Partida Rol por web

Solomon no quería ver como se saqueaba la caja fuerte de la familia Carlyle, así que permaneció de espaldas durante su apertura, pero cuando se reveló que lo que había allí guardado eran libros, su actitud cambió.

El misionero se acercó muy interesado en descubrir esa literatura, ya que al fin y al cabo él mismo tenía una buena colección privada sobre asuntos africanos.

Otra vez que me arrepiento de no haber estudiado francés –dijo en un tono que no dejaba entender si hablaba para sí mismo o para todos- La próxima vez que pueda me pondré en serio.

En cualquier caso –dijo ahora sí levantando la mirada hacia los demás- parece claro que estas lecturas son parte importante de este misterio, así que me parece buena idea darles una ojeada ahora que disponemos de un poco de tiempo.

Dicho esto, el hombretón recogió el último libro que quedaba en inglés y se sentó cómodamente en una butaca para hojearlo. Los Manuscritos Pnakóticos prometían ser una lectura apasionante.

A pesar de que el grupo se tomó su tiempo para abrir la caja fuerte y reconocer lo que había dentro de ella parecía que los quehaceres hereditarios y encargarse de la nueva fortuna familiar era algo que la señorita Carley iba tener pendiente por un buen tiempo.

En los pasillos cercanos a la biblioteca vieron algún que otro hombre armado vigilando por las ventanas hacia el exterior, pero ninguno parecía con muchas ganas de ponerse a detener a un grupo de hombres que estudiaba una serie de libros en una biblioteca. Justamente es eso lo que se va a hacer a uno de estos lugares.

Tras comprobar que sus camaradas se disponían a entregarse a la búsqueda, en los libros hallados, de pistas probablemente vitales para la consecución de sus objetivos, el abogado se mostró  menos reacio a colaborar.

Con la disciplinada capacidad de observación que le caracterizaba hizo un completo examen del volumen que le había tocado en suerte examinar, cuyo título rezaba "La vida como de un Dios", colocándose para ello unos guantes de cuero cuyo aroma a cabra le trajo recuerdos de la granja de sus padres.

​Ahora que la situación es más tranquila y que todo el mundo está mirando libros con calma, y no forzando una caja fuerte, me acerco a la vitrina echando una ojeada de soslayo al libro en francés cuando paso cerca de el.

- Una pena no hablar ningún otro idioma... - Murmuro casi para mis adentros al pasar los dedos por la cubierta.

Una vez junto a la vitrina saco con cuidado, y sostengo con más cuidado aún ya que será bastante valiosa, la antología de Poe para echarle una ojeada mientras los demás consultan los libros que han sacado de la caja fuerte.

"El Pueblo del Monolito", no parecía una lectura acta para Paulov, pero al igual que el resto, estaba dispuesto a hacer el esfuerzo, siempre y cuando tuviera cerca a su metálica compañera.

Tras ojear las revistas y anotar los números de cada ejemplar, Peter se dedica a ojear los libros rápidamente, pero a pesar de estar acostumbrado a buscar información en la biblioteca, ya sea por las prisas o por el idioma, poco puede hacer, sólo apuntar los títulos y poco más.

Empiezas a investigar el libro. El libro parece estar escrito por un tal "Justin Geoffrey" y son una recopilación de poemas. Con lo que puedes ver parece que era un tipo trastornado pero no dejan de ser poemas, a simple vista no encuentras nada interesante en ese pequeño libro.

Empiezas a leer el libro y te das cuenta que estaba escrito por un hombre totalmente loco. El autor, un tal Montgomery Crompton era un británico que estuvo en Egipto en el año 1805. En este libro narra toda una serie de actos deplorables con los que adoraban al "faraon negro". Al parecer este hombre se volvió el líder de una especie de culto en su época.

Will no puede evitar husmear en ese libro de extraño tacto. Seguro que el propietario de aquella piel tenía una tersura especial. Su suavidad le resulta especialmente grata y no puede sino dejarse llevar por la imaginación pensando en la belleza inmortalizada en aquél volumen. Hipnotizado por la imagen de tan excelso sacrificio, ojea las páginas con delectación tratando de concentrarse en alguna noticia que provoque su interés.

Josep entorno los ojos y al cabo de unas cuantas hojas y un par de tragos, se quito las gafas para restregarse los ojos.

-Amigos, si alguien aprecia los poemas de un loco, este es su libro, sinceramente no creo que esto nos sirva de mucho. Su autor un tal Justin Geoffrey, no parece ser mas que un amargado letrado con tendencias oscuras. Y ladrillo si no te gustan los locos. -Dio su sincera opinion al respecto.

-Si alguien quiere intentarlo, es todo suyo, yo creo que voy a descansar uno a dos minutos.-Dejo el libro en la pagina donde había acabado y cerro los ojos por unos segundos.

​Cierro con cuidado la antología de Poe y vuelvo a dejarla en su sitio, en la vitrina, con más cuidado aún del que pongo para cerrarlo. Una vez cerrada la vitrina me dirijo a Paulov mientras saco una tarjeta del bolsillo:

- Si no es molestia, yo estaré encantado de darle una ojeada al libro. - Digo acercándome a él. - Si bien Poe me encanta no estoy seguro de que pueda sernos útil en esta situación.

Empiezas a leer el libro y te das cuenta que estaba escrito por un hombre totalmente loco. El autor, un tal Montgomery Crompton era un británico que estuvo en Egipto en el año 1805. En este libro narra toda una serie de actos deplorables con los que adoraban al "faraon negro". Al parecer este hombre se volvió el líder de una especie de culto en su época.

Will lee algunos fragmentos del libro de piel humana. Las aberraciones que atisba a leer le causan una extraña impresión sobrenatural, una forma de locura que parece escapar a las limitaciones de los humanos contemporáneos. Reconoce actos más propios otra época más salvaje y primitiva, pero de algún modo más auténtica.

-Señores, ¿alguien conoce a Montgomery Crompton? -De pronto el tacto del libro se vuelve pegajoso y desagradable, de modo que trata de alejar sus manos de él. -Parece que visitó Egipto a principios del pasado siglo y se encontró con adoradores de un "faraón negro". Desconozco los detalles exactos, aunque aquí describe su pertenencia a una extraña secta que bien podría coordinarse con la de los individuos que conocimos en Harlem por su abyecta naturaleza y criminalidad. Parece que ejerció el liderazgo sobre ella. Es normal que este libro estuviera en una caja fuerte, dadas sus características, ¿no creen?

Por tus conocimientos de historia sacas que gran parte de la población de Harlem era descendiente de inmigrantes africanos que llegaron a América como esclavos en la época de la conquista. De todas formas varios siglos pasaron desde que esos primeros negros llegaron al nuevo mundo y era un poco descabellado pensar que podría haber una relación directa entre ambos grupos. De todas formas recuerdas que la tienda comerciaba con Kenia y seguramente esté más relacionada con un grupo de estos que de un grupo Egipcio.

Desde el pasillo escuchan movimiento y se puede escuchar a la señorita Carlye dirigirse en voz alta a su mayordomo.

No se cuanto demoraré con esto, pero no puedo seguir dejando a estos hombres solos en la biblioteca, no sería una buena anfitriona.... ¿Puedes ocuparte del resto tú así puedo ver que es lo que están haciendo?

Hay un silencio y ella agrega.

Perfecto entonces en unos minutos iré con ellos.