Partida Rol por web

Aratani siguió moviéndose siendo seguida por su compañero, que cargaba con la otra chica. Era importante llegar a un sitio a cubierto. Por el camino, curioseó entre las cosas de Minato, que tenía guardadas en su mochila. - A ver si llegamos a la casa y podemos dormir un rato. Luego habrá que moverse rápido otra vez. - le dijo a su compañero

junto a su nueva compañera lleva a Nº2 inconsciente hacia la direccion propuesta por Nº18.

Tardaremos mucho?

Espera....saca de un bolsillo un aparato, esto me avisa si hay algun compañero cerca...aunque a veces no se escucha el pitido.

Parece que hay alguien en el pico.

- Tres es el número mágico. Vamos a conocer al tercer posible integrante, si no nos gusta, somos dos contra uno. - le dijo Aratani a su compañero, dejando clara su postura si el desconocido se ponía tonto.

Siguió andando hacia el sur, ahora directa al pico, donde debería haber alguien.

Por el camino decía de vez en cuando en voz alta: - Eh, sabemos que estás ahí. ¿Te interesa formar parte del trío ganador? -

la oscuridad de la noche impide verlo, con la luna aun podriais haber visto quien era pero con las nubes negras era imposible...y el gps no era suficiente preciso.

Obtuvieron la callada por respuesta, así que quien estuviera por allí no quería unirse a nadie. - Si no quiere contestar, peor para él o ella. Mi oferta de unirse iba en serio. Tres podremos salir, más no. Y ésta está sentenciada. - dijo la guapa y ágil muchacha, refiriendose a la papanatas de Minato. - Joder, ésta pesa como si estuviera....espera. - Aratani tocó en el cuello a Nº2 Minato y se aseguró de que estuviera viva.*

- De todas formas, ya hemos llegado a la cima. - le dijo a Nº17 Ukyo. Miró a su alrededor y buscó señales de que hubiera alguien allí, escondido o siguiéndoles.

- Creo que deberíamos seguir, ya está oscuro y debemos dormir. ¿Tú dormiste ayer? - le preguntó al atractivo Ukyo. - Las casas, o lo que sean esas edificaciones de ahí - dijo señalando hacia el sur - nos protegerán del relente y de la lluvia, así como del viento y las bajas temperaturas, al menos en gran parte. -

no, no dormi...no es que no lo intentara pero no me atreví. 

La cabaña si se podia llamar asi solo tenia la mitad de las paredes, el techo ni llegaba a la mitad, toda la madera de la construccion estaba negra probablemente de algun fuego, por el contrario la vegetacion habia recuperado gran parte del terreno...no era un paraiso ni se le acercaba pero habia una esquina con un par o tres metros cuadrados que teniais dos paredes y un techo.

Por fin habían llegado a un sitio con algo de cobertura. Estaba derrotada, ya no podía más. - Atemos bien a ésta. No quiero sorpresas. - la ataron bien a uno de los palos ennegrecidos tras asegurarse que no se saldría del sitio. Aratani miró a Minato y apretó los dientes. No le gustaba mucho lo que iba a hacer, pero no podían dejarla ahí sin más.

Cogió el pie derecho de Minato y lo doblo hacia un lado hasta que escuchó crujir el hueso. Cuando se aseguró que el tobillo estaba fuera de su sitio, la dejó tranquila.

- No quiero que intente escapar. - le dijo a su compañero.

Sacó de su mochila unos pantalones y una camisa, y se lo puso todo encima de lo que llevaba, para ganar protección extra contra el frío.

Ella ya había comido y bebido lo suficiente por hoy, así que lo único que le faltaba realmente es dormir.

- Para que veas que confío en tí, y que respetaré nuestro trato, dormiré primero. Luego vigilaré yo. Dame 5 o 6 horas y te relevo. - le dijo, sentándose en la esquina. Tocó con la mano justo a su lado, invitándole a sentarse. - Ven, si nos acurrucamos juntos nos daremos calor. -

Dicho esto, se acurrucó con su compañero y se durmió.

No ves a nadie, antes de irte a dormir compruebas que Nº2 respira aunque aun inconsciente....pero todo cambia cuando luxas el tobillo que abre los ojos de golpe con un gran dolor...pero pocos segundos mas tarde vuelve a caer en una inconsciencia pero esta vez con sonidos de lamento recurrentes.

Despierta Nº18 Aratani Asa, hace varias horas que duermes y quedan pocas para que salga el sol... mientras la mueve ligeramente el hombro.

Aratani se removió ligeramente y abrió los ojos de golpe, con una respiración acelerada debido al repentino recuerdo de dónde estaba. Se sentía cansada, incómoda y dolorida, pero había podido disfrutar de unas horas de sueño reparadoras, insuficientes, pero algo era algo....y todo gracias al guapo muchacho que ahora mismo se apretaba contra ella. Quizá no se encontrara en sus mejores hora, pero su juventud y las ansias de sobrevivir harían el resto. Aratani aún tenía mucha guerra que dar.

Ella le sonrió, mirándole a los ojos, y poco a poco se acercó a él y le dió un suave beso en los labios, con mucha ternura. - Gracias Ukyo, ahora sé que puedo confiar en tí. Duerme tú ahora, yo cuidaré de los dos. - Se levantó e hizo un par de estiramientos, dirigidos a desentumecer su cuerpo. Tras un par de minutos de calentar, se sentó de nuevo y se puso de tal forma que Ukyo pudiera apoyarse en ella de forma lo más cómoda posible, brindánole un "colchón" exclusivo y único en el mundo....su propio cuerpo.

Uno de sus brazos pasó por encima de los hombros de Ukyo, para estar ambos más cómodos y poder abrazarlo. Su otro brazo, el bueno, libre de impedimentos, tenía en la mano ahora la pistola que había conseguido en un duelo a muerte, y con ella defendería la posición.

Al notar el cuerpo de él caliente contra el de ella, y cómo él se apoyaba en sus senos sin disimular ni un ápice, comenzó a excitarse, pero se mantuvo controlada. - ¿Cómo puedo pensar en sexo en un momento como éste? - se dijo. Pero era algo natural. Dos chicos jóvenes y atractivos juntos, en una situación extrema, cansados y necesitados.
 

Miró hacia el frente, consciente de que las cámaras estarían registrándolo todo y que los miles de fans que miraban el programa estarían ahora mismo pendientes del momento. Sonrió y lanzó un beso pícaro al aire, dirigido a los espectadores, mientras la mano que había pasado por encima de los hombros de él acariciaba con ternura el pelo de Ukyo, ahora dormido apoyado en ella.

Comenzó su vigilancia, pendiente de los alrededores y de la puta de Minato, que yacía inconsciente en el mismo lugar que la habían dejado. Le quedaba poco. En cuanto dieran comienzo al día tercero, se acabó para ella.

Hace poco que ha sonado el comunicado...y inevitablemente todos los conscientes estais despiertos ( nº2 no xd), claramente no habeis dormido suficiente pero por lo menos estais secos.