Partida Rol por web

Tan pronto como la puerta queda desbloqueada, abro la puerta y con un libro en la mano, salgo al pasillo esperando encontrar una escena de lucha entre Rick y la figura casi no humana que nos ha atacado antes en ese mismo lugar.

Salgo al lado de Mark con la maza de tela en la mano y preparada para dar golpes si el demonio o lo que fuera ataca a Rick.

Por fin la puerta se abre dejando vía libra a Spinner y Rubí, que son los primeros en salir. Las luces se dirigen caóticas hacia los ruidos. La escena es confusa. Hay dos personas en el suelo: una parece ser Rick, que se encuentra inmovilizando por la espalda y contra el suelo a la otra, posiblemente el atacante del hacha. A unos pasos de ellos, y de pie justo al borde de la escalera, se encuentra otra figura armada con lo que parece una vara metálica o algo así...

La densa bruma en tu alma se despeja dejando una sensación extraña. Te sientes muy débil. Apenas eres capaz de abrir los párpados. Escuchas el ajetreo de rodar muebles y los gritos. No tardas en darte cuenta de que sigues en el mismo sitio, aunque bien podría haber pasado una eternidad. La boca la tienes seca y pastosa. El brazo te duele de una manera muy aguda.

Emites un quejido leve y lastimero no escuchado por nadie.

La mano de Marcos se eleva ligeramente en el aire.
Sólo se escucha un leve quejido del interior de la garganta del viejo bibliotecario.
¿Dónde está? ¿Qué es esto? Se le abre uno de los ojos y las pupilas bailan en todas direcciones. Marcos levanta ligeramente la cabeza y con la mano que no tiene en el aire araña el suelo. Una imagen patética que no sabe si alguien será capaz de ver.

Es Rick!!! Y el otro... el del hacha!!! maldito cabronazo, ahora verás... Seguramente se han peleado pero Rick es muy fuerte, le habrá dado unas buenas ostias. Y el otro quién és? No consigo verlo bien... Pero ese cabronazo del hacha que casi nos mata me las va a pagar!

Los deseos de pegarle me ofuscan por completo, mis ojos centellean por la ira, apretando los labios, que formaban una línea, me abalanzo hacia el atacante del hacha insultándolo voz en grito, y no paro de golpearle con la maza de tela, ignorando por completo a Rick, el de la vara y a los demás.

Siguiendo a Rubí, y aprovechando que me da atacar por la espalda, sujeto el libro con todas mis fuerzas y le golpeo al que creo que es el del hacha en la cabeza..

- Sé que valiente esto no es,, pero espero que por lo menos sea efectivo..

Primero Rubí y luego el frío y calculador Spinner. Ambos dos se abalanzan con sus precarias armas sobre el que entienden que es el enemigo. Buscan instintivamente la cabeza del adversario, que poco puede hacer debido a la presa de Rick.

El mazo de tela y el canto del libro se empiezan a teñir de sangre tras cada golpe. La ira y la furia se apodera de ambos dos. Todo ocurre en segundos. Unos golpes más y...

¿¡Pero que coño haceis!? ¡Salvajes! ¿A estos había que salvar?

Malditos homicidas.

Dejadle en paz!!! Lo vais a matar!

Aunque continúa enfrascada en su infructuosa lectura, un leve quejido le obliga a levantar la vista del diario. Pronto averigua de donde procede, y la imagen que tiene ante sí consigue ablandar su frío y oscuro corazón.

Marcos...

Sin duda se había olvidado del aquel pobre hombre, más preocupada por adentrarse en las vivencias de un fantasma. Con el rostro desencajado, el viejo y orondo bibliotecario permanecía en el suelo intentando que la vida no se le escapase por la boca.

- Espera, deja que te ayude - La joven gótica abandona la lectura y guarda el diario en la mochila, acercándose hasta Marcos para tratar de ayudarle como buenamente puede.

Mientras tanto, en el exterior de la habitación pueden escucharse algunos golpes seguidos de una voz desconocida.

Marcos se siente como un fardo con vida. Nunca en toda su vida se había sentido tan inútil como en éste momento. Su vida no ha pasado ante sus ojos como dicen en las películas. Sus vivencias personales no deben de ser del menor interés, ni siquiera para él mismo.
Estira la mano hacia Elizabeth y ajeno a todo lo que está ocurriendo a su alrededor abre los dedos.

A ... ayudaaaa ...-Dice con un hilo de voz.