Partida Rol por web

Tarik mira con cara de fastidio cómo los alguaciles se llevan a la mercader.

Safira, espero que se revuelva con presteza el malentendido y podamos retomar nuestros negocio. Suerte.

Tras despedirse de Safira, Tarik repara en la bella esclava que acaba de aparecer. Se dirige a ella en árabe.

Paz, Amira. Nos vemos otra vez. Parece que la comerciante judía tiene las manos muy largas y se la llevan presa. ¿Sigues haciendo los recados de tu dueño? ¿Te molestaría que te acompañe? Soy nuevo en la cuidad y no conozco casi nada ni a casi nadie.

El árabe se dirigió a ella cuando se llevaban a la judía, parecía que no podía hacer nada y no creo que ella fuera una ladrona...

(En árabe)

"No creo que una mujer que se gana el pan comerciando aquí, haya tenido la osadez de robar, no me lo creo.. solo que por ser judía la tratan así... y no...( hasta aquí exaltada y despues mas calmada) no puede acompañarnos, seria perjudicial tanto para usted y sobre todo para mi, lo siento mucho"

(Hago el gesto muy disimilado de los de su raza de una despedida...)

Me acomode el vestido y observe como se llevaban a la vendedora... quizá a la noche podría hacer algo si mi señor venia animoso y podía complacerlo.. y seguí detrás de las demás doncellas.

-Gracias, buen hombre-contesto Safira-Estoy segura de que todo este malentendido se resolverá en cuanto hable con el Corregidor. Es una persona razonable. Y respecto a la guardia, tan solo hace su trabajo. Han alertado de que había un ladrón y seguramente hubiera varios. Y a alguien se le ha ocurrido que era buena idea señalarme. Sin duda porque soy judía.

Miró a los soldados con paciencia.

-Cuando gusten. Me gustaría solucionar este tema cuanto antes.

Con una leve inclinación de cabeza, un intentando torpe de respeto, Isabel se presenta ante Juan esperando que la suerte se encuentre de su parte esta vez—Buenas tardes tenga vuesa merced, soy Isabel de Maceiras me manda María la buhonera para entregaros un encargo y también con el fin de que me presente ante vos. Busco trabajo, soy nueva en esta ciudad pero no en el arte de ayudar a los que mucho tienen a deshacerse de las propiedades que a otros le son más necesarias— Me han dicho que vuecencia podría ayudarme.

Beltrán maldice su suerte al ver volar los cuervos. En tiempos siempre han sido símbolo de malos presagios. Donde hay cuervos, hay muerte, y la muerte, aunque sea el medio para reunirse con nuestro Creador, también trae mucho dolor a los que se quedan. No le gustaba para nada esa figura envuelta en sábanas. Eso si que era un mal presagio. Se santigua se dirige muy atento al entorno a eso que se encuentra a los pies del árbol...

Adiós y suerte entonces. Seguiré con mi paseo. 

La verdad que hay días que es mejor no levantarse de la cama - pensó Tarik. 

Los alguaciles te custodian camino de la casa del corregidor de Toledo. Cuando vas por las calles con ellos, algunas personas te miran con lástima, otras con asco y otras con indiferencia. Alguna que otra vez notas como escupen a tu paso e incluso lanzan algo de comida pasada al suelo.

Los alguaciles pasan de la gente y siguen su camino, uno delante de ti y el otro detrás de ti. 

Buenas tardes tenga vuestra merced, soy Isabel de Maceiras me manda María la buhonera para entregaros un encargo y también con el fin de que me presente ante vos. Busco trabajo, soy nueva en esta ciudad pero no en el arte de ayudar a los que mucho tienen a deshacerse de las propiedades que a otros le son más necesarias

Te mira de arriba a abajo sin emitir gesto alguno con su rostro

- Bien, dámelo. ¿Buscas trabajo? ¿Por qué no preguntas en el barrio gremial? Yo no ofrezco ni doy trabajo a nadie... Aquí la gente se busca su propio trabajo y se consigue sus propias monedas... Si lo que quieres es protección, alojamiento, seguridad o cualquier otra cosa, sí soy tu hombre... Ahora bien, si quieres alguna de esas cosas deberás mostrar que podemos confiar en ti... Hemos perdido el contacto con dos chicas, Ágata y Virtudes... Consigue información sobre su paradero y comunícaselo a Magdalena en la Taberna la Rueca. 

Cuando llegas a los pies del árbol te parece escuchar un leve murmullo que proviene del bulto de tela. Al acercarte más distingues esos sonidos... Son los débiles sonidos del llanto de un bebé... Al coger y destapar las telas observas un pálido rostro cubierto por una ligera cabellera rojiza y unos ojos verde oliva que te miran suplicantes. 

Sabes que el bebé está vivo pero no sabes cuanto tiempo más podrá soportar la intemperie un cuerpo tan frágil como ese... 

Las calles del mercado bullen con frenética actividad. Las gentes van y vienen con sus quehaceres, sus compras y sus ventas.

Parece que ya han olvidado la niebla que hasta hace poco cubría sus calles, aunque algún que otro caminante resbala con la ligera capa de hielo que ha empezado a cubrir el pavimento.

El sol lucha por asomarse e iluminar las calles toledanas, parece que intenta asomar tras las nubes grises que acompañan el cielo de este día.

Entre la multitud un jinete recorre veloz las calles del mercado, provocando que las gentes tengan que apartarse a un lado para no ser arrolladas por las patas de tan majestuoso animal.

Safira camina con la cabeza bien alta, mas sin hacer caso de provocaciones. Tales son los tiempos que corren, que los descendientes de David han de aguantar ofensas contra su honra sin que nadie esté dispuesto a defenderlas. Y si acaso se quejare peor sería. Lo cierto es que estaba preocupada por saber cómo acabaría aquello, pues a pesar de lo dicho, no esperaba que el Corregidor tuviese la menor deferencia por ella. Si tomare por cierta la versión de la guardia y nada le hacía pensar que fuera a ser de otro modo, lo más seguro es que fuese directa a los calabozos. A no ser que se compadeciese de ella. 

No quedaba más que esperar e intentar salir del paso como mejor pudiere. Mas no parecía fácil. 

¿Dónde irá con tanta prisa? Podría hacerle daño a alguien

Me fijo en el jinete, y si es posible, intento ver hacia dónde se dirige. Total, no tengo otra cosa mejor que hacer.

 —Aquí tenéis señor —dijo depositando el paquete en las manos de Juan.—María me recomendó que viniera primero a presentarme a vos. Soy nueva en la ciudad y no, realmente no busco trabajo como tal pero sí me vendría bien poder trabajar con el apoyo que vos, por lo que me han dicho, ofreceis a los vuestros y para ello estoy más que dispuesta a demostrar que soy de confianza y que también  vos podeis contar conmigo en lo que necesiteis. — Isabel se acercó algo más a dónde estaba sentado Juan y se colocó frente a él— ¿ sabría decirme por dónde se las vio por última vez y cuánto hace de ello?  Se lo pregunto por saber por dónde puedo empezar a preguntar y tened por seguro que haré todo lo que esté en mi mano por encontrarlas, señor.

Caminaba tranquilamente por las calles del mercado comprobando las mercancías que el resto de comerciantes tenían en sus tenderetes, conociendo las peticiones de la gente y escuchando los chismes cuando uno de ellos me llamó especialmente la atención... Al parecer alguien se había metido en problemas, otra vez... 

Busqué por las calles hasta que finalmente lo vi y me acerqué con tranquilidad hasta ellos. 

- Buenos días señores... ¿Les ha causado algún problema mi esposa? - Sonríe amablemente a los alguaciles - ¿Ya han vuelto a decir que ha metido las manos donde no debía? - Ríe - ¿Es así, no? - Vuelve a reír - No se preocupen, todo ello son envidias de otras mujeres y de algunos hombres... La han visto bien, ¿verdad? Tengo la suerte de tener una hermosa y fiel esposa que me ha dado una preciosa hija y está en cinta de mi primogénito... No me gustaría que les sucediera nada... - Lleva sus manos a un cinturón - Creo que con esto la multa estará pagada de sobra, ¿verdad?

Les entrega una bolsa de monedas, los alguaciles se miran el uno al otro y se encojen de hombros - Está bien señor, puede llevársela... Intente que sus manos estén donde deben estar... - Los alguaciles te dejan en paz y se marchan riéndose. 

Eleazar te mira sonriente y te ofrece el brazo - ¿Vamos? Será mejor que volvamos a nuestro puesto, ¿no? Se me ha ocurrido una nueva posibilidad de negocio... 

Observas que se trata de un hermoso animal, seguramente un semental propiedad de algún noble o señor feudal. Galopa por las calles sin preocuparle las gentes que por éstas están. Lo hace veloz en dirección a la Catedral de Santa María.

Por el camino un niño que corría tras una pelota de tela se cruza en su camino. Jinete y caballo saltan por encima de éste, que empieza a llorar desconsolado asustado y una mujer de rubios cabellos se acerca corriendo hasta él. Parece asustada y angustiada por el estado del pequeño.

Las gentes miran con cierto temor e impotencia al jinete, pues saben que decirle algo o interponerse en su camino podría ser perjudicial para ellos... 

Por otras de las calles se observa una comitiva que parece captar también la atención de las gentes... Se trata de un carruaje cubierto de finas sedas y escoltado por cuatro jinetes con ropajes árabes y otros cuatro esclavos. Parece claramente la comitiva de Khadija ibn al-Malik, la esposa principal de Khaled el Ualid Ibn al-Bazlaf

Te mira de arriba a abajo

- Está bien... A Ágata se la vio por última vez camino del mercado a conseguir clientes. Al parecer tenía un cliente bastante frecuente que le estaba aportando información importante y suculenta sobre un noble de la ciudad... De Virtudes, lo último que se supo de ella es que estaba ocupándose de su madre enferma a las afueras de las murallas... La última vez que intentamos comunicarnos con ella no recibimos noticia alguna... Lo último que hemos sabido es que su madre falleció y ella ha desaparecido... Dicen que la última vez que la vieron la vieron caminando hacia el bosque... Su casa era una pequeña granja de teja con paredes de adobe y piedra... Creo que la séptima granja en el séptimo camino del séptimo campo... Si necesitas alguien que te haga de guía puedes pedírselo a Clara... Aunque claro, siempre será mejor que empieces a conocer las calles de tu nueva ciudad... ¿No? 

Su voz tiene algo encantador, eres incapaz de perder el hilo de su conversación y cuando termina de hablar, Clara está junto a vosotros. 

-Gracias,esposo mío-dijo una vez se hubo marchado la guardia, incapaz de mirarlo a los ojos-¿Hasta cuándo habremos de tolerar estos atropellos? Tan solo me acerqué por saber qué acontecía en el mercado con una mujer que apareció muerta y en la multitud alguien comenzó a gritar por su bolsa. Alguien me sañaló y la guardia ya dio por hecho que era yo la ladrona. Marrana, me llamaron y me llevaron detenida cual vulgar ladrona ¿Hasta cuándo habremos de tolerar tales atropellos? Una lágrima pugnaba por salir de uno de sus ojos mas pudo contenerla

Caminaba de su brazo, de vuelta al mercado sin esperar en realidad respuesta a su pregunta.

El ruido de unos cascos de un jinete hace que se estremezca toda la calle... no suelen ser buenas noticias cuando un enviado corre como si su vida fuera en ello... que abra pasado...

"Cuidado damiselas que alguien tiene mucha prisa" me pego a la pared para no entorpecer ..

No parecía un dia cualquiera... todo el destino estaba guiado y parecía que yo estaría enmedio, espero que no.

Mientras oía cómo Juan le decía dónde se había visto por última vez a Ágata se acordó de la chica muerta que había sido encontrada esa misma mañana por la zona del mercado. ¿y si se trataba de la misma chica? ¿ Que podía haber pasado? ¿Tal vez al cliente se le fue la mano o es que empezaba a tener una "demasiado-suculenta" información  de ese noble del que hablaba Juan?— Gracias señor, empezaré preguntando por ellas usando la información que me habéis facilitado de ambas— con una inclinación de cabeza hizo el ademán  de despedirse de Juan— Si no tenéis ningún otro encargo me pondré a ello— giró sobre sus pies colocándose de nuevo junto a Clara—  me agrada saber que puedo contar con vuestra ayuda si lo necesitara en un futuro. De momento, intentaré averiguar lo que pueda sobre el paradero da Ágata, aprovechando que aún es día y el mercado está atestado de personas que tal vez puedan decirme algo. Clara, lo único que necesito por ahora de vos es que me ayudeis a volver a la ciudad o en su defecto me digais cómo hacerlo, el camino por el que hemos venido me parece imposible de repetir por mi misma.