Partida Rol por web

Las Negras Aguas del SALZ DM04/22(WF2ª Edición)

ACTO I - El Negro Salz

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27/03/2022, 14:44
DIRECTOR

Año 2504 del Cómputo Imperial.

Posada El Lucio Gigante, Stavern. Nordland.

La época primaveral de lluvias estaba dejando los campos, bosques y montañas más anegados que nunca. El río Salz había crecido mas de cuatro pies llegando a suponer una amenaza directa para todas las casas a orillas del río, y por supuesto, para el barrio pesquero de Stavern de continuar creciendo. Las aguas del Salz casi tocaban las pasarelas de los muelles, además de que el río bajaba cargado de matojos, tierra y maderas arrastradas por la crecida, que suponían una amenaza para cualquier embarcación que quisiera salir a navegar.

Alguno de los habituales que concurrían la posada esos días de lluvia, bromeaban diciendo que los sacerdotes de Taal, en su celebración por la festividad de los primeros brotes, le habían dado en ofrenda demasiada cerveza y ahora el dios la estaba meando. Sea como fuere, no paraba de llover y el río seguía subiendo. Pero no era el único problema del que se hablaba.

También habíais oído hablar a las gentes del lugar acerca de los peligros de navegar por el Salz, con sus aguas turbulentas de un oscuro tono, y la sombra del bosque que le rodea dando cobijo a viles criaturas y bandidos. Es por ello que los lugareños comúnmente le llaman el Negro Salz. Muchas vidas se ha cobrado ya el río, y muchas más que se cobrará. Solo haciendo un ritual de ofrendas al río se puede navegar seguro estos días, y los puestos callejeros rebosaban estos dias de amuletos de ofrenda al espiritu del río.

Pero la verdad era otra. 

Las criaturas oscuras del bosque habían incrementado su actividad debido a la guerra del año pasado. Las huestes nórdicas de Norsca habían aprovechado la oportunidad que brindaba la muerte del antiguo emperador, creyendo que este, joven e inmaduro, no podría contenerlos. Aliados a las fuerzas del caos habían arrasado la costa norte. El nuevo emperador, Karl Franz, había frenado su avance con espectacular maestría y la gran batalla se había decidido en Hargendorf, a la cual muchos hombres habían partido en llamada a las armas y de la cual, según se decía, no quedaba piedra en pie y los ejercitos del caos habían huido a refugiarse en el bosque.

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27/03/2022, 14:46
DIRECTOR

Refugiados bajo el techo de la posada El Lucio Gigante, pasabais las horas viendo a través de las ventanas o la puerta el continuo aguacero, a esperas de que el alguacil de turno apareciese para reclutar la gente necesaria, según indicaba el pasquín clavado en el madero del puesto de guardia:

"Se necesitan brazos armados para control de piratería en el río Salz. Buena paga. Esperar a medio día al alguacil en El Lucio Gigante."

No había mucho margen de error. Había pasado un día. Mirando vuestra bolsa esperabais que el alguacil apareciera al medio día de hoy, o no podríais costear mucho mas los servicios de la posada.

Veinte personas os habíais reunido allí, incluyendo un enano, un infante que no llegaría a los trece veranos y una persona evitada y apartada del resto, cuya presencia y mirada os ponía los pelos de punta, un hechicero.

¿Pero qué podía querer un hechicero allí?¿acaso no eran todos los hechiceros ricos, pudiendo convertir el barro en oro?

Los chismes acerca del hechicero, la madre del alguacil que no aparecía y los peligros de las distintas criaturas que poblaban el bosque crecían a medida que pasaba el tiempo, de la misma manera que bajaba vuestra bolsa. Y todo eso, con el constante y quejicoso farfulleo del posadero, que no ayudaba a sobrellevar la espera. 

Goswin Monheimer (Posadero) -¿Qué será de mi si sigue lloviendo?. Maldito río, ¿hasta cuando piensa crecer?¿Hasta que engulla Stavern y perdamos nuestras posesiones?. Pues no pienso irme de mi posada asi me ahogue con ella y me coman los peces los ojos. Pero no me iré. Y por si fuera poco,- continúa el posadero con su monólogo mientras ve llover a través de la puerta apoyado en la barra. -están esos piratas río arriba. ¿Qué fechorías estarán rumiando ahora?.- El posadero abandonó su lugar en la barra adentrándose hasta el fuego que calentaba la habitación.

-Hay mis huesos. Maldito tiempo, ¿que será de mi?. Si sigue lloviendo así me dolerán hasta las falanges de los pies-. Dice calentándose el trasero, a la vez que echa una ojeada a uno de los mercenarios que allí os acogíais. -¿Le pongo otra señor? Ayuda a sobrellevar la espera-. Dice señalando su pichel vacío, cambiando el tono a un ruego, o súplica. 

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01/04/2022, 01:17
Ándor

Apoyado estaba en la ventana viendo caer el agua como jamás la había visto caer. Cierto era que había visto muchas estaciones de lluvia, pero aquella era especialmente violenta. Levanté la cerveza y la apuré de un trago limpiándome después la boca con la manga de la camisa.

Si seguía lloviendo así y el alguacil tardara más de la cuenta, sería de las últimas cervezas que podría tomar. Aquel trabajo podría suponer un suculento ingreso a mi bolsa de monedas pero solo si aparecía el algucail.

Me acerqué al tabernero al escuchar como ofrecía bebida a uno de los que nos agolpábamos en aquella posada y le ofrecí mi pichel.

Yo sí quiero otra. Si no refesco la garganta no sé si podré aguantar un día más de lluvia.

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01/04/2022, 04:40
Leopold

Poco aspecto de medio día tiene el cielo por la copiosa lluvia que cae sin piedad alguna sobre las tierras del Imperio. El Negro Salz, como le dicen los locales debido a los aspectos más sórdidos de su realidad actual, ha aumentado en cauce y tamaño, por lo que no estoy del todo seguro si el trabajo de control de piratería nos esperará o los delincuentes se morirán ahogados sin darnos oportunidad de ganarnos la recompensa.

"Quizás estas lluvias y el aumento del cauce terminan siendo más efectivos que todas nuestras armas juntas."

Pero la verdad es que aun así, entre considerando que quizás la lluvia hace el trabajo por nosotros a que quedaremos tan mojados que quizás la fiebre nos mate antes de poder cobrar nuestra recompensa, de todas formas espero con ansias a que aparezca el alguacil.

En mi caso, lo hago en el rincón más solitario de la posada pues sé que los de mi... clase tenemos la tendencia a despertar animadversiones en la población, sobre todo en estos lugares más rurales del Imperio, donde la superstición puede más que cualquier cosa.

Si el posadero se digna a acercarse a mí, le pediré un poco de carne en salazón con leche, me importa poco si de vaca, cabra u oveja, pues no bebo cerveza. El alcohol nubla los pensamientos y cuando la magia es el instrumento, no se puede dar el lujo de sufrir voluntariamente aquella pérdida de sentidos.

Mientras tanto, espero. Observo y espero.

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01/04/2022, 09:22
Gorst Bocatorcida

Gorst se reclinó en el asiento, maldiciendo su suerte una vez más mientras miraba al río.

- Hijo de una ramera y un barbo. - murmuró de mal humor.

La crecida de las aguas hacía imposible salir, y los malditos saqueadores del cauce alto terminaban de rematarlo todo. Había intentado aguantar, pero sin pesca no se podía vender el pescado, y sin vender el pescado no había para comer. No le había quedado otra que unirse al llamamiento para ir a limpiar de piratas el río, no ya para recuperar su negocio, sino para poder pagarse un bocado y un trago.

- Trae otra, posadero. - dijo con voz ronca y mirada hosca - A ver si no nos ahoga este aguacero.

Su bolsa estaba casi vacía, pero un par de chelines menos no cambiarían gran cosa. Más valía coger una buena cogorza para no pensar demasiado en su degracia.

Gorst estaba nervioso. Él no había nacido para aquello: era pescador. No es que nunca hubiese tenido pendencias con nadie, pues en aquellas tierras hoscas el bandidaje era común, y más de una vez había tenido que alejar rateros amenazándolos con su lanza, o ajustarle las cuentas a algún otro pescador que pretendía instalarse demasiado cerca. Pero aquello era distinto. Si los rumores eran ciertos, allí había algo más, algo más oscuro y tenebroso que el Negro Salz. Se estremeció, y dio un largo trago al pichel lleno que le traía el tabernero. La calidez del alcohol le alivió un poco. Aquel sería un día muy largo.

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01/04/2022, 09:50
Goswin Monheimer (Posadero)

-Marchandooo..- Contestó el posadero con un sonsonete agradable a la vez que cogía otra jarra y la ponía debajo de la espita de la cerveza.

-Pues digole señor pescador, que este aguacero se nos lleva por delante. Ya verá sino me equivoco. ¡Hay que será de mí!.- Dijo el tabernero mientras dejaba las jarras en las correspondientes mesas. -Mi pobre posada. El agua llegará hasta el viejo Brunen,- continuó señalando un lucio de buen tamaño, cerca de tres codos de largo, situado detras del mostrador. -...y volverá a nadar. Como si lo viera. ¿Cómo mantendré a mi familia?...- siguió quejándose el posadero mientras se acercaba al fuego otra vez.

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01/04/2022, 10:24
Hårr "el velloso"

Hårr se encontraba en la mesa frente a una ventana, en donde se veía la lluvia azotando el cristal y el río estirándose a pocas hectáreas en la lejanía. Se pasaba el rato señalando afuera e indicando a los que tenía en su compañía las historias de las cavernas, imaginando que allí estaban. Lo hacía a menudo cuando tenía el estómago repleto de delicioso néctar. No le importaba hablar demasiado o ser un bocazas en ocasiones, ni le importaba agradar a su público, él hablaba y hablaba porque le salía de dentro.

—¿Ve, por ahí? —Señaló a una zona del río en donde parecía que estaba más hundida, cuando debería estar llana—. El agua se cuela con mucha rapidez, eso es que hay un hueco subterráneo, ¿no? La de ardores que supone el agua filtrada cuando pretende sacar provecho. No, señor, por ahí no hay nadie trabajándolo. Si lo hay es alguien descuidado que no reforzó la galería.

Ofreció su jarra para que se la llenasen de nuevo y continuó hablando mientras daba sorbos.

—Sí, sí, al menos yo odio el agua, fíjese. Primero, si se cuela moja el polvo de arcilla, dejando todo perdido, ¿no? A mí me han enseñado a cavar, no a limpiar. Luego, si se hunde, normalmente hay que abandonar las herramientas y botas pesadas. Si es que quieres salir a flote... ¡Es una pérdida de tiempo!

Si bien no podría mantener las pagas mucho tiempo (no solo por el vacío de su monedero, sino por la tempestad), la conversación fluía libremente en una dirección, como el río Salz.

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01/04/2022, 20:04
Goswin Monheimer (Posadero)

-Maese enano,- dijo el posadero mientras cargaba la jarra -si hubieran cabado profundo donde dice, el río de seguro no habría llegado donde está ahora. Pobre de mi-. Continuó mientras eludia a los comensales en dirección a la mesa. -Quien lo iba a decir, que acabaría mis días como un pez dentro de mi posada. ¿Quién os dará de beber cuando no esté yo?.

 

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02/04/2022, 02:41
Alguacil Gustaf Gotfried

Como si de un vendaval se tratara, la puerta de la posada se abrió de golpe dejando adivinar la silueta de un hombre enfundado en un aceitado capote de cuero para resguardarse de la lluvia. A grandes pasos se acercó a la barra, a donde el posadero regresó de inmediato llenando una jarra de cerveza para dársela al desconocido que dejaba el mojado capote a un lado, goteando sobre el piso de madera.

El hombre, de alto temperamento y gran mostacho, os mira fieramente antes de acabarse la pinta de cerveza de un solo trago.

-¡BURP!-. El eructo reverberó por la estancia dejando patente que a aquél hombre no le importaban un comino las normas de etiqueta ni vuestras opiniones. -Si la mitad de los que decís ser grandes soldados fuera verdad, hace años que no habría elfos en Laurelorn, ni goblins en toda Nordland-. Se ajustó el peto de cuero recio desgastado por el tiempo y los combates mientras se paseaba entre vosotros. -Soy el alguacil Gustaf Gotfried. Podéis llamarme alguacil Gotfried o podéis llamarme señor Gotfried, pero hasta que no hayamos limpiado el Salz de esa escoria, no me llaméis Gustaf-. Paseando con tranquilidad y ojo experto entre la veintena de hombres que os habíais congregado allí, se detuvo delante del infante que portaba un casco de metal, una bolsa de arpillera a la espalda y un bastón afilado en su punta a modo de lanza.

-Lárgate muchacho. Aquí solo queremos hombres que sepan morir sin llamar a su madre, y aféitate ese bigotillo para que salga tupido-. El infante se ruborizó y marchó corriendo de la posada.

-Espero que al resto de los que se os ha llamado tengáis por lo menos un arma decente-. Dijo siguiendo con la inspección, que duró poco más. Una vez acabada, volvió a la barra y se dirigió a todos vosotros.

-Ya habéis oído los rumores a cerca de los ataques en el Salz. Los barcos que salen no llegan a su destino, sea cual sea. Y tampoco llega ninguno de otras ciudades fastidiando el mercado. Los pescadores se han “enfrentado”- dijo con voz burlona -a goblins, elfos y bandidos. Seguro que también habréis escuchado que es un dragón quien se traga todos los barcos por que tiene hambre y los caga en el río-. Se oyeron algunas risas entre dientes. -¡Sandeces!-. El alguacil lo dijo de tal manera que a nadie le pareció ya tan gracioso. -Se lo que sea, elfos, goblins o patos de río acabaremos con ellos y liberaremos la ruta de este mal. Para eso se os pagará al finalizar la caza 50 chelines. ¡Maldita sea es lo que yo gano en un mes de trabajo!, así que no quiero quejas respecto al dinero. ¿Alguna otra pregunta?-.

Notas de juego

Todos los que hayáis pedido una jarra de cerveza, quitaros 2 peniques.

El cambio de moneda es:

1Corona de oro = 20 Chelines de plata = 240 Peniques de latón

1 Chelín de plata = 12 Peniques de latón

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02/04/2022, 11:16
Gorst Bocatorcida

Gorst escupió a un lado, satisfecho del carácter recio de aquel sargento. Sin duda el hombre les conduciría hasta el orígen de aquellos ataques que le habían dejado sin pesca. Se rió con ganas cuando el sargento mencionó los ridículos cuentos que otros colegas de profesión habían inventado para justificar su falta de redaños. Todos se quejaban, pero ninguno tenía ganas de defender lo suyo cuando tocaba. Gorst no era así.

Tentó el mango del hacha con las manos, sopesándola. Era un arma tosca, pero a buen seguro se clavaría en el cráneo de un goblin, o de un elfo. Los últimos le hacían menos gracia: se decía que atacaban sin oirlos llegar, y que uno veía la flecha saliéndole del pecho antes de haberla notado. Gruñó pensando en aquello.

- Yo tengo una pregunta. - dijo con voz ruda - ¿Vamos a seguir toda la mañana de cháchara, o vamos a ir ya a despedazar a esos maleantes?

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02/04/2022, 12:09
Leopold

Giro una página más del libro que tengo, el único de hecho, donde he hecho algunas pocas anotaciones de mis viajes. He recorrido un par de regiones, pero la verdad es que mi viaje recién comienza. Haber nacido con mi "Don" en una familia acomodada habría sido muy fácil pues me hubiese pagado mi educación en un Colegio de Magia y estaría aprendiendo a controlarlo lo suficientemente bien para no permitir que él me controle a mí y terminar mis días en un destino mucho peor que la muerte. Lamentablemente, no fue así y nací en una familia pobre de Reikland. Suerte tuve de que un Hechicero me descubrió y me tomó como su aprendiz, para enseñarme a usar mis poderes básicamente.

"Pero el desgraciado me dijo que no tenía dinero para ayudarme a entrar en alguna de los Colegios, así que tengo que buscar como ganarme la vida para poder pagarlos."

Me queda mucho por aprender pero no podré mejorar en ello si no tengo el metálico para pagar mi educación y eso significa que no tengo mucho futuro. Si no completo bien mi educación, más peligroso es el uso de mis poderes.

Así que heme aquí, buscando trabajo como un vil mercenario para poder llevarme algo de oro a mi bolsa. Aprovecho de leer unos esquemas que hice para canalizar el Caos y formar luz a través del él, una de las áreas que más me fascina, cuando escucho al Alguacil entrar en la taberna y hacer su presentación, escandalosa e innecesaria, pero presentación.

Bajo mi libro y me someto a su escudriñamiento mientras le sostengo la mirada. Cuando se aleja y pregunta por dudas, niego con la cabeza y espero su respuesta a la cómica intervención de uno de los presentes, que me agradó mucho: O nos mueve rápido a ganar dinero, o vemos como le parten la cara. En cualquier caso, sería salir de la típica noche estudiando que siempre son tan comunes delante de esta clase de eventos.

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02/04/2022, 16:05
Alguacil Gustaf Gotfried

-Me gusta tu carácter, pero no tengas tanta prisa en morir.- Respondió al pescador que se impacientaba por librar ya la batalla.

-Veo que tenemos un enano, bienvenida sea su hacha, pero que sepa que no pienso rescatarlo si cae al agua con todo ese hierro encima.- Dijo refieriendose a su armadura metalica, debajo de una de cuero, escudo y hacha. -Pero tenemos un inesperado giro de suerte, y Morr parece sonreirnos con la ilustre presencia de un hechicero.- Todo el mundo se volvió hacia aquella presencia que parecía traer la mala suerte, e inesperadamente ahora era buena compañía.

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02/04/2022, 18:30
Hårr "el velloso"

El enano gruñó algo ofendido por la mísera recompensa que obtendría. Eso en su tierra era solo la parte fija de sus labores, si tenían en cuenta la parte variable podría hasta quintuplicarla. De todas formas, conociendo su poco tacto, sumado el estar ebrio y viendo que había competencia allí mismo, se aguantó las ganas de intentar mejores labores. Se notaba ser un Alguacil de negocios y, ya que había notado la presencia del minero, prefirió presentarse. Necesitaba regresar a casa con prestigio y qué mejor que unos chelines a regresar con nada.

—¡Hårr! —dijo, poniéndose en pie. Más que su nombre, pareció emitir otro gruñido. Un sonido algo complicado, no por la R característica de los enanos y la H sonora, sino por la vocal que sonaba entre una O y una A.

—¡El velloso! —se escuchó por el fondo, entre risas.

El enano ni se molestó en mirar. Levantó su hacha algo amenazante, dejando ver sus antebrazos peludos.

—¡Y bien orgulloso estoy! Hårr a su servicio, si queréis a los humanos os dejo decir Harr, Horr, Haorr, Hoarr, ¡grrrr!

Le quedaba todavía unas horitas de simpatía gracias a su última cerveza.

 

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02/04/2022, 20:54
Ándor

Seguía en mi sitio al lado de la ventana viendo caer el agua fuera. Tenía algo de hipnótico ver caer el agua desde el cielo y verla repiquetear en los charcos formando aquellas ondas.

Mirad eso. Con un poco de suerte la lluvia habrá barrido campamentos de bandidos y goblins que dudo que sepan nadar. Sólo podrían quedar elfos escurridizos escondidos en sus árboles.

Le di un largo trago a la cerveza.

Ten a punto el dinero que en cuanto arrecie la tormenta daremos cuenta de quien sea que esté atacando esos barcos. Sólo espero que el mago no me chamusque las cejas cuando empiecen los combates

¡¡JA JA JA!!

Levanté mi jarra y saludé al hechicero escondido en su rincón.

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02/04/2022, 22:44
Leopold

Cuando todo el mundo dentro de la taberna gira en mi dirección por la mención que hizo el Alguacil de mi presencia. No me gusta tener demasiada atención sobre mí pero no es mi intención tampoco ser amilanado por algo tan estúpido. Vengo a ganar algo de dinero y, aunque realmente sea una mierda lo que me ofrece, es una ganancia que planeo obtener.

Levanto la mano para saludar con una sonrisa en la boca cuando todos me miran, para dejar claro que no me impresiona la situación y que, acabar con unos pocos peligros en este río no será algo más que rutinario.

Entonces escucho al enano hablar y la verdad es que me cae bien el "Velloso", parece simpático... para ser un enano. No es que conozca a alguno en persona, pero he oído sobre ellos y no es precisamente simpatía de lo que se habla al mencionarlos.

Otro humano de aspecto atlético habla y me menciona. Me río ante su broma, no porque sea chistosa realmente sino porque no tiene ni idea de que no sé conjurar fuego ni para prender una hoguera seca.

"Pero supongo que mantener el mito es una de las mejores armas de los míos, para bien o para mal."

Así que miro al Alguacil y le hablo:

 - "¿Y cual es el plan que tiene, Alguacil? ¿Tiene algo en mente o solo navegaremos buscando bandidos a los que matar?"

Me pongo de pie y avanzo lentamente en dirección al hombre y a la conmoción del gentío reunido. Mi paso es sereno pero decidido, pues el tiempo de hablar se ha acabado y es hora de limpiar este río de una vez por todas.

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03/04/2022, 01:15
Alguacil Gustaf Gotfried

-Los bandidos y los goblins saben trepar a los árboles, muchacho. Reza a Sigmar para que el río también arranque esos árboles-. Contestó al joven que había hablado después del enano. Entonces el hechicero habló, haciéndose un silencio en toda la posada que parecía mas una misa a Morr, señor de la muerte, que una posada llena de gente recia. El alguacil entrecerró los ojos viendo como se aproximaba el mago.

-¿Plan?-. Preguntó con mofa contestando así al hechicero. -El único plan es navegar día y noche hasta encontrarnos con quienes quieran atacarnos, rajarnos las tripas y quitarnos nuestras pertenencias. Así de simple.- Uno de los presentes comenzó a temblar tanto que el tintineo de sus armas iba al ritmo del aguacero que se estrellaba contra la ventana. -A menos que antes reclame vuestra vida el Negro Salz.- Dijo en voz alta. 

Recogiendo el capote del suelo, se lo abrochó y volvió a miraros una vez más. -¡Bien ya basta de cháchara!. Parecemos viejas chismorreando bobadas. Tú, el de ahí,- dijo señalando a un hombre que no había sido bendecido precisamente con el don de la belleza. -Del vizco pa´llá iréis en la segunda barcaza. El resto conmigo. ¿No queríais sangre? Pues procurad que no sea la vuestra-.

Acto seguido salió al exterior seguido de todos vosotros. En un cálculo rápido había cerca de doce hombres para la barcaza número dos, pero en la primera, donde iba el alguacil, bien se había guardado de que fueran con él el enano y el hechicero, amén de cuatro hombres más, los mejores armados que había en la posada.

Notas de juego

Si, vais todos en la primera barcaza con el alguacil.

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03/04/2022, 01:38
DIRECTOR

El aguacero no cesó a pesar de vuestro empeño y dedicación, rezos y amenazas proferidas a Taal, a los demonios de la lluvia e incluso al propio espíritu del río. Dos barcazas, anchas de manga y con poco calado para acercarse a las orillas sin encallar, estaban dispuestas en uno de los diques de pescadores del puerto.

El río bajaba con fuerza, rabioso y a la vez sereno, como dándoos la bienvenida a sus oscuras aguas con una sonrisa antes de ahogaros. Sendos timoneles se refugiaban del agua bajo un cobertizo con mulas, y corrieron a sus puestos nada mas veros, sujetando el palo que hacía de timón y la única cuerda que manejaba la vela triangular. 

Una baranda a la altura de medio muslo evitaba accidentes para caerse al río, pero tampoco ofrecía una protección adecuada frente un abordaje, ya que las barcazas de río estaban pensadas para el transporte y descarga rápida del contenido o los pasajeros. 

Nada mas subir, comenzó a moverse aquella endiablada embarcación. El timonel y velero, parecía que sabía lo que se hacía bajo la lluvia, y comenzó a remontar el río a contracorriente, evitando los palos más gruesos que bajaban flotando como jabalinas contra las embarcaciones.

Notas de juego

Una barcaza de río. La vuestra es un poco mas larga y tiene una vela para remontar la corriente.

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03/04/2022, 15:25
Ándor

No habíamos conseguido evitar salir con la tormenta, así que lo mejor sería intentar ponerse lo más a salvo posible en la barcaza. Mucha seguridad no daba, pero busqué un lugar donde poder mantenerme de pie a pesar de los vaivenes del río.

Junto al timonel me pareció el mejor lugar donde colocarme y cogerme a la escasa barandilla que daba una falsa sensación de "no me caeré por la borda".

Al final había tenido que compartir travesía con el hechicero, el enano y el tipo ansioso por salir bajo la lluvia junto con alguno más de los que estábamos en la taberna.

Variopinto grupo este de aquí. Me gustaría saber quién será el primero en caer por la borda. El enano no. A duras pena sobresale de la barandilla

Miraba al grupo desde allí estudándolo, adivinando de quién podría fiarme si las cosas se ponían duras. Mientras veía pasar troncos y demás de sechos que, de momento, íbamos esquivando.

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03/04/2022, 17:31
Hårr "el velloso"

El alguacil Gotfried dio la orden de salida, quedando el enano sorprendido de la cantidad de hombres que irían a la aventura. El canijo se imaginaba que habría una pequeña demostración o combate, para decidir cuáles eran las piezas más valías, de las cuáles estaba seguro que él sería uno de los elegidos sin necesidad de prueba. Tan sólo había que ver cómo el alguacil se arrimaba al enano, tanto como él sujetaba su escudo.

Salieron de la posada y la lluvia tormentosa conseguía que se le bajara la temperatura causada por la cerveza. Gruñía por cada gota que caía en su barba. Le había costado secarse en el cobijo de la tienda para que ahora tuviese un peso más encima. Maldito el momento que se le ocurrió salir de casa con los pelánganos alborotados. 

—¡Grrr —cayó una gota, y ahora cae otra—, grr!

Subieron a la barcaza y se mantuvo cerca del alguacil (o él se mantuvo cerca suyo). Un transporte que en su opinión no era adecuado para este momento, aunque viendo el resto del puerto diría que no había más remedio. Total, para él no habría vaivén que lo echara al agua, ni aunque se mantuviese al borde.

Acto seguido, encaja su hacha en el lomo y el escudo en su espalda, para recoger su ballesta.

—Si esos pieles verdes se atreven a aparecer, conocerán mis virotes antes de acercarse, grr.

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03/04/2022, 20:06
Gorst Bocatorcida

Gorst se acomodó en la barcaza con el ceño fruncido por la lluvia, indiferente al movimiento de la misma, al que estaba más que acostumbrado. Comparado con su barca de pesca, aquello era incluso más estable de lo habitual. El navío zarpó con torpeza, mientras las copiosas aguas del río barrían hacia abajo todas las formas de escoria habidas y por haber.

El pescador se revolvió nervioso en su puesto cuando el barco zarpó. Suerte la suya, pues el haber sido echado para alante le había valido un puesto en la mejor de las barcazas, aunque también sería la primera en recibir las flechas. La idea no le gustó demasiado. No tenía con qué protegerse de ellas.

- Estáis un poco lejos de vuestras tierras. - le dijo, entre gritos, al enano, cuyos gruñidos se escuchaban por encima de la lluvia - ¿Qué os ha traído hasta aquí?

Pensó que sería buena idea llevarse bien con aquel robusto guerrero, sin duda a su lado tendría menos posibilidades de caer fulminado.