Partida Rol por web

El ultimo mensaje en la otra escena , canox 6/11 {1}, fue del vendedor, sigue esperando a ver que le decis... y eso. Queda estrenada esta escena. Adelante. Saquenle cosas si quieren al vendedor.

Buenas buen hombre! somos amigos de Gabriel, nos ha hablado muy bien de usted, y nos gustaría venderle estás magnificas armas que portamos en este baúl, están nuevecitas, mire como brillan!! Le muestro una pieza al azar de las que hay dentro del baúl, una que aparente un magnífico estado.

Nos gustaría que nos hiciese una buena oferta, seguro que puede venderlas despues a un buen precio.

- Hijo mío- dice el sacerdote dirigiéndose al comerciante - las presentes armas están bendecidas por la luz del Emperador. Se consciente de ello cuando vayas a fijar un precio.-

Con una sonrisa en la boca Göran hace un ademán al hombre para que se decida a establecer el justo importe por las armas.

Espero que este individuo se porte. No me gustaría tener que hacerle una oferta que no podrá rechazar...

-Mientras Rene, echaba una mano a los demás, a descargar todas las cajas, del camión, vio entre los restos de munición, dos bonitas granadas. Vaya que raro que nadie haya cogido estas preciosidades, mejor me las meto, al cinto, siempre es bueno conseguir un buen ¡kabooom¡ Solo espero que no os importe.

Estamos seguros que un honrado y sabio vendedor como usted de utensilios de auto defensa, sepa apreciar el valor de los mismos. Ya sabes un poco de aqui, un poco de haya, y al final mira lo que consigues, mucho me temo, que no podemos movernos fácilmente con este arsenal, mientras vamos de cacería, ya nos entiende. -Espero que de un justo pago, por la mercancia. Tambien podria ser buena idea, preguntar que dispone a la venta, aunque mirando mi cinto con las ultimas monedas que me quedan, no creo que me pueda costear nada.

Maxim se apresura como los demás a poner a disposición del mercader los objetos que portaba sobre su humanidad con el fin de ser vendidos a buen precio. En verdad esto último no le interesaba tanto como deshacerse del peso extra que aquella carga suponía para el arduo trayecto que tenían por delante.

El vendedor es un tipo local, de siempre, no muy rico, lo justo para mantener su local y esperar la oportunidad que le hagan ganar unos cuantos tronos extra adquirir un local en un lugar mejor. Cuando vio la cantidad de material que había en aquel cajón, su rostro se contrajo, desde luego no esperaba nada por el estilo, así que fue corriendo hasta la puerta, echó la llave y puso el cartel de cerrado.

Bueno bueno bueno... Esto es un gran arsenal. -Comenta examinando cada pieza con sumo cuidado- La verdad es que podría proponeros un buen precio para esto, he ahorrado a lo largo de mi vida unos cuantos tronos, paciencia y trabajo, en espera de lo que creo que será esta oportunidad.

Mira a Gabriel, con quien tiene más confianza por conocerlo de antes, y haberse formado una primera impresión de él en la que cabrían los ciertos términos como, recto, honrado y devoto. Y con ojos expectantes, que difícilmente pueden evitar delatar la emoción y la impaciencia que en el residen dice:

Bueno, creo que por todo, y contando que no voy a preguntar de donde ha salido, podría ofreceros... No se... 1200 tronos.

Que viene siendo una tercera parte de lo que cuestan estos objetos de primera mano. -Piensa para sus adentros- Si les doy 1213 y esto cuesta 3640 más o menos... sacaría una buena tajada si lo revendo en las ciudades capital.

El guerrero había ayudado a sus compañeros a acomodar todo en su lugar para ser evaluado por el mercader, pero luego de escuchar la miserable oferta del desgraciado no pudo evitar reír burlonamente y agregar - Mi querido amigo, con gusto te contare como nos hicimos de este botín: estábamos intentando vender una de las pistolas láser que aquí te ofrecemos, pero el muy desgraciado del comprador nos quería estafar, de modo que no nos quedo mas remedio que saquear su tienda y prenderle fuego a todo el lugar. - Una violenta sonrisa se dibujo en su curtido rostro, mientras miraba con dureza al pobre infeliz. - En fin, ahora que no hay secretos entre nosotros, podemos ponernos a negociar en serio, ¿No te parece, camarada? -

El comerciante ante aquel suceso, rapido como un rayo saca su escopeta de combate de debajo del mostrador, un arma antigua, cargada con dardos lengueta, y antes de que Kaarl pueda reaccionar pone su cañon bajo la barbilla del fornido guerrero. Con la vena del cuello y la frente a punto de estallarle por la tension, el veterano vendedor dice casi escupiendo las palabras entre los dientes:

¿Habeis venido aqui a joderme? ¿EHH? ¿Que es eso agente? ¿Porque me trae a estas personas a mi local? Yo solo quiero ganarme la vida, bastante mal lo pase en el F.D.P*... como para ahora dejarme robar por unos cualquiera venidos de vete saber que planeta de mala muerte.

La tension se palpa en el ambiente, os mira a todos, uno por uno, sin saber muy bien como va a salir de está, si volverá a ver a Lysa, su mujer y a sus 3 hijos.  Con un susurro dice:

Venga, id saliendo de la tienda, el cerrojo está echado, solo hay que correrlo, al meno movimiento, de vuestro amigo quedan esquirlas. ¿Queda claro?

Tranquilicese buen hombre, ya ve... este chico, que es muy chistoso, no le haga caso, por el emperador!. Solo estaba bromeando,  ¿Verdad, amigo...? Le digo al tendero y a Kaarl, mientras me acerco al lado de Kaarl y hago un leve gesto para conseguir que el hombre baje el arma y vuelva la calma al establecimiento.

Mientras hago esto, tengo los huevos de corbata, menudo corte, espero que no pase nada por el bien de todos y que siga colaborando, necesitaremos ese dinero para seguir con nuestra ruta, y espero que se calme de nuevo para poder interrogarle y sonsacarle información que podamos necesitar para nuestra labor. "que baje el arma porfavor, sagrado emperador, protegenos y ayudanos, para que este humilde señor perdone a nuestro compañero y colabore con nosotros"

- Kaarl. No somos una pandilla de cerdos estorsionadores. Sirves a la Guardia. Servimos todos al Trono. - Alzó la voz Gabriel, que, como siempre, se había quedado relegado en un segundo puesto, observando. - Bueno... perdona los nervios, compadre. - Le dice al vendedor. - Pero estos días no es que hayan sido un paseo paradisiaco... Por favor, baja el arma. Bien sabes que somos de fiar, no una pandilla de bastardos ladrones y estafadores.

 Gabriel se acerca al mostrador para ponerse delante de Kraal y el vendedor, para proteger a ambos de las reacciones del otro. Echó un vistazo a la caja, sacando y valorando las piezas, las armaduras, las armas...

 - No me negarás que esto está en muy buen estado. Joder... en perfecto estado diría yo. ¿Has visto este blindaje? Amigo, podrias venderlo por el doble. Incluso con una capa de nacar podrias venderlo como nuevo... ¿y que me dices de las armas? Harán la delicia de cualquier tirador. Hm.... un buen precio serían... 3200 tronos. Podrias venderlo a un precio mayor y sacarte una diferencia de 1500 o 2000 tronos... con un poco de habilidad hasta lo podrias vender por 2500. Y habilidad en el comercio, amigo, es algo de lo que no te falta.

El tendero desvió su atención poco a poco, aquel si era el hombre con el que había hablado antes, el que le daba mayor confianza. Al volver al tema del dinero, el vendedor se volvió a dirigir a Gabriel, pero sin dejar de apuntar a Kaarl.

¿Cómo dices? ¿3200? !Por las barbas de San Nicodemo! Un rotundo y severo NO ! Eso es el precio que con suerte podría llegar a obtener si fueran armas nuevas y sin usar. Mi oferta podría llegar hasta los... 1400 tronos. Es que... arggg... 3200...

Las palabras se le atragantan en la garganta, parece consternado ante la perspectiva de tan alto precio.

Por el trono, eso es un precio más que elevado, es desorbitado, ni siquiera tengo tanto dinero aquí, no podría pagar eso... ni aunque quisiera, caso que no se da, por cierto. Jovencita, cuanto me recuerdas a mi esposa cuando era joven... si... Pero bueno, volvamos a lo nuestro. No, no es un precio adecuado para estas armas, desde luego no superaría jamás los 2000 tronos, ni en la tienda de un loco. Yo os ofrezco... 1600 y es mi última oferta... Si, la es la es....

Señala mirándoos con recelo e intentando aparentar firmeza en su rostro.

 - 1800... no está mal... no esta mal. No estaría nada mal si la calidad fuera menor. No quiero alargar esto, amigo. Pero su precio es un insulto a la manufactura de estas magníficas piezas. Vamos a dejarlo todo en 2400. Nuestra última oferta... Que tenemos cosas más importantes que atender.

 Gabriel parecía seguro de lo que hacía, y no parecía un novato en esto de la negociación. Seguro que al vendedor no le vendría mal un ayudante así. Pero el negocio era secundario. La verdadera razón por la que estaban allí era por información mucho más cercana que la que ya le dio.

Bueno bueno, lo dejamos en 2100, ni pa ti ni pa mi, y asi todos salimos ganando, menos de lo que deberia ganar, cierto es, pero bueno, aprobechemos todos esta oportunidad. Y dile a tu amigo el barbaro que se ande con cuidado por estas tierras, que la gente de por aqui somos valientes y no nos importa perder el cuello si es en defensa de lo que nos importa.

Dice el tendero señalando con un dedo mugriento hacia Kaarl, acompañando el gesto con un expresion severa y agria. Se va a la trastienda y trael una pequeña caja de metal, muy usada, casi una fiambrera, que en ningun momento creeis que se trate de una caja de caudales, pero lo es, de ahí saca los 2100 tronos y los deja en el mostrador mientras comienza a meter a la trastienda las armas con cuidado y con cariño.

Bueno, dejemos esa discusión, nos conformaremos con 2100 tronos pero...me gustaría que además nos ayudase en un tema delicado que tenemos entre manos. Miro al comerciante a los ojos, parece que tiene ganas de saber aquello que tenemos entre manos, y escucha con atención mis palabras. Parece que se puede confiar en usted, así que le contaré. Hemos venido a este planeta porque nos ha mandado un alto mando para investigar algunas de las precaminosas injurias que llevan a cabo los llamados enmascarados.

Nos hemos enterado que hay una "fiesta importante" proximamente en el palacio de un tal Lord Valtimor Dacious, o algo así. ¿Sabe algo de ese noble? Nos gustaría poder comunicarnos con el, para hacernos pasar por unos enmascarados más y poder ir a su fiesta.

No sabemos donde vive, ni nada sobre él. ¿Podría usted ayudarnos? Seguro que usted ha oido hablar de esa noble persona y puede sernos de gran ayuda.

Gabriel! ¿puedes sacar el mapa que tienes? quizas este humilde siervo del emperador nos pueda señalar el lugar exacto de nuestra gran misión fiesta.

Espero atentamente la respuesta del comerciante. En ese momento giro la vista hacia atrás nuestra pequeña amiga Heliaca se ha posado en el camión, fuera todo parece tranquilo así que vuelvo la vista hacia nuestro nuevo amigo.

El hombre no estaba del todo disgustado, la verdad es que el día prometía ir bien, tenía pensado cerrar la tienda el breve y partir a la ciudad en su desvencijado coche con las armas para revenderlas a un posible comprador, podrá salir bien parado esta semana, pagar ciertas deudas, y quizás mirar unos buenos estudios para sus hijas, si... eso estaría bien. En estos pensamientos se encontraba cuando la pregunta de hizo perder el hilo.

¿Lord Dacious? ¿Qué emperramiento tienen esta gente con ese hombre? Primero ese agente.. Gabriel, y ahora esta chica, todos preguntando por el mismo, al final estos que tanto juegan con fuego acabaran quemándose.

Bueno... Caballeros, esa es un información muy delicada, que no les recomendaría ir sacándola tan a la ligera por ciertos ámbitos. -Dice un una amplia sonrisa- Contestar a esas preguntas... bufff podría costarme caro.. Usted ya me entiende joven... Uno no puede arriesgarse tan así a la ligera... sin... incentivos.

Göran comprendió sin lugar a dudas los "incentivos" que quería lograr el sinvergüenza con el que comerciaban.

Sacó un billete de 10 tronos de su mochila y lo puso bien a la vista de su interlocutor  mientras su cara dibujaba la mejor de sus sonrisas.

- Hijo mío, hablas con un sacerdote imperial. Si nos cuentas lo que queremos saber yo te prometo que además de éste "incentivo" todos tus pecados serán perdonados al instante y la gracia del sagrado Emperador de Terra velará por tí y por tu familia durante tres generaciones.-

En opinión del sacerdote, era una auténtica ganga. El perdón completo de los pecados del hombre y sus allegados por unas miserables palabras que les servirían de mucho. Y además 10 tronos. ¿Quién podría resistirse a ello?