Partida Rol por web

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Acompañas a tus primos pero ya veis que han cambiado las expresiones de alarma por otras de desconcierto. No deben entender que esta sucediendo realmente ya que desde donde están no han visto lo ocurrido en los establos y delante de ellos.

Roland que es quién va delante como corresponde al primogénito se dirige directamente esquivando a los soldados hacia su madre para explicarle a ella en primer lugar lo sucedido.

Zane por su parte, que se siente muy unido a su hermana pequeña va hasta ella abrazándola sin ninguna oposición por parte de Sharra, la gatasombra que lo deja pasar.

Derek se ve abordado por sus primos Stuart y Joana, con su madre Greta atenta a lo que pueda explicar.

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Casi al instante después de aquel "hola", la voz de Vanesha respondió tras la puerta. -¡Un momento padre!- Dijo con un tono apresurado. Murmullos siguieron... -Janet, puedes alcanzarme...sí esa...el pelo...las sandalias también, gracias.-

A los pocos segundos Vanesha volvió a dirigirse a él -Ya está padre.-

Al entrar, Cedric pudo comprobar que estaba con Janet y Berta. Llevaba puesto un blusón largo de algodón blanco hasta los pies algo mojado, y unas saldalias de cuero de cabra. El pelo más oscuro de lo habitual a causa de la humedad, le caía pegado al rostro, mientras aún se lo intentaba colocar para poder ver mejor, despejando el rostro ahora limpio, pero con las contusiones e inflamaciones aún visibles.

Permanecía de pie junto a la bañera, cuyo alrededor estaba mojado. Sin duda había salido de manera atropellada, para poder recibirle cuanto antes. Al acercarse a ella y abrazarla, correspondió al abrazo como cuando niña; rodeando su torso con lo brazos y apoyando el pecho y rostro en el torso de su padre. Tras unos instantes se retiró tratando de mostrar una sonrisa tranquilizadora. Parecía costarle un poco a causa de las contusiones, pero era evidente que se encontraba más tranquila y segura. Las atenciones de Berta y el resto de muchachas del servicio, el baño y ahora la presencia de su padre, la habían sosegado. 

-¿Habéis visto a tío Brazh?...Acaba de irse hace un momento.- Preguntó casi, como intentando no hablar de lo sucedido, aunque pareció caer el la cuenta de algo que la medio preocupó y enterneció, dándole un beso a en la mejilla a su padre.

-¿Estáis bien, padre?...No os preocupeis, yo me encuentro mucho mejor. No ha sido nada.- Dijo tratando de mitigar la preocupación que seguro tenía.

Cuando me da paso entro en sus aposentos y la abrazo, por algún motivo, aunque me lo puedo imaginar, decide tomar la iniciativa de la conversación y empezar a preguntar sobre todo lo que se le ocurre. Yo sin embargo no puedo evitar sonreír al verla y notarla a salvo. Una vez nos separamos la miro, busco una silla y me siento, indicativo de que de ahí no me voy a marchar sin respuestas. Pero con gesto comprensivo, nada rudo, ni en las formas ni en mi tono de voz.

-Tu tío y yo vamos a tener que ir al enjuicianiento. Pero no te preocupes, hemos dispuesto tu seguridad y estará a punto de aparecer. También estamos buscando a los muchachos de... bueno, a los chicos de la cuadra para evitar males mayores, si quieres ir al juicio, no te lo voy a impedir, como si te quieres quedar, la decisión es tuya a menos que el Lord requiera de tu tetimonio, que creo que no será necesario por las condiciones de captura, pero por si acaso. Ahora necesito que me cuentes todo lo que ocurrió allí abajo. Y necesito saberlo todo de verdad. No te preocupes que no censuraré comportamiento tuyo alguno, pero quiero saber hasta la última palabra que se habló ahí abajo. Y te lo pido por favor.

Me quedaré escuchando lo que tenga que contarme, trataré de no mover ni el gesto para evitar cohibirla en su narración, e insistiré si no quiere contármela. Por último, cuando acabe de hablar me dirigiré a Janet.

-Por favor, Janet ¿Puedes ir a la cocina a que te preparen un buen filete para dárselo al Gatosombra después del juicio? Iré a dárselo yo mismo. Sin su aviso... no se lo que hubiera pasado.

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Vanesha tomó de las manos a su padre y lo condujo hasta la mesa donde tomó asiento, no antes sin casi obligar a su padre a que lo hiciese primero. Parecía que la conversación no iba a ser cuestión ligera ni rápida.

-Está bien padre. Pero debéis entender que ciertas cosas que he de contaros hay que mantenerlas con discreción.- Dijo casi como poniendo en juego su confianza en él si no lo hacía.

Tras ello, miró de reojo a Berta. Para luego mirar a su padre.

-Veréis padre... Desde hace ya tiempo, la posición otorgada por el Lord a Fuller, la ha estado utilizando para aprovecharse de las jóvenes que entran a servir al castillo. Como comprenderéis, para la gran mayoría, servir aquí es la diferencia entre comer o morir de hambre y la posibilidad de ser expulsadas del castillo si no accedían a sus deseos, ha pesado más en muchos casos, que la propia dignidad.- Lamentó negando un instante, mientras reflexionaba. - Poca dignidad hay en morir de hambre...-

-Los mozos también han visto y alentado las acciones de Fuller, padre, así como Fanny la sirvienta. Una muchacha extraña y con un enfermizo gusto por la sangre y el dolor ajeno.-

Dejó un instante para que fuese asimilando sus palabras.

-Pero tanto las muchachas como yo, debemos de estar en el límite de los gustos de Fuller, prefiriéndolas mucho más jóvenes, Padre.- 

Tomó con fuerza ambas manos de su padre y lo miró fíjamente. -¿No habéis notado padre, que bajo ningín pretexto, la pequeña Cat no ha permanecido sola ni un solo instante, día y noche?-

Se retiró entonces dejando nuevamente que lo asimilase. Realmente por su gesto parecía que ella aún tenía que asimilar que los gustos de un hombre se decantaran más por una niña que aún no había tenido su primera luna, que por una mujer.

-Os reconozco padre, que fui a hablar con él para pedirle que se marchase y que no iba a consentir que pusiese sus cochinas manos sobre  Cat. Pero no fue ni necesario. Nada más entrar, ya me miró con esa lascivia sin pudor, gracias a la impunidad de la que ha estado gozando. Me dijo que si quería aprender a montar, el podría enseñarme y que nadie tendría por qué enterarse. Y que nadie ha tenido quejas sobre sus lecciones.-

Narró bajando ligeramente la vita.

-No sé padre. Quizás debería en ese momento haberme ido, pero le respondí algo como "he oído que solo sois hombre con las niñas que no llegan ni a su primera luna", o algo así. Sí, lo sé...no debería, pero me salió de dentro con tremendo asco, padre.-

Se disculpó con cierta rabia, como si en realidad fuera lo justo al menos, responder algo así.

-Entonces  me tomó por ambos brazos y me zarandeó enfadado, y diciéndome que si estaba poniendo en duda su virilidad. Le respondí que era demasiado adulta para él y que un eunuco tendría más posibilidad de satisfaccerme. Fue cuando me arrojó contra la columna del establo y me golpeé en la cabeza. Intenté, ahí sí , huir arrastrándome, ya que empezaba a desahacerse de la parte inferior de su ropa, pero se detuvo y fue hacia mí de nuevo. Me sostuvo nuevamente y me golpeó diciendo algo sobre que era una ramera y que iba a ...no recuerdo bien eso padre. Era mientras me golpeaba.-

Negó un instante en silencio, reflexiva, pensativa.

-Luego grité padre...tan fuerte como pude. El resto ya lo sabéis...-

Su preocupación parecía aumentar hasta convertirse en angustia.

-Padre, por favor. Tenéis que mantener esto en secreto. Sabéis que muchas de las muchachas no conseguiran buenos casamientos si se hace público su ultraje, aún siendo víctimas. Muchos dirán que podrían no haber aceptado y haberse dedicado a mendigar o algo peor. A nadie le importa una campesina, padre...a nadie.-

Dijo con los ojos vidriosos.

-Por favor padre. ¿Lo mantedréis en secreto?. ¿No diréis nada sobre las muchachas?-

Al llegar y ver que se me acercan y aunque no preguntan nada se les nota que se mueren por saber que paso, aunque un poco agobiado por las miradas de los tres les digo -bueno los gritos fueron de Vanesha cuando Fuller la intento violar y aunque la golpeo fuerte en la cara por fortuna solo fue eso, un intento y no logro nada mas, y aun cuando lo encontraron con las pruebas vivas intento escapar por el techo, pero los soldados lo bajaron y ahora hay que esperar a que Lord Kevan decida qué hacer con él- termino esperando que haberme explicado bien

Mi gesto se mantiene serio mientras mi hija me relata lo sucedido y aquello que se está dando en lo relativo a Fuller y a sus muchachos. No se dibuja la sorpresa en mis facciones, pues era algo que estaba empezando a suponer dado lo que estaba ocurriendo desde que traté de apresarle. No puedo evitar mostrar una media sonrisa antes de alcanzar su rostro con mi mano y acariciárselo, antes de responder a sus preguntas, me llena de orgullo que sea capaz de llegar tan lejos por el mismo sentimiento de justicia, de igual forma me asusta y preferiría que se lo guardase. Pero no voy a permitir que mis temores de padre coarten su personalidad.

-Debiste decírmelo antes. Si te hubiera pasado algo no se qué hubiera hecho, puedes contar conmigo para todo tipo de situaciones, pero no piedo protegerte si desconozco tus acciones temerarias. Me enorgullece que quieras ayudsr, pero tienes que reconocer que si te hubiera pasado algo no hubieras conseguido nada. Te prometo que trataré de evitar que la virtud de los desamparados sea empañada por Fuller o por sus chicos. Pero también quiero que me prometas que no volverás a ponerte en peligro sin que nadie cubra tus espaldas.

Agarro las manos de mi hija entre las mías mientras le hablo mirándola directamente a los ojos. Evitando perder el contacto visual, tras su respuesta dejaré que se cambie mientras espero fuera del cuarto los hombres de Brazh.

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Casi sintió hasta un poco de pena por la ingenuidad de su padre. Realmente no era consciente de que Fuller se había hecho con una posición suficientemente fuerte para que fuese prácticamente intocable, por el solo hecho de ultrajar a unas muchachas de origen tan humilde. Sí se alegtaba de ese sentido de justicia que poseía, pero aún no veía que la justicia estaba jerarquizada, como el gobieno. No era la misma para un lord que para un campesino. A lo sumo Fuller se habría ganado una reprimenda o un castigo menor. Sin embargo que Fuller hiciese de las suyas con ella, cambia la cosa. Ella era la encargada del mercado, y en un futuro, gestionaría las finanzas del Lord. Hija del Maestro de Armas y sobrina del capitán de la guardia. Eso lo cambiaba todo y ponía a Fuller, ahora sí, en disposición de recibir la justicia que se merecía.

Haberse enfrentado de otra manera a Fuller, podría tan solo haberle traido problemas. Lo que Vanesha le había dicho, era muy cierto. A nadie le importa una campesina, una sirvienta...salvo que a ella sí. Y por supuesto, la pequeña Cat. Aún habiendo avisado de la posibilidad de que Fuller podría hacerla algo, éste solo tendría que haberlo negado y posar sus ojos en otras niñas de linaje humilde para hacer de las suyas. Y de paso se habrían ganado un enemigo abiertamente.

Vanesha sí que se había percatado de una cosa. La importancia de los menos favorecidos por los derechos de sangre y por el apellido, pues ellos eran la base, los cimientos. Servían nuestras cervezas, limpiaban los suelos, labraban los campos, pastoreaban los animales, picaban las mina, criaban los caballos, preparaban y servían los alimentos... y mucho más. Sin ellos, los lores y reyes no eran nada. Su verdadera fuerza residía en que todos los poderosos pensaban que eran insignificantes. El trabajo, hacerles ver que era todo lo contrario. Nadie considera peligrosa a una abeja. La cosa cambiaba si era el enjambre entero.

Por otra parte, era innegable, que su padre pecaba de ese afán de protección masculino. Sin duda era un caballero, tanto de armas como de alma. Y de ahí manaba su ingenuidad. En creer que los débiles son tan débiles. Pero para eso la tenía a ella aunque no lo supiese. A ella y al resto de abejas...

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Vanesha asintió ante las palabras de su padre. No replicó nada de lo que dijo. Sólo lo miró con cierta ternura, incluso orgullo. Se limitó de nuevo a darle un abrazo que dejase que la enmbargase de esa sensación de protección y de saber que estaba ahí. Tras ello, le dio un beso en la mejilla.

Con lo que le había ocurrido a ella, Fuller ya tendría que responder ante el Lord. Aunque antes de que se marchase, volvió a recordarle a su padre su petición, pues mejor que ella, no había nadie para saber lo tremendamente difícil que era no tratar de contar todas las barbaridades que Fuller había llevado a cabo. Y si fuese por ella, sin duda lo haría. Pero se trataba de las chicas y de su futuro. Bastante iban a tener ya, con vivir el resto de sus vidas con aquel recuerdo.

-¿Pero me dais vuestra palabra, padre, de no contar nada de lo sucedido con las chicas a nadie en absoluto?-

Vanesha consideraba a su padre un hombre de palabra y sabía, o pensaba cuanto menos, que si la daba, sería garantía suficiente para asegurar el futuro y la reputación de las muchachas.

Antes de salir, tras escuchar las palabras de mi hija me paro en seco y me quedo unos segundos pensativo. Después me giro y la miro a los ojos para terminar asintiendo.

-Tienes mi palabra, hija. Haré todo cuanto esté en mi mano.

Tras esto salgo afuera, esperando a los hombres de Brazh.

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Lady Selyse se queda sin reaccionar ante las palabras de sus hijos pero no así los demás Ferragut aunque su cuñada tiene que acercarse a Sharra, para calmarla, ya que nota la tensión y esta desconcertada al haber cesado las otras señales de peligro.

Joana no se toma tanto tiempo en meditar posibles consecuencias al no estar en su casa sino en la de Lord Kevan. – Esperar, – mientras hace un movimiento con su daga que os hace protegeros instintivamente a todos los hombres que lo veis, incluido su hermano. – ¿A que? Se le castra en vivo asegurándote que no se desmaye y después las manos para que tampoco las pueda usar para volver a abusar de ninguna. Con es…

Stuart se pone delante de ella girándola indicándole a la pequeña.

Su boca calla pero su mirada os deja bien claro que si Lord Kevan acaba perdonando o condenado a algo que no sea la muerte los Clanes serán su menor preocupación.

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Cuando sale tu padre de tu habitación ves a tus dos acompañantes con unas expresiones de confusión y furia dirigidas hacía ti. Berta sujeta firmemente el brazo de Janet que parece mas furiosa a cada instante. Ella en cambio esta como decepcionada. – ¿Porque, Vanesha? Nosotras dos ya podemos recoger lo poco que tenemos y dar gracias a los Dioses si Lord Kevan nos permite abandonar vivas sus tierras.

Janet la interrumpe. – Y Anna, que siempre se ha desvivido por ti como si hubiera sido tu madre, ¿también la entregaras a la justicia de Lord Kevan?

Berta acaba sentándose abatida. – Tu padre se lo contada todo a su hermano y a Alia. Y si Lord Kevan les pregunta... y cuanto tardara Peter en saberlo. Sin duda eso la ayudada mucho en su matrimonio.

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

-No, no lo hará.- Respondió con tranquilidad mientras cogía la ropa y comenzaba a vestirse. Luego alzó la vista hacia ellas como si su mirada lanzase cuchillos durante unos segundos. La apartó un instante mientras se ajustaba las enaguas. Tomó entonces  un vestito del armario. Un vestido verde oscuro y sobrio.

No debió gustarle a Vanesha nada en absoluto que pusieran en tela de juicio tan a la ligera, la palabra dada por su padre y mucho menos que reafirmasen alguna especie de traición por su parte. Una vez vestida, se acercó a ellas bien estirada, altiva, con gesto frio habiendose tragado y digerido aquella palabras. En el fondo podía entender su preocupación, pues mucho se jugaban, pero no justificaba aquello.

-Dejemos algo claro...- Anunció con un tono que no evitaba cualquier enfrentamiento, aunque cuidó su tono, su volumen. Más como precaución a ser escuchada fuera de aquella estancia.

-Lo primero: Mi padre ha dado su palabra. - Dejó unos segundos aquella idea en el aire, esperando a que reflexionasen mínimamente sobre el insulto que, con intención o no, le habían hecho. Podría ser muchas cosas, pero estaba segura de que cuántos no darían media vida por tener un padre como él. Tras ello continuó.

-Y ahora... ¿qué sabe?, ¿qué podría contar?.-  Volvió a dejar una pausa para que recapitulasen en su interior, aunque no dio tiempo a respuesta.

-Sabe lo que debe saber ya medio puerto y villa. Sabe que por el pajar de Fuller ha pasado medio servicio. ¿O acaso pensáis que que Fuller y sus mozos no habrán alardeado "entre hombres" de ello cuando están en las tabernas?- Dijo con dureza en su tono. -Sabe que Cat ha estado supervisada día y noche. Y en ningún momento  he dicho que ha sido por iniciativa de otras.- Dejando claro que ni siquiera en eso las había mencionado.

-¿He dado algún nombre?....¿eh?...¿Está comprometida Anna, Marta o alguna de vosotras?...- Podía entender cierta preocupación por parte de Janet. Pero qué pintaba en todo aquello Anna, Marta o Berta por ejemplo. ¿Acaso creían que su padre iba a adivinar por ciencia infusa todo aquel entramado, de su engaño y la participación de Anna, de Marta, de Berta, de Sharra de Janet... solo por saber que Fuller había abusado de las jóvenes (de algunas) y sin saber tan solo sus nombres al menos?

-Sabe lo que tiene que saber para que Fuller y sus amigotes desaparezcan de una vez.- Sentenció. -Nada más.-

Las miró con veneno en los ojos. Veneno que provenía del daño que la habían hecho al dudar de ella y de sus intenciones. Ni eso, en realidad...había sido juzgada directamente. Estaba realmente ofendida.

-Podéis marcharos...- Terminó diciendo únicamente, con un tono tan frío y gélido como el Muro.

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Llevas apenas unos minutos en la sala que tenéis en vuestros aposentos cuando llaman a la puerta por el tintineo metálico dirías que los que se acercan van armados. Al mismo tiempo oyes murmullos apagados en la habitación de tu hija.

Al cabo de un instante oyes unos golpes en la puerta y una voz de hombre diciendo. – Maestro de armas Cedric, Vanesha.

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Berta y Janet permanecen en silencio pero manteniéndote la mirada. No tienes la impresión de que ni se les pase la posibilidad de solicitarte perdón por su actitud. Cuando has acabado ves un rápido gesto de Berta hacía Janet y esta última guarda silencio cunado es conocida por todos por su apasionado temperamento.

Sin la mas mínima inclinación Berta te contesta en un tono absolutamente neutro. – Como disponga la señora. – Girándose hacía Janet le pide que se acerque con un gesto. – Ayudame a recoger todos estos paños mientras recojo yo los ungüentos. Así podremos marchar antes.

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Casi de un salto hecho un paso hacia atrás y con algo de temor observo a Joana cuando dice el castigo que ella le daría a Fuller y aunque en parte comparto su opinión, tampoco soy tan extremista, así tratando de que deje un poco la hostilidad le digo

-tranquila Joana que es seguro que Lord Kevan le dará el castigo que se merece- aun así ni me le acerco un poquito

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Lady Selyce se acerca a su sobrina girándola en dirección a su pequeña. – Joana, sigo siendo una Ferragut. No pienso dejar vivo un violador. Si Kevan no se atreve a enfrentarse a él confió en que vosotros lo hagáis. Por si intentara huir por mar busca discretamente a Paterson y acompañalo a la sala de costura.

No sabéis que le dice pero al girarse Joana parece mucho mas calmada y de acerca a su gatasombra y a la pequeña Catelyn.

Lady Selyse sigue tomando la iniciativa y viendo guardias ahora en la porterna cercana le pregunta a Derek. Se la ve que hacé evidentes esfuerzos por parecer tranquila delante de los demás y de su hija especialmente. – Hay algo mas, ¿no? Si lo han detenido como es que los guardias cierran y se quedan en las porternas.

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Lady Selyce se acerca a su sobrina girándola en dirección a su pequeña.

No sabéis que le dice pero al girarse Joana parece mucho mas calmada y de acerca a su gatasombra y a la pequeña Catelyn.

Lady Selyse sigue tomando la iniciativa y viendo guardias ahora en la porterna cercana le pregunta a Derek. Se la ve que hacé evidentes esfuerzos por parecer tranquila delante de los demás y de su hija especialmente. – Hay algo mas, ¿no? Si lo han detenido como es que los guardias cierran y se quedan en las porternas.

No pude evitar intentar escuchar lo que se estaba hablando en la habitación, la preocupación que seguía sintiendo me mantenía en un estado de alerta constante del que no podía salir ni siquiera mientras intentaba recomponer las ideas en mi cabeza. Ni pensando en cómo poder evitar mancillar el nombre de las más desfavorecidas, quizá no podría mantener mi palabra aunque, por supuesto, me desviviría por ello.

Tras escuchas los golpes en la puerta, pese a que todo indicaba que si se diera el caso, los asaltantes no llamarían, pido silencio y llevo mi mano a la empuñadura de la daga mientras abro la puerta con cuidado, por si tengo que cerrarla de golpe.

-¿Quién llama?

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

El abrir así la puerta alarma a los que están fuera oyendo como desenvainan mientras dicen. – ¿Quien esta hay? Somos soldados de la Casa Falcon.

Enarco una ceja al escuchar la presentación del soldado, que no se haya identificado con su nombre me hace sospechar.
-Soy el maestro de aramas Cedric. ¿Qué asunto os trae al cuarto de mi hija?
Me preparo para lo que pueda pasar, agarrando el mangobierno de la daga con fuerza.