Partida Rol por web

Vuestra decisión de avisar a Thaima fue bien recibida. Tras algunas preguntas acerca del sujeto Wayvar, su implicación en las tribus goblins salvajes de Castrovel y de la información acerca del equipo de prospección 3, declararon que la misión había sido exitosa.

El permiso para abandonar el planeta, mediante la tapadera de trabajadores temporales de la Corporación Thaima, que habían ido a echar una mano para un trabajo de prospección un tanto difícil, había sido revocado. El transporte en el cual vinisteis os llevaría de vuelta a la estación Red Nola 027, en la Diáspora, con todos los miembros intactos y 2000 créditos en vuestro bolsillo, más un plus de 500 por "profesionalidad" dijo vuestro contacto robot, sin duda alguna siendo controlado desde algún punto indeterminado de la estación.

Seguramente los "prospectores" de la estación 3 les hablaron de que sabíais que se hacía realmente allí, pero de no contárselo a las autoridades indicaba que erais de fiar y os tendrían en cuenta para futuras misiones.

***

El viaje de vuelta era más monótono que la última vez, tal vez porque después de una misión así la adrenalina no descendía hasta pasados unos días y el tiempo parecía ralentizarse hasta hacerse insoportable.

Sin embargo, poco después de abandonar la órbita de Castrovel con vuestro cupo de goblins colmado hasta dentro de unos meses, el ordenador de abordo indicó la presencia de una nave que os seguía desde que saltásteis a la Deriva. A través del muticolor espacio aquella nave parecía seguir vuestro mismo rumbo, acercándose lentamente. 

¿Serían piratas espaciales? ¿más goblins?. Si era así no parecían tener prisa en alcanzaros y tampoco os habían atacado. Aunque tampoco confirmaban identificación alguna ni contactaban por radio.

Tal vez si que tuvierais vuestra dosis de acción durante el viaje.
 

— Bueeeeeeno... ¿Yo soy el unico que va a decir algo? — Dice finalmente Stuart luego del tenso silencio que se instaló, y de pura ansiedad se rasca notoriamente el cuello. — Nos esta siguiendo una nave y no responde a los intentos de comunicación. ¿Que hacemos? Podemos seguir sin hacer nada mientras no nos ataque, pero no esta mal ir pensando en algo para adelantarnos si esos son piratas... o algo peor.

Reconoces el diseño de la nave, como el médico que reconoce la peste.

Diseño estilizado, pintura roja y negra, afilados bordes asesinos que delatan su condición de incursor, esa nave pertenece a los caballeros infernales, los mismos que casi acabaron con vuestras vidas en la Belussian, nave donde tu madre y el padre de Gendo trabajaban en un proyecto especial. 

— Oh, no... ¿No podían ser elfos? — Se dijo Stuart a si mismo. — Malas noticias, ya sé de donde es esa nave... es de esa escoria que nos atacó usando goblins como distracción en aquella... Belussian. "Caballeros Infernales" o como mierda se hagan llamar. ¿Nos están siguiendo? ¿Querrán ver hacia donde vamos? ¿Sabrán realmente quienes somos? Maldita suerte... creí que nos daban por muertos.

Habían cobrado la recompensa e incluso un extra por su silencio.
Aquello era lo que habían acordado hacer, pero Edariel se sentía mal consigo mismo. Sabía que lo que hacía Thaima no estaba bien, y no podía dejarlo pasar así como así.
Por ahora era más inteligente alejarse de los focos de la compañía y actuar con discreción. El momento de que esos esclavistas recibieran su merecido llegaría.

La nave que les estaba siguiendo fue identificada por Stuart cómo propiedad de los Caballeros del Infierno... realmente no podían tener ni un momento de calma.
Nos siguen pero no nos atacan... quizás quieren saber a dónde vamos. murmuró el elfo.
En todo caso, iniciar el combate creo que no nos conviene. Si llegamos a Red Nola, podemos perderlos entre sus grutas, nosotros ya hemos estado allí antes. sugirió Edariel, esperando la opinión de sus compañeros.

Los caballeros infernales aceleraron sin mucho esfuerzo hasta ponerse a vuestra altura. Era una nave el doble de grande que la vuestra, más rápida, potente e intimidatoria. Seguro que su armamento superaba con creces el vuestro.

El morro afilado acabado en una fina punta de metal negro recordaba a los extraños animales marinos de Castrovel que salían en los documentales, los cuales utilizaban ese afiladísimo pico para matar a sus presas. Y sus alas rojas parecidas a cuchillas ensangrentadas no decían nada bueno de ellos.

De repente vuestra nave sufrió una sacudida. La computadora de a bordo os indicó que un rayo tractor os había atrapado. Los escudos estaban intactos. Navegación indicaba una redución mínima de la velocidad, sin embargo la distancia entre ambas naves disminuía lentamente. 

Y solo se actúa de esa manera en una situación; Abordaje.  

— ¿Sintieron eso? ¡Nos dispararon un rayo tractor! — Dijo Stuart alarmandose, y desenfunda dos de las tres pistolas que llevaba al cinto. Luego lo piensa mejor y vuelve a enfundar una de ellas para dejar una mano libre. — Ed tiene razón, la nave de ellos es militar y la nuestra no. Preferiría que lucharamos con ellos en el hangar de Red Nola, pero parece que solo hay dos opciones ahora: Empezar a dispararles ahora y repetir la "divertida" experiencia que tuvimos en la Belussian... o dejarnos abordar y aprovechar al máximo el cuello de botella que se generará. ¿Cuantos bastardos serán? — Stuart trata de calmarse y pensar rápido por unos momentos, al tiempo que se levanta de su asiento y camina un poco hacia la compuerta por donde comenzarán a entrar. — Quizás solo quieran robarle una nave a Thaima, y no sepan quienes somos, aunque sería mucha coincidencia encontrarnos con algunos de ellos aquí... a no ser que obtengan naves de los elfos, ese diseño estilizado de sus naves es muy como de elfos. Ya sé, ya sé, Gendo, "¿Que mierda importa eso ahora?", si, cierto. — Entonces el rostro de Stuart se exalta con emoción. — Esperen, hay otra opción, ¡Ed! Comienza a brillar, creo que podríamos tener una mejor oportunidad si nosotros tomamos la iniciativa y los abordamos a ellos. Si nos quedamos en esta nave ellos podrían lanzarnos granadas o gasearnos... pero no se arriesgarían tanto a eso si nosotros estamos en su propia nave. Ed, tu podrías estallar ni bien la compuerta se abra y con eso crear una abertura para dejarnos pasar a los tres... y estando ya en su nave buscar cobertura allí. A mi aun me quedan un par de recursos bajo la manga para entorpecerlos una vez estemos dentro. — Finaliza Stuart sacando de uno de sus bolsillos una de las granadas que le quedaban.

La sacudida en la nave es característica de un rayo tractor y la rata no se equivoca en señalar que está sucediendo un intento de abordaje. Con las especificaciones de su nave, lo más probable es que podrían despresurizarnos sin necesidad de mantenernos quietos, e incluso si intentamos huir o devolver el fuego.

"Las opciones son morir baleado o en el vacío."

Sonrío con la idea que tiene Stuart, su plan. Le respondo sin siquiera dudarlo:

 - "Me gusta tu idea. Siempre he preferido la idea de escupirla sangre de mi boca moribunda al que me mate antes de irme y no es algo que pueda hacer si bombardean mi nave y me congelo en el vacío."

Me encojo de hombros antes de continuar:

 - "Si este será el final, que por lo menos sea como yo quiero."

Reviso mis armas y mi armadura, asegurándome de que esté todo listo para lo que podría ser el asalto final. La ametralladora que me adjudiqué en Castrovel es una buena arma y creo que me ayudaría a contener a un número de atacantes que nos superen.

— ¡Brillante, Gendo! — Exclama Stuart al ver al humano tomar aquella ametralladora de donde la tenía guardada en su alojamiento. — Pero creo que primero debemos entrar en la nave enemiga y abrir fuego atrincherandonos en una esquina o final de pasillo. Claro que podemos abrir fuego ni bien se abra la escotilla de abordaje, pero si lo hacemos ellos podrían cerrar la escotilla enseguida tras ver que contamos con esto... y si lo hacen podrían desacoplarse y disparar a nuestra nave con la suya. Aun me queda esta granada cegadora, Edariel podría estallar ni bien se abra la escotilla y yo lanzar esta granada... y entonces todos nos abririamos paso hacia el interior de la nave enemiga. — Entonces Stuart busca por la nave una máscara para respirar en le vacio, como las que les salvaron las vidas en la Belussian. — Recomiendo que todos nos pongamos máscaras para respirar ya mismo. Una vez los abordemos a ellos quizás podrían encerrarnos en esa parte de la nave y quitar el oxigeno para intentar matarnos así. Mejor prevenir que lamentar, con las máscaras podríamos mantenernos hasta que pueda hackear las compuertas y seguir avanzando hasta la cabina de mando.

Con un plan definido, y sin intención de dejaros coger sin luchar, os apostáis delante de la exclusa de entrada preparados para lo que quisiera que entrara por ella primero. 

La nave de los caballeros infernales se acercaba suavemente hasta acoplarse con un brusco movimiento final, como afianzando la presa que ejercía sobre vosotros, imponiendo su supremacía. Unos crujidos y chirridos se produjeron a continuación, mientras el túnel de asedio se ajustaba al casco y se presurizaba.  

Durante interminables segundos el silencio se hizo casi opresivo. Las armas estaban listas y preparadas en vuestras manos, apretándolas ante la tensión del inminente asalto de los caballeros infernales.... 

¡BONK!
¡BONK!
¡BONK!

....los cuales parece que ahora llaman antes de entrar.

Nadie dijo nada más, y los cuatro encararon la escotilla esperando para aprovechar cada instante que tuvieran. Stuart tomó su cola y la introdujo en sus jeans a través de la cintura, nada debía salir mal por lo que no quería dejar lugar a la posibilidad de que en medio del transito hacia la otra nave alguien le pisara la cola y entorpeciera todo. Stuart amaba a su cola, pero es verdad que podía tender bastante a quedar debajo de los pies de otros o en el puertas.

Pero entonces... tres golpes hicieron sonar al metal.

— ¡Ay, mierda, que jodido susto! — Exclamó Stuart dando un brinco. Nadie se movió de su sitio por unos instantes, probablemente tratando de asimilar aquello que no era exactamente lo esperado. Entonces Stuart fue el primero en reaccionar, dirigiendose hacia el panel de control de la cabina de mando de la nave para comprobar si podía ver quien rayos estaba tras esa compuerta.

Los golpes en la compuerta me obligan a arquear una ceja. ¡Que rayos está pasando! ¿Nos atrapan con un rayo tractor sin intentar establecer comunicación y ahora tocan la puerta para entrar? Es algo, como mínimo absurdo.

"Esta mierda debe ser una trampa. Tocan y cuando bajamos las defensas, la vuelan. No caeré en sus mierdas."

Mantengo mi ametralladora apuntando hacia la compuerta cuando veo que Stuart corre al puente. Asumo de inmediato que irá a mirar las cámaras para ver quien es. Me encojo de hombros a la vez que deseo no puedan comunicarse por los canales de comunicación.

"Porque apenas vea que nuestro negociador es una rata demasiado parlanchina, perdimos todo el respeto que podíamos esperar."

Aunque meditándolo mejor, me parece que es una excelente manera de que nos subestimen lo suficiente para luchar sin demasiados resguardos y darnos una oportunidad de salir de esta con vida. No es la peor opción.

Aguardo en mi posición, preparado para volar cabezas mientras espero a ver como esta situación evoluciona.

Antes de que Stuart pudiera abandonar el pasillo de la exclusa de entrada, una serie de chispas irradiaron desde el mando de control de apertura, y la puerta se abrió de golpe.

 -No sabía que os llevarais tan mal con los caballeretes infernales, o mejor dicho, los señoritos infernales.- La burlesca voz de Priscilla se anticipó a cualquier movimiento de apretar el gatillo. -Vaya naves que se gastan, eh?.- Dijo pasando una mano por la pared de la nave que os había abordado.

La burla hizo que la tensión del momento desapareciera un poco. Aunque no sabríais decir si se burlaba de ellos, de vosotros o de los dos.

Junto a ella otras figuras esperaban claramente mas preparados por si el encuentro no salia como estaba planeado, orcos. Entre ellos pudísteis distinguir al que os atacó en la Belussian y perdonasteis la vida. 

Recordais como el caballero infernal lo amenazó con matar a su familia si fracasaba en mataros.

-De todas formas no son necesarias las formalidades, me han recibido de formas peores. En casa, por ejemplo.- dijo mirando a Edariel. -¿Ya hablaste con papá? 

De repente algo, en vuestra cabeza, no comprendía que sucedía claramente. Mientras tanto las miradas de Edariel y Priscila se cruzaban en silencio. 

Al ver a la que viste y calza, la expreción de Stuart cambia de la tensión a la afabilidad enseguida y guarda su pistola mientras se acerca a la elfa oscura.

— ¡Priscilla! — Exclama Stuart encantado, haciendosele la voz más aguda en la mitad de la palabra, debido a lo cual se aclara disimuladamente la garganta al tiempo que aprovecha para liberar su cola de sus pantalones. — ¡Ejem! No sabes cuanto nos alegra volver a verte, ya creía que nos ibamos a tener que jugar el cuello en medio del espacio... otra vez. — Pero entonces la mirada de Stuart se desvía hacia un lado a la vez que sus orejas descienden con cierto desanimo. — ¿Que haces en una nave de los "bastardos infernales"? — Aunque, al ver tras ella a aquel rostro verde conocido, recupera bastante de la confianza perdida. Stuart le hace a este un gesto afirmativo con la cabeza a modo de saludo.

-Hola pequeñín.- Dijo con tono gracioso. -Resulta que haciendo amigos y conociendo sus problemas acabas averiguando los códigos de acceso a ciertas exclusas. Esta nave se venderá muy bien.-

— Se ve bien, es de tipo incursor, ¿No? Nosotros aun tenemos que estar moviendonos en naves prestadas, como esta, o en naves de pasajeros. No estaría mal tener una nave propia. ¿Una como esta dirías que vale unas cuantas decenas de miles de creditos? Hasta he tenido la idea de retirarme un par de años para construirme una yo mismo, que las habilidades no me faltan. — Comenta, amenamente, y espera la respusta. Luego continua. — ¿Sabes? Ahora que he cobrado lo de este último trabajo volveré a Akiton, allí tengo un coche todoterreno esperandome... y mi pequeña Márgalo, quizás me instale allí a descanzar un poco de arriesgar el pellejo. Conseguir un trabajillo normal como mecánico o chatarrero... o médico o programador... o todas esas cosas, encajo en muchos ambitos, y vivir así un tiempo mientras me construyo mi propio bebé. ¿De casualidad pensabas vender en Akiton tu nave? Es un buen lugar para vender cosas de dudosa procedencia. Podríamos viajar a Red Nola, dejar "nuestra" nave prestada, y luego ir contigo en tu nave hasta Akiton.

Edariel asintió al plan de Stuart y Gendo, aunque una extraña sensación en su interior le parecía avisar de “algo”.
Comenzó a acumular energía Fotónica pero entonces sucedió lo inesperado; llamaron a la puerta.

Antes incluso de que Stuart pudiera hacer sus comprobaciones, la puerta se abrió y vieron entrar a Priscilla.
Edariel dejó de acumular energía, pero fue cosa involuntaria, puesto que se quedó como perplejo unos segundos.
Era como si hubiera visto un fantasma.

Más tímido que en ocasiones anteriores, saludó a la drow. O mejor dicho... medio Drow.
Pri... Priscilla... se quedó sin saber muy bien cómo reaccionar hasta que ella le preguntó si había visto a papá.

Sí... hablé con él... entonces... ¿tú lo has sabido desde el principio? preguntó, aunque se imaginaba la respuesta. Yo... no sé muy bien qué decir... pero... me alegro de que seamos hermanos... dijo, encogiéndose de hombros.

En cierto modo se alegraba de tener una hermana, pero por otra parte ahora veía a Priscilla de forma diferente. Ahora debía preocuparse por su bienestar y un extraño sentimiento de protección fluía en su interior.
Debería acostumbrarse.

Priscilla miraba a stuart entre divertida e intrigada mientras hablaba. La rapidez de habla del Ysoki contrastaba con la callada posición del elfo, mas incluso que de costumbre. 

Sonrió cuando Stuart acabó, pero espero a que fuera Edariel quien hablara para contestar antes a sus preguntas. 

-Digamos que las madres drow con tal de torturar a sus hijas no escatiman a la hora de guardar secretos. Al menos no tanto como los elfos.-

Al parecer lo que acababa de decir el elfo era cierto. Priscilla y Edariel eran medio hermanos... Ni siquiera lo hubiérais imaginado. 

-En cuanto a tu propuesta.. - le dijo a stuart -pensaba ir a Akiton para resolver una cosa que tengo pendiente y me dije, oye, que casualidad que estén estos aqui, vamos a proponerles un trabajo que no podrán rechazar. Pero hablaremos mas tarde, en la estacion, ahora tengo que vender una nave.-

Con su característica sonrisa felina, se dio la vuelta introduciéndose en la nave negra y roja de los caballeros infernales. 

-Nos veremos en un par de dias. Os estaré esperando.- La exclusa se cerró detras de ella y la despresurización desancló las dos naves. La negra nave en poder de Priscilla se alejó en la deriva siguiendo un camino paralelo al vuestro hasta que dejo de verse en los radares. 

Era imaginación vuestra o teníais la sensación de que este encuentro no habia sido una casualidad....