Partida Rol por web

Tras unas ultimas risas Sobek acabó por recoger las pocas cosas que había traído y contempló expectante como los dos nuevos rivales agasajaban y comenzaban a guiar a sus compañeras, no pudo evitar sonreir viendo como pasaba todo aquello. La gente de esta isla vestía diferente, y los chicos eran bastante guapos cosa que era fácil de ver. - Como serán las chicas? - La mente curiosa y traviesa de Sobek comenzó a seguir al grupito para no quedarse solo.

Escuchó divertido a Asherah de fondo y miró a Senri con malicia. - Oh! No te preocupes por nosotros, ya nos acompañamos solitos! .- Miró bromista a Senri con mirada señorial y le hizo un gesto para que este le cogiera del brazo. Al segundo bajó el brazo y comenzó a reir. -Va, vamos, si pasearas cogido de mi brazo las chicas del pueblo no te mirarían. 

Si bien su compañera había comenzado con su extracción de información, Sobek pensó que viendo lo predispuestos que estaban los chicos, iba a tener mucho mas éxito ella que él, así que se limitó a contemplar las vistas y mirar curioso los ropajes de la gente.

- No os preocupéis, nosotros solo somos los guías, el comité de bienvenida está terminando de preparar todo - Les explicó Julien, el muchacho de cabello rubio. Razón por la cual no parecía darse prisa, para darle tiempo a sus compañeros. No obstante Tione sonrió maliciosa y se soltó de su hermana para colocarse justo entre Senri y Sobek. 

- No me digáis que os habeis puesto celosos. Que monos hehehe. Yo puedos daros la mano a ambos y así serías un iman de miradas. - Guiñó el ojo con chulería, tomando tanto el codo del guardameta como del defensa para tirar de ambos. 

- Nuestra entrenadora es Namirie. -  respondió Edgar a Asherah, mientras avanzaban por la aldea. Aquel sitio era bastante llamativo y colorido y la alegría y efusividad de la gente parecía ser algo generalizado. 

- Según nos ha dicho se conoce muy bien con Ishtar y por eso ha aceptado su propuesta de entrenar juntos. - continuó explicando y luego dio un vistazo al grupo en general. - Vosotros también apostáis  a entrar en las grandes ligas ¿verdad?

— Oh, perfecto en ese caso —respondió ella, toda diplomática y sonriente, mirando de reojo a Sobek y Senri y guiñándoles un ojo... bien podrían haber enviado a una chica, sólo por si acaso.

La intervención de Tione hizo que la morena soltara una pequeña carcajada, pues definitivamente le sobraba confianza a la canija, pero eso la hacía ser todo lo genial y enérgica que era.

— Bien hecho, Tione. Estoy seguro de que Sobek y Senri nunca se habían sentido mejor —bromeó, sacándole la lengua a los dos muchachos.

Anotó mentalmente el nombre de la entrenadora, obviamente no la conocería de nada, pero en un futuro podría servir de algo... más que todo por si resultaba estar entrenando a otro equipo y tenían que recordar tácticas usadas.

— Oh, ¿se conocen desde hace mucho? —preguntó a Ishtar, mirándola de reojo con una leve sonrisa, que se ensanchó ante la pregunta del muchacho—. ¡Sí! —apretó el puño con entusiasmo—. Nunca he visto un estadio de Blitz, pero la forma en la que la describió Ishtar... bueno, te hace querer estar ahí, sin duda... ¿y qué mejor forma de experimentarlo que en el campo de juego mismo? —su sonrisa adoptó un cariz más soñador—. ¿Lleváis mucho tiempo entrenando? —pregunta de rigor, pues ellos... apenas habían jugado un partido. Medio, si se ponían quisquillosos, y tal vez hasta menos.

Sobek puso los ojos en blanco y negó con la cabeza, segundos mas tarde se encontraba dejándose llevar por su pequeña compañera. - Bueno, al menos no estamos mal acompañados. - sonrió y le hizo una mueca bromista a Asherah. 

Las palabras de Julien le dieron a entender que quizás mas tarde habría un banquete, el viaje no hacía mas que mejorar. -Claro que apostamos por ello! Hemos emprendido este viaje para mejorar y poder hacernos un hueco, así que dadnos caña en los entrenos! - Contestó enérgicamente ante las palabras de su guía. 

Quizás Ishtar sabría algo de como entrenaban sus nuevos rivales, pero sería bastante complicado sonsacarle una respuesta. 

- Llevamos más de dos años entrenando juntos. - Respondió el muchachito rubio. Con el andar enérgico que llevaba muy pronto parecía que llegarían a destino, pero se distrajo en contestar todas sus preguntas.

- Durante la temporada del año pasado intentamos llegar a las grandes ligas, pero perdimos cerca de las finales. Este año tendremos más suerte, estoy seguro. Estuvimos entrenando muy duro. - Miró entonces a Sobek y asintió con decisión - Descuida ¡Lo daremos todo!

Siguieron andando un poco más a través de la concurrida aldea, que casi parecía una ciudad, ya que disponía de un enorme bazar dónde coincidían multitud de comerciantes y compradores. Todo el sitio gozaba de un ambiente muy animado, las tiendas obsequiaban visiones de todo tipo de mercadería y los dueños la pregonaban a viva voz. No obstante Julien no se detuvo allí, sino que siguieron avanzando hasta la fachada de un edificio. Allí en la entrada destacaba un cartel con el nombre del equipo: "Los gatos de Keirin" precedido de un dibujo muy detallado de un gato con aletas y cola aplanada horizontalmente como si fuera la de un delfín. 

- ¡Es aquí! - Anunció el muchacho y abrio la puerta para que pudieran ingresar. A simple vista el lugar parecía una especie de taberna que habían remodelado para convertirla en una sala común para los jugadores de blitz. Aunque en ese momento habían montado una especie de escenario. - Por favor tomad asiento. 

Una vez que todo el equipo estuvo bien cómodo frente al escenario, el par de chicos cerraron las cortinas de las ventanas y solo dejaron una abierta para iluminar el escenario. Entonces de los lados salieron tres chicas de llamastivos atuendos. Todas ellas vestían con multitud de adornos y telas ligeras pero de colores llamativos, de tonos intensos y vibrantes. 

Al ritmo de panderetas y tambores comenzaron una danza regional muy enérgica mientras se pasaban una esfera de blitz la una con la otra. El espectáculo duró unos cuantos minutos mientras la danza y la música se aceleraba y finalmente terminaba de forma súbita. Las tres chicas observaron a los espectadores con radiantes sonrisas.

- ¡Bienvenidos a Keirin! - Saludaron al unísono.

Eso es bastante tiempo!- Contestó Sobek cuando se enteró de todo lo que habían entrenado sus nuevos rivales. - Seguro que estáis muy compenetrados. - Algo en su tono dejó notar que aún le quedaba trabajo por hacer en ese aspecto. -Básicamente sois de los rivales mas fuertes a tener en cuenta. - Sonrió de oreja a oreja, la idea de venir a entrenar con gente buena apasionó al muchacho rubio, que siguió los pasos e indicaciones y se colocó delante del escenario.

Tras el espectáculo el joven se quedó maravillado y embobado por partes iguales. Siempre había visto el Blitzball como un simple balón, no como un complemento de baile. Sin duda la habilidad para llevar acabo aquél tipo de danza dejó muy intrigado a Sobek. -Creo que es la mejor bienvenida que me han dado en mi vida. -Sonrió emocionado hablando con total sinceridad.

— ¿Dos años? —preguntó bastante incrédula, e incluso tragando un poco en seco, pues eso era unos 728 días más que lo que ellos llevaban entrenando, tanto juntos como en general. De más está decir que sus esperanzas de ganar aquel partido se fueron prácticamente por la borda, pero se obligó a permanecer optimista, y por sobre todo, competitiva—. Eso es... muchísimo tiempo —soltó una risotada nerviosa.

Tras la presentación, durante la cual Asherah mantuvo la mirada fijada en las 3 bailarinas con la boca ligeramente abierta por la impresión, se levantó de la silla y aplaudió con genuino entusiasmo.

— ¡Ha estado genial! —exclamó con una sonrisa—. Sobek tiene razón, definitivamente ha sido de lo mejor que he visto en mi vida, muchas gracias por el recibimiento —les dedicó a las chicas una respetuosa reverencia con la cabeza—. Sois jugadoras también, ¿verdad? Mi nombre es Asherah, un gusto conocerlas —se adelantó para estrecharle la mano a cada una.

Cuando acabó la danza Senri, Lisbeth y las gemelas aplaudieron con entusiasmo, incluso Haru parecía sorprendida. Las tres chicas de los gatos bajaron del escenario para presentarse. Eran Erieth, Lyra y Nimu. Erieth era la muchacha de cabello rubio y parecía la mayor. Lyra era morena y algo tímida, pero Nimu, la más pequeña de las tres, parecía ser más abierta y entusiasta. 

- ¡Me encanta que os haya gustado! Estuvimos practicando por una semana - dijo sonriente la última de las tres.

- Doy fe de ello - Añadió Julien, que también se acercó al grupo - Nuestras tres compañeras no solo son buenas en blitz. Hablando de eso, deberíais conocer el resto del club. Es pequeño, pero tenemos nuestro propio estadio de blitz. Os lo enseñaré, es por aquí. 

Ya habías conocido a todo el equipo con el que entrenaríais, pero aun faltaba ver dónde lo haríais. De modo que fuisteis guiados hasta una puerta trasera que daba a un patio y allí tomaron un pequeño camino empedrado flanqueado por un jardín. No tuvieron que avanzar mucho hasta divisar una enorme fosa circular de agua cristalina, rodeada de cuatro gradas de piedra, de tres escalones cada una. Evidentemente no cabría allí demasiadas gente, pero sin duda entrarían muchas más de las que os habían visto jugar por primera vez. 

- ¿A que es genial? - Dijo Julien, mirandolos de lado. Una sonrisa significativa se dibujaba en su rostro. - Parece que nuestras entrenadoras se han perdido para ponerse al día entre ellas. Pero tal vez podríamos enseñaros los vestuarios y luego echar un pequeño encuentro amistoso... 

- ¡No seas tan ansioso, Julien! - Le reprochó Erieth, la joven de cabello dorado, que parecía más madura que el joven - Probablemente estén agotados por el viaje y quieran conocer las habitaciones. 

Si bien el baile lo había dejado embelesado y distraído el reclamo de conocer las instalaciones lo devolvió a la realidad. Estaba maravillado de ver toda la tecnología no muy lejana a la de su aldea, pero diferente en muchos sentidos. Sobek continuó detrás de los chicos mirando a sus nuevos rivales, se moría de ganas de ver cuanta batalla darían y como de duros eran en realidad. 

Al llegar, el rubio sonrió y miró a su equipo. - Es impresionante la verdad, es todo un honor que nos dejéis entrenar con vosotros!. - Sonrió de manera cálida a sus rivales mientras llevaba sus manos a la nuca, mostrando los fuertes brazos del joven defensa. - Yo estoy listo para jugar cuando queráis. Pero si nos enseñáis ahora las instalaciones luego no me encontraréis exhausto por alguna esquina.- Se ajustó la mochila que llevaba a la espalda con sus pocas cosas, no le importaba dejar el equipaje aquí para jugar, pero sabía que mas de uno del equipo agradecería poner a salvo sus cosas. 

— Oh, la verdad es que me parece una idea excelente —respondió a la idea de Julien, sonriendo suavemente—. Creo que el viaje se nos ha hecho ligero, todos aquí estamos acostumbrados a estar en un barco, ¿no? —miró a sus compañeros, alzando un poco las cejas.

Un encuentro amistoso era una oportunidad maravillosa para medir a sus oponentes, y ya fuera que ganaran o perdieran, era una oportunidad para aprender de ellos y utilizar eso en el partido de verdad.

— Es precioso —dijo, mirando el campo de blitzball con cierto brillo en la mirada, aunque luego miró a Erieth—. Veeenga, ¿no crees que podemos divertirnos un rato? —su sonrisa se acentuó.