Partida Rol por web

Las máscaras de Nyarlathotep

1.4 Nueva York - Universidad de Columbia

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31/03/2008, 14:44
Neijel

15 de enero de 1925

Ian MacConlom se abrió paso entre los estudiantes que abarrotaban los pasillos de la Facultad de Historia de Universidad de Columbia. Había recibido un telegrama la noche anterior de su buen amigo el profesor Langrave pidiéndole que pasara a verle por la facultad.

Se adentró en los poco transitados terrenos del Departamento de Antropología y, finalmente, encontró el despacho que buscaba. Entró y cerró la puerta. Landgrave estaba sentado detrás de su escritorio cubierto de papeles y documentos. Al otro lado de la mesa, su asistente Mina Mordaunt esperaba en silencio.

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31/03/2008, 15:07
Landgrave

-¡Padre MacConlom! Gracias por venir, siéntese se lo suplico.

Landgrave hizo un gesto mientras se ponía en pie para darle la bienvenida..

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31/03/2008, 15:19
Ian MacConlom

El padre MacConlom estrechó enérgicamente la mano del profesor antes de tomar asiento. Una vez sentado, saludó a la señorita Mordaunt con una inclinación de cabeza, y redidigió su atención hacia el hombre que le había llamado.

- Landgrave, viejo amigo, me alegra verte. Cuéntame, ¿qué te ocurre, muchacho? Debe de ser importante para que me hayas hecho enviar un telegrama hasta Arkham...

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31/03/2008, 15:26
Landgrave

Landgrave se sentó tras estrecharle la mano a Ian, sonriendo afablemente.

-Disculpe que le haya hecho venir. Habría ido yo mismo a verle pero salgo de viaje en un par de horas y todavía no he acabado de solucionar un par de asuntos urgentes.

Se aclaró la garganta unos instantes mientras observaba con ojos cansinos los papeles amontonados.

-En fin, ¡c'est la vie! Quería pedirle un favor, si no tiene usted inconveniente y dispone de la tarde de mañana libre.

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31/03/2008, 15:55
Ian MacConlom

Notas de juego

McConlom enarcó una ceja al escuchar al profesor.

- Por supuesto, me vendrá bien pasar unos días alejado de la parroquia, para desengrasarme. Pero dime, ¿a qué tanta urgencia y tanto misterio?

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31/03/2008, 15:59
Landgrave

-No tengo la menor idea. ¡Se lo prometo! Esto me llegó ayer, deje que se lo lea.

Mientras decía esto, abrió un cajon y sacó un papel doblado de color amarillo. Luego se puso sus gafas para leer y mantuvo el papel a una distancia considerable, levantando la vista, mientras leía en voz alta.

-TENGO INFORMACION RELATIVA EXPEDICION CARLYLE STOP LLEGO NUEVA YORK 16 ENERO STOP HOTEL CHELSEA 20 HORAS STOP FIRMADO JACKSON ELIAS.

Dejó el papel en la mesa y se quitó las gafas tranquilamente.

-¿Conoce usted a Jackson Elias, padre?

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31/03/2008, 16:08
Ian MacConlom

MacConlom se quedó unos segundos en silencio, dubitativo, como intentando excavar en la tierra de su memoria.

- Creo que no, aunque quién sabe. A mi parroquia acude tanta gente... Pero no te preocupes, amigo; te acompañaré con gusto.

Tras un par de segundos, volvió a hablar, como movido por un resorte.

- Por cierto, ¿qué es la Expedición Carlyle?

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31/03/2008, 16:17
Landgrave

-¡Hmm! Y Usted, señorita Mordaunt, ¿tampoco conoce a Jackson Elias?

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01/04/2008, 04:11
Mina Mordaunt

Mina dirigió los ojos a Landgrave, apenas escuchó su nombre. Los había mantenido alternativamente en él, en el recién llegado y en las paredes, presas de sus propios mundos, respetando toda la intimidad posible en la charla pública entre los dos hombres. Sólo los había fijado al responder el saludo del amigo de su jefe.

Sonrió.

- La verdad, el nombre no me suena, profesor Landgrave. ¿Debería? - su sonrisa pareció disculparse por la presunta distracción.- ¿Ha pasado por aquí?

Notas de juego

Perdón el atraso, hemos empezado en un lunes particularmente complicado! =)

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01/04/2008, 08:42
Landgrave

Landgrave adoptó el tono académico que solía usar cuando hablaba en público y se dirigió a los dos.

-Jackson Elias. Nació en el 1886 en Stratford. Es un escritor notable, un tipo con agallas. Sus libros revelan y analizan a las sectas criminales, no se si habrán leído alguno de ellos... ¿"Los hijos de la muerte"? ¿"Amos de las artes negras"? ¿No? Bueno, es bastante conocido en su círculo.

Buscó en una estantería próxima sin levantarse de la silla. No encontró lo que buscaba.

-Creo que lo tengo por aquí, ya se lo dejaré para que lo lean si les interesa. En cualquier caso, Jackson Elias es todo un personaje... debo reconocer que me tiene intrigado. La expedición Carlyle se trata de una expedición liderada por Roger Carlyle hace unos... seis años. Desapareció en algún remoto lugar de Africa Oriental, los detalles no están muy claros. Armó bastante revuelo en su día, seguro que podrán encontrar información en algún periódico local de la época, si es necesario.

Hizo una pausa unos segundos, mirando a ambos. Parecía inusualmente incómodo.

-Padre, quiero pedirle que acompañe a la señorita Mordaunt al hotel Chelsea mañana por la tarde. Yo no puedo ir, como ya le dije salgo de viaje en un rato, y no me gustaría que fuera sola. Entenderé si prefiere no ir, no hay problema, puedo intentar encontrar a alguien, pero pensé que le podría interesar. ¿Qué le parece?

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01/04/2008, 12:24
Ian MacConlom

MacConlom sonrió comprensivamente.

- Por supuesto que estaré ahí. Una jovencita no puede permitirse ir sola por la calle en estos tiempos que corren.

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01/04/2008, 12:27
Landgrave

-¿Y a Usted, señorita Mordaunt? ¿Le importaría encargarse de este pequeño detalle por mi? Seguro que no será nada importante, y Jackson Elias es una persona respetable e íntegra.

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01/04/2008, 22:43
Mina Mordaunt

Mina le dedicó una sonrisa con profunda simpatía al sacerdote. Luego miró a Landgrave, y asintió, sin dejar de sonreír.

- No tengo inconvenientes, profesor. Sólo debe decirnos cómo es el señor Elias, para que podamos reconocerlo. O darnos las indicaciones que sean necesrias.

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02/04/2008, 08:59
Landgrave

-Eso no será problema. Tiene unos cuarenta años, piel bronceada, altura normal, ni gordo ni flaco... En cualquier caso imagino que en el Hotel les darán más señas. Díganle que van de mi parte.

Landgrave se levantó de la silla sin dejar de sonreir. Consultó su reloj con cuidado y acto seguido se dirigió al colgador y empezó a ponerse el abrigo mientras hablaba.

-Pues nada, les agradezco mucho el favor. Voy a tener que despedirme y acabar todo esto a mi regreso porque empieza a hacerse tarde y perderé mi tren. ¿Hay alguna otra cosa que deseen saber acerca del asunto este?

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02/04/2008, 13:14
Ian MacConlom

- Descuida, amigo. has dejado el asunto en buenas manos.

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02/04/2008, 16:36
Mina Mordaunt

- Por mi parte, ninguna. Me imagino que podremos manejarlo.

Mina suspira, y le dedica una sonrisa de despedida a Landgrave.

- Éxitos con su viaje, profesor.

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02/04/2008, 16:47
Landgrave

-¡Gracias entonces! A mi regreso ya retomaremos el tema y me explicarán como ha ido la cosa. Si me lo permiten me gustaría invitarles a ambos a cenar este fin de semana, para demostrarles mi agradecimiento.

Se envolvió en la bufanda y se puso los guantes.

-¡Ah! Señorita Mordaunt, por favor, acuérdese de pasarme nota de los gastos, corre todo de mi cuenta.

Estrechó la mano de Ian MacConlom y, tras murmurar alguna otra frase de despedida, salió del despacho a paso ligero.

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02/04/2008, 16:58
Mina Mordaunt

Sus frases fueron respondidas por una sonrisa. Había una notoria dulzura en la forma en la que Mina respondía a las palabras y gestos de Landgrave, como si estuviera hablando con un amigo muy querido o con un hermano muy cercano, aunque no parecia que lo fueran. Pero aquello se deshizo en el aire, cualquier deducción encontró un corte, cuando volteó con esa misma sonrisa hacia el padre MacConlom.

- Seguramente tendrá cosas para hacer, padre. Pero, ¿puedo ofrecerle algo que tomar, antes que se vaya a continuar su día?

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02/04/2008, 22:56
Ian MacConlom

- Me temo que en estas tierras en las que la ley del hombre ya vale más que la Ley de Dios, y me han llegado a pedir que presida la Liturgia con zumo de uva, no habrá posibilidad de que un viejo escocés disfrute de un vasito de la sangre de su tierra, así que un café negro tendrá que valer, niña. Muchas gracias.

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03/04/2008, 19:16
Mina Mordaunt

En el rostro de la joven se dibujó un gesto de asombro, ante la forma en la que le había llamado. Pero en vez de mutar en ofensa, el "Niña" le hizo sonreír más. Con un gesto de comprensión, Mina se levantó de su sitio y desapareció por el hueco de la puerta, dejando al padre MacConlom solo en el despacho del profesor Landgrave.

Al cabo de unos minutos, retornó con una bandeja y dos tazas. La que más humeaba, echando un olor penetrante e inconfundible, fue puesta con gracia y delicadeza delante del hombre. El azúcar fue dejada a escasos centímetros suyos, suficientes para no molestar el movimiento de sus manos. Mina tomó su propia taza, dejándola en su pedazo de mesa, y apoyó la bandeja en una pequeña mesa llena de papeles a uno de sus costados.

- Espero que sea de su gusto. No me molestaré si quiere escupirlo. - dijo, y sonrió. - Es un hallazgo encontrar a otro europeo por estos pasillos, padre MacConlom.