Partida Rol por web

Venria seguía acobardada en su trinchera... solo estaba trabajando a media potencia y se encontraba desorientada, por ello siguió disparando al objetivo más grande que veía y que podría herir... encaró su arma con la inestimable ayuda de Sanaia y abrió fuego nuevamente con su bolter pesado... - joder joder joder - mascullaba asustada

- "¡No pasarán!" -

Apunto y disparo con el láser largo contra la primera horda de mutantes. Creo que el disparo ha atravesado limpiamente a esa multitude inhumanos, pero estaré más seguro cuando les vea caer...

Ese maldito tanque nos iba a destrozar a todos. Debería haber guardado las cargas para este momento.

Mientras pensaba esto, no podía pensar en los detonadores de la presa. Si no paraban ese tanque, tendría que detonar la presa con todos los que estaban encima. Era una lástima, pero esta misión estaba abocada al fracaso desde su inicio.

Me asomé por la barricada y lancé unos disparos muy desviados. Mi cuerpo no dejaba de templar ligeramente, y sumando a eso que no era un tirador experto, pues no había más que decir.

Karras se dejó caer detrás de la cobertura, sujetando su brazo inerte para evitar que su esencia vital se escapase de él. - Reza conmigo, Markus - dijo a su herido camarada -, y que tu voz resuene por toda la presa. - con los dientes apretados, Karras susurró los salmos que Markus aullaba a plena voz.

Por el comunicador me llegaron nefastas noticias. Karras estaba herido de gravedad. Pensé en hacer algo, y buscándolo con la mirada me incorporé para ver donde se encontraba. Mierda... Estaba al otro lado de la presa. Tendría que correr mucho para llegar ahí, y eso contando con que me estaban disparando, y me encontraba herido en el techo de aquel edificio. Vamos vamos, hay que hacerlo rápido. Murmuré mientras me encaminaba hacia la escalera y comenzaba a descender. Salí corriendo como pude hasta la siguiente planta. ¡¡Aguanta Karras!! ¡¡Ya voy!! Toqué sin mirar el equipo medico para cercionarme de que estaba aun en su sitio. Lo necesitaré, eso seguro. Me costaría un rato llegar hasta ahí, pero lo intentaría, fuera como fuese.

- "¡Hoy es un buen día para servir al Imperio!

En palabras del Comandante Solar Macharius: ¿Cuál es el arma más poderosa de la Humanidad? ¿Los dioses-máquina del Adeptus Mechanicus? ¡No! ¿Los Capítulos Astartes? ¡No! ¿Los tanques? ¿Los rifles láser? ¿Sus puños? ¡Ninguno de ellos! ¡El coraje, sólo el coraje está por encima de todo!" -

Sólo Venria logró causar bajas señalables sobre el enemigo, el cual se empezaba a atrincherar ante la imposibilidad de cruzar el puente en llamas. Era obvio que pese a la gran potencia de fuego y recursos del enemigo no había un plan muy elaborado, puede que ni siquiera hubiera un plan, quizá no se esperaban que el 101º llegara a la presa tras la emboscada. El mortero aliado no abrió fuego esta vez pero sí lo hizo el cañón láser que abrió una brecha junto a la torreta del blindado.

El tanque enemigo encañonó el edificio central de la presa, donde Nihilus y Flavion permanecían, aquel siniestro tubo vomitó fuego y un enorme proyectil explosivo convirtió en gravilla la fachada del edificio. El sargento Nihilus salió volando por la fuerza de la explosión y cuando cayó al suelo siguió rodando unos metros más, causándose severas contusiones; finalmente quedó tendido en el suelo ¿estaba muerto? El médico tuvo, en teoría, más suerte, al estar dentro del edificio evitó la mayor parte del impacto, aunque si no salía deprisa de allí todo el edificio se le echaría encima.

El valikiria terminó de situarse y lanzó una pasada con sus autocañones desde la retaguardia del blindado, individualmente cada uno de esos proyectiles no hacía mucho, pero la suma de impactos acabo por convertir el culo del tanque en un colador que acabó por explotar cuando su depósito de municiones se incendió, una explosión considerable (aunque no tan espectacular como la que ellos habían provocado en el primer asalto) que acabó con al vida de muchos herejes y mutantes. Entre el humo pudieron ver como otra sección enemiga emprendía al retirada mientras eran suprimidos por el fuego bolter del chimera que cruzaba la presa.

Sin embargo en la orilla oeste parecía que el combate se recrudecía, pero, por suerte, no había ninguna baja entre los defensores.

Me levanto y me recompongo lo mejor que puedo. Pese a la explosión, me las he apañado para no soltar el láser largo, y mi equipo está razonablemente en buen uso.

Camino hacia el Nordeste, intentando orientarme y aclarar mis sentidos.

Hablo por el comunicador:

- "Somos la 101º. Moriremos matando. ¡Fi-Rho! Prepare el disparador de los explosivos y comience a retroceder hacia la orilla Oeste." -

Estaba descendiendo a la siguiente planta cuando un atronador sonido engulló a todos los demás matices que sonaban en ese momento. Los disparos de pequeño calibre, los gritos, el ruido del comunicador... Todo desapareció junto a la pared que tenía a mis espaldas. Los cascotes volaron y golpearon en mi armadura corporal y la onda expansiva me proyectó contra una de las paredes del edificio justo en el momento que iba a cruzar el umbral de la puerta. El dolor fue enorme, y podría jurar que noté como varias costillas estallaban en trozos.

Caí al suelo tras es impacto, y dándome cuenta del peligro que suponía perder un par de valiosos segundos, intenté ponerme en pie. El dolor de la pierna y las costillas pudo conmigo y caí al suelo de nuevo, justo cuando la estructura fallaba y el edificio me caía encima. ¡¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOooooooooooooooooo_{oooooooooooooooooo}!!! Grité cuando las vigas y el techo se me vinieron encima. Me encogí en posición fetal y el polvo me rodeó como se de un manto muy peligroso se tratara. El sonido era atronador... Cuando todo paró, abrí los ojos entre toses y me di cuenta de la cruda realidad. Estaba vivo, pero atrapado entre los restos del edificio. Con gran esfuerzo eché mano a la radio e intenté contactar. ¿Alguien me oye? ¿Queda alguien ahí fuera? Era como hablar desde la ultratumba.

Karras observó como poco a poco su túnica clerical tomaba el color de los mártires. Se había derrumbado más que puesto a cubierto, y cualquiera que no prestase mucha atención lo confundiría con un saco de patatas. Sonrió a Markus con unos dientes sucios; el chaval se había dejado la voz aullando plegarias. Entonces Karras frunció el ceño ¿Desde cuando estaba el joven Markus herido? Con calculada delicadeza, dejó caer el rifle láser al suelo, y poco a poco echó mano de su lanzallamas. - Ven, Markus. Descansa un momento.

Vamos Sanaia, tenemos que coger el lanzamisiles.. es nuestra ultima carga - y dicho aquello empezó a recargarlo - realmente Venria no era muy consciente de como iba el combate, presenció la explosión del blindado y también el del edificio pero estaba muy acobardada como para quedarse con los detalles, ahora, tenía que recuperarse y seguir luchando como se esperaba de ella

Estaba escondido ante las ráfagas del tanque cuando escuché unos estruendos. El edificio en el que estaban algunos de los miembros supervivientes del 101 había sido derrumbado por el Leman Russ- Maldigo a los traidores y a todos sus compañeros -pensaba mientras me mantenía a cubierto.

En ese momento se escuchó los motores de una Valkyria y me asomé justo para ver como el Leman Russ era destruido por una ráfaga de las armas de esa maravilla voladora. Alcé el puño como haría cualquier soldado raso dejado llevar por las emociones mientras un chirrido binario salía del sistema de vox que tenía.

Todo era una desolación, los herejes entraban, los miembros del pelotón que estaban en la boca del puente estaban cayendo. Escuché la voz del sargento por el comunicador. Si hubiera sido más valiente la hubiera ignorado y hubiera ido a salvar a los héroes de la entrada a la presa. Si hubiera tenido un arma automática hubiera abierto fuego sin pensarlo para obligarlos a quedarse a cubierto y sacar de ahí a los otros.

Pero no era ni una cosa ni la otra.

Alcé la carabina, cambié la potencia a la mínima y efectué unos disparos. Dos disparos fueron derechos hacia la horda que se acercaba, pero no esperé a ver los daños causados, simplemente me desplacé hacia el otro lado, siguiendo las órdenes del Sargento- Recibido Sargento, tengo los detonadores a mano, pero con el tanque destruido no creo que nos haga falta -comentaba mientras me retiraba y mandaba una serie de códigos binarios para que 943 siguiera mi desplazamiento.

El ambiente se había relajado considerablemente y ello indicaba el inminente fin. Tras la explosión del tanque la noche se había vuelto silenciosa y sólo sonaban algunas descargas láser solitarias. Las llamas iluminaban la presa y el pantano y se reflejaban levemente sobre el chimera desconocido que cruzaba las aguas del pantano, alejándose más y más de la orilla este, ya sin disparar. Un momento de calma apenas perturbado por el crepitar de las llamas y el resonar de explosiones  a vuestras espaldas.

El enemigo había perdido mucho ímpetu y parte se había refugiado en los árboles desde donde disparaban a la presa, sin la determinación de antaño.

Atrapado entre los escombros intenté llamar a mis compañeros para que superan que estaba vivo. La noche, fresca y Silenciosa, ayudó a hacerme oír. ¡¿Hola?! ¡¿Me oye alguien?! ¡Sigo vivo aquí dentro! ¡Socorro! No sabía a ciencia cierta qué estaba pasando ahí fuera. Puede que el tanque los hubiera matado a todos y no quedara nadie para escuchar mis peticiones de auxilio, o puede que fueran ellos los que habían vencido. De todas formas probé tanto a grito pelado como por el comunicador, estaba dispuesto a obtener alguna ayuda, no iba a pasar el resto de mi existencia bajo aquellos escombros. ¡Compañeros! ¡¿No me oye nadie?! ¡Estoy viiiivooooo!

Rodilla en tierra para apuntar contra una horda de mutantes. Una cabeza reventada por disparo, o eso espero.

Venría saltó la cobertura y se cubrió para encararse con la otra orilla... luego cogió el lanzamisiles y se lo colocó en el hombro

Continué con mi retirada escalonada. Paré, disparé una semi-ráfaga y luego continué retrocediendo poco a poco. Creí ver movimiento en los que estaban en la parte frontal de la presa. Puede que no debiéramos retirarnos, pero eso no era decisión mía, la orden ya había sido dada.

Según retrocedía comenzaba a notar el calor del edificio en llamas, no era para tanto, hacía más calor en las Forjas del Mechanicum para poder fundir todos los metales necesarios, pero el problema era pensar que en su interior había o había habido soldados leales.

Los desesperados gritos de Flavion cayeron en saco roto, ni siquiera el sargento Nihilus, próximo a él hizo el más mínimo intento por rescatar al médico. Todos los esfuerzos parecían centrados en aniquilar al enemigo.

Firro y Nihilus eran quienes se enfrentaban a los enemigos, apoyados por sus camaradas. Cuatro hombres contra dos pelotones enemigos. Las bajas que causaban no parecían suficientes pues los mutantes habían logrado sortear el fuego y habían entrado en la presa. El chimera abrió fuego sobre ellos, aunque todos los impactos dieron en la presa, haciendo saltar cascotes a cada explosión.

Venria reorientó su arma en busca de los enemigos que vinieran del Oeste, pero no vio ninguno. Se veían destellos y explosiones, junto a algunos incendios y árboles derribados, pero nada definido a lo que poder disparar. Sí podía ver a los chicos de Tipo Duro gritándose unos a otros, sin entender demasiado de aquella jerga carcelaria que hablaban. El mortero lanzó un proyectil, pero no uno explosivo, sino una bengala que iluminara el bosque, sin lograr mucho más que iluminar las copas de los árboles.