Partida Rol por web

Al escuchar el ofrecimiento de Doflar, la hechicera sonrió agradeciendo su gesto. El mediano parecía tan hábil y sigiloso como ella y con la ayuda de sus aves encontrarían las amenazas en breve tiempo. Volviendo su atención hacia el Comisario, esperó a que éste diera las ordenes oportunas. El tiempo apremiaba y no sé podían permitir dejar sueltos a tres golems por la isla.
Su cuervo albino batío ligeramente sus alas mientras observaba a su ama.

Al ver que el comisario no responde, tomo la iniciativa aunque pueda llevarme una reprimenda por ello.

- " Bien, vayamos paso a paso, Doflar, Bráedam, mandad a vuestros pájaros para explorar la zona comprendida entre la ciudad y el castillo, de momento vamos todos juntos hasta allí. Una vez lleguemos al lugar y lo aseguremos, seguiremos con la operación e iremos acordonando la zona hasta atrapar al enemigo. " -

Me quedo unos segundos pensativo mesándome la larga barba negra

- " Darck o cualquiera de los magos de la guardia, decidme si me equivoco, ¿ que posibilidades tiene un grupo de dos cabos y 20 milicianos contra los Golem ? No hemos luchado contra ellos, pero si son al menos tan duros como los titanes, creo que no somos suficientemente fuertes separados en pequeños grupos. " -

Mientras espero confirmación de Darck

- " Si los pájaros no indican otra cosa iremos al castillo, lo aseguramos y de allí al valle de los templos gemelos y al volcán ¿ alguna duda ? ¿ alguna pregunta ? " -

El comisario esperó pensativo a que Gardian explicara su plan. -Me parece bien, al menos tendremos una posición estratégica en nuestras manos y podremos pivotar desde allí. Además de buscar entre la ciudad y el castillo, también deberíamos buscar entre el castillo y el volcán; y el castillo y los templos. Es muy probable que haya ido a cualquier de los dos lugares para hacerse más poderoso ante nuestro ataque.

-Y otra cosa. No quisiera poner en duda el conocimiento de nuestros magos, pero teniendo en cuenta que nos tomó a todos nosotros el acabar con uno de los golems, y con mucha suerte, dudo mucho que simple superioridad numérica sea suficiente para acabar con siquiera uno de ellos.

La noche se ha extendido por toda la isla como si de un manto se tratase, las estrellas tapizan ahora el negro cielo, tapadas en ocasiones por juguetonas nubes movidas al son del viento marino. La villa hierve de actividad, las chimeneas dejan salir el humo que indica que la comida está lista, mientras que suculentos olores llenan la ciudad, la buena gente de la villa vuelve a sus hogares después de un duro día de trabajo, queda  mucho por hacer, reconstruir la villa, los pueblos de la isla, repoblarla, volver a plantar las cosechas arruinadas por los Ogros, recuperar la alegría que poco a poco va volviendo a regresar a sus gentes, el volver a la normalidad es lo mejor que les puede pasar, recuperar la confianza perdida, la seguridad de que la guardia puede defenderles de cualquier cosa que ocurra en la isla.

Tras las palabras de vuestros capitanes, ya poco más hay que decir, los halcones se elevan en el aire buscando con su aguda vista la extensión de terreno que se va abriendo conforme se elevan. Los milicianos nerviosos os miran con temor, no solo van hacia la oscuridad, se alejan de su hogar, de sus familias, de la seguridad del hogar sin saber a ciencia cierta si volverán.

La línea de acción estaba decidida, despejar el castillo de lo que quedase y tal vez usarlo como trampolín para el segundo paso que era despejar el volcán. No sería trabajo fácil con varios gigantones más enfrente nuestro. Con suerte de momento habíamos salido con pocas bajas del lugar ahora se replegaban a otro que consideraban más seguro y en el que serían más fuertes, confiaba en que nosotros pudiésemos cambiar eso.

Reviso a mis chicos repartiéndoles equipo, apenas sabían manejar las armas con seguridad y a pesar del entusiasmo que profesaban por la tarea que nos quedaba y las ansias de venganza, muchos no volverían a ver a lo que quedaba de sus familias. Rogaba por que fuesen menos de los que me imaginaba y que incluido yo saliésemos bien parados de lo que quedaba por hacer.

Escucho al capitán y al cabo, todavía me cuesta darles su nuevo cargo y mejor o peor saldremos para hacer nuestro trabajo.

Bráedam asintió y con un gesto miro a su ave para que esta alzara el vuelo y surcara los aires en busca de la amenaza. Tras escuchar al resto de sus compañeros, ya caída la noche comenzaron la marcha  hacia el castillo.

 La elfa intento animar a sus hombres tras pertrecharlos adecuadamente, recordándoles las tácticas de formación y combate que horas antes habían realizado una y otra vez. Recordad, el muro de escudos puede salvaros la vida contra numerosos  enemigos. Contra un enemigo grande o solitario actuamos rodeándolo formando grupos de dos. El más fuerte golpea y su compañero lo ayuda dándole protección. Flanqueamos y golpeamos. Contra criaturas de la noche antorchas y fuego. Atended mis órdenes y viviréis otro día para contarlo.

Parecía que la decisión estaba tomada. Y lo cierto era que Cassius coincidía en gran parte de los razonamientos que habían sido expuestos para justificar las próximas acciones que iban a desarrollar.

El recién nombrado cabo se tomó un instante para observar a los que habían sido designados como milicianos a su cargo.

En general los integrantes de su partida eran mayores que él en edad, pero dudaba que siquiera se le acercasen en cuanto a experiencia en combate.

En sus rostros veía desasosiego, veía dudas y por el contrario echaba en falta determinación, si bien no podía culparlos por ello pues mucho era que se hubiesen presentado para aquella empresa.

Cassius paseó la palma de su mano derecha por su rostro, notando la áspera textura de su incipiente barba sobre las yemas de sus dedos mientras trataba de encontrar las mejores palabras para tratar de reconfortar sus temerosos corazones.

-Hombres- gritó al fin, reclamando su atención. - ¡manteneos firmes! ¡alzad la vista con orgullo! Gloriosos son los hechos de quienes acometen una gran labor y corren un gran riesgo, y más gloriosos son cuando el fin es tan noble como lo es el nuestro. Pues recordad que nuestra empresa no viene justificada por el oro ni por la gloria misma,si no que es la seguridad de los nuestros lo que guía nuestros pasos. El caos es muerte, el caos es sufrimiento para los que más amamos...y en nuestras manos está el devolver al Caos al averno del que jamás debió haber salido... ¡Que no sea la incertidumbre la que pueble vuestros corazones, sino el ansia por acometer tan noble empresa cuanto antes!

Aunque absorbido por el trabajo la llegada del tropel era de notar, al parecer Fulgur hizo caso de mi consejo y me sorprendió tal diligencia. Por suerte ha regresado, ya casi he terminado con mis labores y ya armas y armaduras mágicas pueden ser repartidas entre los hombres.

No podía ser menos y salí para presenciar su llegada, quizá tarde como para necesitar que me comenten que fue lo que dijo, pero lo justo para atender al llamado de Gardian.

Como la noche en el cielo me abrí paso entre los hombres para adelantarme. -Coff*. Serán duras las batallas por venir, !Seis!, seis buenos golpes de espada apenas pueden cortar la carne como lo haría tan solo uno contra un hombre.
Pero tan solo un golpe de un golem puede acabar con la vida de cualquiera aquí.
Pero no cualquiera como lo son Fulgur, el capitán y los cabos, que sobrevivieron a más de uno. No cualquiera resiste estoico, con fuerza, con voluntad y por sobre todo sin una armadura como tal...- Dije buscando y señalando al miliciano más desprovisto de equipo.

-Los golems de carne pueden ver en la oscuridad, no duermen ni sueñan, no pueden ser encantados con magia, ni envenenados, se animan con la electricidad y no sienten cansancio ni dolor. Están montados con decenas de cuerpos y unidos con artes oscuras. Aunque varios porten armas mágicas solo el filo de un arma adamantina puede cortar esa carne.
Pero...- Remoje los secos labios, repasándolos con la punta de los dedos. -No son inmunes al fuego. Al fuego o el frío.
Por eso recomiendo id cada hombre armado de frascos de aceite y antorchas.
Redes para atraparlos, perros o lobos para tumbarlos.
Porque un golem de carne enfurecido puede ser lo ultimo que vean.
Por eso debe primero ser sometido... y luego quemado hasta los huesos!-

No importa cuantos sean los hombres que se enfrenten a tales enemigos, lo importante es el COMO se enfrenten.

-¡Ya habéis oido al sabio!-gritó a sus hombres. -Os quiero a todos en grupos de a dos, uno con antorcha siempre preparada y el otro con un vial de aceite u otra substancia inflamable. Si acabamos por toparnos con una de esas bestias tomad el consejo de la dama Bráedam. Frente a ellos tomad distancia, abríos y cubrid tanto terreno como podáis a su alrededor. No ofrezcáis un blanco grande.

Caia la noche y el pesar en mis hombres se hacia notar.

-La noche es mala consejera -les dije colocandome entre ellos para que todos me escuchasen- Aqui va un buen consejo. No piensen en lo que dejan atras, sino en lo que estan protegiendo. Recuerden, cuando el corazon esta triste las espadas pesan. Debemos enfrentar al enemigo con la alegria de quien proteje a los suyos.

Las nuevas no eran buenas y ahora tocaba obrar en consecuencia, asentí a Gardian y alcé mi mano lanzando a mi halcón al aire, para realizar la tarea requerida. - Vuela amiga, vuela alto y observa, vigila, pero vuelve a mí y cuéntame lo que has visto. Debemos estar listos ante el enemigo. - le dijo al soltarla. Observó como su fiel compañera alzaba el vuelo y se perdía en las alturas, antes de prestar atención a los consejos que los demás daban, asintiendo ante la sabiduría que mostraban, esa seguridad que transmitían, sobretodo Bráedam y Darck. 

Junto a la elfa se colocó, intercambiando palabras y recuerdos sobre los golems*, tratando de ser de utilidad ahora que tenía una mayor responsabilidad. También aprovechó para repetir las palabras y las tácticas a sus hombres, pero en un tono más amistoso que el resto, por su naturaleza más pacífica y dicharachera. 

Por otro lado, deseaba ser tan sabio y seguro como Darck, que parecía que todo lo sabía. Desde luego, el viejo sabio había impresionado al joven Doflar y éste prestaba mucha atención a sus palabras y gestos. 

Saber arcano constructos éxito:

Lo dicho Darck sobre el golem de carne correcto.

Golem de hierro:

Arma de aliento ( Sb ): cubo de 10 pies, nube degas venenoso que dura 1 asalto , acción libre una vez cada 1d4 + 1 asalto; daño inicial 1d4 Con , daño secundario 3d4 Con , Fortaleza DC 19 niega. El CD de guardadoestábasado en la Constitución .

Inmunidad a la magia ( Ex ): un golem de hierro es inmune a cualquier hechizo o habilidad tipo hechizo que permita la resistencia a hechizos . Además, ciertos hechizos y efectos funcionan de manera diferente contra la criatura, como se indica a continuación.

Un ataque mágico que inflige daño de electricidad reduce la velocidad de un golem de hierro (como el hechizo lento ) durante 3 rondas, sin tiro de salvación .

Un ataque mágico que inflige daño de fuego rompe cualquier efecto lento sobre el golem y sana 1 punto de daño por cada 3 puntos de daño que el ataque podría ocasionar. Si la cantidad de sanación causaría que el golem supere sus puntos de golpe normales completos , gana cualquier exceso como puntos de golpe temporales . Por ejemplo, un golem de hierro alcanzado por una bola de fuego recupera 6 puntos de golpe si el daño total es de 18 puntos. Un golem de hierro no tiene tiro de salvación contra los efectos de fuego.

Un golem de hierro se ve afectado normalmente por ataques de herrumbre, como el de un monstruo de herrumbre o un hechizo de agarre por oxidación .

 reducción de daños 15 / adamantine , darkvision 60 ft., Inmunidad a la magia, visión con poca luz

Bráedam asintió al escuchar a Darck describir con todo lujo de detalles las propiedades de los golems de carne, coincidiendo completamente con él. Incluso recordó con la ayuda de Doflar las historias de otros Golems, los construidos con hierro. Estos eran más peligrosos y temiéndose lo peor, describió sus propiedades al Comisario Gardian, al Capitán Fulgur, al resto del Caberio y demás subordinados.

Además de lo anterior, sabed que los de hierro son capaces de exhalar una nube de gas toxico en un radio de acción limitado durante un asalto, en forma de cubo de unos 10 pies. Mínimo cada dos veces por asalto. Por lo que debemos atacar a distancia.

Estos parecen inmunes a la magia, ya que parecen resistir los hechizos. Es sabido que los conjuros de electricidad los ralentizan durante tres asaltos. Sin embargo debéis saber que los conjuros de fuego los restablecen y sanan.

Pueden ser afectados normalmente por ataques de herrumbre, como el de un monstruo de herrumbre o un hechizo de agarre por oxidación. Lo peor es la reducción al daño que poseen, ya que las armas adamantinas parecen ser lo único capaz de atravesar su gruesa coraza. También pueden ver con poca luz y en la oscuridad.

Mirando en derredor, esperó a que su relató no desmoralizará a la tropa. Debéis saber que nada es invencible. Sí, es un enemigo formidable, pero con un buen plan podemos vencerlo. Yo no dispongo de conjuros de electricidad, pero puedo lanzar conjuros de ácido. -haciendo una pausa, prosiguió- Si alguien de nosotros es capaz de convertir el terreno solido en lodo o viceversa, seriamos capaces de inmovilizarlo y destruirlo sin sufrir bajas. Volviendo su atención hacia el anciano, exclamó: Quizás Vos Maese Darck dispongáis de algún poder o estratagema que nos sea útil. Esperando que el viejo mago guardara algún As en la manga. O Quizás tu Doflar seas capaz de invocar algún conjuro que no pueda resistir! Mirando intrigada al mediano.

-Yo puedo lanzar grasa -dije ante la consulta de Braedam- No es lo mismo que el lodo pero ha funcionado antes.

1 hora más tarde Bráedam y Doflar sienten como sus familiares vuelven de la exploración. Aunque todavía su nexo de unión no les permite hablar con el halcón de Doflar, Bráedam sí que puede hablar con su cuervo además de sentir sus emociones y aparte de la alegría que les da volar libres, juguetear con las subidas y bajadas que producen los vientos marinos al cruzar la orografía de la isla, y la satisfacción de cazar algún pequeño ratoncillo, nada más les produce temor o miedo. El cuervo blanco se posa en el hombro de la maga elfa y le cuenta al oído.

Es la hora entonces de partir.

- " Mucho contento al volar, poca comida y muy rápida, pero yo más, tripita llena, un grupo de bichos como el que tenéis enjaulado en el castillo, parecen estar buscando comida, cogen cosas del suelo y luego las tiran. No hay luces en ningún sitio, solo lejos hacia la montaña con agujero " -

Doflar respondió a Bráedam un poco dubitativo - Bueno...yo puedo conjurar rayos eléctricos...espero sirva de ayuda. - Pensó en cómo su relación con la fuerza que el sentía como propia y otros llamaban magia iba mejorando con el paso el tiempo, a base de usarla y observarla, de escuchar a sabios como Darck y charlas como las que acababa de compartir con la elfa.

- Mi halcón parece tranquilo...no ha visto nada entre la ciudad y el castillo. - informó a su superior. - Lo cual no quiere decir que no exista algo peligroso en el camino. - pensó, sin expresarlo en voz alta. 

Últimamente sentía cosas extrañas, como llamadas en la lejanía que le hacían girarse y contemplar el cielo, con ganas de viajar hacia lugares más cálidos, conocer nuevas tierras, contemplar maravillas extrañas, buscar sabiduría y objetos maravillosos, arte, historias...

Y gemas, empezaba a fijarse en las gemas o joyas que veía y le llamaban cada vez más la atención. No comprendía porqué.

Tras escuchar que han llegado los familiares de los cabos

- " ¿ y bien ? Doflar, Bráedam ¿ podemos ponernos en marcha ya ? " - 

Inquieto, para que no se note mi impaciencia sujeto con fuerza mi casco contra mi cadera, mis nudillos blancos demuestran mis nervios por partir, no me gusta estar parado y menos cuando no sabemos que ocurre en la otra parte de la isla, es perentorio tomar el control de la superficie cuanto antes.

Sin siquiera mostrar un ápice de inquietud mis ojos contemplaron a Bráedam aún después de que terminara de hablar, el tiempo suficiente como para incomodarlo o incomodarla... Por dentro lo pensaba y maldecia el momento en que la única persona que podría saber y, o, tener un medio o un conjuro contra tal bestia metálica era aquella joven disuelta en un cubo gelatinoso en el castillo. -Escapar.- Dije sin más remedio como respuesta a su pregunta. -No hay forma que ni siquiera el mejor de los guerreros aquí le haga mella... sí desean evitar bajas entonces no lo enfrenten. La única forma que disponemos para combatir a tal máquina de guerra es que Yo los acompañe y que todo otro mago o hechicero reserve todos sus conjuros y poderes para tal. Realmente esto me obligaba a participar y aún así mi presencia aseguraba la mitad de la victoria. -Aun así pido que se busque consejo en la sacerdotisa. La religión Shandril de dioses de la adivinación y la visión sobre el futuro han dado respuestas para cambiar el curso de los acontecimientos y es algo que no debemos dejar de lado ahora. Vuestros dioses se prestan para que se tome ventaja... En el tiempo que se lanzaron las aves a explorar terminé con mi trabajo, las armas, armaduras y demás objetos mágicos ya estaban identificados. Hice formal entrega de tales develando sus propiedades mágicas a todos. Tan solo me resta dedicarme un tiempo para mí y leer mi libro de conjuros.

Cassius bufó con disgusto antes las nuevas noticias.

Odiaba sentirse inútil y lo cierto es que empezaba a sentirse estéril ante aquella situación. Estaba plénamente dispuesto a empuñar su espadón para enfrentar aquella amenaza bajo cualquier coste, pero al parecer su filo era completamente ineficaz ante aquellas criaturas y eso lo sacaba de quicio.

-Parece que todo dependerá de los que poseéis talentos arcanos... por mi parte decidme como puedo ayudar y lo veréis hecho-declaró al resto.