Partida Rol por web

18 de Enero, después del anochecer.
No queriendo arriesgarse a usar el coche de Tyler para atravesar las heladas carreteras de los estados Providence, Nueva York y Massachussetts, el grupo toma el expreso de Boston de las 20:03. El equipaje, las maletas, hechos con gran celeridad, se agolpan en el compartimento de carga, hacia dónde vuestras miradas se dirigen suspicaces.

¿serán necesarios en Nueva Inglaterra los objetos que se encontraban en la Casa del Ju-Ju y por los que la secta sin duda asesinaría no una sino mil veces mas a cientos de anónimos ciudadanos que acabarán con un extraño símbolo en la frente, o zombificados?

¿No podrán sustraerlos de comisaría tan fácilmente como cuando accedieron a la sección de libros raros de la Universidad de Harvard?

Una breve parada en New Haven, Bridgeport y Providence; la locomotora hace su entrada en la estación Sur de Boston, y unos pocos minutos después toma el nocturno de Arkham.

La plácida imagen de los verdes campos de Nueva Inglaterra se torna espectral al estar sumida en tinieblas y las brumas. Las pequeñas villas de la zona se hallan mayoritariamente sumidas en la oscuridad mas absoluta, solo rota por la luz eléctrica de alguna granja alejada.

Es cerca de la Medianoche cuando el convoy atraviesa las desiertas y mal iluminadas calles de Arkham y el puente sobre el Río Miskatonic para detenerse en Riken Station. Descendéis al andén acompañados de una pequeña nube de vapor que emiten las válvulas del tren. La vuelta a casa resulta por un lado agradable y tranquilizadora, al saberse alejados de los peligros de la Gran Manzana, pero por otro lado no podéis evitar sobrecogeros ante la visión de las calles con el mágico, añejo y vetusto ambiente de Nueva Inglaterra, que tantas novelas e historias de fantasmas decimonónicas ha inspirado.

Es probable que alguien haya invitado a Goldberg o a Tyler a pernoctar en su apartamento de Arkham, pues no son horas de buscar hoteles, y la noche es fría.

Tyler baja los escalones del tren y al llegar al anden se echa mano a la pitillera de la que saca un cigarrillo y lo enciende.

- Vaya, si que hace un poco de frío - dice mientras se cierra un poco más la gabardina, da una larga calada y tras echar el humo comenta - mejor será que busquemos el equipaje, ¿está muy lejos el lugar donde dormiremos?

Paul ajusta bien su abrigo de paño mientras respira hondo, agradecido por la familiaridad de su porpia ciudad. El vaho de su boca se eleva en zarcillos al respirar y las manos se entumecen al tenerlas fuera de los bolsillos tan solo unos instantes.

Pueden dormir en mi casa, está sobre la tienda de antigüedades y es bastante amplia, aunque creo que nos costará calentarla hoy, es una casa vieja, ¿saben?

Patenado el suelo para entrar en calor el orondo anticuario se muestra preocupado.

Hace tanto que estoy fuera que muchos de mis clientes deben pensar que me he muestro o algo así, debería buscar un ayudante que mantenga las cosas a flote cuando no estoy...

Después de haber dejado en el hotel mis señas en caso que la stra. Carlye quisiera acceder a ponerse en contacto con nosotros, sigo, con mis reservas, a los chicos durante el trayecto en tren desde Nueva York pasando por mi ciudad, Boston, para después seguir hacia donde vivo ahora, Arkham.

Brr, que frío!!! Me subo el cuello del abrigo y escondo las manos como puedo, ya que los guantes que tengo no es que abriguen mucho y más en las gélidas noches de enero.

Muchísimas gracias Paul! Pero para mí no es necesario, tengo mi apartamento en French Hill, relativamente cerca de aquí. Y un sofá libre. Si alguien quiere venir a dormir le dejo una manta, el baño y un buen café para desayunar mañana por la mañana! La calefacción funciona y como es pequeño no tardará mucho en caldear el ambiente.

Es verdad, ha pasado casi una semana desde que llegamos a Nueva York, bueno, cinco días, más o menos. ¿Ya son pasadas las doce?

¿Cuál es el plan? ¿Mañana visitamos a ese señor en la universidad?

A Tomas le agradaba el aspecto tranquilo de la ciudad, lo prefería a la ruidosa y agetreada estancia anterior. El frío y la humedad penetraban hasta el interior de sus huesos y su viejo abrigo y la bufanda tejida por su madre eran una pequeña ayuda para combatirlo.

El misionero seguía a los demás sin saber que hacer, en una ciudad extraña y esperando la iniciativa de sus compañeros.

Ante el ofrecimiento de el Sr. Bauberg, Tomás respondió.

-Muchas gracias por ofrece sus estancia, no sabría encontrar un hotel por aquí.- En realidad, le quedaba poco dinero para hospedarse en uno. 

Creo que en ese caso lo correcto sería acompañar a la Srta. Marrow a su apartamento. Luego podemos coger un taxi hasta mi casa y cenar algo de camino. Mañana haremos el trayecto a la inversa e iremos a visitar a ese profesor de la universidad, si les parece bien.

Paul, aunque esta esperando para ver si el resto del grupo esta conforme, busca ya con la mirada un taxi libre para escapar del frío.

Abrazándome a mí mismo y frotándome los brazos con la esperanza de que el frío no entre en mis huesos miro el paisaje de Arkham Ha pasado demasiado tiempo desde la última vez que vine aquí, aunque ¿estaremos a salvo de esos sectarios? ¿habrán levantado más muertos con ayuda de este libro? estos pensamientos hacen que mi actitud sea algo nervioso. Torpemente, me saco un cigarro y, tiritando me lo llevo a la boca. Luego, acercándome a Paul Perdona, ¿me das fuego? tras inhalar una bocanada de aire miro a Paul y la Sta Marrow Si os parece bien yo me puedo quedar con la señorita. Me gustaría comentarle unas cosas sobre este libro que llevo.

Paul no se sorprende del ofrecimiento del fotógrafo. Hay una buena amistad entre ellos y se ha consolidado con algunos episodios paranormales.

Me parece estupendo. En cualquier caso pueden llamarme por teléfono si necesitan algo. No obstante , estoy pensando que podríamos cenar todos juntos antes de retirarnos.

Paul mira alrededor para orientarse.

¿Un italiano tal vez?

Dado mis antecedentes como perista y compardor/vendedor de arte robado, ¿puedo conocer a alguien que me venda una recortada en el mercado negro?

Me parece estupendo Jean Philippe!!

Y por favor, dejaros de tantos miramientos de "señorita", llamadme Lindsey. Después de todo lo que hemos pasado, y que seguramente nos pasará, ya nos podríamos tutear.

En cuanto lleguemos al apartamento comentamos lo del libro, no te preocupes.

Un italiano? Jean, tu conocías uno, no?? Deja que piense... ¿No fuimos hace tiempo a uno que se llamaba Mario's o algo así?? Una enfrente de una iglesia.  Sí, Paul también estaba. Creo que era en el treinta y tantos de North Church Street, si la memoria no me falla. O si conocéis otro también estaría bien comer algo caliente antes de irnos a descansar.

Tomas un poco avergonzado levantó su mano y dijo.

-Eh, bueno... Yo también estoy interesado en leer ese libro.- Se le veía intranquilo y deseoso, como un niño esperando una enorme piruleta. -Conozco algo sobre el tema y quizas podría ser de ayuda. No hace falta que quedemos esta noche. Pero si me gustaría leer el libro.

-Un Italiano, no está mal. He comido cosas peores cuando estaba de misiones.- dijo en un intento de broma. Espero que no sea caro...

Apúntate la recortada a partir del día siguiente. Imaginemos que esta noche la dedicas a visitar a un viejo conocido que en su momento te proporcionaba material de quién sabe que ilícita procedencia para su discreto blanqueo.

Aunque en este país también la puedes conseguir en el mercado legal, y con gran faciliad.

Y el restaurante Mario´s, que una vez sirvió como punto de partida para la Nueva Hermandad Oscura que sucedió al doctor Merryweather, al doctor Allen y al resto de sus compañeros, parece ser de nuevo el lugar en el que se sellará la alianza de investigadores para combatir y frustrar los planes de una extraña secta con supuestas ramificaciones internacionales si las sospechas de Elías eran correctas.

Justo frente al restaurante está una bellísima iglesia de estilo neogótico, construida hace unos 100 años con la anaranjada piedra que se puede encontrar en esta zona.

Y las luces del Mario´s hace horas que han reducido dejando el local sumido en la penumbra, aunque tras las semiopacos visillos se puede ver un par de siluetas cuyos susurros pronunciados en italiano llegan vagamente a vuestros oidos. Es medianoche y quizás no es la mejor hora para una buena cena. No obstante Vinacci parece bastante confiado y golpea suavemente la puerta. Debe conocer a los dueños, sin duda, quizás porque tiene su estudio, "Atelier Vinacci" en este mismo barrio.

Inmediatamente la conversación en el interior se detiene, y la silueta de uno de los hombres se levanta precipitadamente parece coger algo de encima de la mesa y se retira hacia el interior del local.

Una luz eléctrica se enciende en el interior y la puerta de entrada se entreabre, y un bigotudo hombre moreno os mira con suspicacia mientras dice en un pésimo inglés con fortísimo acento italiano Está cerrado, vuelvan mañana, por favor. Pero una voz a su espalda le interrumpe:

MammaMia!! Carissimo JeanPhilippe e il suo amici!!!! dice Alessio cuando reconoce al fotógrafo francés. Se vuelve al bigotudo que abrió la puerta y le habla en un rapidísimo italiano.
¡Paolo! Il signore Jean Philippe Vinacci é il mio fratello francese e il é sempre benvenuto a la nostra azienda! No sei bizarro di piu!

Sale de la barra y avanza hacia la puerta con los brazos extendidos hacia el fotógrafo, mientras el llamado Paolo se retira a un lado algo abochornado.
Jean Philippe, amico, excusa a mi primo Paolo, pero no esperabamos invitados a estas horas de la noche. Decidme, amigos, ¿qué puedo hacer por vosotros?
.....
¿Cenar? ¿A estas horas? ¡Por todos los santos! ¡Tengo ya el horno apagado! Y ya hemos cerrado, pero....¡Jean Philippe, amigo mio, avísame antes! Pasad, acomodaros, ¡sentaros, por favor, algo encontraré! Se apresura a encender una vela situada en un vaso en una mesa vacía y con un ademán con su mano os invita a tomar asiento. Antes de que podáis reaccionar tenéis una mesa dispuesta, mientras Alessio va contando como su primo Paolo acaba de emigrar a América desde Bari y que trabajará con él en la cocina del restaurante aunque de momento no habla apenas inglés. Y una cena fría pero sabrosa a base de queso, embutido, carpaccio, ensaladas y gruesas lonchas de carne curada se agolpan ante vosotros, mientras tanto Paolo apaga la luz eléctrica y pone el cerrojo a la entrada.
Reglamentaciones municipales sobre los horarios de cierre, ya saben...

Y cerca de la 1:00 de la mañana incluso llama discretamente a Vinacci hacia la barra y le muestra una botella de Orvieto blanco seco para que juzgue si es conveniente usarla para agasajar a sus amigos ignorando sin duda la profesión del bueno de Tyler.

Decadence Dani, que llevaba antes Vinacci, inventó la existencia de Mario´s y de Alessio, el hijo del dueño del local y actual jefe de cocina. El local se ubica al lado de Atelier Vinacci y fue inventado en una aventura anterior, "el margen de las tinieblas".

Al entrar en el restaurante y ver a mi viejo amigo, extiendo los brazos para recibirle

Viejo amigo, cuanto tiempo tras el abrazo inicial, me separo un poco

Siento mucho no poder haberte avisado con antelación. Lo cierto es que salimos muy rápido de Boston y llegamos aquí tarde, y se me ocurrió venir a verte ¿quién mejor que tú, un ami mien?

Tampoco queremos molestaros demasiado, así que calienta cualquier cosa que nos pueda llenar la barriga

Una vez sentado, miro a Tomas Emmm, respecto al libro, creo que será mejor que no mireis ninguno ese libro. Como ya dije se trata de un endemoniado manuscrito con algún tipo de ritual en el que transfieres tu energía vital a los muertos para hacerles caminar. No, no puedo, no debo, permitir que leais ese libro

Tomas miró receloso a Vinacci. Que sabrá éste de los horrores que yo he vivido cuando estuve en Haití y sus sectas de Vudú y me hubiera gustado verlo cuando destapamos la trampilla de los engendros en la Casa del Ju-Ju, que hasta el policía se meó en los pantalones.

-Si es por eso, no se preocupe, he visto más de lo que se imagina.

Sonrío ante la franca demostración de alegría del dueño de volver a ver a Vinacci. Y yo también me alegro de volver a estar en este agradable restaurante otra vez

En la mesa podemos por fin comer algo de la estupenda comida del local: los quesos, los embutidos, el carpaccio y el resto están realmente deliciosos.

Mañana lo comentamos, Tomas. Y ninguno duda de lo que hayas podido ver, tanto en la casa del Ju-ju como antes, aunque no hayas hablado de ello. Le digo con simpatía y comprensión en la voz y la mirada... Luego, como si recordara algo de improviso me giro a Vinacci:

Por cierto, Jean Philippe...

Le susurro algo al oído y espero su respuesta, luego hago lo mismo con Paul.