Partida Rol por web

La verdad es que si lo que había visto en el pueblo era todo de lo era capaz Ragnar, no tenía ni la menor posibilidad contra 3 de los de mi raza.

Saliendo de la oscuridad, me acerco con las mano levantadas, y les hablo en élfico:

-Elea den nera, nea´ra halg daran en nena. Dien lanna, hen Valahir lendara teld hen.

Alexander escuchaba a Valahuir dialogar con los tres desconocidos "que diablos se estarán diciendo" pensó.

Sin dejar de apuntar a los elfos con su ballesta, Alexander se acerca muy lentamente hacia la vieja Nana

-¿Se encuentra bien?- le dice a la anciana.

-¿Esta herida?-

La situación se vuelve más tensa cada vez que se alza un nuevo arma y se apuntan unos a otros.

El líder se vuelve a pronunciar mientras los otros dos elfos guardan silencio:

- Sólo una bruja al servicio de los poderes oscuros estaría sola de noche en el Drakwald.

- Estoy bien encanto.

Responde la anciana disimuladamente, restando importancia a la situación, pero mientras contesta con una sonrisa escucha las palabras hirientes del elfo y no puede evitar reprochar su actitud y asegurar su inocencia:

- Yo sólo estaba recogiendo hierbas curativas para la gente de Untergard! - exclama claramente indignada.

De nuevo aquellos llantos infernales te despertaron, parecían haber pasado segundos desde que lograste cerrar los ojos. Cuando te vuelves hacia ellos con la mirada cansada y las ganas de matar a alguien ves a la hermosa joven desbordada con tanto niño a su cargo.

Algo agobiada se da cuenta de que los críos te han despertado y con una sonrisa pero con cara de pena, puedes leer en sus labios "Lo siento".

Gruñendo, Karl se enderezó. -No pasa nada. -Consiguió articular.

No sabía cuanto tiempo había pasado desde que se había vuelto a dormir pero estaba seguro de que no el suficiente para una persona adulta. Le dolía la cabeza igual que si hubiese estado bebiendo toda la noche y tenía los ojos hinchados y doloridos. Miró a su alrededor y los niños parecían más escandalosos recién levantado que de normal y la paciencia de Karl se tensaba por momentos.

Rápidamente se levantó y se desperezó, buscando después sus armas para tenerlas cerca por si las necesitaba. Dirigiéndose a aquella muchacha, dijo voz entrecortada por el sueño: -¿Sabes si el grupo con el que yo voy ha vuelto ya o hay noticias suyas?

Levanto los brazos como queriendo crear una barrera entre los elfos y el grupo con el que voy. Calmaos todos por favor, esto se puede arreglar dialogando. Digo mirando a mis compañeros de viaje. Tras intentar demostrar al lider elfo que no somos una amenaza para ellos, sigo hablandole.

- Nan felga derean ni holog, endean nit fara nel boro
 

Esta bien pero si quieres que nos calmemos hablad en un idioma que entendamos los presentes. Contesto a las palabras de Valahuir "Lo que dice el supuesto lider de los elfos es simple mucho mas de lo que yo era capaz de decir, no me vale como una prueba. Solo porque de noche tomaba hierbas" Aparte la conversacion entre los elfos en su idioma no me agradaba pudiera ser algun tipo de confabulación, por lo que no suelto el hacha pero si cambio mi pose amenazante a una mas de guardia.

Mientras coge a uno de los niños en brazos que lloraba para intentar calmarlo mientras lo mece en sus brazos te mira al llegar y contesta muy dulcemente:

- Partieron hace quince minutos, espero que no le haya pasado nada a Nana, ella tiene un don especial para encargarse de estos críos, yo tan sólo hago lo que puedo. - parece interesada en iniciar una cómoda conversación, quizás sientiendose más segura acompañada por un soldado - Mi nombre es Estelle ¿Y el suyo forastero? - pregunta coquetamente. 

Tras las frases en eltharin de Valahuir el líder de los elfos baja su arco seguido por un gesto idéntico de sus dos compañeros.

- Mi nombre es Gilmir, Llevamos varias semanas dirigiendo ataques sorpresa contra los invasores. Ahora sobre todo solemos toparnos con grupos pequeños y con rezagados, creíamos que la anciana se trataba de uno de estos últimos. Sentimos la confusión.

-Tranquilo Gilmir, ella es una parte importante de la expedición que se dirige a la capital. Viene un enorme ejército por el sur y queremos que estas personas se pongan a salvo entre sus muros. Ella en cuestión se encarga de los niños huérfanos de la caravana, y sin ella para controlarlos, nos retrasarían todavía más.

Informo a Gilmir mientras extiendo mi mano en señal de amistad.

-Me llamo... -Tenía que hacer un gran esfuerzo para hablar coheréntemente. El sueño no era lo que le impedía hablar, sino la sorpresa. Nunca hubiese esperado que una persona así pudiese preguntarle a un soldado como él su nombre y mucho menos, hacerlo de forma tan directa, sin miedo.

Karl. Me llamo Karl. Karl Maschwitz. Yo pensaba que había pasado una o dos horas durmiendo... en fin. Tendré que esperar a que vuelvan.

- Un placer Karl. - responde al instante clavando su mirada en tus armas. - ¿Eres de la milicia o un mercenario de paso? - cuando vas a responder te das cuenta que es una pregunta retórica y esa pausa te permite ver las intenciones de la misma - Gracias a los dioses que tenemos hombres como tú para protegernos del peligroso Drakwald. No he podido descansar desde hace días ¿Te importaría quedarte un rato con los niños? - Te ruega poniendo cara de pena - Si de todas formas tienes que esperar a tus compañeros despierto... podrías hacerme un pequeño relevo.

Alexander se tranquiliza al ver que los elfos bajan sus armas y hablan tranquilamente con Valahuir, baja se ballesta que hasta ahora les apuntaba y se dirige hacía la anciana

-¿Que hace aquí a estas hora? ¿Nadie le ha dicho que es peligroso?-

No hago comentario alguno pero suelto un ligero bufido ante las palabras del orejotas. Aunque en algo tenia razón era raro que una mujer de esa edad se lanzara a recoger hierbas, pero tampoco era cuestión de dar la razón a los orejones, así que simplemente veré que pasa. Cambio mi pose de guardia y retiro mi hacha dejando que Valahuir siguiera conversando con ellos, al menos ya lo hacían en un idioma que entendía, aun así observo a la vieja por si notase algo raro.

¿Alguien sabe de hierbas? Para saber qué tipo de hierbas tiene la vieja en la mano. Pregunto sin poder evitarlo. Y podríamos volver al campamento aún podemos dormir unas horas y esos mocosos necesitaran de la vieja para que dejen de llorar. Digo con un tono que muestra mi hartazgo por la situación.

Cuando parecía que la situación se estaba calmando la anciana se sintió ofendida con tantas preguntas:

- Estas hierbas son para curar a mis niños y a los hombres enfermos, más peligroso es que nos contagien al resto a que yo me separe diez minutos de la caravana... Seguro que he vivido situaciones más peligrosas que ser apuntada por el arma de un rubio tan apuesto - comenta con picaría refiriéndose al líder elfo. - Será mejor que volvamos al camino, seguro que mis niños están preocupados.

El leñador serio pero despreocupado ante esta situación, sin perder de vista a los elfos ordena:

- Señores, será mejor que volvamos a la caravana. Ya hemos encontrado a la señora y aquí no pintamos nada, mañana será una jornada larga y tenemos que descansar.

No lo digas dos veces. Contesto al leñador mientras retomo camino a la caravana refunfuñando por abajo respecto a la anciana, los niños y los orejotas "Igual hubiera sido mejor quedarme en aquel pueblo y enfrentar a toda la manada de hombres bestias" La idea de haber combatido aquella manada no parecia tan mala despues de escuchar aquellos mocosos gritando. Pero bueno en un momento volveria a estar acostado durmiendo y recuperando fuerzas.