Partida Rol por web

-Un segundo, Kitsuki-san.- Le dije a la dragón mientras caminaba a su lado para alcanzarla. -No podemos simplemente volver ahí a ciegas. Necesitamos investigar primero. De otra forma, podriamos condenar por robo a todos los etas y heimin del lugar y aun así no dar con nada.- Intenté que entre en razón para que no tome decisiones apresuradas.

Yo también estaba muy preocupada. Puede ser que los escorpión no seamos muy "honorables", pero perder la wakizashi era una cosa que me podía manchar irreparablemente.

 Imitando a Hitomi-san, camine hasta estar del otro lado de la Dragón, acotando algo acelerado. -Ella habla con razón Kitsuki-San, ir sin un plan solo sería arriesgarse a perder mas de sus posesiones. Si quiere recuperar sus pergaminos, deberemos idear una forma de recuperarlos de la manera mas calmada posible.- Hice una pausa, para que pudiese calmarse y reflexionar por un segundo -No se preocupe, los recuperaremos- dije mas calmadamente *Aunque los manchemos, los recuperaremos.

Los dos dragones tambien se unen.

-Gomen nassai, Kitsuki-sama... De verdad, no nos percatamos de esto. Lo sentimos mucho, y tenga por seguro que la acompañaremos donde sea necesario para recobrarlos. +declara la bushi-ko

A vuestro alrededor, el gentio continua pululando, indiferente o bien ignorandolos a proposito, en sus asuntos. 

Es por eso que me ceñía a las pruebas verificables hasta por el hombre más idiota, ya fueran materiales o en forma de testimonios. Los kami no resultaban más útiles que la misma intuición y gozaban del mismo estatus frente a cualquier saibankan. Y pudiera ser que mi conocimiento sobre los traficantes de opio fuera escaso, de seguro que no podía reñir con el de la Yogo, pero tampoco iba a insinuárselo siquiera o bien podría mandarme de regreso a conocerlos de primera mano en vez de a Shiro Soshuro y con el mismo resultado en un teórico futuro cercano. Pero en cuanto me indicó que continuara con lo que estaba haciendo, supe que no había errado, no al menos en exceso.

- Hai sama. - respondí para luego añadir - Sama, ¿dónde envió a los dos eta?

Pregunto levantando por fín la mirada, pues ellos eran el motivo de mi regreso.

-La Embajada Dragón. +contesta+ Han proclamado su lealtad a ese clan ni bien llegaron, y el embajador desde luego los ha aceptado inmediatamente, asi que ahora son responsabilidad de ellos. No se les puede culpar, supongo. En las provincias Mirumoto pasaran más hambre, pero he oido que tratan a sus etas casi como a personas...

Suspira. 

-Esto se esta complicando excesivamente. Reunete con tus compañeros y averigua todos los movimientos comerciales de Agasha-san, aunque debas recorrerte el distrito Mercader entero. Yo descartare la posibilidad de que halla algun Unicornio involucrado. Y no olvides avisar a la Guardia por la niña. Habla al respecto directamente con... Shosuro Jocho-sama, en la torre del Dragon, de parte mia. SE CORTES. +finaliza, con un tono de voz ligeramente mas alto y terminante.

Respiro profundamente tras escuchar la estocada de Osako, demasiado como para no dejar claras mi disgusto por ese apunte que no requería unicamente de una de las dos partes para cumplirse. Es por ello que mi respuesta se hace esperar un segundo más de lo que hubiera sido necesario.

- Así se hará sama.

Concedo imaginando que ésa es su manera de castigarme y no poniendo más problemas por ello, no fuera a complicar todo más de lo que ya estaba.

- Con su permiso.

Señalo para después levantarme dispuesto a dejar el edificio en dirección a la embajada Dragón para buscar a los dos eta dispuesto a discutir sobre juramentos con ellos y cuanto samurai de kimono amarillo y verde quieran interponerse.

La senda a la Embajada Dragon es rapida, e igualmente rapida es la negativa a dejarte pasar por parte de los guardias en la puerta. En su lugar, envian a un sirviente, que vuelve al cabo de poco con la señora embajadora. Esta se cruza de brazos, haciendo una muy sutil reverencia.

-Konbanwa, Shosuro-kun. Tendras que disculpar a los guardias, pero sus instrucciones son no dejar pasar a nadie si no es invitado expresamente por mi señor esposo o por mi misma. Esta desgracia ocurrida al buen Agasha-san, nos vuelve a todos ligeramente mas conscientes de nuestra seguridad personal. ¿Traes algun mensaje de Osako-san?

Al menos había conseguido que alguien con autoridad suficiente acudiera a la puerta.

- No, pero son sus órdenes las que me traen a vuestra puerta.

Declaro dejando espacio para que el niño a mi espalda quedara claramente a la vista de la Kitsuki.

- Tengo entendido que recientemente ha recibido en su casa a dos eta. La mujer servía a Agasha Iesada y responde al nombre de Eiko... - comento dejando claro que sabía muy bien a quién había venido a buscar - Estoy seguro que le alegrará reencontrarse con uno de sus hijos, del mismo modo que a todos nosotros nos gustaría encontrar a la hija del Agasha.

Señalo con tranquilidad. Consciente de que mi razonamiento inicial debería sobrar y no tener necesidad de llegar a extremos más drásticos.

-Ciertamente. Los hijos son los hijos, sean de Amaterasu o del mas humilde de los etas... ¿Hay algo tan importante como nuestro legado, por mas humilde que este parezca? Te agradezco, Shosuro-kun, que hallas traido a este pequeño, dado que desde la proclama de lealtad de sus padres, el tambien es un sirviente de los Dragon, y por ende nuestra responsabilidad.

Hace un gesto al sirviente, para que tome al niño.

-¿Algo mas se te ofrece?

Inmediatamente me interpongo entre el sirviente y el niño curtidor.

- Os equivocáis sama.

Respondo con la sinceridad que tanto le había gustado la vez anterior.

- Éste niño pertenece al Escorpión. No ha proclamado pertenecer al Dragón como sus padres hicieron ésta mañana y como tengo la sensación de que vino al mundo mucho antes de eso, me temo que no puedo entregároslo tanto a él, como a su hermano, sin más.

Puntualizo con la seriedad habitual para después continuar algo más condescendiente, aunque no por ello sonriente o amable.

- Sin embargo, necesito hablar con esa Eiko sobre "Agasha-ime". Si le preguntáis de seguro que estará dispuesta a hablar conmigo. Tampoco me opondré a tener testigos si con eso os sentís mejor.

-Me temo que eso sera imposible. Eiko-chan me ha pedido expresamente no volver a tener ningun contacto con las autoridades Escorpion. Segun tengo entendido, el trato recibido durante su interrogatorio fue... poco agradable. Si teneis más preguntas para ella concernientes al triste suceso, enviadlas por escrito y se las hare llegar, aunque algunas sobre "Agasha-hime", por la cual supongo os referis a la hija de Iesada, podria contestarlas yo misma.

Cruza los brazos. A su lado, los dos samurai dragon tambien lo hacen.

-En cuanto a los pequeños, me temo que el equivocado sois vos, Shosuro-kun. +añade la cortesana suavemente+ Dado que ni este niño ni su hermano han realizado su gempukku aún, las decisiones sobre su lealtad las han de tomar sus padres entretanto. Por ende, pertenecen al clan Dragon desde el momento en que ellos lo declararon. Ahora, sed tan amable de entregarlo.

- Los curtidores siguen sin ser personas y en su declaración no los mencionaron en absoluto.

Señalo neutro, dejando en claro que a pesar de que los muchos derechos que disponían los eta de la ciudad, seguían perteneciendo a ese estrato, y por lo tanto el equivalente a un simple objeto que bien podría haber cambiado de manos.

- Necesito una descripción lo más feaciente y actual de la hija de Agasha Iesada, su wakizashi, así como su nombre. Si sois capaces de darme esos detalles, quizás podamos encontrarosla sin molestar a Eiko, permitiendo que su familia se reuna nuevamente y sin otorgaros el tedio de ir a buscarla.

Insisto dejando claro que no iba a dejar escapar al niño sin obtener lo que buscaba.

- Porque en éstos momento, Kitsuki-san, tenéis desaparecida a la primogénita de Agasha Iesada y no creo que sea conveniente dar a conocer que le embajador Dragón no se preocupa de sus samuráis.

-Lo cual seria una mentira muy dolorosa para vuestra reputacion en esta ciudad, a menos que desearais un traslado a, digamos, Shinomen Mori. Igual de inconveniente seria que Osako-san sepa que os rehusasteis a entregar lo acordado. Vos no estabais cuando la pareja hizo su declaracion de lealtad, Shosuro-kun. Yo si. Por eso, sus hijos estan comprendidos en ella. Seria una lastima volver una disputa algo tan trivial.

Los dos bushi a su lado permanecen inmoviles, aunque te parece vislumbrar una sonrisa en uno de ellos.

-No obstante, si una descripcion es lo que quereis, resulta facil de solucionar. Su nombre es Agasha Rika. Tiene 14 primaveras. Cabellos negros con hebras blancas teñidas... una afectacion de sus amigos Grulla. Tiene la tez muy palida y ojos azules. Fisicamente normal, de complexion delgada, quizas un tanto mas alta de lo usual. Es una preciosa y muy responsable joven. En cuanto a su wakizashi, es una simple hoja con el mon Agasha en la tsuba, nada especial.

Complacido por la respuesta me retiro para dejar que los Dragón reclamen su premio y me inclino ligeramente ante la Kitsuki.

- Gracias por su colaboración Kitsuki-san.

Pronuncio mecánicamente y apenas termino la frase vuelvo a enderezarme sin mostrar ningún síntoma de haber sido afectado por sus palabras, seguramente motivado porque Hayashi no Uragirimono hubiese sido un destino mucho peor como sabíamos todos los Escorpión.

El sirviente se hace cargo del chiquillo, mientras la Kitsuki solo asiente y te da la espalda, regresando a la embajada. Los guardias no se mueven, manteniendo su postura hasta que te alejas.

Sin nada más que hacer en la embajada Dragón, me dirijo a la peor parte de la tarea que la Yogo me había encargado. Atrás quedarían los problemas del reencuentro de la familia de curtidores con su otro hijo.

La dragona asiente a los logicos comentarios de los escorpion y las disculpas de sus escoltas, demasiado aturdida aun por su vergonzosa perdida. El grupo de bushis regresa hacia la Puerta del Desdichado. Al menos dos de ellas se sienten de esa forma ahora mismo, ciertamente... No obstante, siguen su camino hacia el puente de los Amantes Borrachos, uno de los mas esplendidos de la ciudad. En 5 minutos estan alli.

Es una estructura muy elegante aunque sencilla, hecha de maderas firmes talladas en formas curvas, barnizado completamente en los pilares, con techo dorado y rojo del cual penden colgaduras de telas hermosas. Al igual que las calles de este distritos, esta sumamente transitado por mercaderes y pescadores que van y vienen en su quehaceres, de modo que el avance es lento. Mientras cruzan pueden ver hacia su derecha el Puente del Dragon y mas alla la lejana isla de la Lagrima, mientras que a la izquierda se encuentra la gran bahia que divide en dos a la ciudad.

Finalmente, entran al distrito Mercader.