Partida Rol por web

Para Haru, ir a Takayama a estudiar desde Hida era el pan de cada dia, no significaba que le gustara, sino que tenía que hacerlo y no se preguntaba el por qué. Tenía que estudiar y ser alguien de provecho, eso le decía su madre y eso hacía.

El problema de los institutos es que habían muchos problemas.

Había terminado la clase por fin e iba a refrescarse un poco a la cafetería para luego ir al gimnacio a practicar, solía hacerlo sola porque estaba mal visto que las chicas practicaran artes marciales, y aun más, que fueran mejor que los hombres (Takayama no era precisamente una ganadora de trofeos nata) pero tenían un buen material para entrenarse que en casa no.

A medio camino, se encontró la puerta del baño abierta, normalmente habría seguido, pero esta vez se detuvo y miró dentro.

Allí estaban cuatro chicas, entre ellas Yumiko Tamaoka, era un putón, pero además tenía especial gusto por molestar a las chicas que ella consideraba inferiores. Una chica en el baño aporreaba la puerta, ya que Yumiko la había encerrado y la estaba insultando. Dos de sus esbirras habían llenado un cubo con agua y pensaban lanzarselo por dentro del baño para empaparla.

Observa la escena desde el pasillo, mirando a por la rendija que deja la puerta... suspira tocándose la frente y cerrando los ojos, como si pensase que no tiene más remedio que meterse en la pelea...

Entra en el servicio y mira a las chicas... puede tener un aspecto dulce, pero eso no significa que ese grupito de putillas puedan hacerle algo, como si fuese ella una chica normal.

-Yo de vosotras no haría eso...

Yumiko mira a la que ha interrumpido toda la diversión. Parpadea como si no creyera lo que oye y luego colocó las manos en jarra.

-Pues...yo creo que si...y creo que tu deberías meterte en tus asuntos...

Ella alzó el dedo indice de la mano derecha.

-Y recuerda que no te conviene tenerme de enemiga...

Alza una ceja al escuchar la "amenaza" de la furcia esa... baja la cabeza, haciendo que el largo cabello se desplace por encima de su hombro y caiga recto hacia el suela... pero no es que esté escondiendo la cabeza ya que unos segundos después se oye una risita y cuyo origen es ella...

-Per... perdón... no he podido resistirme... pero es que me ha hecho tanta gracia...

Levanta la cabeza, mira a Yumiko y se aguanta la risa... después de unos segundos, se pone seria...

-Qué clase de amenaza es esa? Crees que me importa mucho si te tengo de enemiga o no?

Sus ojos se muestran serios y sin pizca de miedo... así que es verdad que pasa totalmente de sus amenazas sin fundamento.

Yumiko mira a las otras riéndose, señalando a Haru.

-¿Y esta puta de que va?

Inquiere.

-Pues para empezar, porque soy miembro del club de Kendo...y en el club de Kendo me protegen y tu no puedes hacerme N-A-D-A

Rie. Lo cierto es que tenía razón en una cosa: En el club de Kendo se defendían unos a otros. Las chicas del club eran, como los chavales en artes marciales, casi todos unos paquetes, salvo por Tomiko Yuma, la campeona de Kendo de toda la región. Con esa si había que tener cuidado.

-Pero si insistes...te vamos a dar una paliza aqui y ahora...y te vamos a dejar en bragas para que tengas que ir a casa enseñándolo todo jajajaja

-Te refieres a esas pringadas del Club de Kendo? Por que la única que vale en ese club es Tomiko Yuma y no creo que se sienta orgullosa de vosotras - sonríe divertida.

Se separa de la pared y mira a Yumiko... desafiante.

-Y creo... que ademas eres una cobarde... me tienes miedo? Por que ya veo que no te atreves a luchas sola contra mí...

Sí... estas son de esas que se sienten fuertes por que atacan en grupo... que gente como esa pertenezca a un club de artes marciales con tanta tradicion como es el Kendo, le parece vomitivo, cobarde y denigrante... hacen que todas las artes marciales se avergüencen de gente como esa...

Yumiko soltó el cubo y cogió la escoba como si fuera una espada de kendo, retirando la parte inferior y quedándose solo con el palo.

-Pues, te vas a arrepentir. Yo a diferencia de ti, no veo que luchar en grupo sea de cobardes, sino un recurso más.

Las otras dos chicas se alzaron contra Haru.

Se prepara para luchar contra esa panda de cobardes...

Yumiko sonriò, mirando al frente, mientras las otras dos chicas rodearon a Haru, el tiempo se paró, en ese momento, era la calma "china": el momento de paz antes de la guerra. Justo entonces Yumiko gritó:

-¡Acabad con esa puta!

Ella se adelantó y descargó un golpe sobre la cabeza de la chica.

Quizá ella tuviese arma, pero el palo de una fregona en un lugar reducido como es ese, no es que le vaya a ayudar mucho... fija la mirada en la que va delante, Yumiko, si la tumba, las otras huirán despavoridas...

Entonces, todo parece ir a cámara lenta... Haru se desliza hacia abajo y se acerca unos pasos hacia Yumiko, aprovechando que ella también se acerca, bastante rápido... Haru levanta su codo, poniéndolo en dirección al estómago de la tipeja esa, la otra mano la usa de apoyo para el puño del otro brazo para que así no se desplace por el impacto y el codo quede clavado en el vientre de la tipeja.

Yumiko no se esperaba esa velocidad por parte de Haru, antes siquiera de que lograra bajar el palo para darle en la cabeza, ya la tenía debajo, en una postura bastante dificil para golpear con fuerza, pero lo peor vino cuando Haru clavó su codo en el vientre.

Yumiko se dobló por el dolor, soltó la "espada" y se apoyó en la puerta del baño, con cara de "Joder, eso ha dolido"

Las otras dos parecen pensarselo hasta que una se acerca chillando hacia ella, e intenta arañarle la cara con sus uñas postizas, que más que uñas, parecen las garras de Lobezno con dibujitos de Pucca.

Lo hizo dejando caer su brazo derecho sobre ella, apuntando a su cara, la otra queda paralizada por el miedo.

Al ver que la se acerca a ella como una loca en celo, o algo peor, para arañarle con esos garfios de plastico que lleva por uñas, se deja caer, abriéndose de piernas y echando el tronco hacia tras, como haciéndole una zancadilla con la pierna, para que al correr no se de cuenta, se tropiece y acabe con la boca en el suelo... o besándose con la otra chica... que no le extrañaría que en esa secta fuesen todas lesbianas.

La chica se tropieza sin dar en el blanco y cae sobre la otra, ambas abrazadas, caen al suelo y el cubo cae también, bañándolas a las dos. Se quedan mirándose la ropa con expresión estúpida.

Yumiko suelta el palo y echa a correr.

-¡La has cagado, puta de mierda!

Dijo corriendo.

Haru saca una foto del momento húmedo entre las dos chicas y guarda la foto... cuando se van corriendo, se levanta y se acerca al lavabo donde esta la chica con la que se estaban metiendo... da unos golpes en la puerta.

-Ya puedes salir... se han ido... si te han hecho alguna herida, ve a la enfermería y cuéntaselo a la profesora... esas no volverán a molestarte...

Se da la vuelta y sale del baño. No le interesa mucho ser la "heroína" del lugar por haber derrotado a esas estúpidas que tienen la fuerza en el culo...

Camina por el pasillo como si nada hubiese pasado.

Y sin decir quién era a la chica que salvó, Haru salió de allí y se puso en el lío con sus quehaceres: practicar un poco en el gim, estudiar para el examen del Lunes y todo eso. Por último, ya eran casi las tres, recogió sus cosas y salió fuera para coger el autobus que le llevaría a casa, pero en la salida se encontró con una sorpresa.

Todo el equipo de Kendo la esperaba, incluida Yumiko y Tomiko, que no le hacía mucha gracia estar allí, pero debía de estarlo. Tenía una espada de madera apoyada en el hombro y vestía de forma informal, o sea, sin el traje de kendo.

-Esa fue la puta que nos golpeó, Capitana...

Dijo Yumiko.

Yume miró a Haru un segundo y resopló.

-Ya sabes que según dictan las normas no escrita de los clubes tengo que pelear contigo por el honor de mi grupo ¿verdad?

Mira a Tomiko y levanta una mano antes de que pueda continuar, como pidiendo que se deje explicar.

-Primero que todo, tengo que decir que no formo parte, oficialmente, de ningún club... Segundo, tus chicas estaban molestando a una estudiante, humillándola y degradando lo que preceptos que nos enseñan a aquellos que seguimos el camino de las artes marciales.

Coloca las manos en las caderas, mirando a las chicas que estaban abusando de la otra en los lavabos.

-No creo que nosotros tengamos que abusar de nuestra fuerza, humillando a los demás o creyéndonos superiores... debemos guardar esa fuerza para motivos mayores...

Mira de nuevo a Tomiko.

-Estoy lista para pelear, si es lo que quieres, porque yo ahora no veo un motivo lógico para hacerlo. Pero si vamos a luchar... - deja su cartera a un lado - es mejor prepararse... de todas formas, creo que las que han puesto en entredicho el buen nombre del club son ellas, no yo...