Partida Rol por web

El sonido que provoco el choque de su compañero de equipo Rick al abrir la puerta habia llegado incluso a los oidos de Steve como si un elefante hubiera embestido una pared. Esto le hizo volver a mirar a traves de la ventanilla y ver como algunos se estaban aventurando a entar en aquella oscura mansion. A el al final el plan le habia salido bastante bien. No solo habia conseguido una excusa para explicar su ataque de panico ante los ojos de Elizabeth sino que ademas, ahora, estaba sentado con ella en el asiento trasero de la furgoneta. Ella tampoco sabia como entrar en el portatil de Mark pero que diablos importaba eso ahora? La mosca habia caido en la tela de la araña y no tendria escapatoria. Si Diamante tuviera que elegir entre una de las dos chicas que habian viajado con el, sin duda elegiria a Rubi, pero la ocasión que Elizabeth le habia puesto en bandeja era algo que no podia dejar pasar.
- Tampoco creo que tuviera nada interesante- dijo apartando el portatil del regazo de la chica- Ademas, era solo por pasar el rato. La otra opcion era rebuscar entre tus cosas para ver tu ropa interior- parecia decir la verdad o al menos haberlo pensado, pues echo una ojeada por el rabillo del ojo justo en el rincon donde se encontraba la mochila de la gotica- pero ya que estas aquí- le dijo mientras sus brillantes ojos azules se clavaban en los suyos a la vez que la mano izquierda que tan bien manejaba comenzaba a deslizar la cremallera trasera de su corse hacia abajo- podre ver incluso como te queda...- convirtiendo su voz en un susurro e inclinandose lentamente sobre ella...

Probablemente podía esperar cualquier cosa excepto eso, y menos aún en aquella situación. Toda la tensión y el temor ante la idea de quedarse sin gasolina y tener que pasar la noche en un caserón abandonado se había transformado en una excusa barata para obtener algo de sexo fácil.

- Eh, para el carro, campeón. Seguramente estás acostumbrado a que te pongan las cosas fáciles, pero conmigo tendrás que trabajártelo un poco más - Ni siquiera se molesta en quitar la mano de Steve de la cremallera. Se lo pondrá más difícil, pero no demasiado. La situación no era la más propicia, y Elizabeth parecía tenerlo un poco más claro que el joven quarterback - ¿Además, quien te dice que utilizo ropa interior? Vamos con los demás y esta noche podrás comprobarlo...

Deja el portatil de Mark a un lado y abre de nuevo la puerta de la furgoneta. Parece que Steve ya se ha calentado lo suficiente como para seguirla hasta la casa.

La puerta lateral de la VW se abre de manera repentina añadiendo algo más de ruido al sosegado ambiente del lugar. Las miradas se dividen entre el quicio de la puerta del caserón y Elizabeth, que baja de la furgoneta mientras habla con "Diamante".

Nadie quiere ser el primero en acceder al lugar. Desde luego, lo primero que van a necesitar es luz... Una linterna cuanto menos, a no ser que la casa tenga luz eléctrica.

La puerta se abre lo suficiente para poder mirar en su interior,, pero sin luz.

Dado el estado de la casa, dudo que la luz eléctrica funcione, pero todo es cuestión de comprobarlo Meto la mano en mi bolsa y saco mi linterna, la que siempre me acompaña en mis inspecciones de locales a restaurar o de obras en construcción. Siempre es una buena idea tenerlo.

Sosteniendo en la mano izquierda la linterna, con la derecha empujo la puerta, para poder entrar

Cuando Diamond bajo de la furgoneta parecia mucho mas calmado y relajado. Atrás habia quedado su gesto tenso al escuchar aquel graznido y al ver, o considerar ver, aquella luz en el interior del cercano bosque. Lo que hubiera ocurrido en la VW habia hecho, al parecer, cambiar de opinion al guapo quarterback. Ahora incluso se permitia el lujo de sonreir mientras seguia a Elizabeth a traves del sendero de vuelta al lugar donde el resto del grupo comenzaba a asomar la cabeza por la puerta del caseron. Algo colgaba en su espalda...cuando se acerco mas pudo verse una especie de bolsa con forma de melon en la que seguramente llevaria su balon. Solo sus hermanos sabian su significado. Aunque Steve intentara hacer ver que se habia repuesto del susto inicial, ellos sabian que seguia sin parecerle buena idea la de adentrarse en la mansion. Por eso llevaba el balon con el...era su amuleto.
- En el furgon pasariamos mejor noche- dijo al llegar- Por lo menos tendriamos calor humano y si no preguntadselo a ella- señalo con su indice a Elizabeth. Intentaba mantener la misma actitud que habia tenido durante el viaje- aquí dentro tiene que hacer el mismo frio o mas que al raso porque seguro que tiene que tener la mitad de las ventanas rotas y las paredes estaran heladas por dentro- Seguia intentando convencer al resto para alejarse de alli, sin embargo, ahora parecia tener una idea alternativa- Lo unico que nos hace falta para llegar al hotel es combustible y puede que aquí podamos encontrar algo. A lo mejor ahi algun generador electrico o caldera que funcione con gasoleo y si no puede que tuvieran maquinas para cuidar el cesped o el bosque que lo usen. ¿Por que no buscamos algun lugar donde pudieran almacernarlo? Eso parece un cuarto de herramientas- se referia al pequeño edificio que se encontraba a unos metros de la casa- podriamos echar un vistazo y si no, ir directamente al lugar donde pudieran tener la caldera. Tu sabes de esas cosas no, amigo?- pregunto a Spinner. Amigo...al parecer no le importaba que lo llamara asi...

Camina un par de pasos por delante del joven quarterback, en dirección a la puerta del caserón donde se agolpan los demás. Al menos el corto viaje a la furgoneta no había sido en vano, y había logrado convencer al mediano de los Skilton. Además, le había servido para recoger sus cosas que todavía permanecían en la parte trasera de la VW.

- Sin duda acabo de vivir el minuto más bonito de mi vida - comenta irónicamente al escuchar a Steve nombrándola - Pero creo que pasaremos menos frío ahí dentro

Señala con la mano enguantada hacia la puerta de la casa, ya abierta e invitándoles a entrar. Está oscuro, pero Mark ya ha empezado a buscar algo de luz para poder entrar.

- Vaya Rick, por una vez has servido para algo. Enhorabuena - se acerca hasta el hombreton y da un par de palmadas a uno de sus enormes brazos - tu neurona estará orgullosa.

Intenta que los demás no vean la mueca de desagrado que su rostro dibuja, aunque es obvio que no se llevan demasiado bien. Aquel hombre más parecido a un jabalí simbolizaba todo lo que ella odiaba.

Entras con cierto reparo a través del dintel d ela pesada puerta. Miras a derecha e izquierda y no pareces observar nada raro. Observas un pequeño recibidor, un pequeño hall de entrada. Dos sillones y una mesa a un lado. Al otro lado una de esas mesas rectangulares y altas pegadas a la pared. Sobre esta mesa un crucifijo colgado en la pared.

El joven arquitecto es el primero en entrar. Bien por valentía, por osadía o sencillamente por ignorancia, Mark es el primero en atravesar tímidamente el umbral entrecerrado de la mansión. El resto quedan a la espera unos pasos más atrás, buscando el ángulo para distinguir las formas entre las sombras ahuyentadas por la tímida luz de la pequeña linterna de Spinner.

Steve Diamond, en su afán por abandonar el lugar propone una inteligente solución alternativa: -A lo mejor hay algun generador electrico o caldera que funcione con gasoleo ... ¿Por que no buscamos algun lugar donde pudieran almacernarlo? Eso parece un cuarto de herramientas- se referia al pequeño edificio que se encontraba a unos metros de la casa. La idea queda en el aire esperando respuesta. La puerta abierta de la mansión esperando el siguiente movimiento, y los árboles agitados al ritmo del viento helado que empieza a dejarse sentir. Algunos tiemblan, tal vez de frío, de ansiedad, temor o nervios...

Jimmy se encoge de hombros, reprimiendo un escalofíro al contemplar la fachada del edificio antes de entrar en su interiror tras el arquitecto. Con la caja de cervezas en la mano sigue el haz de luz.

¡Eh! niño pera, mueve bien esa linterna que quiero verlo todo. Esta casa tiene más posibilidades de las que parece, podríamos hacer una rave aquí...

El joven Skilton se queda casi paralizado, callado de pronto...

¿Santo Dios, alguien más ha oido eso?

-Elisabeth!- Recrimino a mi amiga por el insulto a Rick, no es que mi novio sea la ostia en inteligencia pero gracias a el hemos entrado y ese comentario estaba de mas...

-Bueno podriamos divirdirnos...-Lo digo mientras una parte del grupo ya ha entrado y no queda mas remedio.. y a mi tambien me pica la curiosidad-Que unos cuantos vayan a ver si en ese cobertizo hay gasolina y otros entraremos ¿no?-

Me pego mucho al de la linterna, codo con codo, piel con codillera de su chaqueta, tratando de ver lo que el pequeño haz de luz y todas las particulas de polvo dejan ver y cuando el pequeño skilton habla de un ruido le miro estrañada..-Yo no he oido nada..-

- Es una tonteria entrar ahi dentro Jimmy- volvio a repetir a su hermano cuando este refirio lo del ruido. El estaba fuera de la casa todavia y no habia escuchado nada pero no le habia extrañado mucho que escuchara algo- Ya os he dicho que por aquí hay gente y, aunque solo sean algunos vagabundos puede resultar peligroso. Yo voy con mi vampirina al cobertizo para ver si hay gasoil y tirar millas...para que veas que ya cuento contigo para todo cariño!- le dijo mientras rodeaba a Elizabeth por su cintura y la atraia hacia el para darle un rapido beso en la mejilla. De esa pose, cogidos uno al lado del otro, cualquiera veria que si realmente Steve hablara en serio, harian la pareja mas extraña que pudiera imaginarse. Diamante, con su vitalidad y su rebelde melena rubia era la luz mientras que Elizabeth, acorazada en su interior con esa negra vestimenta, parecia una sombra sin cuerpo al que seguir. Por ahora, al joven deportista le divertia su forma de ser- Tienes alguna linterna en la furgoneta Greg?- le pregunto a su hermano- vente con nosotros si quieres...

Cuando el hasta ahora asustado Steve llega donde ellos, Gregory pasa un brazo por su hombro, intentando calmarlo, defenderlo de todo, como hacía cuando Steve era pequeño. Aunque generalmente la forma de defenderlo en esas ocasiones siempre solía acabar en una violenta pelea, partiéndole la cara a quien hubiese molestado a su hermano.

¿Esta bien, hermanito? No hay nada de que preocuparse, aquí estaremos bien, aunque a primeras no parezca muy acogedora la casa. Las apariencias engañan más veces de las que somos conscientes…- Gregory vuelve a apartar el brazo, y revuelve el pelo de su hermano en gesto cariñoso.

¿Pero sabes que? Me parece buena tu idea de buscar combustible. Si quieres os acompañaré a ese cobertizo. ¿Alguno más tiene una linterna? Yo no he traido. Rick, te animas a venir con nosotros a echar un vistazo. Tal vez necesitemos que abras otra puerta…

Mientras espera a que se decidan, Gregory escucha a su otro hermano.
¿Qué ocurre, Jimmy? ¿Qué has oído?
 

Ignorando el comentario de Elisabeth, Rick mira alternativamente a su chica y al resto del grupo. Su cara refleja que se alegra de que "Diamante" se haya decidido, aunque sepa que él también preferiría quedarse en la furgoneta. La conversación en el grupo no le gusta nada aunque la idea de su compañero del equipo de Rugby le anima...

Rubí parece totalmente decidida a entrar, igual que el del ordenador y probablemente Jimmy; por su parte, Steve, Elizabeth y Greg se dirigen al pequeño cobertizo, o lo que sea.

La ide de ir con su atlético colega de equipo, que parece tener tantas ganas de dejar la casa como él mismo, le atrae. Además, ese cobertizo no le da buena espina, pero nada en comparación con la inmensa y oscura casa, haría cualquier cosa con tal de posponer o evitar una inspección de la maldita mansión. Para compensar, tendría que aguantar la compañia de la góticay sus ácidos comentarios, ella sabe que está asustado y tiene más miedo a quedar como un cobarde que a todos los fantasmas y zombis que ve en su imaginación.

Su chica, en cambio, quiere entrar directamente en la boca del lobo. Nada en el mundo le apetece menos pero sabe que no podrá convencerla de lo contrario y ¿qué puede hacer él? No puede dejar sola a su novia en un sitio así con la única compañia del empollón y el idiota de Jimmy. De hecho, aún sin reconocerlo conscientemente, tampoco le apetece dejar a Rubí otra vez con Mark a solas.

Debatiéndose indeciso, Rick mira a Rubí y a Greg, que le pide que les acompañe

eeeeh... es lo único que logra decir.

Jimmy levanta una mano piediendo silencio y ladea la cabeza como si así escuchara mejor. De pronto un enorme pedo suena en la oscuridad seguido de las carcajadas de Jimmy.

Jajaja, ¿lo habéis oido ahora? jajaja. Tendriais que veros las caras, acojonaos....

Con una mueca de falso arrepentimiento pide perdón a Rubí sin decir una palabra. ¿Cómo no iba a insultarle? Era algo irremediable, superior a sus fuerzas.

De repente, un brazo casi tentacular agarra su estrecha y ceñida cintura. Como no podría ser de otra forma, el mediano de los Skilton volvía a la carga, cada vez más cerca del acoso. A Elizabeth parece no importarle, aunque mira hacia el cielo resignada cuando recibe un inocente beso en su pálida mejilla.

- De acuerdo, iré con vosotros para que no paséis miedo. - Al parecer ya habían decicido por ella, así que no iba a discutir demasiado - Y yo sí llevo una linterna

Comienza a rebuscar entre sus pertenencias hasta que escucha la oferta de Greg para que Rick les acompañe a por la gasolina. La simple idea parece provocarle más terror que la propia casa. Se muerde el labio y guarda para sus adentros lo que piensa. No quiere que Rubí vuelva a enfadarse tan rápido.

Una vez ha encontrado la linterna, se incorpora y la pone en funcionamiento, apuntando al suelo para asegurarse de que funciona correctamente.

Ante la puerta entornada y oscura d ela mansión el grupo se debate sobre el siguiente paso a seguir. La idea de Seteve parece buena y cala en algunos miembros del grupo. Así Greg, Elizabeth y Steve se proponen explorar el edificio anejo al caserón, situado unos 15 metros en perpendicular al aparcamiento. Por su parte Rick se debate sobre lo que hacer, mientras que Rubí, Jimmy y el bibliotecario se deciden a entrar dentro de la casa, donde está ya Mark Spinner.

El grupo habla bajo, y se comunica sin elevar la voz, aunque al ser tan numeroso, sus comentarios se escuchan claramente y resuenan en el pasillo de columnas donde están. La broma de mal gusto de Jimmy es grotesca en esta situación. Sus carcajadas resuenan estridentes en el lugar. Si algo había dormido, y estará despierto a buen seguro...

La broma de Jimmy hace reaccionar al deportista, su cara enrojece y una mirada muy elocuente promete un enorme puño en su cara a no muy largo plazo.

Tal vez decidido por la broma de Skilton, Rick asiente te acompaño le dice a Rubí, el fiestero y el friki del ordenador no son compañia para su chica aunque el tono es desganado. Un encogimiento de hombros le sirve de disculpa y explicación ante Greg y, sobre todo, su compañero Steve.

Ajeno a los demás, e incluso a la broma de mal gusto del colgado del grupo, sigo inspeccionando la casa, alumbrando con la linterna todos los rincones de la mansión. El ambiente es frío y poco acogedor, pero la curiosidad por averiguar la razón de la existencia del caserón en medio de la nada, hace que siga hacia dentro, sin fijarme siquiera en si voy solo o acompañado.

- Mira tú qué curiosa casa.. Y parece llevar mucho tiempo vacía. ¿Para qué se usaría? hablo casi para mí mismo, diciendo exactamente lo que está pasando por mi mente.

Definitivamente el grupo se divide de manera desequilibrada. A Mark se le une Jimmy, el octogenario bibliotecario, Rubí y Rick. Mientras, la idea de Steve agrupa a Elizabeth y a Greg, que se mueven hacia el edificio vecino en busca de combustible para intentar salir del lugar lo antes posible...

Una extraña sensación invade los corazones más sensibles cuando la mitad del grupo da la espalda al otro. Como un hilo que se desprende, como un nexo roto... El viento en los árboles, sus siluetas negras recortadas contra el cielo oscuro, helado, frio...