Partida Rol por web

Todos se lanzaron al agua lo más pronto posible e incluso Senri que por lo general no era el más veloz nadó como si no hubiera un mañana con tal de no quedarse sin comida. Sorprendentemente Tione quien era por lo general las más rápida se quedó atrás en esa ocasión y casi el alcanzada por Sobek que iba en último lugar. Al final le tocó ser al defensa quien se quedó sin dulce.

Una vez que subieron a la embarcación pudieron ver que estaba completamente vacía con excepción de una jovencita refugiada del sol bajo uno de los mástiles. Por las ropas que llevaba evidentemente no era de la zona y la chica no dejaba de abanicarse en la sombra y a pesar de eso la blanca camisa se le pegaba al cuerpo transpirado, acentuando una figura esbelta y atlética.

Antes de desayunar en la nave Ishtar os reunió a todos. - Os presento a la última miembro del equipo, ella es mi alumna.

La joven muchacha se acercó al grupo al ser introducida. 

- Hola chicos es un placer, Mi nombre es Lisbeth, espero que podamos llevarnos bien dentro y fuera de la esfera de juego. - Entrecerró los ojos al sonreír de forma amistosa y agitó levemente la mano en un saludo - Creo que seré su mediocentro. Por Yevon, que calor que hace aquí, ¿verdad?

Tiona, Tione y Senri saludaron a Lisbet entusiasmados, mientras tanto Haru lo hizo con más recato como era habitual en ella. Al final de las presentaciones todos pudieron desayunar como les habían prometido. 

Asherah subió a la embarcación chorreando agua, y jadeando ligeramente a causa del esfuerzo. Era una distancia corta, pero definitivamente no quería quedarse sin dulce, por lo que había dado lo mejor de sí.

Iba a burlarse de Sobek, pero se arrepintió a último momento, suficiente tristeza era quedarse sin dulces, así que enfocó a la curiosa muchacha que se protegía del sol bajo uno de los mástiles, contemplando con cierta curiosidad sus ropas.

— Gusto en conocerte, Lisbeth —la morena extendió la mano mojada hacia la peliazul, aunque soltó una pequeña carcajada cuando hizo mención del calor—. Más bien está fresco, lo que parece es que vas vestida para ver a la realeza, lo ideal sería ir un poco más fresca —señalo con el pulgar a las mellizas—. ¿También usas cosas así para jugar? Debe ser complicado nadar.

Sobek llegó el último, para variar, se apoyó en proa antes de subir y infló los morros. Subió de un salto como los demás y cruzó la mirada con Asherah. - Me va a tocar entrenar velocidad parece... - Entonces desvió su atención a Tione. - Aún que casi te pillo!

Tras subirse al barco por fin reparó en la atención de la nueva integrante. Instintivamente miró a Senri, como todas las veces que alguna chica se cruzaba delante de ellos, le encantaba ver la reacción que tenía, y era un gesto de complicidad entre los dos. 

Encantado, me llamo Sobek y soy uno de los defensas, espero que aprendamos a coordinarnos y hagamos buenas jugadas. - Le dedicó una sonrisa, al menos ella no parecía tan puñetera como las chicas de la isla. - El agua está genial, por si te apetece darte un chapuzón. - Aún chorreaba agua, el pelo seguía húmedo y había recuperado el aliento, así que el momento de comer se acercaba, lo notó porque la tripa le rugió fuerte. - Ups...

- Eso es mentira - Replicó la jovencita escurriéndose el pelo y la falda- Solo  te dejaba un recuerdo de mi anotación de ayer ehehe.

- ¡Hola! ¡Yo soy Tione! - Se volteó para ver a la chica nueva. Evidenciaba que en la isla estaban acostumbrados a echarse al mar cuando hiciera falta y sus prendas eran ligeras y secaban rápido. Aunque Lisbeth no parecía que fuera a saltar vistiendo así. 

Mientras recibía saludos por todos lados la chica fue respondiendo a cada una de las presentaciones. Aunque no parecía muy dispuesta a alejarse de aquel refugio en la sombra del mástil. En ese momento estrechaba las manos a Asherah que había sido de las primeras en acercarse. La chica pudo notar que Lisbeth tenía unas manos suaves que probablemente desconocían cualquier tipo de trabajo de desgaste manual.

- Ah, claro que no uso esto para jugar. - Negó agitando la melena

-Tengo mi atuendo blitz, pero esta camisa, botas y pantalón de viaje no-son-para-ver-a-la-realeza. - Suspiró y miró el agua, ciertamente tentada y luego volvió la vista a Sobek. - hm... Ya habrá otras oportunidades creo que no es el momento. 

Al oir que rugía la tripa del muchacho elevó una mano para cubrirse la boca y ocultar una suave risa. - Creo que será mejor que vayáis a desayunar antes de que el barco se ponga en movimiento. 

Y había sido un buen consejo porque tras algunos minutos la embarcación comenzó a abandonar la bahía y el oleaje del mar abierto la mecía de lado a lado en un hipnótico y constante movimiento. Viajaron algunas horas con el viento a favor, alejándose de Kahuale y atravesando diversas islas e islotes del archipielago en el cual estaba ubicada. Algunas de ellas las conocían, pero a medida que se alejaban más y más los nombres comenzaban a confundirse. 

Finalmente el navío puso rumbo a una isla puntual y al acercarse comenzó a reducir la velocidad.  Ishtar se juntó con vosotros en la cubierta y os señaló la isla dónde ya podían distinguir una aldea más grande que Kahuale - Os presento a la isla Keirin. Entrenaremos aquí durante algunas semanas antes de que comiencen las eliminatorias. Os he acordado un encuentro amistoso con el equipo local: Los gatos marinos de Keirin. 

Sobek no tardó en acechar la comida una vez le dieron permiso, casi había pasado por alto a Lisbeth. - Pero no me refería ahora! No te preocupes, me parece que vamos a tener tiempo de sobra para practicar. - Una vez el barco se puso en movimiento el muchacho comenzó a sentir algo de morriña. - Creo que es la primera vez que estoy tan lejos de casa.

Cuando terminó de comer hizo algunos estiramientos y se acercó a Isthar. - A todo esto, nosotros vamos a tener "atuendo Blitz"? - Pronunció las comillas con los dedos, le había picado la curiosidad, si iban a jugar como equipo deberían tener una equipación conforme a la situación, o al menos eso pensaba él. 

Y siento estar tan preguntón esta mañana, pero... Dormiremos en Keirin o en el barco? - Demasiadas preguntas, pero demasiada curiosidad le embargaba estando lejos de casa. Quizás no era curiosidad, mas bien era nerviosismo, Sobek llevaba inquieto desde que se había levantado, la emoción de una nueva aventura lo llamaba. - Tengo ganas de entrenar...

Ishtar observó que te aproximabas y fijó la mirada en ti un instante. A decir verdad no se había dado mucho tiempo para conversar con sus nuevos jugadores, entonces pareció pensar que sería un buen momento para conoceros mejor. 

- Hola Sobek, sientate si quieres - Te ofreció un sitio a su lado, aunque solo eran unas cajas sobre las que estaba sentada. Ya no llevaba su atuendo de Blitz y en lugar de eso vestía con algunas prendas más, no obstante mantenía el cuerpo libre para no sufrir por el calor. Su ropas eran blancas para evitar que absorviesen el calor del sol. 

Mientras escuchaba tus dudas esbozó una sonrisa sin saber si tomarte como a un adulto o como a un niño emocionado porque salió de casa. Alzó un poco las cejas y finalmente procedió a contestar con un tono amistoso. - Tal vez debamos conseguir unos uniformes si las cosas sales bien y pasamos las primeras etapas, pero aun no es un requisito para participar. Confío en que sepáis distinguir a vuestros compañeros y pasar correctamente el balón - Soltó una leve risa.  

- Pronto llegaremos a la isla y tendrás que entrenar junto a tus compañeros y algunos conocidos que viven por aquí.  - Añadió

Luego se mantuvo en silencio poniendo su mirada de ojos rojizos sobre los tuyos - ¿Quieres dormir aquí en el barco? 

— Bueno, puestos a comparar —bromeó amistosamente, en relación a sus ropas y a las de las gemelas... y todo en general, la verdad. No obstante, con algo más de detalle sí que pudo darse cuenta de que su atuendo tampoco era el más formal—... Aunque nos sigues llevando bastante en manga y bota —le guiñó un ojo—. Te aseguro que entre más prendas empieces a perder, mejor llevarás el clima —dicho esto, la palabra "desayuno" captó su atención y entonces siguió a Ishtar para comer.

Pasados unos minutos, Asherah estaba de vuelta en la cubierta, observando la isla en la que había vivido toda su vida con cierta nostalgia, mientras se hacía cada vez más pequeña en el horizonte. Le costaba un poco mantener el equilibrio, de hecho sentía los glúteos, muslos y pantorrillas endurecidas del esfuerzo para no irse en aquel vaivén, pero seguramente le serviría de práctica para la resistencia.

Ante la mención de un encuentro amistoso, sus ojos brillaron.

— Estos Gatos Marinos de Keirin... ¿son buenos? —hizo una pausa para que la entrenadora respondiera a esa pregunta—. ¿Falta algún integrante o ya sólos los que somos? —miró a Lisbeth—. ¿Qué posición juegas tú?

Un leve atisbo de rubor cruzó el rostro de Lisbeth cuando Ashe hace aquel comentario acerca de perder la ropa. Aunque por suerte el desayuno la salvó de tener que replicar aquello y horas más tarde había quedado olvidado. 

Ishtar os había señalado la isla y explicado la situación, entonces permaneció en silencio escuchando las preguntas, volviendo la vista hacia Ashe. La cazadora le resultaba muy llamativa y competitiva y entendió al instante por dónde irían sus preguntas. 

- Así es - respondió con una misteriosa sonrisa. Le gustaba guardarse las cosas para darle cierto drama a las situaciones y parecía que esta sería una de estas ocasiones - No os diré mucho de ellos ya que prefiero que lo viváis por cuenta propia, pero solo os advertiré que si os confiáis terminaréis muy mal parados en el campo de juego.  

Tras aquello solo quedaba analizar la cantidad de jugadores y con Lisbeth estaban sobrados. - Tenemos cubiertas todas las posiciones y si hace falta además tenemos a alguien que podrá ir rotando para darle descanso a cada uno. Recordad que sois un equipo, no siempre jugareis el encuentro completo, pero así también se fortalecerán vuestros compañeros. 

Al decir esto último fijó la mirada en Haru especialmente, por resultar ella también una chica especialmente competitiva y que no daba el brazo a torcer fácilmente. Aunque por aquellos instantes la rubiecita no parecía con intenciones de dar pelea. Tenía la vista fija en la isla que se aproximaba. 

Asherah hizo una especie de puchero cuando Ishtar se rehusó a revelar detalles acerca de la habilidad de los Gatos Marinos de Keirin. Después de todo, estaba segura de que parte del rol de entrenadora era revelar las posibles debilidades del equipo rival... o tal vez no, aparentemente. De cualquier forma, no preguntó mucho más, pues sabía que no conseguiría demasiado de la estrella.

— Supongo que nos tocará ver en qué les va mal y sacar provecho —comentó a regañadientes, de brazos cruzados, y luego miró a Lisbeth—. ¿También vas a jugar? En serio, verte con tanta ropa me da calor —"bromeó", sonriendo con cierta picardía, aunque luego un brillo extraño iluminó su mirada y volvió a fijarse en Ishtar—. ¿Tenemos uniformes? —preguntó con entusiasmo, aunque luego pareció recordar algo y se ruborizó lemente—. Preferiblemente con falda —añadió por lo bajo.

Sobek se mostró agradecido con la amabilidad de Isthar, pensaba que iba a ser dura con él incluso cuando no estuvieran entrenando pero parecía que las cosas serían diferentes, cosa que lo alivió e hizo que acabara tomando asiento al lado de la entrenadora. 

Te tomaré la palabra, tendremos que jugar tan bien que nos tengas que comprar los uniformes. - Le sonrió convencido de lo que decía. - No es difícil distinguir a los compañeros, simplemente pensaba en la sensación de unidad y como se nos vería desde fuera del campo. 

Me muero de ganas de jugar y de mejorar, al final uno se aburre de jugar siempre con la misma gente siempre y como has visto esas dos son muy rápidas. - Suspiró por unos instantes y se quedó mirando al barco. - No me importaría dormir aquí, pero dudo que sea bueno para el cuerpo dormir siempre con el balanceo de las olas. - La miró a los ojos con curiosidad.- Donde tenías pensado que pasáramos la noche?

Tras un rato ocupado embobado, Sobek volvió en cuerpo y alma a la conversación. -  Me temo que lo de los uniformes va a tener que esperar hasta que entremos en alguna liga de verdad no? - Miró cómplice a Ishtar. - Aún así espero que el mío no lleve falda. - Añadió con una risa.

Supongo que si nos lo dijera estaría avisándonos sobre que fijarnos mas, y al final eso también tenemos que descubrirlo por nosotros mismos, en mitad de un partido el entrenador no nos podrá decir nada así que de ahí también viene el trabajo en equipo y... - Se dio cuenta de que estaba soltando un monólogo sobre entrenar, miró a Asherah a los ojos y con un gesto extraño sonrió. - Perdón, que me acelero. - Pero se acercó a ella y le susurró. - Pero también puedes sacarle la información al equipo rival si entrenas o les haces hablar, no crees?

Tengo ganas de llegar.- Dijo mientras se sentaba en algún lugar para contemplar el mar y las islas cercanas. - Nunca he estado en ese pueblo, serán pescadores como nosotros? Siendo gatos marinos...

- Oye, pero si una falda se te vería muy guapa, pequeño Sobek - Bromeó guiñando un ojo, demostrando que la diferencia de edad con sus jugadores no era tan amplia como para distanciarse de ellos en las conversaciones. - Que remedio. Podemos tener dos versiones ¿No creen? De todas formas aun tienen que clasificarse al torneo.

Llevó un índice a su mejilla, pensando en que tal vez no les había explicado aquello. Al echar un vistazo por encima del hombro dedujo que aun tenía algunos minutos antes de tocar puerto, entonces comenzó a explicar. 

- Para entrar en las ligas mayores tendrán que jugar varios partidos. La primer ronda será contra equipos de la zona, luego tendremos una eliminatoria de equipos Regionales y si pasamos todo eso llegaremos al torneo final en Luca dónde solo los finalistas podrán entrar en las ligas mayores este año. - Era claro que le emocionaba hablar de todo aquello, y por eso os miraba intensamente a cada uno de sus jugadores. En los ojos de Ishtar se notaba un pequeño brillo, una señal de que confiaba en que podrían lograrlo. 

- No puedo ir con el conjunto de Blitz de un sitio al otro... ahhh~~ quiero llegar a la isla y pasar por el mercado, seguro encuentro algo más cómodo allí - Suspiró Lisbeth respondiendo a Ashe. 

- No tendrás que esperar mucho. Estamos tocando puerto - Comentó Haru con su tono neutro. Ella estaba algo distanciada y concentrada, apoyada contra el pasamanos del barco y observando al frente. A su lado las gemelas mucho más enérgicas contrastaban con ella dándo algunos saltitos emocionados.

¡Vamos a Ganar!

- Eso espero, quiero que me hagan sentir orgullosa, pero haganlo también por vosotros mismos. Creo que pueden llegar lejos. - Sonrió soñadora. 

- Los gatos son un equipo más organizado que el nuestro. Tienen un edificio con habitaciones y todo. Dormiremos allí. Claro, aunque si necesites que te mezan un poco antes de dormir podemos ver como solucionarlo - Se rio y te zarandeó ligeramente el hombro antes de levantarse y volver con el resto para el discurso. 

Ashe dejó salir una pequeña risotada ante la "sugerencia" de Ishtar, y contempló a Sobek durante un par de segundos, tratando de imaginárselo, lo que la hizo soltar otra risotada.

— Pues oye, a lo mejor y serviría para distraer a los oponentes y todo, no es mala estrategia —siguió con la puya, palmeando el hombro del defensa con ánimo—. Una masculina y una femenina, ¿no? —se llevó una mano al mentón, pensativa.

La explicación de cómo funcionaban las clasificatorias la hizo suspirar, eso eran... muchos partidos, pero también la entusiasmaba, tendría que medirse con muchos otros jugadores y aquello era lo mejor... en especial cuando los venciera. La confianza y pasión de Ishtar no hacía sino incrementar aquella sensación.

— ¿Por qué no? —respondió a Lisbeth, dejando caer la cabeza un poco de lado, con una sonrisa ladina—. Después de todo, vas a pasar más tiempo en ese uniforme que en cualquier otra cosa. Mira a Ishtar, por ejemplo —señaló con el pulgar a la mencionada—. Además, tu cuerpo te agradecerá el fresco, créeme —le guiño un ojo.

Finalmente, se acercó a Haru.

— ¿Emocionada? —sabía que no tenía que preguntárselo a las gemelas, era obvio. Luego volvió a mirar a Ishtar—. ¿Cuándo es el partido?

Que graciosas todas eh? - Alcanzó a decir con el tema de la falda.- Mira, mejor y todo, al ataque enemigo Senri y yo nos levantamos la falda y seguro que no aciertan ni una. - Negó con la cabeza, no le apetecía una sanción o una expulsión por distraer ilegítimamente a los rivales.

Vamos a tener que abrirnos paso victoria a victoria si queremos darnos a conocer. - Miró a sus compañeros, quizás tantos partidos los desanimarían. - Pero está claro que no lo hubiéramos querido de otra manera, nuestro objetivo es ganar, mejoraremos lo que haga falta para plantarle cara a quien se nos ponga por delante. - Dijo convencido. 

No quiso interrumpir a Asherah quien parecía interesada en el cambio de ropa de Lisbeth, aún que no dejaba de prestar atención. Si Asherah lo conseguía el también la acabaría viendo con menos ropa y no parecería un baboso, así que con total confianza se acercó a Senri y le pasó la mano por el hombro. - Vamos a buscar una faldita bien mona que nos quede bien a los dos eh? Así seguro que no apartan la mirada de ti la gente del pueblo!

Si que parece un pueblo mas avanzado que el nuestro, en nuestra isla hubieras dormido en la cabaña de invitados o con alguno de nosotros. - Le sonrió, y le sostuvo una mirada de confianza. - Gracias por haberme sacado de la isla, este ha sido mi sueño desde niño.

Se hizo el silencio durante unos segundos y entonces la volvió a mirar levantando una ceja cuando ella lo zarandeó. - No te preocupes, se mecerme a mi mismo, pero un poco de charla táctica y posicionamiento nunca viene mal antes de ir a dormir. - Le dijo divertido mientras la veía marcharse. 

¡Que va! ¡No hacen falta trucos! ¡Somos buenos y ganaremos a todos, ya verás! - Exclamó Senri colocando un puño frente a el en el aire con actitud chulesca. Haru a sus espaldas se limitó a poner los ojos en blanco. Pero antes de terminar la charla ya estaban tocando puerto y Ishtar os hizo bajar a todos.

Dos jovencitos de llamativa vestimenta y actitud jovial os reciben en el muelle. Ambos visten con una excesiva cantidad de aditamentos y accesorios, pero las prendas se ven tan ligeras y níveas que parecieran repeler fácilmente todo el calor de la zona.

- ¡Bienvenidos a Keirin! ¡Os estábamos esperando! ¡Es un placer por fin conoceros! - Os saludo el joven rubio portador de una encantadora sonrisa. - Mi nombre es Julien 

Y yo soy Edgard. Por favor, seguidnos por aquí. Os hemos preparado un agasajo para agradecer que hayáis viajado hasta aquí para entrenar con nosotros. Apuesto a que también estáis preparándoos muy duro para intentar llegar a las grandes ligas - Aportó el otro muchacho, moreno y alto. Habían captado la atención de las gemelas, e incluso de Haru y Lisbeth con la animada presentación. 

Casi como si lo hubieras ensayado se acercaron a ofrecer sus brazos caballerosamente a las jovencitas de vuestro equipo. Logrando así guiarlas por el puerto. Julien llevaba tomada de su codo a Lisbeth y Haru, mientras tanto Edgar había ofrecido el antebrazo a las gemelas y a Asherah. Las primeras se habían tomado entre si y Tione se había sujetado del muchacho, algo embelesada con su presencia. Aunque siendo ambas tan dispersas era normal que adoptaran esa actitud desenvuelta y alegre. 

Ashe dejó salir una pequeña carcajada ante el entusiasmo, y tal vez ingenuidad, de Senri, aunque aquello era bienintencionado, por lo que acabó por sonreírle con sinceridad al muchacho, asintiendo.

— Es cierto, sobre todo si jugamos bien en equipo —añadió, mirando a los demás, apretando el puño con emoción.

La verdad es que Keirin tenía toda la pinta de ser un pueblito muy pintoresco, y tal vez ligeramente más activo que Kahuale. Después de todo, estaba más cerca de la civilización, y eso se notaba en lo ataviados que estaban los dos chicos que conformaban el comité de bienvenida, a quienes la morena detalló, y si bien sus atuendos resultaban sumamente interesantes, así como la confianza que exudaban, no hicieron mucho más que captar la atención de Asherah. No obstante, no fué maleducada y también se prendó del brazo de Edgard.

— Oye... ¿y para ellos no hay comité de bienvenida? —bromeó, señalando con el pulgar al portero y el defensa, no queriendo dejarlos excluidos del todo, aunque luego le surgió otra pregunta que no tardó en exteriorizar mientras caminaba por el puerto—. ¿Quién es vuestro entrenador? —Asherah no tenía ni idea de entrenadores, pero a lo mejor era alguien que Ishtar conocía y podía decirles algo acerca de sus estrategias usuales.