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Tarde del día 18 del octavo mes del año 298.

Un suspiro que casi acaba en llanto de alivio salió de su boca. Pareció incluso como si se desinflase ligeramente, dejando escapar una carga, un temor, que le pesaba más que todas las piedras de aquel castillo juntas. Se tomó un tiempo para recomponerse y no romper a llorar del susto, girándose un instante hacia aquellas habitaciones vacías para que nadie que no fuera Lady Anna, notase su estado.

Una vez recuperada, tras respirar un par de veces profundamente, volvió a encarar la misma imagen que Lady Anna tenía ante ella, dispuesta a responderla.

-No sé...- Reconoció. -Gestos, expresiones que te dicen que algo anda mal. Intuición, supongo. Y luego unas cuantas preguntas con cierto tacto y algo de intención, como bien me habéis enseñado siempre.-

Se acercó entonces más calmada sobre la barandilla, apoyándose con las manos, sin dejar caer su peso sobre ellas excesivamente. Descansando más los brazos que el cuerpo.

-Es un tema que me preocupa terriblemente, Lady Anna. ¿Quién más está al tanto?.- Dio por hecho que debía también de estar enterada de los quehaceres de Fuller con las mozas sirvientas de la casa.

Tarde del día 18 del octavo mes del año 298.

Antes de hablar ves como lanza una mirada a todo lo que os rodea vigilante. Parecé dubitativa como queriendo acabar de decidirse. Al final vuelve a hablar bajando la voz como una preocupación adicional. – Algo debió ocurrir que rompió sus defensas o la hizo saltar. La conozco y es muy fuerte. Yo lo dirijo todo siendo la principal responsable. Las otras son Martha, Berta, Janet y Evelyn. Con esto que he dicho si eres una aliada de Fuller, hay mas de una que obedece todos sus deseos, Lord Kevan Falcon ordenada ejecutar a varias y las demás desterradas a menos que este le pidiera alguna para que queré a sus ordenes. Y Cathelyn… – Notas que se le rompe la voz.

Al cabo de un par de minutos concluye. – Nos tienes en tus manos.

Tarde del día 18 del octavo mes del año 298.

Vanesha negó con precaución, mirándola como si realmente no comprendiese bien todo aquello. ¿Acaso pensaba que estaba con Fuller?. Ese pensamiento casi la ofendió. Manteniendo la cercanía para poder ser escuchada entre susurros, la miró con cierto enfado, como recriminándola con la mirada.

-Anna...- Obvió esta vez el "lady" mostrándose más cercana. -sois lo más parecido a una hermana mayor...qué digo...un madre...que he conocido. - soltó con cierto desagrado, como si aquello no tuviese jamás que haber sido puesto en duda.

-¿De verdad se os ha pasado por la cabeza que voy a estar al lado de Fuller antes que del vuestro?- Volvió a negar con incredulidad. -¿Creéis que dejaría que le hiciese "algo" (pareció escupir esa palabra con desprecio) a Catelyn?...¿U os he entendido mal?- Pareció hasta dudar debido a su negativa a creer que podría considerarla una persona tan ruín como para aprobar las actividades del criador de caballos.

Tomó entonces aire para recapitular y aclararse.

-Tanto Martha, como Berta, Janet, Evelyn y Sharra, conocen las andanzas de Fuller, ¿no es así?. Y sois la que las dirije en este asunto, con la preocupación de que algo pueda pasarle a la pequeña Catelyn, ¿verdad?...Porque a ella no le ha ocurrido nada ...- Dijo en un tono que de no ser así, Fuller podía dar por seguro que no viviría una noche más. -Pero Lady Selyse y Lady Nancy o incluso Lord Kevan no saben nada ¿correcto?-

La miró con los ojos muy abiertos asintiendo con disimulo, esperando una respuesta afirmativa.

Tarde del día 18 del octavo mes del año 298.

Al darse cuenta del estado de agitación que te ha dejado al borde de las lagrimas por la indignación Anna te estrecha entre sus brazos durante unos minutos hasta que nota que te has relajado un poco antes de responderte.

– Si realmente lo hubiera creído no habría nombrado a las demás, ¿no crees? – Enarcando las cejas, – Disculpame pero tenía que provocarte. Mi propio esposo que me había jurado y no solo en la ceremonia delante del Septon protegerme esta del lado de ese asqueroso de Fuller. Me pregunto que había de malo en que aceptara lo que ellas le ofrecían sin darle importaría a que estaban engañadas ya que yo nunca les exigíría eso para trabajar en el castillo.

Pasa unos instantes en silenció como buscando las palabras y nunca le has oído un tono así de desesperación. – ¿ Como he de decirle lo de Cathelyn? Se lo dije una noche antes de acostarnos al mediodía siguiente Fuller se cruzo conmigo felicitándome con toda la sorna de contar con un marido tan comprensivo.

Tarda unos segundos en recuperar su tono normal con un gran esfuerzo. – No Lady Selyce no sabe nada, por lo menos por nosotras. Y los Ferragut estoy segura que no tienen ni sospechas. Lady Nancy intentaría matarlo con sus propias manos igualmente que el resto de su familia. Yo no puedo acudir a Lord Kevan me escucharía, si me dejaba acabar de hablar y después consultaría a su castellano mi marido. Tampoco puede hacerlo Berta, Lord Kevan desconfía de ella desde el primer momento en que la vio y sigue buscando la trampa que prepara desde su llegada, ademas su sobrino Derek la odia desde que la vio al darse cuenta que nació entre los clanes. ¿ Crees que estaría mas predispuesto a escuchar a las otras y creerlas? Fue él quién lo nombro para el cargo y nunca le he oído decir a nadie que haya rectificado nunca después de tomar una decisión. No digo que no ame a su hija pero a menos que sorprendiera el personalmente a Fuller intentando… Y de ninguna manera queremos ponerla en esa situación porque al final podía dar media vuelta y no entrar.

Separándose un poco de ti te dice unas últimas palabras. – Hay otros en el consejo de Lord Kevan muy parecidos a él. – Al ver como se abren tus ojos añade. – Tranquila mi pequeña no son tu padre ni tu tío.

Tarde del día 18 del octavo mes del año 298.

Vanesha pareció sorprendida por las palabras de Anna sobre su marido. ¿Eran todos los hombres igual de estúpidos que Lord Kevan o eso solo pasaba en aquella casa?. Según Anna hablaba, la mente de de la joven ya estaba maquinando. En un principio había pensado en dejar atontado a Fuller con leche de amapola o algo similar y cortarle sus partes. Luego quizás envenenarle, pero aunque no conocía exactamente el precio de las sustancias, sabía que eran caros y Fuller no merecía gastar un solo venado en él. Además uno difícil de rastrear para Berta debía costar una fortuna de la que no disponía, aunque sabiendo que Berta estaba de su parte, quizás podría obviar el detalle del envenenamiento. En cualquier caso también deshechó esa posibilidad, pues puede que no fuese la única que poseía conocimientos para deducir la causa de la muerte, lo que pondría a Berta en un compromiso, más que peligroso.

Decididamente tenía otra opción nada agradable para ella. Sin embargo las situaciones difíciles acarreaban decisiones difíciles. Además necesitaría de la ayuda de todas las mujeres mencionadas por Anna, incluido ella.

-No, decididamente, no podemos poner en riesgo a la pequeña Catelyn...- Coincidió aún susurrando. -Y no creo que Lord Kevan admitiese castigo a Fuller por unas sirvientas.- Lamentablemente.

-Pero sí por la hija del Maestro de Armas y sobrina del Capitán de la guardia...- Dejó caer esperando su reacción.

-Aunque voy a necesitar la ayuda de todas vosotras para poder hacerlo...-

Sabía que aquello podía sonar arriesgado, porque lo era, pero también sabía que no iba a esperar a que ese cerdo ultrajase con su sexo a una niña de cinco años o a más chicas de su edad.

Tarde del día 18 del octavo mes del año 298.

Anna se relaja al ver que estas mas calmada que no furiosa.

Piensa que ya está todo dicho pero vuelves a hablar. Asiente frustrada ante tus primeras palabras pero las siguientes la hacen estremecerse.

– Pero puede que necesitemos algún hombre también, sus palabras parecen tener mucho mas valor que las nuestras según para quienes. O la intervención de alguien de los Ferragut antes de que marchen pasado mañana.

Mirándote fijamente. – ¿Hay alguno en quién confíes para explicárselo o que pudiera creerse que realmente lo citabas en los establos? Una de las sirvientas sabemos que se lo cuenta todo a Fuller, la pobre cree que esta enamorado de ella. Trabaja en las cocinas y puedo hacer que oiga que han descubierto que has quedado nada mas acabar el banquete en los establos con tu amante. Martha la dejaría irse a avisarlo pero después se encargada que no tenga ninguna ocasión de abandonar las cocinas.

Mirándote algo preocupada. – Puede que no acudiera Fuller y el rumor sobre ti sería imparable. Eso se puede montar rápido, Lord Kevan tendría la presión de los Ferragut y que todos los del Valle sabrían si ejercía la justicia o no en su casa. También podemos montar algo que no te perjudicara buscando poco a poco con tiempo alguna cosa mas segura. Pero sería ir pasando semanas y meses.

Apoyando un brazo en tu hombro. – No me perdonaría nunca que ese cerdo te tuviera para nada. Necesitamos poder contar con algún hombre. Como último recurso sería acudir una corriendo a avisar a tu padre pero, ¿que explicación darías para haber ido a los establos en plena noche.

Tarde del día 18 del octavo mes del año 298.

Vanesha escuchó a Anna y sus cabilaciones. Sin duda ya había pensado en ello, en el tema de los hombres. Lo tenía todo perfectamente dibujado y escrito en su cabeza. Era una acción arriesgada, pero funcionaría, pues no solo quería un castigo para Fuller, sino su muerte. Los hombres dirigían la casa. Ellas el castillo...y nunca lo sabrían.

-La verdad...- Dijo en respuesta a las explicaciones que debía de dar a su padre si interviniese. -Que fui a verle para obligarle a que dejase de aprovecharse de las muschachas y que ni se acercase a Catelyn. Que recogiese sus cosas y se marchase del castillo.- Comentó en tono bajo. Sonrió con intención de tranquilizarla, aunque estaba ligeramente nerviosa.

-Esto es lo que haremos...- Anunció con confidencialidad.

- Necesitaremos que Evelyn tenga localizados a mi padre y a mi tío. Janet deberá entretener a cualquier guardia que esté en los alrededores...no quiero que me vean llegar. -Hizo una pausa recopilando todo lo que tenía en mente.

-Berta deberá tener preparado todo lo necesario para atender a un herido. Puede que incluso grave.-  Pareció acordarse tras recapitular sus intencioes.

-Martha deberá tener entretenida con lo que sea a la chica que pierde los aires por Fuller. No quiero sorpresas inesperadas.-

Miró entonces fíjamente a Anna, pues ella también tenía una parte en todo aquello.

-Anna, debéis encargar algo a los mozos. Lo que creáis oportuno. Haceos acompañar de un par de soldados si fuese necesario para imponeos. Tampoco quiero que aparezcan por allí-

Vanesha hizo un gesto y negó cerrando los ojos. A esas alturas, Anna ya debía de estar a punto de replicar algo o saciar su curiosidad. No le daría más detalles.

-Cuando entre en el establo, Sharra ha de andar cerca. Pedidla que cuente hasta cien y ahí justo que aparezca por los establos. No importa lo que oiga o piense. Bajo ningún concepto antes de cien. BAJO NINGÚN CONCEPTO- Recalcó con severidad. SU excusa para andar por allí será que andaba buscando a los mozos para realizar una tarea que ya les había sido encomendada por ti, Anna...Desdoblamiento...un error muy común. -

-Si no sabe contar hasta cien, que cuente diez veces hasta diez- Pues no estaba segura de la cultura de la joven, en referencia a Sharra.

-Una vez vea lo que ocurre en el establo, deberá ir corriendo como si su vida dependiese de ello a avisar a mi señor padre y a mi tío. Debe decirles con discrección que estoy siendo violada y atacada por Fuller en los establos. - La personalidad de Sharra era lo suficientemente fuerte como para poder aguantar eso o más. O eso pensaba Vanesha al menos.

-Del resto me encargo yo- Aseveró.

-Si todo sale como espero, al día siguiente despediréis tanto a las sirvientas afines a Fuller como a los mozos y contrataréis para trabajar en el castillo a mozos y sirvientas de nuestra confianza. Supongo que Janet, Sharra y el resto os podrán ayudar al respecto-

Hizo una pequeña pausa y tomo aire. Se disponía a dar un golpe de efecto, cargado de cruda realidad, para borrar toda duda de Anna, y necesitaba ese oxígeno para semejante tarea.

-No preguntéis Anna. Solo necesito que cada una haga lo que os pido. Confiad en mí. No quiero lamentar el día de mañana que Catelyn tenga que crecer con un trauma por haber tenido el miembro de ese cerdo en cada uno de sus orificios, con tal solo cinco años.- Dijo con determinación.

-Yo también me arriesgo mucho, por lo que NADIE debe fallar en su cometido. ¿Comprendéis lo que os pido?-

Claro que lo comprendía. Otra cosa es que lo aceptase. Pero VAnesha iba a hacerlo tanto si la ayudaban como si no.

-Lo voy a hacer tanto si me ayudáis como si no...- Dijo con tremenda terquedad.

Tarde del día 18 del octavo mes del año 298.

Anna queda algo lívida al oír todo lo que dices pero no duda de ti al ver la aparente tranquilidad con la que expones tu plan.

Te escucha en silencio para que lo hagas por completo aunque notas que mueve negativamente la cabeza en diversas ocasiones.

Ahora habla con frialdad aunque sabés que no va dirigida a ti. – Sí la verdad es una cosa insuperable ya que no tienes que ir intentando recordar que te has inventado.

Moviendo negativamente la cabeza. – Martha podría hacer su parte esta noche sin problemas pero no puedo hacer que desatiendan el banquete mis tres empleadas de confianza a la vez y que nadie sospeche. Es el acontecimiento mas importante de cada año. Ademas no puedo hacer tampoco que se levanten de sus mesas los mozos que estarán aquí en el banquete menos al que le halla tocado quedarse en los establos.

Reflexionando un momento. – Mañana después de haber servido los desayunos pasas a verme y entonces iré a buscarlos, ellas estarán conmigo aquí arriba menos Berta. Habrá que desmontar las dos mesas mas grandes, los soldados y sirvientes sólo comen aquí la primera noche, ya lo sabes.

Con un estremecimiento al recordar para lo que quieres a Berta. – Estará, en sus habitaciones con todo preparado y una dosis de Té de la Luna también.

– Respecto a Fanny eso es cosa de Martha que no la perderá de vista.

La notas un poco mas tensa al llegar a la parte mas delicada. – Por lo de contar Sharra sabé perfectamente, aparte del sueldo me encargue que el Maestre Gilbert les enseñara a leer y escribir. Es mas eficiente ir leyendo la lista de tareas que tenerlas que memorizar. – Con cara de profunda preocupación. – Puede ser inevitable que tenga que entrar antes si alguien se acercará y se oyeran gritos o ruidos no podría quedarse fuera como sino se diera cuenta. Debéis tenerlo en cuenta. Según quien sea se puede inventar una tarea y ordenársela pero hay muchos a los que no puede ordenar cosas si no se oyera nada fuera.

Mirándote fijamente. – Esta parte tenemos que mejorarla un poco. No puede correr con discreción aunque no puede dejar de hacerlo. Intentará ir directa pero depende quién encuentre en su camino lo tendrá que alertar en busca de tu padre o tu tío depende de quien le haya indicado Evelyn que este mas cerca para correr hasta el siguiente pasando o no por Berta en segundo lugar.

Con lagrimas cayéndole por las mejillas. – Dices de acusarlo de violarte, quiero creer que ya habrás estado con alguien que te ame o hayas amado. – Casi sin poder controlar un llanto silencioso. – Creeme es una cosa que no llegarías a olvidar nunca si la primera vez fuera...

Tarde del día 18 del octavo mes del año 298.

-Sí, no tiene que ser durante el banquete...- Confirmó, tras apartarle algunas lágrimas.-Es importante que no haya nadie. Ni Fanny ni los mozos.-Observó.

Recordó también lo que dijo sobre Sharra.

-No hace falta que salga corriendo sin que la vean...al contrario. Cuanto más grite pidiendo ayuda y armando escándalo, mejor. Si alguien la intentase detener, es una chica lista. Que aminore la marcha e indique que vayan al establo que Vanesha está en peligro o algo así y continue corriendo. Es totalmente necesario que mi padre o mi tió...o ambos, aparezcan- Pues eso supondría con casi toda seguridad la muerte de Fuller y también muy probablemente antes de que Lord Kevan tuviese nada que decir. Nadie iba a culpar a su padre o su tío por ejecutar a alguien que había visto a su hija o sobrina en ese estado.

-No os preocupéis por el té de luna...- Dijo finalmente. -Solo lo que os he dicho y leche de amapola.-

Noche del día 18 del octavo mes del año 298.

Cuando todo esta a punto para el banquete y Lord Kevan ya ocupa su lugar de honor los sirvientes junto a algunos soldados libres de servicio se dispersan para avisar a todos para que acudan.

Según vuestro rango o función se determina si es se trata de un sirviente o saldado ademas de su posición el que os avisa que el banquete esta dispuesto con Lord Kevan ya presidiéndolo.

Todo esta dispuesto en la planta baja del edificio principal como todos los años. Las mesas en forma de U invertida con la mesa de los nobles y sus principales servidores encima de una tarima de un palmo. Los miembros delas Casas Falcon y Ferragut de cara a las puertas de forma que ven a todos los asistentes con sus servidores enfrente. En los extremos se encuentran las dos mesas en paralelo donde se sentaran los servidores de los Falcon junto a los soldados de las dos casa presentes.

Noche del día 18 del octavo mes del año 298.

Llaman a la puerta de vuestros aposentos. El sonido es de alguien decidido y no parecé que sea un tímido sirviente.

Noche del día 18 del octavo mes del año 298.

-¿Sí?...- Preguntó Vanesha mientras se acercaba a la puerta deteniéndos a algo más de un metro, mirando de reojo  un instante a su padre, durante el trayecto. -¿Quién es?-

Noche del día 18 del octavo mes del año 298.

– Soy tu tio Brazh, Vanesha. ¿Puedo pasar? Querría hablar un momento con vosotros antes de la cena.

Pensaba hablar primero con mi hermano pero mejor así. También le incumbe y no haremos tarde al banquete.

Noche del día 18 del octavo mes del año 298.

-¡Tío Brahz!- Exclamó con alegría. Se dirigió a la puerta y la abrió dejando epacio para que pasase. Tras eso se acercó a él y le dio un beso en la mejilla -Me alegro de veros, tío- Sonrió.

-Padre ya está listo.- Le informó, mientras se acercaba a la habitación de Cedric. Un vez cerca, alzó ligeramente la voz.

-Padre...tío Brazh está aquí- Dió por sentado que su padre lo había escuchado.

Se acercó a la mesa y retiró una silla para ofrecérsela a su tío. -Tío, ¿Queréis tomar asiento?

Me dirijo a mi asiento haciendo una reverencia antes de sentarme a Lord Kevan y su esposa. Y me aseguro, preguntando a quien me indica mi asiento, si Cedric estará a mi lado durante el banquete.

Noche del día 18 del octavo mes del año 298.

Ves que tu tío se alegra de verte también abandonando la expresión de dureza que prácticamente es la única que conocen sus soldados. – Yo también sobrina, parece que si que ya te has recuperado, estas radiante.

Asiente ante tus palabras sobre su hermano, con una sonrisa ya que es evidente que todavía esta arreglándose.

– No gracias, Vanesha. Quería informar a tu padre de unas importantes noticias pero creo que no estaría de mas que también las supieras. Sino serías seguramente la única persona junto a tu padre sin saberlo. Ahora cuando salga os lo diré.

Noche del día 18 del octavo mes del año 298.

Sentí la llamada a la puerta pero al oír la voz de mi niña seguí preparándome. Había subido un par de kilos gracias a la odiosa manía que tienen los viejos de comer y beber de más y estaba asegurándome de que la camisa pudiese soportar los rigores a los que la iba a someter.

-Hermano...-

La voz de Brazh y Vanesha me llego desde la sala de estar. Me ate el cinto con la pequeña daga en el y sali a dar la bienvenida al recién llegado.

-Hermano.- Había oído su última frase tras la puerta bastante claro. De todas formas primero me acerque y entrelace mis brazos con el en un caluroso saludo. Luego de tan terribles fiebres uno siempre busca el contacto con los seres queridos. -Me alegro de verte. Dime, ¿qué son estas noticias tan importantes?- dije sonriendo mientras me paraba al lado de Vanesha y lo mira atento.

Noche del día 18 del octavo mes del año 298.

Responde calurosamente al abrazo de su hermano y espera a que sea él quien se separé en primer lugar. Se queda un instante en silencio y parece reconsiderar la propuesta de su sobrina de sentarse. – Seguramente tienes razón Vanesha, sentémonos todos. – Aunque os nota expectantes espera a que también os sentéis para proseguir centrando su mirada en su sobrina.

– Tu evidentemente no tienes nada que ver con que nuestras casas durante la Guerra del Usurpador lucháramos como vasallos de la casa Grafton de Puerto Gaviota a favor de los Targaryen contra todas las demás casas del Valle. Jon Arryn era un gran político protegiendo siempre el Valle. Se mostró magnánimo con nosotros confiscándonos algunas tierras cuando otros habrían clavado nuestras cabezas en picas. – Sonriéndote como el Maestre Gilbert cuando imparte una lección. – Ahora en el resto de los Siete Reinos la mayoría de la gente cree que la posición del Valle fue unánime. Estoy seguro de que valoro el prestigio del Valle por encima de nuestras cabezas.

Estudia tu reacción pero sobretodo la de tu padre. – Esto me lo ha dicho Karl el Capitan de la Guardia de los Ferragut, debemos ser discretos todos sabemos que los pajaritos de Lord Varys están por todo el reino y no descartarían que hubierán otros cantando para el Nido de Águilas. Han advertido en privado sólo a los miembros de la familía Falcon, a mi y a Peter el Castellano. Según que oidos no sería prudente que se entedaran de nuestros preparativos. Lord Steven ha advertido personalmente a Lord Kevan Falcon pero por si no nos avisaba a nadie ellos lo han hecho. Cuando Lord Kevan Falcon consideré que debemos saberlo deberemos mostrar sorpresa.

Haciendo una pausa mientras os mira – Viniendo de camino han encontrado un contingente de centenares de soldados de caballería de la Casa Arryn. Los dirigía Ser Thomas un viejo amigo de la edad de Lord Steven. Lord Jon Arryn ha muerto y ahora es su viuda la Regente. Iban ha recibirla a Puerto Gaviota siguiendo sus ordenes. Todo eso se sabrá en cualquier momento, puede que ahora el Maestre este recibiendo un cuervo con esas noticias. Lo que no puede salir de la familia es su aviso, Lady Lysa Arryn ve enemigos por todos lados. Los hechos corroboraban sus palabras. ¿Te presentas en los dominios de un vasallo con un ejército normalmente?

Mirándote como si lamentara cargarte con un peso que mas bien deberían cargar él y tu padre. – Su lealtad hacía nuestra casa se mantendrá. Pero confián en que si volviera ha haber guerra, Lady Lysa a convocado a todos los banderizos de la Casa Arryn y seguramente cuando llegue al Nido de Águilas lo hará con los del Valle, Lord Kevan evalué cuidadosamente a quién apoyar y a quién atacar. Nadie moviliza por movilizar a sus banderizos.

Noche del día 18 del octavo mes del año 298.

Vanesha entendió la preocupación generada por los acontecimientos que describía su tío, aunque realmente todo aquello no fuese su fuerte. Sin embargo algo no debió cuadrarle a la joven. No era un secreto que la casa Falcon no era de las casas más influyentes del Valle. Si realmente la señora de aquellas tierras consideraba a los Falcon una amenaza, no le parecía coherente que convocase a todos sus banderizos. Sería como intentar matar una mosca a espadazos. Unas cuantas casas colindantes con quizás algo de apoyo de Nido de Águilas, sería más que suficiente para borrar de los mapas y de los libros de historia a la casa Falcon. ¡Si no disponían ni de caballería!. Y por muy paranoica que pudiese llegar a ser Lady Lysa, seguro que sus asesores podrían convencerla de que no era necesario desplegar todo el poderío militar del que disponían, solo para acabar con una casa menor.

Por la mente de Vanesha surgió la duda de si, tal vez, Lady Lysa no considerase una amenaza mayor que ellos desconociesen, y que la Casa Falcon no hubiese sido informada o convocada, precisamente por el recelo excesivo de la dirigente, fundado en el pasado de la casa durante La Guerra del Usurpador.

En cualquier caso, los hechos sin duda llamaban a la precaución y la cautela. Si la arrogancia de Lord Kevan, cedía ante un atisbo de sentido común, tal vez sería sensato enviar a un emisario de la casa a tratar de enterarse de algo más, antes de movilizar tropas y darle más sentido a un posible ataque. Porque lo que Vanesha sí tenía claro es que nada podían hacer si Lady Lysa señalaba aquellas tierras como enemigas. Serían completamente masacrados.

-Tío Brahz...- Llamó su atención. -pero de ser considerados una verdadera amenza para la casa Arryn, con convocar algunas casas vecinas sería suficiente para acabar con los Falcon, ¿no es así?... Quiero decir...no tenemos ni caballería.- Dijo dejando patente que probablemente su fuerza militar no podía compararse a la de los Arryn ni de lejos.

-Quizás sería más sensato enviar un emisario o representante de la casa para tratar de averiguar de qué se trata. O al menos confirmar que el despliegue militar no es debido a una acción contra los Falcon. Comenzar a movilizar tropas ahora podría ser una razón de más para generar suspicacia en Lady Lysa ¿no?- Preguntó alternando la mirarda entre tío y padre.

-Puede que Lady Lysa esté considerando alguna amenaza mayor y por eso esté convocando a sus banderizos...-

Durante la tarde Zane se limitó a dar tumbos de un lado a otro sin saber bien del todo que hacer. En algún momento paseó por los jardines con tal de hacer algo de tiempo, en otro trató de abrir un libro cualquiera que encontró en la biblioteca para hacer pasar las horas hasta el banquete, pero al parecer el tomo seleccionado trataba de botánica y aquello bien poco le interesaba en aquel momento, por lo que a causa de la lectura acabó por dormirse con la cabeza entre los brazos en la biblioteca.

Pasadas unas horas, una de las criadas lo encontró ahí durmiendo a poco menos de una hora para el banquete, por lo que una vez le despertó fue de inmediato a su habitación para ajustarse sus mejores ropas para la ocasión. En el cinto también ajustó una daga ornamental, que si bien era poco práctica para el combate al menos encajaba a la perfección con el traje.

Una vez listo acudió al salón que estaba dispuesto para el banquete y saludó a sus padres, felicitando a su madre una vez más. Luego tomó asiento ahí donde correspondía a los Falcon, esperando con impaciencia los platos que habían preparado en las cocinas. Seguro que Martha una vez más volvía a sorprenderles.