Asiento con firmeza ante las palabras de Leonor, aunque la verdad es que estoy cada vez más preocupada por las cosas extrañas que están sucediendo.
Al llegar a la posada y encontrarme con ese espectáculo, devuelvo sucinta el saludo de Giorgio antes de decirle a Leonor.
- Perdona, ¿te puedes encargar tú de los de arriba mientras trato de solucionar lo de aquí abajo? -le digo en voz baja a la pelirroja.
A fin de cuentas, con la situación actual lo que yo tengo para hablar con ella puede perfectamente esperar un día, de tal manera que esperando a que me confirme ese reparto, después me encamino hacia Ángelus y Alejandro si no pone pegas.
Visto que las magas se refugiaban en la posada, quedaba saber el paradero de los demás y, si era menester, echarles una mano en lo que fuera. Especialmente si había un combate de por medio. Que esperaba que no.
Así que el enorme pájaro cambió su rumbo y se dirigió hacia la otra posada, pasando nuevamente cerca de la iglesia, dotado de una vista de animal nocturno gracias a sus hechizos. Desde el aire, virtualmente invisible y con buena visión en oscuridad Magnus se había convertido en un vigía casi perfecto, pocas cosas escaparían a su escrutinio.
No da tiempo a entrar a la taberna cuando los otros dos se levantan y Giorgio sale en una exhalación hacia la segunda planta de la posada. Los otros dos se quedan en el recibidor con ellas. Mía, pragmática como ha demostrado ser, comienza a repartir tareas. La verdad es que no le importa mucho en esos momentos el motivo por el cual Alejandro esté llorando y tampoco es que le caiga demasiado bien. Supone que ya se enterará y si no, tampoco es que le suponga algo de vida o muerte.
Asiente a la tarea que le ha pedido.
-Iré a buscarlos, entonces.
Sigue a Giorgio escaleras arriba.
Después de que Leonor acepte, salgo con paso ligero al recibidor detrás de los dos hombres.
- A ver quién se anima a contarme qué pasa aquí. -les digo plantándome delante de ambos con los brazos cruzados y mirándolos alternativamente.
¿Déjà vu con sus madres? Más que factible.
Desde lo alto del cielo puedes ver la boca oscura que es Confido a excepción de los dos circulos concentricos que son la empalizada y la plaza del pueblo.
De momento... todo paz, una tensa paz.
Aprovechando que las distancias a vuelo de cuervo son muy pequeñas, en especial con un pueblo como Confido, voy a buscar la otra posada y ver si puedo localizar al resto del grupo.
Cuando subes ves que Giorgio estaba llamando a una de las puertas. Al par de segundos una mujer, Auria, la mujer de Magnus, abre la puerta. Esta mira extrañada a Giorgio y este le pregunta.
- Nire andrea, non dago zure senarra?
- Eraldatu egin zen eta hegan egin zuen. Zer gertatzen da? -le contesta aún extrañada.
- Badirudi bere lagun batek erasotzailearen identitatea aurkitu duela. Aurkitu behar dugu.
Auria se lleva las manos a la boca y contesta.
- Berarekin aurkitu behar dut, une egokia da
Acto seguido cierra la puerta y se comienzan a escuchar ruidos dentro de la habitacion, como si estuvieran buscando algo de manera presurosa. Giorgio se gira y te dice.
- Parece que el señor Magnus ha salido a vigilar en forma de cuervo y ahora no esta.
Localizas la otra posada rapidamente, situada en la cuaderna contraria a la vuestra. Un edificio no especialmente grande, aunque notorio sobre el resto de edificios, tiene una entrada decorada como si fuera una carreta cubierta, de una sola planta.
Al acercarte vas viendo que no hay nadie por las calles.
Al llegar al piso de arriba le da tiempo a presenciar como Giorgio hace uso de sus habilidades lingüísticas. Parece que el hombre sabe bastantes lenguas y la que habla no es precisamente sencilla, ¿no? Es un galimatías de sonidos y no entiende nada de lo que dicen.
Aunque Giorgio le hace un resumen de la conversación al acabarla.
-Hemos visto un cuervo bastante inusual que nos seguía. ¿Quizá sea él?
Así que el gigante puede cambiar la forma. Sin duda, todos esconden poderes curiosos.
-De todas formas, debemos reunirnos. Mía tiene información.
Urtza no era la mentora de Magnus? Auria o algo así era la esposa, no?
EDIT Master: Tienes razon XD se llama Gorka, me lio con tanto nombre
EDIT: Gorka no es el nombre real de Magnus? Auria es el nombre de ella
Así, le proveyó de una mujer adecuada a sus propósitos, Auria, hembra de formas contundentes,
EDIT Master 2: Calli! leñe! XD
EDIT: Encima que te ayudo! >.<
Giorgio. Lo cierto es que tras el ataque ni siquiera había pensado en él, pero ahí estaba. Y luego llegó Mía, tratando de averiguar que estaba pasando exactamente. Como si el propio Angeus lo tuviera claro. Musitó un "gracias" hacia Giorgio antes de hacerle un gesto a Mía para que los siguiera. Ya fuera de la taberna, dedicó toda su atención a lo que Alejandro le contaba. No podía perderlo de vista, aún no estaba seguro de que se hubiese recobrado del todo, dado el corto tiempo que había pasado.
Sintió una leve punzada de terror al oír la descripción de la criatura. Feéricos. Si bien los había estudiado, apenas podía decir que los comprendía. Sus costumbres y formas eran tantas, tan diversas y a veces hasta contrarias entre sí, que a veces era difícil creer que formaran un mismo pueblo. Sin embargo sabía lo suficiente como para no subestimarlos. Y menos a un fae de la Corte Oscura.
Las lágrimas de su amigo lo conmovieron. Tan sensible, tan puro. En cierto modo le recordaba a la sensibilidad de una mujer, sin que eso le quitase un ápice de masculinidad. Lo atrajo hacia sí y con la manga de su camisa secó los rastros dejados por el llanto y le dedicó una gran sonrisa mientras apoyaba las manos sobre sus hombros.
─Vamos a salvarlos, te lo prometo. Con tu labia y mis poderes, ¿qué clase de ser se nos podría oponer?
En realidad se le ocurrían muchos, pero no quería abrumar a Alejandro con sus preocupaciones. Su amigo ahora necesitaba reposo y la seguridad y confort de un buen amigo, de un buen abrazo, y el pueblo necesitaba un salvador. Esperaba que entre todos fuera suficiente para corregir esta desdicha.
Como nos interrumpe Mía la incluyo en nuestro desplazamiento. Espero que no te importe.
Mientras vais saliendo de la taberna, Alejandro va respondiendo a tus interrogantes en voz baja.
- Es… es un espíritu de la noche… creo que un fae… probablemente de la corte oscura… pero podría ser otra criatura, como un espíritu sin reposo… pero no creo… - va intentando poner en orden sus pensamientos – Tiene el aspecto de una niña demacrada, creo… la cara no la pude ver porque estaba tapada por su pelo… largo y negro como la noche… – puedes darte cuenta de como un escalofrío le recorre al recordarlo – Me tenía sujeta por las manos… y tiraba de mí en un sentido… y en otro… - instintivamente se lleva una mano al hombro, como si le doliese – Dolía, dolía mucho… y su risa… su risa me parecía aterradora… - niega un momento con la cabeza como para sacudirse el recuerdo de la cabeza – Hasta que mis brazos se desencajaron… y entonces me agarró del cuello con una mano… mientras con la otra intentaba volver a poner recolocar mi brazo… hasta que mi cuello se partió…- y se lleva las manos al cuello y otro escalofrío le recorre – Entonces al comprobar que había muerto… me… me arrojó a una esquina… - las lágrimas vuelven a caer por su mejilla – Ahí fue cuando regresé… - deja un segundo de pausa entre que de golpe se gira para mirarte a los ojos, aún con lágrimas.
>> Pero… pero no creo que sea malvada… Creo… que está… que se siente sola, que quiere alguien con quien jugar… pero no entiende que los bebes están vivos… no entiende la diferencia con una muñeca de trapo… no… nos entiende… y por eso se comporta así… no creo que lo haga por maldad… solo porque no entiende… pero tenemos que explicarle… tiene que entender… no podemos dejar que siga llevándose bebes, Angelus… es… es terrible… - aún con lágrimas cayéndole por la mejilla y mirándote… mirándote como si tú, y solo tú, pudieras salvarlos, como si fueras su única esperanza, como alguien que te necesita a ti de verdad.
Te copio el fragmento de conversación de lo que me está diciendo Alejandro.
Por mi sin problema
Bueno, ahí está la posada. Y siendo de noche, nadie por las calles. Tampoco los compañeros. ¿No habían dicho que se dirigirían aquí? Echaré un vistazo.
Magnus hizo un reconocimiento aterrizando en el propio tejado de la casa. Sus garras, unidas a su bajo peso por tratarse de un ave, seguramente serían consideradas una rata (gorda) paseándose por el tejado. Desde esa situación privilegiada podría acercarse a las ventanas y echar un vistazo discretamente. Tal vez así consiguiera dar con sus otros compañeros.
Pues eso, trato de localizar a Alejandro y Angelus. En caso de no lograrlo volvería con las chicas, pasando previamente por la iglesia (una vez más).
A traves de las ventanas puedes ver el interior de la posada, mucho mas austera que La casa di vino. En una de las ventanas de planta baja puedes ver a la familia gitana, supones que son ellos, reunidos en una habitación rezando frente a un crucifijo.
A parte de esa anomalía no ves nada.
Asi que vuelves a la posada. En la plaza todo sigue igual.
Voy a hacer un pequeño miniparon hasta que avance el resto del grupo.
Veo la escena entre los dos hombres sin tener claro cómo reaccionar en primera instancia. Aunque lo de Ángelus se me hace excesivamente ñoño, hasta que al final se pasan varios segundos mirándose y suelto:
- ¿Qué, entonces os vais a besar o vais a empezar a actuar como hombres? -les digo con tono firme.
Luego los miro alternativamente mientras recibo la explicación de por qué está tan afectado Alejandro.
- ¿Estás entero como para que hablemos de cosas serias? -pregunto a Alejandro, mirándolo con seriedad pero no con dureza- ¿No quieres hablar primero de esa visión para que recuperemos la compostura? Eres un hombre y un magus, no hará bien a nadie si te hundes cuando seas necesario. -lo alecciono, acercándome para a la par darle apoyo y obligarlo a erguirse, corrigiendo su postura y colocándole una mano en la mejilla para a la par alzarle un poco la cabeza y transmitirle algo de seguridad- Así estás mejor. -le digo, dedicándole una pequeña sonrisa aprobatoria.
Después tomo aire y les digo:
- Lo que amenaza a estas gentes es descrito como una criatura con aspecto de mujer de piel mortecina, con uñas alargadas y que suelta un sonido como un lloro desconsolado antes de atacar. Además, hemos visto un cuervo grande atravesando la noche, pero los cuervos son diurnos. -les resumiré una vez parezca que Alejandro no va a echarse a llorar.
Lo subrayado es porque... Si Alejandro sigue como hecho polvo el siguiente post, aún no os lo dice, hasta que parezca que está bien sereno.
La pregunta cae como un jarro de agua fría a Alejandro que da un paso a un lado separándose instintivamente de Angelus con aspecto cohibido y un tanto avergonzado, lo que se ve reforzado por los colores que suben a su rostro.
No suficiente con ello Mía le corrige la postura como… ¿quién se creía que era? Jamás nadie lo había tratado así. La confusión e incredulidad se reflejan en su rostro. Las lágrimas han desaparecido avasalladas por los diferentes sentimientos que Mía ha logrado provocarle en tan poco espacio de tiempo.
Con un murmullo bajo añade aún confuso más como un intento vano de defensa que de ofrecer pelea.
- En mi tierra, los hombres son personas y tienen derecho a expresar sus sentimientos, y las mujeres valoran en ellos la sensibilidad.
Alcanza a asentir a las palabras de Mía cuando explica lo que han descubierto y visto.
- Esa es la mujer que vi… pero… - baja la voz abatido – Es complicado… - levanta la vista de nuevo – Esperemos a Magnus y Leonor… no quiero tener que recordarlo más veces de las necesarias… - añade desviando la mirada al suelo a la par que se abraza los brazos para consolarse a sí mismo.
Angelus abrió la boca, pero no salieron palabras. ¿Estaba insinuando Mía que a él le gustaba... que él era..?
─Cuidado con lo que insinuáis, mujer ─le espetó, sin poder contenerse.
A decir verdad, sí se estaba conteniendo. Por una ofensa como aquella habría pedido un Certamen si se hubiese tratado de un magus... y la situación no fuera tan grave. Un enfrentamiento ahora, por justificado que fuera, era un grave problema. Si iban a luchar contra el fae (y todo indicaba que la criatura no renunciaría fácilmente a su alijo de "juguetes"), Mía sería tan necesaria como el resto del grupo.
Apoyo su mano sobre el hombro de Alejandro mientras este se explicaba, asegurándose así de que no se sintiera solo.
Pues nada, a esperar al resto de tarados, digo, de magos.
Auria tardó muy poco en salir, ya dispuesta a buscar a su marido. Asintió en cuanto os vió y se dispuso a marcharse. Giorgio tomó la delantera comenzando a bajar por las escaleras. Seguido de Auria y de ti.
Interpreto que bajais, para daros ya pie, por que has declarado que querias bajar.
Pronto veis que Leonor, Giorgio y la mujer que acompañaba a Magnus, Auria, bajan por las escaleras con celeridad.
- Mis señores, el señor Magnus no se encuentra en su habitación por lo visto ha salido a vigilar con forma de cuervo.
Mira por el rabillo del ojo a la mujer que les acompaña escaleras abajo. No parece una mala mujer, pero tampoco podría asegurarlo pues no entiende nada de lo que dice. Pero parece que se preocupa por su marido... supone que eso la hace, al menos, una persona que cuida de los suyos.
Luego su atención se centra en las otras 3 personas del recibidor.