Partida Rol por web

Saco la daga y ataco al S6, que se encuentra a unos pasos, rodeado por nosotros. Por fin comienzo a atisbar un rayo de esperanza, después del duro comienzo. A esta distancia, no puedo fallar.

El hechizo de curacion es de toque y consume una accion estandard. Por lo tanto, solo puedes moverte 6 casillas antes de lanzarlo, con lo que no llegas. Por otra parte, Lobezna esta bastante hecha polvo y podría usar ese conjuro.

En cuanto ambos criaturas caen frente a los ataques de lobezna y Arielus, el clérigo se dispone a girarse y correr en pos de sus compañeros, pero se percata de que lobezna sigue mordiendo la pierna del saguajin y de que sangra profusamente por varias heridas, asi que opta por arrodillarse junto a ella y tratar de tranquilizarla y sanar sus heridas.

Con sumo cuidado el clérigo impone sus manos sobre las heridas y eleva una breve oración, hasta que sus manos comienzan a emitir un tenue brillo y las heridas del animal se cierran visiblemente mejorando su estado.

- Vamos pequeña, hay que ayudar al resto- Le dice mientras se levanta y sale disparado hacia donde combaten el resto.

LAs horribles heridas de Lobezna se cierran parcialmente. El animal suelta su presa y te da un lametazo en la mano en agradecimiento.

Los dos arqueros, al ver caer a S6, se dan la vueltan y echan a correr hacia el borde del barranco de la derecha y se lanzan de cabeza al abismo.

Todos los Sajuagines que quedan en la sala son cadáveres. Teneis un respiro, aparentemente.

Arielus llega junto al resto del grupo en el momento en el que los Sajuagines saltan por el barranco sin darle tiempo a hacer nada mas, pero se percata del estado del resto de sus amigos. Mientras envaina su acero, se acerca a grandes zancadas hacia el que parecía mas grave de todos ellos, Zelmar quien se hallaba postrado en el suelo al lado de la última criatura en caer.

- Que desastre!!- comenta mientras se arrodilla junto al elfo - Polgara, alguien debería vigilar el barranco por si subieran mas criaturas de esas- añade a la vez que sopla sus manos y las frota entre sí, mientras las coloca sobre las heridas sangrantes de Zelmar.

Poco a poco y agotando las últimas fuerzas que le quedaban al clérigo, las manos comienzan a emitir un agradable y calido fulgor dorado que parece hacer efecto en el estado del elfo. Pasados unos minutos la luz va atenuándose hasta desaparecer.

- No puedo hacer más- dice el clerigo visiblemente exhausto.

Violant corre hasta encontrarse con Lobezna a la entrada de la sala, donde el animal había llegado. De rodillas frente a la loba, la druida lamenta las heridas de su hermana, menos graves en realidad de lo que podría parecer por la cantidad de sangre que mancha su pelaje.

Al poco de inspeccionarla, se da cuenta de que unas manos sanadoras han paliado las heridas más profundas. Girándose al clérigo dijo emocionada:

- Gracias Arielus. He sido descuidada y podría haberla perdido. Trataré de estar más pendiente de ella.

Incorporándose y mirando alrededor, vio a Zelmar recuperarse y dijo dijo:

- Debemos también registrar la gruta rápidamente e irnos, no soportaremos un segundo encuentro.

Comienza pues a mirar entre las cajas que antes le habían servido de protección.

Encontrais objetos de lo más variopintos en las cajas. Desde espejos hasta cuadros pasando por anillos, bastones, sillas...hasta encontrais una fuente de plata engarzada con piedras preciosas. Lo mas raro del alijo es que no parece que los objetos tengan nada en común, como si no tuviera sentido que viajaran en la misma caja. 

Asiento a la sugerencia de Arielus antes de dirigirme al barranco y asomarme desde una distancia prudencial, mientras cojo el arco y mantengo una flecha al alcance.

Sin girarme, pregunto a Violant, ya que la había visto comenzar a rebuscar entre las cajas antes de moverme.

-¿Encuentras algo?

-No me atrevería a asegurarlo, pero parece que nada de esto es lo que estamos buscando, si bien es posible que esté relacionado. Quizás tú, Polgara, pudieras decirnos si algo de todas estas baratijas y trastos tiene un valor mágico, aunque creo que el motivo de que estén aquí es precisamente que no lo tienen. - Mientras decía esto, se acercó al borde del acantilado, hizo un gesto a la loba para que se acercase también y el animal obedeció. - Llobeta y yo vigilaremos si quieres echar tú un vistazo. A parte de esa fuente que he dejado sobre la caja y algunos cuadros y anillos nada parece tener demasiado valor.

Polgara, desde el borde ves que la escalera desciende a lo que parece una porción de tierra que asoma desde debajo de vuestro nivel y que desemboca en lo que no puede ser más que el mar penetrando en la cueva. Alcanzas a ver dos rastros de agua que va desde el agua hasta el interior.

Me siento junto a Zelmar. -Jamas vi unos pescados tan crudos! Casi no lo contamos...

Saco de mi zurron un mendrugo de pan y se lo ofrezco, -te apetece?

- Zelmar abre los ojos y ve a Arielus, intenta incorporarse pero esta mareado, así que permanece tendido en el suelo mientras se recupera...

- Nok se acerca a el, le dice algo pero apenas sabe de que esta ablando hasta que le ofrece el pan y entonces une sus palabras, se incorpora un poco apoyado en los codos, acepta el mendrugo de Nok - si... lo cierto es que prefiero que estén un poco mas hechos jeje!... no creo que me apetezca pescado en una temporada...

- El elfo mira a su alrededor buscando a sus compañeros... están todos bien y eso le alivia.

Polgara junta todas las cajas y lanza detectar magia. Sin embargo, el hechizo no revela ningun rastro de magia en el batiburrillo de objetos.

Bien. - Dijo Violant mientras seguía con su arco apuntando a la negrura del abismo- No sé muy bien hasta qué punto podríamos tomar estos objetos como botín, ya que son robados, pero tampoco entiendo cómo hacerlos llegar a sus dueños. Hay algunos trastos que bien valdrían algunas monedas en una ciudad. Podríamos tomarlos y volver al pueblo, descansar y retomar la búsqueda mañana. ¿Qué os parece?