Partida Rol por web

Cuando vuelves a la fiesta ya no hay casi nadie.

En la puerta hay un hombre y una mujer hablando, rubios. Hay gente hablando entre sí en corrillos.

Dentro, Goulliard habla con un inspector de la policía y con un militar.

Me acerco a Goulliard, el policía y militar.

-He seguido a uno de los sospechosos hasta el puerto, se fueron en dirección a los fumaderos de opio y prostíbulos, otros dos invitados les siguieron la pista en esa dirección, yo consideré que es futil buscar a alguien en esa zona que se conozca los callejones y he decidido venir a informaros, dónde se encuentra lady Aster?

Dentro del fumadero había una pequeña sala de recepción con una pequeña barra de bar. Más adelante había una cortina de terciopelo azul oscura que cada vez que se abría dejaba escapar una pequeña neblina de humo dulce.

En el suelo de la salita de la entrada hay un taburete volcado.

A la entrada de Vyktor la cortina se abre y sale una mujer.

-Buenas noches... -dijo con acento curioso, voz ronca y suave- Bienvenido al dragón azul. ¿Quiere cabalgar el dragón ésta noche, señor?

-Lady Aster está indispuesta, la han llevado a casa de los Marseille...está a punto de un ataque de histeria.- Los ojos de Goulliard brillaron y ahora dirigiéndose al policía y al militar.- ¿es que no han oído al caballero? Me da igual quien lo haga pero háganlo. No solo es un robo, es una humillación y un acto contra el bien común. ¿Es dinero lo que quieren? 

El policía y el militar se miraron un instante y salieron apresuradamente del palacete.

-Disculpe mis modales, Gill Goulliard -dijo extendiendo la mano- y ¿usted es... ? Y más importante aun. ¿Qué le impulsó a correr detrás de los ladrones?

-(estrechándole la mano) Mi nombre es Kavi, y me temo que el apellido es un lujo del que carezco, era evidente que los perpetradores de tal acto estaban actuando en detrimento de nuestros anfitriones y como invitado que me considero no podía permitirlo, desgraciadamente consiguieron darme esquinazo

-No sabrá usted por casualidad de quien es esta prenda? (Enseño el pañuelo negro que recogí a la salida) La encontré caída en el suelo durante la persecución. 

-Um...¿está metido en algún lío de faldas? Siento no poder devolverle el favor, por lo que a mí respecta esta prenda podría pertenecer a cualquiera de la fiesta. Aunque si me insiste usted y no se lo toma usted a mal - sonríe maliciosamente- parece una prenda bastante más barata que las utilizadas por las señoras aquí reunidas. Uno tuvo una vida de estudiante, ¿sabe? ¿Ve las costuras? Parece barato. ¿Le gustan las mujeres de vida alegre, señor Kavi? - te mira con sorna, pero a la vez te evalúa. Atentamente.- Dejémonos de juegos, ¿quiere? ¿Qué hacía usted en la fiesta en primer lugar? Amalia me había pasado toda la lista de invitados y ninguno parecía no tener el lujo de un apellido. Un apellido caro. Puede ser sincero conmigo, me ha demostrado ser de fiar. Un buen amigo mío ya había rastreado a los ladrones hasta el puerto, sólo necesitaba confirmación.

Con telepatía por parte del feto y elocuencia de Kavi intento derivar la conversación.

-Cómo iba a perderme el acontecimiento del siglo? Digamos que soy un hombre de buenos recursos y similar fe, mi preocupación principal es, ha sufrido daños graves la invención? falta algo más en la casa? No podemos descartar que esto no fuera más que una distracción para robar algo.

-¿Un entusiasta de la tecnología entonces? Ya sabía yo que Amalia se habría ido de la lengua...¿es usted amigo suyo?Tanto preguntar...¿Quizás amante? No me interesa en cualquier caso. Suficiente han robado. Esto, mi nuevo amigo, es el peor tipo de espionaje industrial. No tenían que robar nada más, sólo quieren saber cómo conseguir mi piedra filosofal. Si lo que buscaban era realentizar el proceso, no han sido muy listos. Sabrían que el Icarus está ya en producción...- por un instante le brillan los ojos de ira- Si quieren guerra tendrán guerra.

¿Quiere ayudarme, señor Kavi?

-En la guerra señor? o en materias menos llamativas?

-Risa- De momento en las guerrillas. Los policías no encontrarán nada. La única razón para mandarles es meter miedo a mis oponentes. El que robó la cabeza de mi Icarus hoy era un mercenario, alguien que no pertenecía a nadie. De eso estoy casi seguro. Encuéntrale. Espera a que venda la mercancía. Y a quien se la venda, salúdale de mi parte. No al pobre mensajero que la recoja, sino a la rata detrás de todo ello.

Te ofrece una pistola como nunca la has visto, con tonos dorados. No parece tener pólvora.

-Funciona como una pistola normal. Sólo recárgala. Deja la pistola al lado para que se sepa quién manda. Esto parece sin duda un trabajo para ti.

Vyktor se queda paralizado unos segundos al entrar, tras ver a la mujer que lo recibe. Si bien es cierto que se solía fijar en cosas menos superficiales que aquella, lo de esa mujer con la cara era un problema grave. Algo difícil de ignorar que no se arreglaría ni pintando su expresión de horror y su piel de rojo.

Intentando mantener la compostura (No era el mejor momento de alertar aún más a la gente de la calle), Vyktor respondió: 

- El dragón puede esperar hasta convertirse en huesos, busco al hombre que acaba de entrar. - Y poniendo su mirada más amenazadora añade. - Tenemos unos asuntos que resolver. 

Traga saliva un segundo, evalúa a su contrincante y con unas manos de uñas larguísimas corre la cortina.

-Por aquí- dice, y deja pasar a Vyktor.

Se trataba de una sala alargada, llena de terciopelos y cogines de corte oriental, más árabe que chino. Se diría que era reutilizado.

Allí se acinaban estudiantes, burgueses y todo tipo de gente que se pudiera pagar el opio.

La dueña avanzó hasta el fondo de la sala, y abrió una segunda cortina. Ahí, rodeado de cogines y telas ésta vez más caras y acompañado por una mujer desnuda tatuada, había un hombre alto, bien vestido. Como de unos 50 años.

Vyktor le indica con un gesto de cabeza a Miss Chang que se largue y entonces entra dentro de la estancia. Antes de pararse a mirar al hombre le dedica una mirada a la chica desnuda bastante larga como para que se de cuenta de que sobra ahí. ¿Que llevaría a un hombre que acababa de asistir a un robo de tal envergadura a un local como aquel? Y más con tanta prisa... 

Se haya ido o no la mujer, Vyktor sonríe y dice: 

- Siento interrumpir. - Dice en un tono exageradamente teatralizado. - Pero me preguntaba por que alguien perdería el tiempo aquí en vez de asistir a la magnifica fiesta de la señorita Aster. 

Vyktor se mantuvo alerta, algo no encajaba. ¿Se estaría equivocando de hombre? No descuidó su espalda. 

-Uno nunca sabe como va a acabar la noche.

(Da igual a donde vaya siempre acabo en las mismas situaciones)

(guardo la pistola y vuelvo en dirección a los barrios bajos)

-Disculpe, ¿le conozco? No creo que ese sea el caso. ¿Recuérdeme entonces por qué debería estar dándole explicaciones sobre mi vida?

Para cuando vuelves al puerto está todo lleno de policía.

Hay un inspector dando órdenes desde una plazoleta.

¿Qué hacer?

La valentía del hombre era algo que irritaba ligeramente a Vyktor, pero a su vez lo animaba a continuar. Ya no importa que ese individuo no tuviera nada que ver con la fiesta, sus palabras se habían convertido en una declaración abierta de guerra. 

De momento Vyktor seguiría hablando para preparar el camino. Si el hombre no cedía terreno, tendría que afrontar las consecuencias de cabrear a un artista. 

- ¿Nadie te ha enseñado nunca que es de mala educación responder a una pregunta con otra pregunta? Quien soy es algo que tendrás el honor de conocer si agotas mi paciencia. Responde y quizás tendrás la oportunidad de volver a disfrutar del placer de la carne. - El tono de Vyktor era amenazador. 

Se escuchan voces y gritos al otro lado del cortinaje. De la nada aparecen 5 policías que inmovilizan a la mujer y tratan de arrinconar a Vyktor.

No le hacen nada al otro hombre