Partida Rol por web

La reacción de Rubi, tan inesperada como predecible, me deja con el diario en la mano y viéndola avanzar hacia Marcos.

Guardándome el diario en un bolsillo, inconscientemente, acudo en ayuda de los demás,, - ¿Por dónde le podría coger? pienso en el corto espacio de tiempo que me cuesta acercarme a Marcos.

- Coger el hacha,, imposible. Salvo,, el momento es cuando el hacha esté clavada en la puerta. Ahí tenemos la oportunidad de arrebatársela a Rick

El jugador de rugby golpea la puerta con todo su peso, trasladado a la cabeza del hacha. Con ojos dementes y sangre en las manos continúa astillando la madera como si su vida o su alma dependieran de ello. Ya casi la ha derribado...

No demuestra sentir la presencia de Marcos a su espalda. Aunque el viejo salta sobre él, el gigante se sacude como un oso sin darle importancia y siguiendo su trabajo. Las manos del bibliotecario tratan de aferrrar sus brazos, pero el enloquecido leñador ni siquiera se da cuenta.

Se vuelve consciente de lo que pasa a su alrededor cuando Rubí hace su parte, chocando contra su hombro como si fuera una pared y rebotando. Ha sentido el contacto, tiene alguien detrás.

Al darse la vuelta y cruzar la mirada con la rubia, la expresión del forzudo refleja aversión. Arrugando su frente y apretando los puños que aún sujetan el hacha, el que solía ser Ricky abre la boca para pronunciar unas palabras muy lentamente, con infinito odio, como escupiéndolas.

Tú... aparta, zorra....

Y mirando a su alrededor, antes de que parezca haber reaccionado a la visión de la chica que tanto le influye, lanza un hachazo hacia Marcos. No es un simple golpe para apartarlo... la hoja afilada del hacha se desploma hacia el bibliotecario sin nada parecido a compasión o contención.

La acción de Rick es tan descabellada como imprevista. En el fondo nadie pensaba que el jugador de rugby pudiera revolverse así y lanzar un ataque más que mortal al hombre más débil del grupo.

Pero ellos se lo han buscado. Solo tenían que dejarme salir de esta casa de locos...

Posesión diabólica o simple desquicie de una mente debilitada por los acontecimientos extraordinarios acecidos esta noche: es difícil de discernir. Pero la realidad es que haría falta un milagro para evitar que alguien saliera gravemente herido...

Busca de manera desesperada encontrar algo con lo que dejar KO al enorme futbolista, antes de que su locura acabe con la pesadilla de golpe. En la mano sólo sujeta el hasta ahora poco útil crucifijo, y aunque sopesa la idea de golpear su cabeza con él, sabe que con su escasa fuerza no conseguiría hacerle demasiado. No hay mucho que ella pueda hacer, aunque...

Rebusca una vez más entre sus pertenencias hasta que encuentra sonriente lo que había mantenido oculto hasta ese momento. Un pequeño muñeco de trapo, con la cara de Rick recortada de una fotografía oficial del equipo de fútbol pegada en la parte superior cuelga de su otra mano. Los brazos y piernas del muñeco cuelgan entre sus dedos, dándole un aspecto infantil pero inquietante.

Si ha de funcionar en algún sitio, tiene que ser en esta maldita casa

A pesar del mimo con el que lo había creado, siguiendo los pasos a rajatabla de un libro de vudú que había comprado en Amazon, jamás había funcionado. Había mezclado mechones de pelo de rick, pedazos de su ropa e incluso algo de sudor. No había sido demasiado complicado, teniendo en cuenta que en ocasiones se quedaba a dormir con Rubí en su misma habitación. Nunca había funcionado, pero tal vez el ambiente mágico que engullía a la casa podía finalizar el trabajo. No había mucho que perder.

Justo en el momento que Marcos se lanza a por Rick para intentar sujetarle, la gótica clava una aguja en uno de los brazos de su muñeco. Mejor empezar por una zona que no fuese demasiado peligrosa.

Sorprendido por la acción que ante mí se desata, y en medio de la acción de intentar detener al jugador de Rugby, el grandullón deja de apuntar el filo del hacha hacia la puerta y se vuelca sobre el pobre Marcos..

Por una vez la acción descontrolada es más rápìda que el hilo de mis pensamientos. Nunca, nunca hasta ahora, había actuado sin sopesar los pros y contras antes de mover un sólo dedo. Y nunca antes había pensado que eso pudiera suceder. Pero, como si estuviera siguiendo el guión de una película, la acción se ralentizaba,,

Rick, girado sobre Marcos, estaba a punto de lanzar un golpe sobre mi compañero de tantas y tantas tardes de saber contenido en papel.. Y sin perder ni un sólo segundo en pensar, veo como yo mismo, protagonista por una vez de una película de acción, me abalanzo sobre el agresor.

- El centro de gravedad,, es mi única oportunidad un fugaz pensamiento,, fugaz, instintivo.

Si lo hubiera pensado con más calma, quizás otra cosa hubiera hecho,, pero así, inmerso como estaba en una acción sin retorno, ese resquicio de lucidez quizás fuera lo único que pudiera salvarnos la vida a los dos... o a ninguno.

¿Salvación o suicidio?

Cualquier estructura, por muy robusta que sea, tiene un punto débil. Si una fuerza suficiente la golpeara en dicho punto, la estructura se vendría abajo. Un explosivo en el punto estructural que soporta el peso de un edificio. Una pequeña desviación de dicho punto, y la gravedad haría el resto.. Un simple problema de física tantas veces resuelto sobre el papel.

Ahora sólo habría que ver si era capaz de desarrollar la suficiente energía cinética como para poder desplazar lo suficiente el centro de gravedad de Rick..

Las rodillas,, sí, sobre las rodillas.

Continuando con el impulso que había tomado ya desde el primer momento al decidir ir a por el hacha, me lanzo contra las rodillas del jugador de rugby. Sólo tenía una oportunidad.. y ninguna práctica.

- Ójala la física sea una aliada!!