-Puede quedarse con su moneda señor, no aceptamos donaciones (digo desde mi despacho)
Me levanto y me acerco a él.
-Quiere hablar aquí o pasar a mi oficina?
Cojo el orbe que me da Aedalus y lo guardo - Tecnicamente el señor Von Die no tenía información relevante o que nos pudiera perjudicar de ninguna manera, así que me sorprende bastante que Charlotte haya decidido marcharse por su cuenta, sobre todo teniendo en cuenta la escasa habilidad para defenderse y la enorme atracción que es para los "altercados"… - miro a Aedalus - Victor tiene razón, si requieres de mi ayuda, no tendré inconveniente alguno en ayudarte o ¿prefieres hacerte cargo tú y que nosotros - miro con un poquito de desencanto a Victor - bueno, yo investigue por la ciudad sobre el "monstruo"?
Miro alrededor, el gentío de la comisaria.
- Prefiero hablar en su oficina. - Doy un paso adelante hacía Freimann y mis dos guardías me siguen.
- ¿Pueden pasar mis dos guardaespaldas o prefiere que esperen aquí? -
-Pueden pasar.
Vamos a mi despacho.
-Quieren los señores algo de beber? Unas pastitas?
- Iré a contratar a detectives privados para que se encarguen de la búsqueda. Para maximizar nuestras posibilidades de encontrarla deberías dispersarnos. Por esa razón creo que los orbes serán de bastante utilidad en caso de que nos encontremos en problemas. -
- Por último añadir que alguien se debería quedar en la mansión. Por si nos ataca alguna fuerza desconocida... -
Me levanto - Victor parece sentirse muy cómodo aquí sin hacer nada, así que me voy a pasear por la ciudad a ver si la encuentro - me dirijo a la salida y al pasar cerca de Victor le sonrío - Diviértete - dirigiéndome a Aedalus - ¿Alguna idea de por donde deberíamos empezar a buscar?
Sonrió a Freimann y digo. - No, gracias. Hemos desayunado ya. -
Me siento delante de Freimann y digo. - He venido aquí para ofrecer mi ayuda en la caza del monstruo. He leído hoy en el periódico su valiente intervención para acabar con la bestia pero según el periodico sigue suelta. -
- Como sabrá me dedico a hacer armamento, la última arma que hemos desarrollado. La artillería Gauss de 120mm es ahora mismo el arma con más capacidad destructiva que el dinero puede comprar. Si la bestia vuelve a aparecer podríais acabar con ella con una lluvia de fuego.
- Cuando leí el poema, el cementerio me vino a la mente... pero no veo ninguna razón por la cual iría ahí. -
Me encojo de hombros - algo es algo, empecemos por ahí
-Cuánto sabe de monstruos señor Aedalus? Y no me refiero a los monstruos que compran niños en el puerto, o los que cubren sus vicios con el dinero del pueblo, hablo de los monstruos como el que ayer acabó con tantas vidas.
- Ayer por la madrugada tuve la desgracia de estar paseando por la ciudad. Vi aquella bestia enfrentarse, si se puede decir así a unos policías que le dispararon balas que rebotaban contra su piel justo antes de que los despedazara. -
Mi sonrisa ha desaparecido completamente antes de concluir. - Vengo de tierras lejanas, donde aún habitan tribus y seres mitológicos capaces de arrasaran pueblos enteros solo por sed de sangre. La seguridad de Agartha es algo que tengo en gran estima y ese ser infernal la amenaza completamente.
-Bien, estamos en la misma línea Aedalus, ojalá la criatura invencible de ayer fuera el único monstruo de Agartha, estamos más que interesados en beneficiarnos de su investigación balística pero me gustaría preguntarle si tiene más cosas, para criaturas igualmente extrañas.
Durante todo el rato has estado escuchando al feto que estaba inquieto.
Ahora se acaba de dar cuenta de por qué:
Los dos guardias no tienen mente. Y la identidad mental del sujeto en cuestión le es demasiado familiar...muy muy familiar.
(Continúo hablando)
-Es más, quien sabe, quizás yo mismo sea un monstruo, o usted.
(inspirar miedo mediante hipnosis)
-Es más, quien sabe, quizás yo mismo sea un monstruo, o usted.
Hago una mueca que intenta parecer una sonrisa.
- Hehe, Señor Freimann. - Digo con un poco de nerviosismo.
- He conocido gente que su corazón se había entregado completamente a las tinieblas de la selva y no quedaba más de ellos que la monstruosidad de la barbarie.-
- Nosotros somos gente civilizada. Inspector Freimann. -
-He de decir que no me importa la naturaleza, o condiciones de nacimiento de un hombre, sino sus actos, si ahora entrara una hormiga gigante por la puerta trayendo una pista en algunos de mis casos le daría la bienvenida.
-He estado en la guerra, he visto escenas de crímenes que hacían que la guerra pareciera un juego y hace menos de 24 horas he visto a miembros del cuerpo de policía volar en pedazos, nada me sorprende, también he visto la maldad en el corazón de los hombres, y es peor que cualquier vampiro o fantasma que pueda existir, por eso le quiero preguntar, y respondame sinceramente, son verdaderas sus intenciones de ayudar a Agartha? Le hago esta pregunta porque se que aquí hay algo raro, no se si es el hecho de que sus dos compañeros aquí presentes no tengan ningún brillo en los ojos o el hecho que usted emita un aura extraña.
-Repito, podría ser usted un brujo o wendigo pero lo que me interesa son sus intenciones, no vivo de cazar monstruos sino de mantener el orden.
- Agartha cree en el progreso y el brillo de la ciencia. Me quiero proteger a mi mismo y a mi ciencia, si se hunde Agartha todos los que vivimos en ella acabaremos en el fondo del lecho marino con todo lo que hemos conseguido. -
Miro a los ojos de Freimann y concluyo. - Os ofrezco la sincera ayuda de mis armas de guerra para proteger esta ciudad de la que todos dependemos. -
Encuentras recuerdos del la noche de la casa del chino. Este es el que llegó más tarde y sacó a Kavi cuando comenzó el incendio.
Sus acompañantes son marionetas metálicas.
Sus intenciones. Parece claro que te quiere ayudar a acabar con el monstruo. Pero lo del amor por Agartha es más dudoso.
Tiene muchas ganas de acabar con el monstruo.
Motivo: Leer mente
Tirada: 1d10
Dificultad: 3+
Resultado: 8 (Exito)
(Le miro fijamente)