos lagos y cursos de agua.

Acampáis la última noche antes de alcanzar Vador con la sensación de que habéis perdido un tiempo preciosos a causa de las paradas en cada granja y población. Cuando ya estáis a punto de dormir, Nadec se ausenta como todas las noches para mear. A causa de su pudor se aleja exageradamente del campamento y cuando os dais cuenta lleva ya un buen rato sin reaparecer. Él es vuestro salvoconducto en esta parte del camino así que no os gusta la idea de que s ehaya perdido en la oscuridad y no haya sabido regresar.

Que hombre más despistado, creo que tendremos que ir a buscarle, seguro que se ha perdido.
- Creo que sin Nadec, nuestra excursión no tiene sentido ¿le buscamos? Seguro que se ha metido en algún lío. Busquemos sus huellas.

también puede haber sido secuestrado, o asaltado o algo similar... Las manías de cada uno al mear son como son... me levanto y le hago un gesto a mis compañeros para que me acompañe alguien a buscarlo.

- Voy yo, a ver si hay algo de actividad. Tanto viaje me está oxidando.

Reprimiendo un gesto de fastidio, me levanto y sigo con cuidado al fortachón de Cernabí.

- ¿Crees que nos pagarán aunque Nadec reviente de un tosido? -ni siquiera espero antes de contestar- No, claro que no. Supongo que se habrá desmayado encima de su propia mierda.

A pesar de mis palabras, avanzo con cautela y poniendo mucha atención a los detalles. Estamos en un entorno hostil, muy lejos de las ciudades a las que estoy acostumbrada y tengo los nervios de punta.

Os adentráis en la maleza en busca de nadec tratando de orientaros en la oscuridad. Es una noche de luna llena pero a pesar de eso os resulta difícil moveros con seguridad en el terreno pedregoso y de arbustos duros y espinosos.
Al cabo de unos minutos oís la voz de nadec que os llama.
-¡Aquí! ¡Aqui arriba! ¡Auxilio!
Efectivamente, Nadec está subido al único árbol de la zona y el motivo de su escalada no es otro que un grupo de lobos que le esperan en el suelo. Son tan solo cuatro bestias que tienen aspecto de famélicas. Posiblemente se habrían separado de su manada y sus terrenos de caza y buscan desesperadamente algo que comer. Nadec les parecía un buen plato hasta que aparecisteis vosotros, momento en el que deciden cambiar de menú.
Los lobos os miran y sus ojos relucen con la luz de la luna. Sus dientes blancos y afilados quedan a la vista cuando os gruñen y se preparan para saltar sobre vosotros.

Vaya, empieza la diversión. A por los lobos. Sin pensarlo demasiado y con mi Hacha lormyriana me encamino hacia los lobos. Como cuando era joven. Espero no haberme precipitado ya que no se ve muy bien el terreno.

Estos lobos son más peligrosos de lo que yo esperaba.

Saco mis dos armas y me lanzo hacia los lobos con la intención de cortar el cuello de una de las criaturas con dos golpes en cada lado del cuello.

Tras asestar el primer golpe me pongo en posición de defensa con las dos armas por delante de mí y ligeramente agachada en posición defensiva.

Me temía exactamente que este imbécil se metiera en una situación así. Me muevo con rapidez y lanzo una daga al lobo más cercano mientras intento mantenerme lejos de la dentadura de esos bichos.

Cuando el grupo se abalanza contra los lobos juego mi papel, aunque en mis otros viajes mercantiles no era yo el encargado de estas cosas.

Que bien iria ahora tener algo de fuego. - ¡Quita bicho! - Grito cuando me abalanzo contra los lobos...acertando a Cemabi...

-!Perdón, perdón, perdón..! - El miedo que me inspira su represalia me ayuda a erigir una buena defensa.

Os lanzáis al ataque de forma descoordinada y los lobos se limitan a soltar dentelladas al aire tratando de asustaros. Solo uno de ellos se lleva una pequeña herida causada por Adarne, la cual no e ssuficiente para retirarlo del combate.
desd elo alto del árbol Nadec os anima a luchar y os d ainstrucciones precisas de cómo debéis hacerlo, según él.

Pero bueno, creía que iban a salir huyendo, están realmente hambrientos, habrá que hacerles algo de daño. Seguro que se asutan y se van pronto.
-Malditos lobos.

Siguiendo los consejos de nuestro patrón ya que estando en lo alto presupongo que tiene una mejor visión de la situación trato de hacer lo que indica con mis dos armas. Tras el tajo a uno de los lobos y el fracaso en el segundo golpe me coloco en posición para parar el mordisco en caso de que venga pero al escuchar las voces del patrón echo de menos la mar y no consigo estar cómoda del todo.

Nota mental: cuando luches contra una manada de lobos no luches como una manada de lobos. Estoy fuera de mi elemento, los callejones, y se nota.

Tienes que usar la cabeza para algo más que sujetar el pelo, Vin.

Aqui se hace patente que no somos un grupo, tanto hemos criticado a nuestro patron y quizás tengamos justo al que nos merecemos. Me pone de mal humor nuestra mala actuación y la posiblidad de perder la vida que ello implica.

A pesar de que Vindala sigue sin acertar con sus ataques, Adarne que lucha descuidando totalmente su defensa, logra herir de nuevo a su lobo, el cual lanza un lastimero aullido y se retira del combate. Los lobos restantes logran herir levemente a Vindala y Malakias se lleva un buen mordisco en la pierna, pero entonces Cernabí levanta su enorme hacha lormyriana y la deja caer sobre el lomo de su lobo, partiéndolo por la mitad literalmente.
Los dos lobos restantes viéndose en inferioridad, deciden abandonar su posibilidad de comer esta noche y emprenden la huida. En lo alto del árbol Nadec os aplaude.

-¡Excelente! ¡Maravilloso! -Exclama nadec desde su rama. -Habéis luchado como expertos. Sois héroes legendarios. Cada vez tengo mas claro que... -Nadec salta desde la rama al suelo y al llegar al suelo se cae de espaldas.
-Cada vez tengo mas claro que tenemos esto ganado... ¡Ay! Creo que me he doblado un tobillo. Ayudadme a llegar hasta el campamento.