Partida Rol por web

Casi al instante de mandar un mensaje recibes respuesta del propio padre McCall.

Ya estoy dentro. La parte de atrás está poco vigilada. Si sigue en pie nuestro trato puedo hacer que entréis por allí.

Miró a Naomi, y asintió, tras sonreir por la referencia a las vampiresas góticas... había de todo, por lo que había podido ver en otras ocasiones; en la varieda está el gusto.

-Bien... vayamos; los rastros, con tanta gente, en un lugar tan abierto, no duran; otra cosa es cuando estemos en un sitio más confinado -sonrió- la mierda esa que fuma, le deja un olor que se le queda pegado al cuerpo y es muy cantosa.

La hizo el gesto de "adelante"; habría que rodear el edificio, y mejor hacerlo con naturalidad, como si supiesen a donde iban.

Stephen y Naomi no tardaron en rodear el edificio. Pronto vieron a un nervioso Aaron que se debatía entre si sacar y encender el último cigarro que le quedaba o entrar en el edificio. Parece que las dudas se le disiparon momentáneamente. Levantó una de sus manos a modo de saludo y les indicó que se acercaran.

Cuando le vieron, Aaron parecía nervioso.

Estaba con la espalda pegada a una de las paredes, observando continuamente el lateral del edificio y haciendo un poco de percusión con el pie, continuos “tip tip tip” que provocaban impaciencia. Sólo paró de tocar cuando los vio, apartándose de su posición y haciendo un gesto para que se dieran prisa.

- Ya pensaba que os habíais olvidado.- Tenía cara de pocos amigos pero teniendo en cuenta que se trataba de Aaron Kaminsky era casi normal.- Bien.- Caminó un par de pasos para adelantarse a ellos, aunque después se detuvo.

- En la entrada, dos tipos trajeados y grandes. Sabuesos guardianes. Vigilan a los que entran o salgan.- Señaló un golpe de cabeza a esa dirección.- Sale a recibir una mujer, así que hay que asistir con invitación. Pero.

Dio un giro sobre sí mismo para cambiar de dirección y esta vez dar los dos pasos a la parte trasera, señalando todo lo que mencionaba.

- Ventanas, todas apagadas. Lo que sea no se hace en los pisos superiores o pasan de gastar luz.- Ya había leído por el mensaje que la reunión era en la planta baja, pero igualmente confirmó.- Sólo hay un tipo fuera en la parte trasera, supongo que será como el almacén. Está demasiado distraído viendo memes de gatitos.- Tras terminar de señalar guardó las manos en los bolsillos.- En plan creo que es evidente, entrar por la parte de atrás. ¿Dudas? ¿Sugerencias?

Luego de seguir la nariz de Stephen, llegaron al fin hasta donde Aaron les esperaba. Lucia más nervioso que de costumbre y no tardó en ponerlos al día. En el tiempo que tardaron en tomar un taxi y llegar al lugar, el ex policía ya tenía un informe bastante detallado.

-Los de la orden nos ofrecen entrar por atrás, siempre que el trato se mantenga. El viejo ya está dentro- miró las ventanas y el enorme sitio apretando los labios-. Estará lleno de vampiros, creo que es buena idea tenerles de aliados…

Si bien ella tenía experiencia en muchos campos, el infiltrarse en un nido de chupasangres para evitar un ritual potencialmente mortal, no estaba en su curriculum. Confiaba en la visión de Kaminsky y Dunstan, seguramente pasaron por mucha mierda. ¿Debían confiar en la orden? Seguramente no, pero estaba interesados en que el libro no se usara.  

Sonrió al pasársele algo por la cabeza, pero no estaban para tonterías supérfluas que no venían al caso.

-Bien; no me extraña que procuren que desde fuera no se vea nada, y no me extrañaría que la fiesta siguiese en niveles inferiores... les gusta la seguridad de que no se filtrará nada, pero absolutamente nada de luz del sol... -como si ya no lo supiesen...- Si estáis de acuerdo, dejamos fuera de combate al seguridad de atrás.

Miró a Naomi...

-El viejo truco de pasar por delante, agacharse a coger algo que se te caiga, y que mientras te mira el culo le pongamos a dormir. ¿Te parece?, porque el de los dos borrachos... creo que se pondría en guardia y, si es medio profesional, avisaría por el pinganillo, si es que llevan.

Mostró los dientes con una sonrisa ante la ocurrencia de Stephen.

- “Los clásicos nunca mueren”.- Le hacía gracia la frase, pero dada las circunstancias era un hecho real. Muchas veces la opción más óptima era la sencilla.- Naomi, acércate y asegúrate de llamar la atención.- El “cómo” lo dejaba a su cargo, pudiendo ser desde hacer pasar por una turista que buscaba una dirección o una seductora desconocida que quería pasar un buen rato.

- Le quitamos de en medio y nos reunimos con la orden.- Asintió.- Si dicen que podemos entrar por ahí, deberán conocer el lugar mejor que nosotros.- Confiaba en que no hubiera demasiados obstáculos dentro.- Vamos.

Se apartó un poco e indicó a Stephen que le siguiera, queriendo esconderse para dejar vía libre a Naomi. En cuanto el guardia se alejara un poco de la puerta, entrarían ellos por detrás.

-¿Quién es tan estúpido como para dejarse engañar por algo así?- Naomi no era precisamente una chica de curvas peligrosas, pero aunque las tuviera, ese tipo de tácticas funcionaria en una película de acción. Aunque funcionó en el bar con esos tontos. Soltó un suspiro, molesta de ser otra vez un trozo de carne distractorio-. Espero que sean gays y deban ustedes mover el culo.

Por tercera vez ese día, dejó que vieran la magnificencia de su cuerpo a modo de distracción. Suponía que eran guardias entrenados, así que lo mejor sería no ser demasiado evidente. Como con los borrachos del bar, el no exagerar era esencial. Se quitó el enorme abrigo, arrojándoselo a Kaminsky para que se lo guarde, avanzando moviendo con tranquilidad su trasero. No entendía a esas mujeres que movían sus caderas de un lado a otro, dando la impresión de que si uno recibía uno de esos caderazos les quebraría un par de huesos. Como no disponía de una cartera, fingió estar revisando su billetera, buscando algo en ella. Entonces se cayó algo, específicamente en frente del rango de visión de los guardias, agachándose de tal manera que se marcara su trasero a través de la tela. No era muy sutil, pero no importaba, era un segundo de distracción, un chequeo rápido que les valdría un golpe en la nuca.

Sí, la respuesta era sí. Eran tan estúpidos como para caer una, dos, las que fuesen, veces en la misma. Un culo es un culo, y es algo a lo que es complicado abstraerse, salvo que seas un lama especialmente entrenado mediante años de meditación transcendental y tal.

De modo que... sí, era previsible que, al menos, les diese esa oportunidad; el guardia, sería de esperar que se fijase en ella, por el tema una anomalía en el callejón, un objetivo a vigilar... y claro, ya si hace algo que "fije especialmente" su atención... pues nada.

Cuando estuvieron seguros de ue el guardia tenía "el radar fijo" en Naomi, aprovecharon las sombras para acercarse; en cuanto estuviese el guripa "centrado totalmente" en el culo... sería el momento de dar las últimas zancadas.

Se daba cuenta de que estaba muy solo en la vida cuando también prestó atención al trasero de la maga. Pero no lo hacía con erotismo fingido sino más bien una malsana curiosidad de preguntarse si el cuerpo de la mujer también estaría imbuido en magia, como si un pedo suyo tuviera propiedades especiales.

Esperó a que el guardia quedara prendido (o hechizado) por Naomi para acercarse por detrás con el arma en la mano, sacándola lentamente con tal de no hacer ruido. Con cuidado alzó la mano y… ¡Zas! Intentó darle un fuerte golpe por detrás para dejarle K.O.

El golpe sonó seco, iba dirigido a la cabeza, pero el tipo parece que percibió en el último momento a Aaron y pudo esquivarlo ligeramente, haciendo que le diera en la nuca. Dolorido se giró y trató de golpearlo con un fuerte derechazo. Quizá porque lo había dejado ligeramente desorientado fue sencillo para el ex detective esquivarlo dando un paso hacia atrás.

— Maldito capullo. Las has cagado chaval. —

Parecía que no había visto a Stephan todavía y centraba toda su atención en Kaminsky crujiendo sus puños y preparándose para seguir la pelea.

Se acercó aprovechando los ángulos muertos que provocaron el ataque de Aaron, y cuando el tipo hubo lanzado su, infructuoso, contrataque, él encontró el momento perfecto para intentarlo...

Se abalanzó contra él, lanzando su puño...

... pero encontró aire en lugar de la cabeza del vigilante...

Todo funcionó mejor de lo que pensaba y no estaba segura si era gracias a su figura o la naturaleza del ojo masculino de captar esas cosas casi por instinto. Como sea, uno cayó al suelo derribado por Kaminsky, pero el otro no parecía querer cooperar, evitando el golpe del licántropo.

La maga se adelantó todo lo rápido que pudo, queriendo evitar que ese tipo diera la voz de alarma. Quizás no pueda golpear tan fuerte como sus compañeros, pero no se iba a quedar de brazos cruzados mientras ellos arriesgan el pellejo.

- ¿¡Quieres hacer el favor de desamayarte!? - Pidió después de ver que no caía K.O., pensando que tenía una de las cabezas más duras con las que se había encontrado.

Se apartó un poco para dejar mover al resto de sus compañeros pero parecía que aquél guarda de seguridad tenía una especie de don no solo para resistir, sino también para esquivar. Joder. Tomando la porra volvió a probarlo, queriendo terminar de una vez por todas con esa incómoda escena... o no.

El matón no tardó en darse cuenta de la estratagema... Aprovechó unos segundos para ver a los tres tipos y en cuanto vió que Naomi se le acercaba para golpearle lo entendió todo.

— Ja, maldita zorra. Os vais a ir calientes los tres guapitos. —

El tipo lanzó una patada en la boca del estómago de la mujer, tratando de dejarla lo suficientemente dolorida para que pudiera encargarse de Aaron y Stephen después sin que estuviera ella por en medio.

El tipo ese.... iba a por el más débil del grupo. Mala idea; no hizo sino despertar el instinto de manada de Stephen.

Lanzó un golpe hacia la cabreza del vigilante, intentando, esta vez sí, evitar las fintas y alcanzar su objetivo.

El golpe de Stephen resonó en aquel lugar. Era como si una tubería hubiera golpeado una pared. El tipo trató de levantar las manos, pero para cuando quiso cubrirse sus ojos se pusieron en blanco y cayó al suelo inconsciente. Pudieron comprobar que no estaba muerto*, pero sin duda tardaría unas cuantas horas en poder despertarse y al hacerlo el dolor de cabeza sería monumental.

Desde allí no tardaron en abrir la puerta y entrar en el lugar. Aquella puerta daba a un pasillo estrecho y de paredes blancas que parecía llevar a las cocinas y a un almacén en donde guardaban comida en lata, botellas y demás. Las luces de las cocinas estaban apagadas y no había signos de que hubieran sido usadas recientemente. Una tenue luz brillaba por el ojo de buey de las puertas abatibles que daban al salón principal. No se escuchaba demasiado jaleo tampoco al otro lado.

**No os costó demasiado ver que en la propia cocina había una puerta estrecha con un cartel que rezaba <<Salón sótano>>. Una comprobación manual desveló que estaba cerrada con llave.