Partida Rol por web

Al carajo!!!

-Me cago en la puta....- digo mientras retrocedo hasta quedar en el marco de la puerta, dudando si dispararle al cura, a Robert, al puto espejo, o directamente salir corriendo.

Mientras estoy dando vueltas por la habitación, oigo cómo Julián está a mi lado, para tranquilizarme pero...él, solo él, Satanás, Belcebú, Baal o con cualquier otro nombre con el que se le conoce, está haciendo acto de presencia. Lo noto
Cuando Robert empieza a hablar en esa extraña lengua, no puedo más que mirar hacia atrás, con los ojos bien abiertos y el pánico asomando a ellos, mientras veo esa figura retorcerse en el espejo.
Señalándole con el crucifijo en la mano
¡¡NO!! ¡no pasarás al otro lado, que el Señor me dé las fuerzas suficientes para expulsar a esta manifestación del mismísimo demonio! Luego, miro hacia atrás, a william
¡¡ROMPE EL MALDITO ESPEJO!!

Me giro hacia el espejo en cuanto escucho al padre Carras... Dios mio pero que... O señor protégenos y danos fuerza... Me santiguo y salgo a la carrera hacia el espejo tratando de romperlo de una patada o tirarlo al suelo o algo para que eso desaparezca...

El grito del cura y ver a Julian abalanzarse contra el espejo y tratar de romperlo hace que me decida sin detenerme a pensar nada mas.
Apunto al espejo y le disparo, mientras murmuro:
-Ahora falta que ese espejo de mierda sea indestructible....-

La sensación de poder desaparece para ser reemplazada por una de terror, de pánico, del más profundo de los horrores. Notas como tus manos se quedan rígidas, después los pies y la cintura. Te es muy difícil moverte, casi imposible si quisieras, pero es que no quieres. Todavía, aún sintiendo el terror insano, quieres seguir mirando a ese ser que te llama por tu nombre pronunciado en un idioma nunca antes escuchado en el mundo, en tu mundo.

La sensación de atracción da paso a una de terror, de pánico, del más profundo de los horrores. Notas como tus manos se quedan rígidas, después los pies y la cintura. Te es muy difícil moverte, casi imposible si quisieras, pero es que no quieres. Todavía, aún sintiendo el terror insano, quieres seguir mirando a ese ser que te llama por tu nombre pronunciado en un idioma nunca antes escuchado en el mundo, en tu mundo.

La sensación de atracción da paso a una de terror, de pánico, del más profundo de los horrores. Notas como tus manos se quedan rígidas, después los pies y la cintura. Te es muy difícil moverte, casi imposible si quisieras, pero es que no quieres. Todavía, aún sintiendo el terror insano, quieres seguir mirando a ese ser que te llama por tu nombre pronunciado en un idioma nunca antes escuchado en el mundo, en tu mundo.

Poco a poco voy notando como mis manos y brazos comienzan a quedarse inmóviles, paralizados... [ITA]Que... que es esto, que me está pasando...[/ITA] los nervios y la presión pueden sobre mi... [ITA]Que me pasa... socorro no puedo moverme me... me estoy... SOCORROOOO !!!![/ITA]

Carras William y Kassius consiguen apartar la mirada del espejo, donde el informe amasijo de horrores ejecuta su danza macabra. Tras percibir el mal no pueden sino mirar a sus compañeros, para darse cuenta de que Philip, Julián y, sobre todo, Robert no han tenido tal suerte, y asisten espectantes a la representación demoníaca que le brindan.

Veis como sus extremidades comienzan a ponerse rígidas. Primero las manos, luego los pies y avanzando hacia dentro de su cuerpo. Sus expresiones alternan entre la admiración y el horror de la locura continuamente.

Julián se lanza al suelo y se queda tumbado con la cara pegada en la roca, tremendamente conmocionado, mientras que Philip y Robert continúan en su proceso. El padre Carras grita y William dispara.

El cristal del espejo se agrieta en círculos hacia fuera y finalmente rompe en cien mil pedazos que caen hacia el frente.

La imagen del ser se retuerce aún más y casi podéis escuchar un alarido que en realidad nunca sonó en la estancia, quizás sí en vuestras mentes.

Una vez pasado el peligro veis a Philip de rodillas en el suelo, al límite de sus posiblidades y con la cara tan pálida como si hubiera muerto y resucitado. Él ha tenido suerte, Robert no.

Vuestro compañero parapsicólgo, el que tenía más reparos en entrar en el castillo. Quien no había conseguido olvidar su experiencia anterior en la casa Brockford, ha quedado en frente del espejo, petrificado en una posición indigna. Paralizado por el terror y la magia de lo oculto. Un molde de sí mismo, una estatua más para la habitación que visteis antes. No podéis dejar de temblar ante el horror de la muerte sufrida por vuestro amigo.

Phillip trata de gritar pero su garganta no articula sonido. Lentamente, con la cara desencajada, vuelve las palmas de las manos hacia arriba mientras el revolver cae de sus manos. No es consciente de la petrificación de Robert, inmerso en su propia agonía.

¿Que me ocurre? mis manos, no puedo las mover. Diós, mi cuerpo no responde, que coño nos ha hecho el espejo.

Te sientes totalmente agarrotado. No puedes casi ni moverte. Sobre todo son las manos, los pies y las rodillas las que te dificultan el movimiento, y te duele cuando lo haces.

Te sientes totalmente agarrotado. No puedes casi ni moverte. Sobre todo son las manos, los pies y las rodillas las que te dificultan el movimiento, y te duele cuando lo haces.

Santigüandome varias veces, me acerco al cuerpo de Robert
Madre Santísima. Que el Señor nos proteja
Rodeando su cuerpo, le toco levemente el brazo, comprobando su rigidez. Luego miro es espejo dañado y otra vez a nuestro compañero, me acerco a él y pongo mi cara en su cuello, Lo siento, lo siento, si mi mente hubiera reaccionado antes quizás ninguno habría sufrido
Como por un resorte, recupero la posición y miro alrededor
¿qué tal estais todos?