Partida Rol por web

Voy guardando en mi zurrón... la última ración de comida... una tea... yesca y pedernal... una cuerda... me quedo pensativa en busca de las cosas que llevaria para un largo viaje y cojo hierbas y cataplasmas por si nos herimos... monedas por si necesitamos comprar comida o algo que pudieramos necesitar...y no olvidemos nuestros petates para dormir... y les digo lo que llevo en mi zurrón para preparar el viaje con organización.

Finalmente, recojo el mapa, lo enrollo y me lo guardo en el zurrón - guardo el mapa, conozco ese lugar... al que vamos - sonrio mirando a Eärendil y Ratko - vaya que si lo conozco... está de camino a mi antiguo hogar.

Después me cubre con mi capa y capucha y ya no se me ve mas que los ojos en la oscuridad de mi ropaje.

-Partimos...

Abro la puerta y camino decidida escuchando los pasos de mis nuevos compañeros detrás, caminamos por un caminito ligeros y sin incidentes desafortunados y con buen tiempo, hasta que llegamos a un asentamiento y les susurro a mis compañeros parandome - nómadas... sólo buscan comerciar... podriamos conseguir provisiones pues nos vamos a quedar sin comida. Qué os parece? Nos acercamos y negociamos con ellos? - miro al lider Eärendil a la espera tan escondida entre matorrales que casi no me ven..

Ratko se había equipado con lo imprescindible para el viaje... lo cierto es que tampoco tenía mucho más, pero sus pertenencias y lo que pudieron encontrar en el gremio, les dio para portar sacos de dormir, ropa de viaje, cuerdas, y algún aderezo más, útil en ese tipo de "excursiones" 

El viaje en sí comenzó tranquilo, tras revisar varias veces el mapa tanto el demonio como sus dos compañeras tenían claro el camino que debían seguir, Kislaya, que era la más animosa dijo que conocía la zona, a lo que Ratko contestó con una mirada neutra... si el mago tenía más información no lo dijo, algo que al fin y al cabo era parte de su forma de ser.

- Vamos a necesitar víveres y alguien que sepa comerciar con ellos- les dijo a ambas mujeres, él no estaba seguro de saber lidiar con nomadas por su don de gentes...

Guardé lo indispensable pero sin cargar demasiado la bolsa de viaje, ya que estaba acostumbrada a convivir con la naturaleza y todo lo que la fauna le regalaba, un bien poco preciado que me hacía valorar más lo que me rodeaba. Por otro lado así con fuerza mi báculo a modo de bastón, señalando mis pasos y notando cómo en la esfera que pendía de ella se formaba un pequeño remolino de agua procedente de mi ciudad natal.

Si no fuera por la conversación de Kislaya prácticamente el único sonido que saldría del resto serían el de las pisadas sobre la tierra, una mudez que nos caracterizaba tanto a Rakto y a mí, uniéndome en escasas ocasiones a la charla. No fue hasta que vi a los nómadas cuando abrí la boca, mirando a la joven.

- La palabra es tu don, ¿puedes ocuparte?

Ratko al ver que ninguno de sus compañeros se decidía a hablar con los comerciantes decidió tratar de hacerlo él, no sin antes dar un suspiro. ¿Debía sonreir, permanecer impasible...? aquello de hablar con al gente era un lío... en especial por la cara de demonio que gastaba...

- Buenos días, caballeros...- comenzó siendo todo lo amable que podía, con media sonrisita y todo, que esperaba no fuera en excesivo funesta, por los incisivos afilados que poseía y que solían quedar a la vista cuando sonreía abiertamente.

Me acerco al ver que mis compañeros de viaje no eran muy hábiles con el trato con la gente y me pongo detrás de Ratko y saludo a los nómadas, les sonrio con mi más encantadora sonrisa, paso apartando a Ratko hacia el y le susurro a Ratko - dejamelos a mi... te veo con poca rasmia... 

- hola chicos!!, como estáis ?? eyyy yo te conozco... - miro a uno de los nómadas sonriente... - de la última vez que pasé por aquí, te compre un buen lote y no tenemos provisiones... venga ayudame no seas... tacañitoo  - me rio quitandole tension a la situacion.

Me pongo delante de Ratko y sin animo de ser agresiva sino todo lo contrario.

Posiblemente tanto la cara de Ratko como la mía debía formar parte del mismo cuadro, viendo a los nómadas como si extranjeros de otra lengua desconocida se tratasen, pasando la mirada de uno a otro sin saber cómo formar palabras cordiales que no sonaran mínimamente duras.

Esperé y esperé hasta que el mago decidió adelantarse, sacándome una fugaz sonrisa al comprobar la incomodidad del hombre y los esfuerzos por aparentar ser alguien normal. Definitivamente era divertido.

Por suerte Kislaya apareció a socorrerle de manera discreta pero eficaz, colocando una mano en el hombro del mago cuando se hubo apartado del “peligro”*, un apoyo al saber lo duro que había sido ese intento de sociabilizar mientras asentía, comprobando después cómo iba la conversación entre la princesa y los nómadas.

Los nómadas os miraron y os sonrieron. Parecía que por un golpe de suerte uno de esos nómadas conocía a Kislaya y aceptó su petición de ayuda.

Sin preguntárselo dos veces, os ofreció una ración de viaje sin tener que pagar nada a cambio.

- El destino ... gran Abdul "el gandul" .... aun me acuerdo de tu nombre y de tu mote.... gracias por tu ayuda, intercambiariamos algo si supiera que os interesa... me gustaria charlar contigo... - me rio distendidamente y me guardo la ración de viaje mientras me acerco con Abdul y mis dos colegas a una hoguera que esta preparada para ahuyentar animales salvajes en este lado del bosque... y que cuando es de noche encienden fuego, y comen y beben alrededor... e incluso bailan y haciendo sus fiestas alrededor.

- Lo que sí sé es que necesitamos saber es sobre una aldea ... tu eres amigo mio... Abdul, ya sabes de donde soy y quien soy... me conoces, te acuerdas de lo que le paso a mi familia... - le miro con tristeza a mi amigo Abdul que me conoce bastante más que Ratko y Eärendil - y ... pero ahora no estamos por diversión por estos caminos... estoy ahora en un gremio para ayudar a gente... que te parece intercambiar ayuda por ayuda... ya que nos has regalado esta ración tan amablemente, me gustaria poder hacer un intercambio... podemos ofreceros nuestros servicios a cambio de vuestra ayuda... si les parece bien a mis compañeros... - miro a Ratko y Eärendil que me ven que charlo delante de vosotros al amor de la hoguera, fuera y charlando con él... contando anecdotas e historias... tomando un té que nos ofrece a los tres y unos cacahuetes... o como ellos lo llaman maní.

Ratko que se había mantenido a la sombra de Kislaya mientras esta hablaba con los mercaderes, salvando los muebles... que ya era mucho. Escuchaba con atención para tratar de aprender algo de relaciones sociales, ¡Que complicadas eran! había que estar alabando constantemente cuando lo primero que se le pasaba por la mente al demonio eran comentarios sobre el perfume que se desprendía de debajo de los brazos de los mercaderes, cuando gesticulaban... aunque al menos el té estaba bueno.

que te parece intercambiar ayuda por ayuda... ya que nos has regalado esta ración tan amablemente, me gustaria poder hacer un intercambio... podemos ofreceros nuestros servicios a cambio de vuestra ayuda... si les parece bien a mis compañeros... 

Al notar la mirada de su compañera, Ratko la miró con una media sonrisa dibujada en los labios, a ella si le gustaba sonreirle, y un asentimiento con la cabeza.

Tras recibir la aprobación con la mirada de Ratko que siempre es tan cauteloso, su gesto ya es para mi más que suficiente para seguir alabando a mi amigo Abdul y contarnos historias ya de noche al amor de la lumbre.

- Hay un dragón que habita en una caverna cerca de la aldea que mencionas - me dice al oir el nombre de la aldea a la que nos dirigimos - pero que dicen que solo se aparecia al que él queria y se llevaba los tesoros de la gente...

- En la aldea que buscamos?... la conoces?... que bien... - al oirle decir a Abdul que ha oido rumores de esa aldea y del robatesoros... me doy cuenta de que los bandidos no son la causa de los robos... sino el dragón...

- Pero debes hablar con Eglamor... que vive en la aldea a la que vais, él os ayudará... - dice masticando un cacahuete.

- Eglamor? vale... como es? que aspecto tiene? para poder encontrarlo... - me quedo con el nombre y le digo que quiere...

- Si... Eglamor... es un hombre maduro, listo, sabio, de aspecto es moreno, de ojos verdes, mas alto que tu... las mujeres se encandilan con él... no te dejes embaucar por él... aunque es buena gente, le conozco... puedes contar con su ayuda... sabe valerse por si mismo, gran luchador con su espada y mejor galante con las mujeres - se rie a carcajadas - pero debes hacer un favor para mi... a cambio...

- Cual? - le pregunto mientras ansio conocer a ese tal Eglamor, el hombre perfecto para una mujer... no?? aunque seguro que no se fijara en mi...

- Eglamor tiene el don de curar... ademas de recrearte visiones como si fueran reales, de hacerte recordar... el don de leer tu mente... esta triste porque perdio a su amada... a la que también conocí que... se parece mucho a ti... por cierto... - me mira - pero mi hijo esta enfermo desde hace muchos años... y necesito que le curen, convencele para que venga aqui... y cure a mi hijo...

- Eso está hecho... sabes que puedes contar conmigo... con el gremio - miro de soslayo a mis colegas.

Sabía que el don de gente de Kislaya conquistaría la atención de los nómadas, imaginándome las horas que debió de pasar en su corte atendiendo las pesquisas del pueblo, como una verdadera princesa.

Me crucé de brazos simplemente observando el intercambio de palabras, atenta por si debía intervenir aunque confiaba en la joven, quien llevaba a su cauce el flujo de la conversación, consiguiendo incluso una ración que bien aprovecharíamos.

Cuando se giró para buscar nuestra aprobación simplemente asentí, sin sonreír o mostrar ningún tipo de emoción en mi rostro, aunque en el fondo estuviera orgullosa por su logro. Esperé a que terminaran de hablar dejándole todo el control a la princesa, aunque atenta por si necesitaban cualquier cosa.

Pasaron las horas mientras Kislaya hablaba con los nómadas intentando conseguir nueva información y algún que otro trato adicional.

El "Gran" Abdul habló sobre dragones, pero eso fue algo que no a todo el mundo le sonó convincente (a pesar de que para el nómada era algo totalmente verídico)

Si que considerasteis interesante la figura del personaje de Eglamor, pero tampoco sabíais si realmente estaría en Villa Risueña, vuestro objetivo.

La cuestión era que teníais una misión por delante, una misión difícil ante un cliente exigente (Sir Roger) que había dado dinero por adelantado para ustedes. Dejar de lado aquel objetivo podría ser arriesgado, pero si se encontrase algo de camino o en la propia aldea ¿qué más daría?

Los nómadas prometieron que trabajaríais juntos en el futuro, aunque ahora ellos tenían que partir esperaban mantener el contacto con Kislaya, y con Los Nunca Olvidados.

Si se encontraba por algún casual con Eglamor habría que convencerle para que curase al hijo de Abdul...