Partida Rol por web

La primera noche ya había pasado pero como mi tío bien había dicho el y yo permaneceríamos hasta el final del funeral, ya me había encargado de dejar arreglado todo para que así fuera.

Cuando la mayoría comenzaba a marcharse sonó el cuerno de los Hightunder, una alerta. Momentos después llego uno de eso imperiales.
Todo este tiempo me había mantenido sereno a pesar de los tristes recuerdos que acudían a mi  pero en cuanto vi a ese chacal parado ante nosotros, sin mostrar ningún respeto, mi buen juicio empezó a abandonarme y a ser remplazado por la ira.

Morded reacciono a la llegada del chacal, luego Mick y Kar, las chispas comenzaron a saltar y parecía que otra hoguera se encendería a pesar de los intentos de Wulfrick por apagarla.

A pesar de que en esos momentos se necesitaba una buena cabeza para lidiar con el asunto, solo atine a colocarme frente al imperial y decirle:

- Ya escuchaste… Largo. –

Era la primera vez que veía a uno de esto chacales desde la muerte de mi padre, solo necesitaba que me diera una excusa…

Dejé que mi hermana me dirigiera, no tenía ganas de discutir ni de quedarme en ese lugar un segundo más. Tan sólo deseaba marcharme así que con la intención de irme con el resto de mi tribu me dejé arrastrar hasta que vino el mensajero imperial.

No pude evitar un desagradable movimiento hacia la empuñadura de mi espada aunque no tomé el pomo sí hubiera deseado hacerlo, no podía aguantar la presencia de ese mensajero en tal evento. Aún así iba a dejar que mi padre hablara por sí sólo.

Iba...

Hasta que Morded se dirigió a él de tal manera, a mi padre. A un líder mucho más respetable y más experimentado, un líder como nunca lo sería Morded. Puede que en el pasado fuéramos amigos, pero lo que había sido tristeza pasaba a pura rabia con una facilidad asombrosa y en ese momento me crucé ante Morded...

En el fondo sabía que no debía hacerlo, las costumbres de dirigirme como un igual hacia él eran muy pesadas. Sin embargo ya no éramos iguales, ahora él era líder y yo no... por lo que tenía mucha más autoridad... y después de lo ocurrido con Manfred nuestras confianzas habían menguado.

Me planté delante de mi antiguo amigo cubriendo el camino hacia mi padre y una mirada llena de rabia casi odio se cruzó con la suya -Y tú no deberías hablar así a un verdadero líder Morded Silverfang- La rabia que sentía, no sólo por la desconfianza que había mostrado Morded, si no por unos sentimientos ocultos durante años se estaban haciendo patentes, la mirada que le dirigía incluso rozaba el odio infinito.

-Has de recordar que Manfred no sólo era el líder de los Silverfang, si no que lideraba a las siete tribus. Así que ese mensaje puede ser para el líder de las siete tribus como bien ha dicho mi padre- Y bien orgulloso estaba en reconocer que Kar Bearmaw era mi padre -Que haya dicho o no el nombre no indica la calidad del mensaje.

Comenzó mal su liderazgo al querer convertir a mi padre, un amigo y aliado en su enemigo. Y ahora muestra nuestras disputas a un mensajero imperial... en vez de aceptar el consejo y las palabras de hombres mayores que él decide por sí mismo, haciendo ver a este mensajero nuestras debilidades... y todo por su maldito orgullo de "líder" ¿De verdad eras así desde que nos conocimos Morded? No vales más que las ratas si es así.

No me faltaban las ganas de gritarle eso a la cara, pero me contuve mordiéndome el labio con tal fuerza y rabia que el tono de éste se volvió blanco hasta que una gota de sangre carmesí resbaló por él.

Aún así recordaba la promesa que le había hecho a mi padre, y que estábamos en el funeral de Manfred, sólo eso hizo que no desenvainara la espada. Pues mi mano ya se encontraba muy cerca de la empuñadura, así que la aparté... a regañadientes.

Inmerso en los rituales del funeral, el Gran Chaman apenas se percató de la presencia del mensajero hasta que comenzaron las discusiones entre los miembros de las tribus, lo que hizo que detuviera su caminar y se dirigiera con paso firme hacia ellos. Su barba se mecía con cada paso, y su báculo retorcido golpeaba el suelo con fuerza, como si quisiera horadar la tierra entera. Sin decir una palabra más, el líder de los Veilfog estiró la mano y recogió la misiva del mensajero imperial, clavando sus ojos en los del enviado, como queriendo atravesarlos y llegar al fondo de su alma.

- Deberíais avergonzaros, comportándoos como niños malcriados delante de un imperial - dijo, una vez se hubo marchado el correo - Ante esa gente hay que comportarse como un grupo unido, pues podrían intentar dividirnos si conocieran nuestras debilidades.

Su voz grave se alzó severa, acostumbrado a hablar para un gran grupo. Sus ojos pasaban de uno a otro sin detenerse más que unos segundos en cada uno. No culpó a nadie en particular pero a todos en general, puesto que él, como siervo de los espíritus, tenía sus atenciones destinadas a otros menesteres.

- Mordred - dijo, finalmente - Si esta carta iba destinada a tu padre como líder de líderes, la leeré y os comunicaré su contenido. Si iba dirigida a él como líder de su tribu, dejaré que seas tú, y sólo tú, quien la lea.

Estaba observando toda la discusion con una ceja alzada, mis dos manos se enredaban por el enorme brazo de mi esposo hasta coger finalmente su manos abajo con las cos mias, pues necesitaba controlar que su humor no se encendiera demasiado.

- Shhh... No te alteres, ahora eres un lider Mor, no caigas en esos juegos- Le dije en tono suave y meloso intentando que se relajara y no echara mas leña al fuego.

- Parece lo mas sabio, Hiam si es para el lider y Morded si es para Silverfang, aunque me parece buscarle tres pies al gato y querer echar leña al fuego Mick, pues preguntaron por Manfred no por el lider. - Dije miertas miraba escasamente a Mick y despues a Jener y Kar, a estos ultimos ladee la cabeza esperando que no dieran mas cuartel o mis manos tendrian que soltar a mi esposo y dejar que su rabia saliera...

El deseo de Mick hubiera sido mantenerse neutral y evitar problemas, pero la actitud de Mordred no le recordaba precisamente a la conciliadora y respetuosa de su padre. Hiam le parece demasiado encerrrado en su mundo mistico ideal, y por mantener la imagen ante los imperiales Mick no iba a tolerar abusos. El lider de los Silverfang parecia haber olvidado que eran tribus unidas por un pacto, y no tribus vasallas y hablaba con menos juicio que corazon. .-Si el imperio mandase cartas a tu padre que interesen a los Silverfang y no a las tribus. Jamas hubieramos permitido su liderazgo-. Dice para recordar que el liderazgo es tambien una responsabilidad .-Y como esa información afecta a todas las tribus y no solo a los Silverfang... Sin un lider que decida creo que todos debemos saber de que se trata-. Se abstiene de preguntar porque razón quiere la información para si solo.

La llegada de Jener y sus palabras le hizo retroceder un paso, pues era su mejor amigo o lo era hace unos días atrás, ahora ya no sabia que pensar. Por suerte la presencia de Alex, como siempre tranquilizadora le hizo templar los nervios y la decisión de Hiam, fue la correcta.

Ahora que el asunto de la carta había quedado claro y el imperial ya se había ido, Morded podía hablar con mas libertad y con  una calma en la voz que antes parecía imposible que tuviese, mirando a Kar y a Mick.

-Ambos me habéis insultado, y no solo por poner palabras en mis labios, como que hablaba por las tribus, cosa que jamas he dicho. Me habéis insultado poniendo mi liderazgo en juicio ante el imperio y las tribus. Puede que sea el líder mas joven, pero he aprendido de un gran hombre. Había que mostrar unión ante el imperio, la carta venia a nombre de los Silverfang y era de sentido común que fuera un Silverfang quien la recogiese. ¿Si una carta del imperio viniese a nombre de vuestra tribu que haríais? ¿no la tomaríais y la compartiríais con el resto?... ¿Por que pensabais que yo no iba a hacer lo mismo? Confío plenamente en el juicio de Hiam, no necesito que venga nadie a indicarme quien es el mas apto para tomar decisiciones.

Se quedo alternando la mirada entre ambos, por si tenian algo que replicarle a lo último que había dicho.

.-Ni Kar ni yo te hemos insultado. Esa carta no te correspondia, como no le corresponden todos los honores de tu padre a tu tribu por el hecho de que fuera un Silverfang-. Le mira con tranquilidad.-No estoy dispuesto a admitir que por aparentar unidad ante el imperio se transgredan nuestras tradiciones y normas, que tanta sangre de hombres y lagrimas de mujeres han costado hacer. Seria fingir ser fuertes a costa de nuestra debilidad-.

Ariadna elevo la voz.

- Aquí hay grandes y fuertes líderes, todos ellos valiosos ejemplos para nuestras tribus. No dejemos como dice mi padre que un extranjero se lleve un idea equivocada. Leed en voz alta la misisva y demostrad que no tenemos secretos entre nosotros.

Miro fijamente a Mick y le contesto en tono que solo los mas cercanos a la discursion pudieran escuchar.

-¿Dices que no me has insultado Mick Shadoweye? Has dicho que pretendía hablar con la autoridad de las 7 tribus y ahora que pretendo quedarme con honores que no me corresponden y que estoy transgrediendo las tradiciones ¿acaso niegas lo que acabas de decir? Las costumbres dictan que es el hijo el que hereda las posesiones de su padre, y no me refiero al titulo de líder de lideres, que según tu me había impuesto.

Su padre ya le había hablado antes de Mick, decía que era un buen líder. Pero ahora mismo, en base a su comportamiento, a el le parecía una persona que sacaba conclusiones de forma impulsiva, incapaz de ver las intenciones de nadie mas allá de sus narices y sobretodo incapaz de reconocer cuando se había equivocado.

-Yo no dije en ningún momento que fuera a ocultar el contenido de la carta o que hablara en nombre de las tribus, solo quería aceptarla para que el emisario se fuera cuanto antes, fuisteis vosotros los que empezasteis a dar cosas por supuestas sin razón alguna.

El Gran Chaman permitió que los más jóvenes liberaran tensiones a base de gritos y golpes en el pecho, puesto que era la mejor manera que conocían de hacerlo en periodos de paz. Con la misiva en la mano, se dirigió hacia el tocón de árbol que en otras ocasiones le había servido de asiento y desplegó la carta para leerla con atención.

Mire como el chacal se marchaba a su guarida, el fuego de la ira menguaba dentro de mi, el momento había pasado.

Mis compañeros seguían discutiendo y parecía que no terminaría pronto a pesar de las palabras de Hiam, me coloco entre ellos y trato de ser el conciliador, después de todo este es un funeral no una reunión de líderes.

Por favor compañeros dejemos la discusión para después, Manfred todavía se encuentra realizando su viaje y le merecemos respeto en este su funeral. Estoy seguro que todo esto es un malentendido, una quimera creada por las palabras. Dejen la carta en manos de Hiam y dejemos este malentendido para después… Por favor.

No sabia si parecería débil a causa de mis palabras pero prefería eso a ser irrespetuoso.

Mick baja la voz a su vez al ver que Mordred se tranquiliza e inclunso piensa en callarse tras las palabras de Mert, pero creia que eso merecia una aclaración.-Recibir una carta dirigida para el lider de las tribus es un honor que no te corresponde. Tampoco tienes derecho a decidir como proceder con respecto a ella como has dicho que podias hacer. No esta en tus manos decidir si la información de la carta es revelada o no-.

Las frases salieron de nuestras gargantas cargadas con rabia, reproches y rencor acumulado, y aunque todos sabíamos que no era el mejor lugar para hacerlo, nuestros corazones de guerreros tomaron nuestras voces y fueron los que hablaron. Las palabras y la actitud de Morded no hacían mas que acrecentar mi rabia, apreté los nudillos con furia. Maldito niño imberbe, si no fuese por el aprecio y el respeto que sentía por tu padre, ahora mismo recibirías una severa lección – pensé mientras todo mi cuerpo pedía que lo hiciese, solo las palabras de Hiam, le hicieron salir de su estado de furia, recuperando la compostura al menos durante unos momentos.

- Puede que tengas razón Hiam, pero no son momentos fáciles para ninguno de nosotros y tal vez en otro momento, ninguno de nosotros se hubiese alterado de la forma en la que lo hemos hecho.

- Insultarte, Morded. Es cuanto menos gracioso que seas tu el que afirme eso. Como deberíamos de sentirnos los Bearmaw, con las miradas de odio y desprecio, los insultos e injurias lanzadas por tus guerreros hacia mi tribu y mi persona, señor de los Silverfang. Pero esta conversación la continuaremos cuando finalicen los oficios fúnebres de Manfred – digo a Morded mientras asiento a las palabras de Mick y prosigo hablando - Coincido con Mick Shadoweye, esa carta no va dirigida a Manfred, líder de los Silverfang, sino a Manfred, líder de las siete tribus, es por ello por lo que ambos hemos manifestado nuestro desacuerdo con tu actuación, Morded. Pero tal vez, esta discusión nos sirva para algo. El imperio no tardara en saber que Manfred esta muerto, y las siete tribus no tienen un líder que los guíe. Ahora mismo parecemos débiles y eso es algo que puede aprovechar el imperio. Se que nos encontramos celebrando los oficios fúnebres de Manfred, pero no podemos esperar mas tiempo sin contar con un líder claro – Me quedo en silencio unos segundos antes de proseguir – Hasta que se consiga dilucidar que es lo que sucedió con el asesinato de Manfred y se encuentre un digno sucesor a Manfred, considero que el hombre que debe guiarnos es Hiam. Su neutralidad es clara, y cualquier otro candidato en estos momentos puede provocar más disgregación entre las siete tribus – termino diciendo.

Liliam devolvió tímidamente el saludo a Viconia, esbozando una sonrisa pero sin permitir parecer muy alegre. Al fin y al cabo seguían en un funeral.

Entonces llegó el mensajero imperial y estalló el ambiente a raíz de un comprensible malentendido.

Su hermana escuchaba pero no parecía posicionarse aún, mientras, el odio y el miedo iba saltando de boca en boca entre los asistentes. Mert fue el que comentó que debían dejarse esas discusiones por respeto a Manfred, Liliam no podría haber estado más de acuerdo... pero no osaba intervenir, ella no era ni una líder ni una familiar cercana a Manfred. Ni siquiera era una guerrera completa. Si intervenía le mandarían callar, y con razón.

Así pues observó en silencio y preocupada cómo se desarrollaba la conversación.

Morgana parecia disfrutar con lo que desencadeno la llegada del mensajero, las tribus estallaban en replicas y reproches, y aunque los Silverfang nunca habian sido de su agrado, por un momento penso en darle la razon al pobre Morded, estaba recibiendo ataques sin cuartel y nadie parecia entender su posicion, dejo que se tiraran a su yugular para ver de que pie calzaba cada clan ante la situacion de los Silverfang, cuando el pobre Morded ya no podia usar sus palabras para defenderse pues caian en saco roto dio un paso firme hacia delante y se situo cerca de los lideres, el mensajero aun estaba alli, cosa que todos parecian haber olvidado, puso una mano en el hombro del joven lider inexperto y abrio la boca sin borrar la sonrisa- dejar de despellejarlo, acaba de perder a su padre, y llegan noticias que le vinculan desde el imperio, en ningun momento el mensajero a dicho lider de lideres, ni lider de tribus, solo ha dicho el nombre, es normal que el joven Morded quiera la carta.

Desvio la mirada hacia Jener que habia saltado a defender a su padre- el tuyo sigue vivo- y miro un segundo a Kar con una leve inclinacion de cabeza, siempre le habia gustado Kar como guerrero, era el unico hombre que merecia su respeto- pero si un imperial llegase con una carta preguntando por Kar Bearmaw, fuese o no fuese lider de lideres, no la cogerias tu antes que ningun otro?

- el joven solo queria representar a su padre, es obvio, que si la carta es para el lider de las tribus deberia enseñarla al resto, darle cuartel al pobre- movio la mano que tenia en el hombro de Morded empujandola hacia detras, como signo despectivo y se acerco a su oido- deja de cargarla cada vez que abres la boca, porque no es de mi agrado defender a nadie, y menos a ti- y despues volvio junto a su hermana.

El mensajero no parecia entender gran cosa de lo que se hablaba, solo se atrevio a repetir el nombre- Manfred Silverfang, es para el- despues miro la pira funeraria y volvio a rezar algo a sus dioses- lo siento- se atrevio a decir, su acento era malo y a veces costaba entender que decia, una vez Hiam tomo la carta, hizo una reverencia y se dispuso a partir hacia el imperio de nuevo.

Mi buen aliado

Mi tiempo en esta tierra se acaba, Solaris reclama mi sitio junto a el y pronto partire hacia la otra vida. Te escribo estas palabras porque deberias venir a Atalan y reunirte con el consejo, cuando mi muerte sea segura, el mensajero mandara otra carta, creo que el lider de los Barbaros libres deberia reunirse con mi consejo para repactar el tratado de paz, cuando mi hijo tome el poder no se que puede pasar, pero el consejo sera el unico que podra retener sus ansias de conquista.

Espero que todo este bien por alli, mis mas cordiales buenas, Augustus XII

Liliam tenia razón en que había que ser comprensivos con Morded, en su situación a todo hombre se le nublan la cabeza a causa de la tristeza.

- Hiam ya esta leyendo la carta por tanto el motivo de esa discusión ya quedo zanjado. Lo demás son chispas de otro fuego, ya ustedes decidirán después de si alimentarlas o apagarlas. De nuevo les pido a todos que sean más respetuosos… Esto es un funeral. -

Escuchando las nuevas replicas de Mick y Kar, uso los ojos en blanco y negó levemente con la cabeza, eso si cuando Kar dijo lo de que la discursión continuaría tras los oficios, Morded sonrió, por primera vez después de esa larga semana. Iba a replicar cuando Morgana intervino, sospechaba que se había puesto de su lado, mas por llevarle la contraria al Shadoweye que por simpatía, pero no dijo nada. Y tenia intención de seguirles mas el juego, si ellos no eran capaces a dar su brazo a torcer lo haría el.

-Tenéis razón, nadie debería tomar lo que no es suyo, ni hablar con la autoridad que no le corresponde.

Aun tenia mucho que aprender como líder, eso lo tenia claro, pero desde luego lo que tenia mas claro aun es que un líder que no solo no reconoce sus errores, si no que no es capaz siquiera de reconocer que es posible que los haya cometido, no es un buen líder. La sugerencia de Kar le pareció un tanto extraña, históricamente los Veilfog habían sido siempre consejeros y no lideres, si eran tan buenos consejeros era precisamente por que su neutralidad era ejemplar y eso se conseguía precisamente no aspirando al poder. Aun así Morded no quería empezar una nueva discursión, por lo que calló y que fuera el propio Hiam el que opinara al respecto.

 Permanecí en silencio, observando como todos aquellos niños, ya que llamarlos adultos me parecía una broma de mal gusto, se peleaban como perros por un hueso. Mi hermano es el único sensato y permanece en silencio, mientras yo estpy a su lado, aguardando a sus palabras...