Partida Rol por web

Astaldo, voy a necesitar que te quedes en "stand by" durante una semana, quizás dos, para incorporarte al argumento de la partida.

Pero estoy en ello, ¿eh?

Hace un par de meses y tras la jubilación del teniente Martin Poole te han encargado un caso que os trae locos en la comisaria. Se vienen sucediendo una serie de asesinatos extrañísimos, posiblemente rituales, desde hace ya 2 años. 8 personas han muerto sin que tuvieran ninguna conexión entre ellos, ni imilitudes económicas o raciales. Sospecháis de alguna organización mafiosa o incluso sectaria debido a que todas presentaban unas marcas en la frente representando un semicírculo hecho con dos lineas horizontales, dos oblícuas y una vertical de pequeño tamaño y otros 4 cortes verticales en la base y todo rodeado por un par de medias lunas. Todas las marcas están hechas con algún objeto punzante.

No habéis conseguido hasta ahora capturar a nadie, no hay testigos y no hay nada, salvo que los asesinados se habían mezclado con una gente un poco extraña. Nadie en Harlem afirma saber nada, y ningún experto ha sabido hasta ahora identificar las marcas en la frente.

Es un caso difícil, pero no puedo permitir que siga muriendo gente. - Pienso para mi cada vez que recuerdo la escasez de pistas que, tras 2 años de investigación, no han llevado a ninguna parte.

Para intentar evitar algo, recomiendo a mis superiores, a través de un informe, el incremento de la vigilancia policial en la zona afectada, tanto para intimidar a la organización, ya sea mafia o secta, de forma que se le pueda evitar actuar con facilidad, pues al fin y al cabo hay que primar la seguridad ciudadana.

Ademas, con esta medida es posible que se encuentre alguna pista, alguien cometa un error, y podamos tirar del hilo hasta encontrar a los culpables de tales asesinatos.

También, ajeno ya al informe, me exprimo el cerebro, buscándole algún significado a la marca misteriosa. Esta claro que puede llevar el caso hasta el responsable o responsables, pero alguien tiene que entender su significado.

20:30 de la noche.
Estás muy tranquilo en tu domicilio de New Rochelle, tras una cena recalentada en el viejo horno de gas, y escuchando los partidos de los Knicks por la radio, cuando alguien llama a tu puerta.

Te dispones a abrir, y ante ti, en el umbral de la puerta aparece un hombre uniformado, de tu comisaria. William Boone, un buen chaval, aunque muy joven e inexperto. Hasta que tenga algo mas de experiencia seguirá siendo el chico de los recados, aunque será un muy buen policía.

Detective Tyler, buenas noches. Perdone que le moleste a estas horas. Me envían de comisaria central, pues ha aparecido otro cadáver con esas extrañas marcas en la frente, en Manhattan. Como usted dijo que se le avisara inmediatamente, decidí venir a buscarle. ¿Desea usted que le acerque hasta Manhattan, a la escena del crimen ahora mismo?

Ni siquiera ha apagado el motor de su vehículo, al que ves a su espalda emitiendo un ruido infernal.

Por supuesto, por supuesto. Deme un segundo para que coja el abrigo.

Cojo la gabardina, algo de papel y lápiz lo más rápido posible, siguiendo de inmediato al agente Boone. Una vez en el coche, le pregunto:

Mientras llegamos al lugar, ¿podría decirme como encontraron al cadáver? - se puede percibir un pequeño ruego en mi voz, suplicando por alguna nueva pista que impida que se cometan más asesinatos.

Nos llamaron del Hotel Chelsea, en la 23 Oeste, hace 15 minutos. Una patrulla inmediatamente se personó allí. Varón, caucásico, unos 40 años, y sin empadronar en Nueva York. Estamos intentando encontrar testigos, pero la habitación no ha sido registrada aún, en espera de que usted llegue, señor.

El agente Boone acelera sumergiéndose en las vias principales de la ciudad que llevan hasta el corazón de Manhattan Midtown. Parece nervioso pero conduce con gran pericia esquivando hábilmente el tráfico.

Bien, bien, han hecho bien. - respondo mientras apunto rápidamente el lugar y los datos que me da Boone en la libreta. - Ahora veremos si encontramos algo alli - digo con confianza en mi equipo, pues han actuado con la rapidez y la profesionalidad que esperaba.

El veloz vehículo penetra a gran velocidad en Midtown Manhattan, llegando con gran celeridad al edificio que alberga el hotel Chelsea en la 23 Oeste.

Un edificio de ladrillo 12 plantas, que ya cuenta con casi medio siglo de vida, pues fue construido en 1883, fue hasta 1899 el mas alto de la ciudad.

Situado en una bulliciosa calle plagada de teatros, cines y salas que ofrecen conciertos, su tamaño sigue siendo acongojante y su aspecto exterior muy hermoso y acogedor.

3 coches propiedad del NYPD se encuentran en la puerta y un policía uniformado se halla en la puerta, esperando tu llegada. Mientras numerosos curiosos se agolpan en las cercanías intentando discernir que pasa.

El policía uniformado se acerca a la portezuela del coche una vez este detiene su movimiento frente a la puerta del hotel.
Buenas tardes, detective Tyler

Le reconoces fácilmente. El agente Flanagham es uno de los sargentos de la comisaria central en quién se puede confiar para llevar a cabo cualquier trabajo. Discreto e inteligente, su verdadera familia es el NYPD después de que su esposa y su primogénita fallecieran en el parto. Obsesionado en ocasiones con el trabajo bien hecho e incorruptible, es un placer contar con hombres así en el cuerpo.

Me alegro que el muchacho le encontrara en casa dice mientras abre la portezuela.
Hace algo menos de media hora recibimos una llamada telefónica en la central. Se trata de un caso de homicidio con ensañamiento. La víctima es un varón caucásico, de unos 40 años, de nombre Jackson Elías, sin domicilio fijo y sin enemigos conocidos. No era siquiera neoyorquino, pero parece que ha sido otra víctima de esa misterisa mafia que gusta de grabar aquel símbolo en la frente de las víctimas. Hemos desalojado y precintado la habitación en espera de su llegada. El fotógrafo de la policía ha llegado hace apenas un par de minutos.

Una vez sales, continúa hablando con un cerrado acento de Queens.

Una vez mas no hay testigos presenciales de lo sucedido, aunque una testigo les vio huir precipitadamente: los asesinos huyeron por la escalera de incendios y tomaron un vehículo para huir por Fashion Avenue en dirección a Manhattan Uptown. 4 individuos de ropajes andrajosos y de raza negra.

Cierra la portezuela tras de tí y continúa su verborrea mientras lee los apuntes que ha ido tomando en su libreta de bolsillo.

Hemos encontrado a 4 tipos en su habitación, que al parecer venían a reunirse con la víctima. Hemos preferido esperarle para que usted dirija el interogatorio.

Dice mientras juntos entráis en el hotel.

El interior del hotel, decorado con madera oscura y bien lustrada, es a su vez de gran belleza. El vestíbulo de recepción posee una bella alfombra roja, y el recepcionista y los botones están impecablemente vestidos. En el techo una lámpara de araña ilumina adecuadamente la zona. En el interior se encuentran otro par de policías uniformados, charlando amigablemente y tranquilizando a otro hombre en cuya solapa se encuentra la misma chapa de latón identificativa que lleva el recepcionista. Parece bastante alterado. Varios mirones y curiosos charlan en el vestíbulo intentando enterarse de lo sucedido.

Y al cabo de un minuto eres conducido hasta la escena del crimen.
Uno de tus muchachos se ha tomado la molestia de colocar cinta policial en la puerta.

La ventana está abierta y en ella también han colocado cinta policial. Los cortinajes ondean en el interior de la habitación sujetos por sus soportes, y se cuelan algunos copos de nieve. Al pie de la ventana hay una bandeja plateada.

Podría ser una prueba, señor. Estaba en el callejón, al lado de una botella y una copa rota, aunque la trajo hasta aquí un periodista que se nos adelantó. Es uno de los 4 que vinieron a reunirse con la víctima. Por cierto, de los 4 tipos que huyeron, los 4 de raza negra como sospechábamos, uno vestía de botones, lo cual explica que la cerradura no esté forzada: bien el botones tenía la llave o bien la propia víctima le abrió la puerta. Hay solo dos botones de color en el hotel, y uno de ellos libraba hoy.

Al pie de la cama, deshecha por completo, unas manchas de sangre afean la alfombra. Allí está depositada una bolsa d elona vacía. Sobre la cama hay una novela y ropa pulcramente dispuesta.

La puerta del cuarto de baño está abierta entreabierta y allí se aprecian mas restos de sangre en el suelo. Mucha sangre. La luz está encendida e incluso han acercado una lámpara del dormitorio.

Y en el borde de la bañera hay unos zapatos. Unidos a unas piernas que se pierden en el interior de la bañera ocultando la visión del resto del cuerpo de vuestra mirada. Y sangre, más sangre. Sangre... fresca.

Numerosas heridas de arma blanca han destrozado su cuerpo. Profundos cortes hechos quizás con machetes han cortado su piel en su pecho, manos (posiblemente trataba de protegerse del filo asesino) y abdomen.

Sus ojos quedan abiertos reflejando una expresión de miedo y dolor.

Y en su frente hay otras heridas, pero realizadas con otro filo, posiblemente de menor tamaño. Y no parecen haber acuchillado su frente al azar, sino conformando un extraño símbolo: un semicírculo hecho con dos lineas horizontales, dos oblícuas y una vertical de pequeño tamaño y otros 4 cortes verticales en la base y todo rodeado por un par de medias lunas.

Horrorizado con la escena, el detective arrugó la nariz en una mueca de desagrado.

-De acuerdo, antes de nada necesito que se emita una orden de búsqueda para encontrar al botones que libra hoy.

Robert se acarició en mentón mientras repasaba la libreta con las anotaciones. Y antes de pronunciar palabra echó un nuevo vistazo a la habitación.

-Agente Flanagham, tanto la bandeja como la copa, ¿son utensilios del hotel? -preguntó con los ojos entrecerrados y acercándose la ventana.

Con excesivo cuidado, sacó un pañuelo y, cubriéndose la mano, se apoyó en el marco de la ventana para asomarse, intentando ver la escalera de incendios. Unos instantes después se volvió hacia la cama.

-Parece que la víctima se disponía a prepararse para su cita -susurró casi para sus adentros-. Quizá estaba le leyendo cuando vinieron a molestarle... -Robert suspiró profundamente, otro asesinato más de esta extraña secta... había que cerrar el círculo- ¿Dónde están esos hombres que querían reunirse con Jackson?

¿Al botones? Ahora mismo intentamos localizarle. Seguramente en la oficina tengan su dirección.
Flanagham también saca una libreta y toma nota para no olvidarse ninguna tarea pendiente.

No hemos podido comprobar lo de la copa y la bandeja, aunque es bastante probable.

Se encuentran en la cafetería del hotel. Les hemos pedido que colaboren con la policía y que esperen a su llegada para prestar declaración. Los 4 han aceptado y le están esperando. ¿Bajamos ahora? Por cierto, ni el cadáver ni sus pertenencias han sido registrado en espera de su llegada. Cuando de la orden, procederemos, pues el fotógrafo ya ha tomado todas las instantáneas de la habitación. Se encuentra en el callejón, ahora mismo, fotografiando los cristales.

-Ya veo... pues si son tan amables, pueden empezar el registro -respondió el detective- Mientras tanto creo que debería hablar con esas cuatro personas...

La ventana está abierta y no está rota. Los cristales son los de la botella y la copa del callejón.

El dibujo está hecho con un objeto punzante, una navaja o algo así, y hecho a mano.

Estamos a 15 de Enero de 1925 (perdón, ahora me doy cuenta de que nunca había comentado ese detalle en esta escena), y hay posibilidad de recoger huellas.

La ventana desemboca directamente en una escalera de incendios de hierro fundido, que desemboca en un sucio y oscuro callejón, mal iluminado, que desemboca en la adyacente fashion Avenue.

Comprendido. Le acompañaré hasta la cafetería. El hombre que descubrió las pruebas del callejón es el extranjero calvo y con perilla. Al parecer los 4 habían sido citados por el señor Elías en esta habitación y fueron los que encontraron su cadáver. Quizás ellos estén en peligro dice Flanagham mientras comenzáis a descender hasta la cafetería.