Partida Rol por web

Pequeños negocios fueron echos, y sus bolsillos, como siempre, acababan llenos. El no era un hombre de batalla, era un hombre de palabras, o mas bien de engaños, y sobre todo, un hombre de comercio. Con una sonrisa recogió sus cosas y volvió a la barcaza. El niño y su protectora ya estaban dormidos cuando entro. Dejo las cosas a un lado, y se acomodo en su parapeto. Tenían suerte de que el tuviera una cama, y suficientes cosas como para improvisar otras dos, mas o menos cómodas.

No tardaría mucho en dormirse, pues estaba cansado y su sueño era pesado, por ello, no noto al chico despierto por el miedo y moviéndose en su sitio.

El tiempo para llegar había sido demasiado según sus parámetros. Pero ya estaban alli, incluso tras los cambios de dirección de ultimo segundo del guía. Contento, había anclado la barcaza en el primer lugar en que podía hacerlo, sin molestar y siendo visto. Tendría que darse prisa para abrir su establecimiento o no vendería nada esa mañana.

- Considerad nuestra deuda pagada y equilibrada.- Diría a la mujer y al niño.- Ya estamos en paz, ahora ya os podéis marchar. Fus, fus.-Hizo gestos con sus manos, antes de empezar a abrir puertas y hacer nudos.- Si vais a comer Kabzab os recomiendo que lo hagáis con algo de bebida fresca, quizás Walack, o incluso leche de Jhendrabi, tienen fama de ser muy picantes.- Mientras hablaba ni siquiera los miraba, solo colocaba cosas, y se encargaba de tener todo listo para poder ponerse a vender, algo que no tardaría en hacer.