Partida Rol por web

- Venimos a ayudar a las gentes de la comarca, una banda de bandidos se dedicaba a robar a los viajeros que cruzaban estas tierras, y ahora debemos cumplir un deseo de la Dama. - le comento al anciano - Y estamos revisando la fortaleza para ver si había algún bandido suelto pero por suerte no hemos topado con ninguno...

Se dedicaba a buscar hierbas curativas, es interesante estando dos de nosotros heridos.

- ¿Sabes si hay hierbas curativas en alguna sala de esta fortaleza? - pregunto directamente

Las palabras de Mut guardaban el celo necesario por lo que hacíamos, debido a que el hombre era aún un extraño ante nosotros. Pero además lo que nuestro compañero había dicho me recordó algo y no pude sino esputárselo al viejo.

"- Tiene suficiente edad como para hacer lo que sabe, que no sólo no es poco y es muy útil, sino que es un conocimiento que puede compartirse con otras generaciones. Nuestra parada al regresar a Aug Lamedon es un orfanato, un lugar que feliz estará de recibir la ayuda de quien sea, sin importar su edad, sin juzgar su historia- comencé diciéndole al hombre-. Hay niños y niñas que sabrán agradecerle. Como le dije ya, demuestre valor... no hay mejor forma de honrar a alguien, a sí mismo, que ayudando a otros- concluí sonriendo".

Di media vuelta y caminé unos pasos hacia la salida del cuarto en que nos encontrábamos.

"- Veré qué hay tras la puerta que vimos en el primer cuarto que revisamos- dije y comencé a caminar hacia la habitación".

-Cierto es que podéis aún encontrar consuelo a vuestra aflicción compartiendo vuestra vida con otros que necesiten ayuda.. -comenté al anciano, que parecía extrañamente empeñado en no moverse de su lugar-. Angainor, no irás sólo. Yo te cubro.

Me dirijo hacia la puerta tras mi amigo, dispuestos a ver qué hay tras ella. El viejo no aparentaba amenaza, y quizás tras la puerta sí hubiese una.

Como desconocía si necesitaría una acción rápida, opto por usar mi arco y flechas, sacando una del carcaj y colocándola en la tensa cuerda.

-Abre la puerta cuando quieras -le digo, apuntando hacia ella.

Por el momento decidís dejar al viejo que sigue en sus trece de quedarse allí. Tal vez antes de marcharos podáis intentar convencerlo de nuevo. Pero ahora mismo quedan puertas por abrir si y la tenéis aún todas con vosotros en el aspecto de la seguridad.

Para ello hay que regresar a la estancia anterior, introducirse en la estancia de la derecha. Es la más grande de las que habéis visto hasta ahora, y la más húmeda. Y con motivo pues tinto a una de las paredes hay lo que parece ser un pozo, pero en el que el agua llega hasta apenas un metro del borde del murete de piedras. En la pared hay una pequeña abertura por la que cae un chorrito de agua fresca. En esta habitación no parece haber nada más relevante.

Tal y como era vuestra intención os dirigís a la puerta del fondo que es la última que queda por abrir. Allí hay lo que parece ser una pequeña y poco profunda balsa de agua, de unos cincuenta centímetros de profundidad. Hay cepillos y una especie de ladrillo de jabón, lo que hace pensar que se trata de los baños. Esta habitación no tiene más puertas que por la que habéis entrado.

Asentí a las palabras de Lorgan y comencé a caminar hacia la habitación de las escaleras, primero, y luego hacia la que habíamos entrado inicialmente. Al ser mucho más grande que las otras, mis ojos la recorrieron a prisa antes de continuar a la siguiente habitación.

"- Ahg, si el hombre está dispuesto a dejarse morir que así sea- comenté con seriedad a mis compañeros, a la vez que escupí en el suelo demostrando mi desagrado-. No sería el primer sujeto al que lo veo abandonarse de ese modo- agregué frunciendo mi ceño".

Me introduje en la última habitación y observé un momento para luego volver a la habitación anterior.

"- Creo que la Dama habló de un pozo como el que está aquí- dije señalándolo-. Si mal no recuerdo, mencionó que necesitábamos sumergirnos para alcanzar una sala secreta. Aunque... a mí no me vean, ni loco estoy dispuesto a meterme ahí- concluí rascando mi barba y abriendo levemente mis ojos".

Tras dejar al anciano llegamos a nuestro objetivo y nos encontramos con los baños. Reviso para ver si lo usaban con asiduidad ya que no me tenían pinta los enemigos de usarlo demasiado. Escucho lo que comenta Angainor y añado:

- Aunque no soy un hobbit de Los Gamos, no soy mal nadador maese enano. Si fuera necesario me sumergiría yo en busca de su sala secreta. Aunque necesitaré que esta estancia esté bien iluminada, ya que tendré que revisar el suelo en busca de esa supuesta sala secreta...o las paredes que puede que no sea necesario sumergirse...

Examino la estancia en busca de algo que me dé una pista o un sitio por donde empezar a indagar.

-¡Bendita tu memoria, Angainor! ¡Qué bien nos viene que recuerdes las palabras de la Dama Niniel con tanta exactitud como recordarías un yacimiento de mithril! -comenté admirado a mi amigo-. Por las palabras se deduce que sí tendremos que mojarnos la ropa, y si hace falta nadar, nadaremos. Pero antes es sensato echar primero una ojeada.

Observo la sala, con ánimo de descubrir alguna novedad que nos fuese provechosa. La humedad de aquel sótano empezaba a hacer mella en mi ánimo, y también en mi garganta. Aún no comprendía cómo el anciano podía querer seguir aquí, teniendo oportunidad de irse. Ardía en deseos de ver de nuevo la luz del sol.

Angainor recordó una información muy importante, a veces hay que prestar atención a los detalles y este era uno de ellos.

Lorgan aún disponía de la antorcha, y aunque no era fácil ver algo en el pozo sin ver la llama reflejada, si en el ángulo correcto, a un par de metros bajo el nivel del agua, parecía que la pared se metía para adentro de lo que sería la prolongación del muro, en otras palabras, que parecía haber una cueva sub acuática.

Ahora quedaba decidir, quien se aventuraría por allí.

Pues tocará nadar. Por suerte un hobbit no lleva zapatos pesados que podrían hundirlo pero tampoco debería ir cargado de mucho peso ni de nada que pudiera engancharme mientras nado o buceo por lo que decido dejar mi zurrón y mi carcaj y el arco corto. Me quito la ropa salvo los pantalones y decido llevarme consigo la honda y una daga.

- Si lleváis armadura es mejor que la quitéis...buceando podría ser peligroso...si queréis voy yo delante, me ato una cuerda y así tendréis una referencia de hacia donde ir por si no se viera demasiado bajo el agua...soy pequeño y malo será que si hay una sala no sea capaz de llegar...¿qué os parece?

-Perfecto. Creo que podrías ir yendo tú con la cuerda atada a la cintura, y si llegas a algún sitio o tienes problemas, des unos tirones convenidos. Yo te seguiré, pero he de quitarme coraza y cota de mallas. No estaría mal que alguien vigilase las pertenencias y las mochilas si las dejamos atrás. Dudo que nuestro amigo el anciano esté del todo a nuestro favor como para confiarle eso. Quizás Douervis pueda hacerlo.

Mientras lo deciá, me quitaba la pesada cota de malla, preparándome para lo que pudiese suceder bajo el agua.

Mi boca comenzó a moverse de forma nerviosa hasta que en mis oídos entraron las palabras de Lorgan sobre alguien vigilando las pertenencias. Presto tomé aire, pues era la excusa perfecta, y decidido me ofrecí con buenos ánimos.

"- En ese caso, yo podría...-alcancé a mascullar antes que el humano ofreciera a Douervis para tal tarea". Apreté los labios con fuerza, choqué mis dientes y los moví de un lado a otro haciéndolos resonar en mi cabeza. La oportunidad había pasado y no podía ser menos, tenía que acompañarlos.

Con pesar comencé a quitarme la mochila, la cota de malla, y así hasta encontrarme suficientemente ligero como para seguir a mis compañeros. Sin embargo, aprovechando que iríamos sujetándonos de una cuerda, me dejé el cinto y ajustado a éste la maza en caso que encontrásemos algo desagradable... con todo afuera, el arma sola no significaba un peso de consideración como para entorpecer el movimiento.

"- Bien, después de ustedes- comenté a Mut y Lorgan lanzando un suspiro-. Brbrbr, maldito pozo- expresé con refunfuños mientras caminaba hacia el agua y mi boca nuevamente se volvía trémula; aguardé un momento, respiré con calma y agregué-. No... sé nadar, no mucho. Agradecería si tienen paciencia en el recorrido bajo el agua- concluí con fastidio y resignación".

El mediano parece el más decidido en lanzarse al agua, se anuda una de las cuerdas a la cintura y espera a ver quien más lo va a hacer.

El enano es más reacio, pero parece que también va a participar. E incluso Lorgan que dice que lo hará tras quitarse una coraza y cota de malla que no tiene, quizá lo haya soñado.

El caso es que el Hobbit se impacienta y se da el chapuzón, lo peor, que el agua está fría. No tarda en observar de cerca aquello que se intuía desde arriba, un boquete grande por el que colarse. Tras pasar por él solo hay que bucear, y resulta no ser fácil avanzar, los segundos pasan y el hobbit se esfuerza más. Está a punto de plantearse dar media vuelta cuando ve la salida y unas escalera que ascienden. La bocanada de aire que da resuena en la oscuridad del estrecho pasaje en el que se encuentra ahora. Al menos la cuerda que pasó servirá para que a sus compañeros les resulte más fácil la operación.

Douervis y Ulrij se quedan vigilando las pertenencias y sujetando el otro extremo de la cuerda, los otros tres se deciden a pasar.

Angainor es el siguiente, aunque por todos es sabido su rechazo al agua, lo va a intentar, tal vez sea una temeridad. Por suerte puede hacer uso de la cuerda pasada por Mut, peor aún así ¿Un enano en el agua? Comienza muy bien, pero poco a poco va perdiendo fuelle, le cuesta, le cuesta… Pero al final consigue pasar cuando se encuentra al límite.

Lorgan es el último, pero al pasar por el agujero se da un golpe en la cabeza que lo deja un poco aturdido. Pero por el momento nada grave. Lo sigue intentando y le cuesta despejarse. Pero en la última oportunidad saca fuerzas de su orgullo y comienza a bracear como un experto y por fin consigue salir al otro lado.

Tras pasar un mal rato buceando llego al ansiado destino. Espero a que mis compañeros hagan acto de presencia rogando que ninguno perezca ahogado, gracias a los Valar Lorgan y Angainor llegan sanos y salvos aunque parece que no lo han pasado bien en el agua.

- ¿Todos bien? - pregunto a mis compañeros tirado en las escaleras.

Ahora sólo queda continuar y ver qué nos encontramos.

"- Si, todo en orden- contesté a Mut mientras unas buenas bocanadas de aire me hacían recuperar el que había perdido bajo el agua".

La experiencia no había sido muy placentera, pero tampoco resultaba la peor que me había tocado. Además habíamos logrado pasar todos, por lo que podía considerarse exitosa. De todos modos, la cuerda que llevaba el mediano seguramente había hecho más trabajo que yo para permitirme pasar de un lado a otro, aunque no estaba dispuesto a dar crédito de ello.

Saqué la maza que llevaba ajustada al cinto y la sujeté con fuerza, caminando unos pasos para alejarme del borde del pozo.

"- Ciertamente, la oscuridad no nos ayudará- comenté a mis compañeros-. Si quieren, ni bien continuemos camino, iré adelante ya que mis ojos me permiten ver un poco a pesar de la falta de luz- agregué".

Mi experiencia bajo el agua no fue nada placentera. Bien es sabido que me siento más cómodo en tierra, pero hasta ahora mis incursiones de buceo no habían tenido percances.

He aquí que vengo a dar con uno en el lugar más inesperado. Malos cálculos o exceso de confianza hacen que mi cabeza golpee lo sólido, y el "¡clonk!" que resuena en mi frente me aturde en lo indecible.

Me maldije a mí mismo por idiota, y por haber soltado aire con el golpe. Eso jamás ayuda estando bajo el agua. La cabeza me late cada vez más fuerte, y el dolor se acrecienta.. Y aún así los dioses están de mi parte, y puedo salir nadando con mucho esfuerzo.

Chorreando, me tumbo al otro lado palpándome el chichón que sin duda tendré, por imprudente.

-Me he dado un golpe, pero creo que no es grave. Por esta vez mi cabeza hizo de casco, pero en lo sucesivo prefiero no llevar más golpes, jaja.. ¿Dónde estamos? 

Intento ponerme en pie mirando a nuestro alrededor. 

Aquí bajo el suelo el frío no es tan intenso, pero lo suficiente como para haceros temblar al estar mojados.

Angainor que tiene mejor visión en situaciones como esta pasa delante y comenzáis a avanzar por la gruta. Al cabo de unos metro vira hacia la derecha, unos metros más y de frente una puerta de madera.

Parece un poco atascada, pero conseguís abrirla. Al hacerlo el enano y el resto a duras penas, veis lo que es una cámara abovedada sin más salidas. A parte de las paredes y el techo de roca os llaman la atención tres cofres, uno pequeño, uno mediano y uno grande. En una esquina hay apoyado un bastón que de algún modo os resulta familiar.

Tres cofres pero no traje mis ganzúas, podría intentar forzarla con mi daga o romper con cuidado la cerradura de alguno de ellos.

- No traje mis ganzúas pero podría intentar abrirla con mi daga, forzándola de manera bruta claro está y tengo dudas de qué resultara bien...¿se os ocurre alguna opción? la otra es sacar los cofres buceando atados a una cuerda...y abrirlos tranquilamente más tarde pero creo que costará sacarlos si pesan bastante...

Me fijo en el bastón e intento hacer memoria.

- Ese bastón me suena...mucho mucho....

Me acerco a los cofres observando si tienen algo peculiar que llame la atención en alguno más que en otro. Intento alzarlos, para saber su peso y si son manejables a pesar de su tamaño*

-Lástima lo de las ganzúas, Mut.. Yo no llevo. ¿Las dejaste del otro lado o no están en el castillo? Llevar los cofres por ahí no me parece manejable, y más aún teniendo que bucear. Aunque los abramos a lo bruto, no creo que nadie proteste. Opto por intentar forzarlos.

Me fijo en el bastón, y no me da buena espina.

-Hay que tener en cuenta que no estamos solos.. y que el dueño del bastón no nos es desconocido. Trato de hacer memoria** sobre quién puede ser su dueño, pero no consigo acordarme.. Estemos en guardia por lo que pueda pasar.

Caminé hacia los cofres intentando buscar otra que no fuese el final del camino. Entre ellos, me detuve a observar el bastón aunque no logré recordar a quién podría haber pertenecido, aunque no dejaba de llamar mi atención.

"- No creo que abrirlos a la fuerza sea la mejor opción- dije a mis compañeros-. Si lo hacemos lo más seguro es que no podamos cerrarlos nuevamente... y dado que la única salida parece ser volver por el pozo, es probable que terminemos con el tesoro del orfanato bajo el agua- agregué".

Al momento, Lorgan llamó la atención y me giré hacia él.

"- Es verdad, compañero. A mí también me parece familiar aunque no podría asegurar por qué- le comenté y empecé a caminar por la habitación para seguir buscando".

Parecía ser que el grupo había cometido el error de no estar preparados para algo así. Y con lo que había costado pasar por el interior del pozo…

Mientras sopesáis que opciones tenéis, también vuestro interés se centra en el bastón, que os resulta familiar pero que no sois capaces de averiguar porqué.

Lorgan es el que se acerca a los cofres para fijarse más y sopesarlos. El más grande es francamente pesado, pasar esto a través del agua es prácticamente una locura. El mediano no pesa tanto, pero aún así no es muy manejable. El pequeño pesa casi tanto como el mediano, pero sin duda es el menos pesado y más manejable, en el momento en el que lo toca comenzáis a sentir una presencia extraña, junto al bastón comienza a materializarse la figura fantasmal de aquella dama. Entonces lo comprendéis ¡El bastón! Es idéntico al de Niniel, de hecho es el mismo pero en formato no "fantasmagórico"