Partida Rol por web

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Al percatarse que quien estaba tras la puerta era su padre, Vanesha guardó la daga en su faldón y miró a Berta y a Jane asintiendo lévemente.

Había temido también por ellas ante ese alboroto y que les hubiera podido pasar algo por estar en el lugar y en el momento indebidos. Estaba cláramente molesta con ellas, pero de ahí a que no le importase lo que les pudiera suceder, había un largo trecho.

Tras su gesto de alivio al darse cuenta de que no las iba a pasar nada, éste volvió a tornarse más serio. Alisó levemente la falda y abrió la puerta, tanto para que saliesen, como para que su padre entrase.

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Vanesha abrió la puerta dejando espacio para que Berta y Janet pudiesen abandonar la estancia y atender después a su padre. Esbozó una tímida sorisa de agradacimiento a los soldados que estaban a cargo de su custodia, así como una ligera inclinación de cabeza. Al ver al Maestre Stuart, desvió la mirada a su padre con cierta sorpresa y desagrado, aunque no mencionó nada al respecto.

Ante la notica de su padre, asintió y levantó la cabeza con cierto gesto altivo, como haciendo acopio de valor y dignidad y tratando de desprenderse de aquel papel de víctima.

-Asistiré, padre.-  Confirmó en aquel mismo momento. -¿Vamos juntos?...-

Asiento ante las palabras de Cedric sobre su hija - Aún se me hace algo raro verlo como un padre después de todo este tiempo, pero qué sabre yo - pienso con un ligero matiz de tristeza, ante la posibilidad perdida por mis votos de castidad.

Cuando Vanesha sale de su habitación la intento evaluar de forma global, buscando algún tipo de contusión o arañazo muy visible.

- Hola, espero que estés bien - digo a modo de saludo a Vanesha a pesar del gesto a su padre. Acto seguido busco la mirada de Berta, intentando captar si quisiera decirme algo sobre la paciente.

- Si no os importa os acompañaré en un momento - digo mientras hago un sutil gesto a Berta para que permanezca conmigo.

Espero pacientemente hasta que se hayan marchado por el pasillo y me acerco a Berta, intentado no ser escuchado.

- Berta, ¿qué ha pasado realmente? - la miro con expresión preocupada.

- No me encaja que Fuller hiciera esto, espero que no esté fingiendo - pienso dubitativo - Ojalá no sea más que pura paranoia, pero uno debe estar preparado para todo, aunque sea la hija de Cedric.

Miro a Berta inquisitivo esperando una respuesta.

Iré a buscar a Paterson.  Les encargo a la niña, le dijo a Greta.  Mi pensar ha cambiado.  Es importante mostrar que hay juicios justos en las tierras Falcón.

 Si algún acusado intentara escapar, la orden es que lo capturen, no que lo maten.  Además de la justicia primero, sabríamos si hay alguna conspiración mayor, que es de una importancia mayor que dejar el enojo guiar nuestras acciones ahora.  El colérico siempre pierde la estrategia, recuerden.   -les dijo a sus hijos.

Lady Selyse cruzó aquella sección del castillo en un tiempo breve, aunque sin aliento por no estar acostumbrada al movimiento apresurado de los sirvientes.   Tocó la puerta buscando a Paterson. 

Lady Selyse.  Abridme. 

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Berta se da cuenta de tu mirada inquisitiva y se detiene en las puertas hablando con la doncella. – Janet, encargados de hacer retirar la bañera y que las sirvientas arreglen la habitación de Vanesha.

Camina unos pasos hasta la escalera y se gira indicando que te aproximes. Desde allí podéis ver si alguien sube por ellas o sale de los aposentos.

Al oír la pregunta te mira estupefacta. – Que insinuás, ¿no la vistes salir sangrando de los establos? ¿No has visto los puñetazos en su cara?

Niega con la cabeza. – Yo por lo menos no tengo dudas de que ha recibido golpes lo suficientemente fuertes como para que sangraran.

Mirándote mientras piensa. – No le pregunte por los detalles, estaba ocupada curándola. Por lo que he oído los primeros a entrar fueron Derek Falcon, el sobrino de Lord Kevan y su padre Cedric aunque después de Alia. Ellos, aparte de Vanesha y Fuller tiene que ser quienes sepan mejor que nadie lo que ocurrió en los establos.

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Uno de los dos soldaos os habla antes de que marchéis. – Mi señor, vuestro hermano Brazh, el Capitán de la Guardia, nos ordeno venir ha hacer guardia para proteger a vuestra hija. ¿Debemos acompañarla o permanecer vigilando vuestros aposentos?

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Oyes como te responde desde el final de la otra escalera. – Milady Selyse, estoy a vuestra disposición, ¿pero que deseáis de mi?

Notas la extrañeza y el desconcierto en sus palabras. Alguna vez se le ha solicitado ir a Puerto Gaviota a traer provisiones para abastecer las despensas y de paso pequeños encargos de telas y perfumes pero era Anna la que le daba las ordenes. Ademas no es le día mas indicado para solicitar esas cosas o eso cree él.

Asiento con la cabeza con una sonrisa dibujada en el rostro, mi hija es fuerte y lo demuestra con sus decisiones. Como suelo decirme para mi mismo, estoy muy orgulloso de ella.

-Ahora no es el juicio, primero debo acudir al consejo privado, cuando vaya a ser el juicio enviaré a alguien a por ti, o vendré yo mismo. No te preocupes. Debo marchar, hija, voy con retraso.

Después miro al soldado a los ojos.

-De momento en sus aposentos, necesita descansar lo máximo posible, o hacer como que descansa, después os agradecería que la acompañarais si yo no he venido a por ella. Cuando lleguéis cerca de donde el juicio nos reuniremos fuera, marchad y dejad las armas en la armería sin que os vea nadie.

Si no hay nada más que tratar, salgo en dirección al concejo privado.

Paterson, dime que está pasando con el presunto culpable.  ¿Donde está Joanna? 

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Te mira manteniendo su perplejidad y tarda unos segundos en contestarte. – Milady Selyse, lo último que se es que Lord Kevan ordeno al sargento Luther que lo encerrara en las despensas y la mitad de su pelotón estuviera vigilando el lugar donde lo encerrarán turnándose hasta que ordenará que lo llevarán a su presencia.

Se queda expectante por si deseas alguna cosa mas.

Después se encoje de hombros. – No se donde esta ahora Joana Ferragut. Me indico que deseabais hablar conmigo aquí y es lo que he hecho.

Mañ/19/8/298

A las despensas iré entonces.  Gracias. 

Lady Selyse se fue hacia la zona donde estarían resguardando la entrada los guardias.  Mientras caminaba iba pensando en el error de su instrucción.  Espero que Joanna no haya cometido nada grave aún. 

¿Cuánto faltaba para el juicio?  ¿Qué impresión le dió Vanesha sobre lo acontecido?  ¿Que es lo que ella intuía de los mozos de cuadras de haberlos visto antes? ¿Qué es lo que sabía de su marido y cómo actuaría él ante estas circunstancias?  ¿Enojo, justicia imparcial, debilidad? 

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Cuando estas a punto de llegar a la sala de costura ves a Lady Selyce salir de ella con Paterson detrás con cara de no entender nada.

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

Antes de salir con Paterson detrás eres consciente de su desconcierto. Lo has hecho acudir allí para preguntarle una cosa que centenares saben ya en el castillo.

Delante tuyo aparece Joana Ferragut con su gatosombra Sharra a su lado.

Mñ/19/8/298

Hola Joana.  Que bueno que te encuentro.  Te quería decir... -pareció dudar en que tanto hablar aquí en el pasillo y la llevó a un cuarto algo aislado de los oídos indiscretos del castillo.  Me quedé pensando en lo que te dije antes.  Reflexioné a la luz del consejo de los siete, y -¿se estaba volviendo más religiosa Lady Selyse?-  Creo que hay que empujar por un juicio justo para Fuller, aunque nos duela.  Si intenta escapar, captúrenlo, vivo; vivo es cómo se presentaría a juicio de Lord Evan. 

Mañana del día 19 del octavo mes del año 298.

—Buenos días, tía— la cara de Joana pasó de tener una expresión de determinación y seguridad a no acabar de entender algo. A Sharra se le erizó el pelaje y fijó los ojos en Lady Selyse —¿Un juicio justo? Aquellos que profanan a una mujer no deberían ser juzgados más que por la mano de la pobre muchacha a la que intentó... Disculpad, tía. Si vos decís que merece un juicio, sea pues. Que los siete le condenen con tanta fuerza como lo haría yo— parecía no estar muy convencida de esto último.

—Si no tenéis ninguna otro recado para mi, me retiraré a esperar el juicio— esperó al beneplacito de su tía para poder irse.

La respuesta de Berta me tranquiliza, ya que confirma mi diagnóstico a ojo.

- No me malinterpretes - sentía profundamente haber indignado a Berta - está claro que la chica está herida de esa forma. Estoy un poco paranoico por haber coincidido este incidente con la llegada de los Ferragut - hago una pequeña pausa - Disculpa si te he ofendido - le digo con mirada apesadumbrada.

- Intentaré hablar con ella entonces - pienso - Ya que se lo he dicho a su padre, voy a acompañar a la joven entonces - digo haciendo ademán de volver a los aposentos de Cedric.