Partida Rol por web

Ahora o nunca.

Con la escopeta apuntando al hombre Richard salió de su escondite. Se acercó al extraño al tiempo que le hablaba.

- ¡Quieto ahi saqueador de farmacias! Si no quieres que acabe con tu vida ahora mismo dime tu nombre y los nombres de tus padres. ¿Como te ganabas la vida? ¿Eres diestro o zurdo? ¿Por que has sobrevivido hasta ahora? ¿Cual es tu talla de zapato? ¿Donde te encontrabas cuando comenzó a propagarse el virus? ¿Donde naciste y cuando? ¿Que haces en este lugar y hacia donde te diriges?

Para cuando habia terminado la tanda de preguntas ya estaba a un par de metros del hombre, con el cañon de la escopeta mirando a su cabeza.

Salí tras Richard con mi vara metálica en la mano aunque era tontería teniendo él aquella escopeta como arma pero bueno, había que aparentar un poco ¿no? Además, confiaba con que podría encontrar.

Dejé que su aluvión de preguntas cayera sobre aquel tipo en cuestión y me mantuve tras mi compañero con tranquilidad y observándoles con curiosidad. La gatita en brazos del tipo miagó suave.

- Yo que tú contestaría las preguntas sin mas - le recomendé al hombre y sonreí un poco.

Antes de que Carl pudiera ver de dónde había provenido el ruido de motor ve salir a dos personas de una camioneta. El hombre se le acerca con un arma y va diciendo:

- ¡Quieto ahi saqueador de farmacias! Si no quieres que acabe con tu vida ahora mismo dime tu nombre y los nombres de tus padres. ¿Como te ganabas la vida? ¿Eres diestro o zurdo? ¿Por que has sobrevivido hasta ahora? ¿Cual es tu talla de zapato? ¿Donde te encontrabas cuando comenzó a propagarse el virus? ¿Donde naciste y cuando? ¿Que haces en este lugar y hacia donde te diriges?

Para cuando habia terminado la tanda de preguntas ya estaba a un par de metros del hombre, con el cañon de la escopeta mirando a su cabeza.

La chica, al lado suyo, lleva una vara larga en la mano, una especie de caño, pero parece menos ofensiva. Atina a decir:

- Yo que tú contestaría las preguntas sin mas - le recomendó al hombre y sonrió un poco.

"y que el primero que encuentre sea un loco"

-me llamo Carl y no soy ningun saqueador, y no pienso responder a esa sarta de estupideces, mas te vale bajar ya esa escopeta porque tambien estoy armado y no me gusta que me apunten-

segun habla mantiene en alto su pistola apuntando a la cabeza del hombre, se mantiene firme y esta claramente enfadado por ese acercamiento tan agresivo

Cuando vi que el otro hombre también estaba armado fue cuando supe que tenía que intervenir para que no se mataran el uno al otro.

- ¡Eh! - alcé las manos y avancé un poco a ellos, bajando mi vara metálica - Vamos, bajad las putas armas o alguno de los dos acabará realmente jodido. Y me ha sobrado mucho tiempo de estar rodeada de esta mierda para saber y poder decir que sobrevivir hasta ahora es todo un logro - les miro - Y ninguno de los dos quiere echarlo a perder por una gilipollez ¿no? - miro a Richard y luego al otro hombre al tiempo que me acerco mas - Dejad las putas armas y vamos a charlar como personas que han encontrado otras personas en este infierno.

-claro, estare encantado de hablar cuando este psicopata baje la escopeta, y respondiendo a una de sus preguntitas, yo era poli, se usar esta pistola como te puede confirmar ese- con un gesto señala a un lobo en el suelo a un par de metros de la mujer, muerto de un unico y certero disparo al corazon

-tambien se reconocer a alguien que tiene algo tocado en la cabeza, sea alcohol, drogas o haberse vuelto loco por estar demasiado tiempo solo. Ese tio esta mal y no pienso bajar mi arma primero- concluye sin mover su pistola un milimetro

Richard miró el lobo y una sonrisa se dibujó en su rostro.

- Oh, perdon, asesino de lobos. Yo acabo de matar a un leon y salvar la vida de esta mujer. Pero me gusta tu juicio carente de fundamento y basado en un episodio aislado. No obstante no has contestado a ninguna de las preguntas que he realizado.

Con desden bajó el arma y se encogio de hombros.

- El simple hecho de que yo vaya acompañado significa que otro ser humano confia en mi. Tu vas solo, dame una razon para confiar en ti que no se base en tu supuesta vida pasada como agente de la ley.

"ahora leones, ¿habran tests de drogas en la farmacia?"

Carl baja el arma aunque tampoco la suelta

-no tengo porque darte ninguna explicacion y me da igual si me crees o no, y la situacion actual de todo- hace un amplio gesto hacia la ciudad - es una explicacion de sobra razonable para que otro ser humano decida acompañarte aunque estes evidentemente desquiciado-

Ahora que no le encañonan mira un poco mejor a la mujer -al menos ella parece sensata- dice con una ligera inclinacion de cabeza hacia ella -ademas, yo no viajo solo-

Ben golpeó al ser varias veces, aprovechando el aturdimiento inicial. Después de 10 golpes con la silla, una y otra vez, la criatura se quedó con los ojos abiertos y sin señales de vida. Las patas habían provocado laceraciones en el pecho del ser, y ahora parecía que no seguía respirando.

Ben se secó las gotas de sudor.

El peligro parecía haber pasado, al menos de momento. Ahora podía dedicarse nuevamente a las estanterías.

Mi rostro se fijó rápidamente en lo que había pasado. O mejor dicho, en lo que estaba pasando. Fué rápidamente asimilada la situación por mí, a lo que después, actuar decidí. Miré hacia donde estaba el otro perro, y entonces, no pude evitar temblar.

- No...

Tan sólo a poco tiempo de haber encontrado a un compañero, a un compañero animal, un hermoso can, tendría que... A otro ejecutar. Al final, sería mi arma, aquella que nunca, hasta ahora usé de verdad, la que me ayudaría con tal tarea.

- Y...Yo iré...

Le dije a J, en un actuar decidido, sin embargo, me costó dar el primer paso. Tras haberlo dado, no pude evitarlo. Mis ojos empezaron a emanar lágrimas. Había empezado a llorar, al menos inicialmente. La sola idea de hacer esto me atormentaba. Sin embargo...

Sabía que tenía que hacerlo yo, y nadie más. No sólo era por proteger a J de hacerlo, sino porque no quería ver a nadie más matar a un can, no en frente mío. No si es que yo tuviese un arma para hacer algo en contra. Se trataba de simple uso de lógica, así como leer una historia en un libro y saber lo que pasará a través de sus páginas.

Sacando ya mi katana de su vaina, teniéndola hacia abajo y hacia el frente, me fuí acercando hasta el bar, poco a poco buscando entrar por la puerta. Le hice un gesto a N de que se quedara ahí, y suponía que J también lo haría. Yo mismo, L, sería quién ejecutara tal taréa.

Finalmente, crucé la puerta del Irish Pub, esperando el ataque del perro, y buscando predecirlo. Me encontraba listo. Tomé el arma con ambas manos lentamente, recordando los conceptos básicos del kendo, en pos de atacar al perro infectado para cuando fuese a atacarme.

No saldrían los dos de aquel bar. Sólo uno... Quedaría para volver a, de manera natural, respirar.

Salgo detrás de Lenore, decepcionado por llevarme tan corto botin del K mart.

- Genial... ahora tambien afecta a los animales. - murmuró con ironía Jota. Con paso seguro avanzó junto a N se agachó a su lado y le dió un par de palmaditas en el lomo para tranquilizarlo. - Reserva fuerzas chico ya nos harán falta.

- Deberiamos continuar no creo que podamos sacar mucho provecho a un bar con vigilancia en el interior. - Pero L ya se estaba adentrando en el bar.

Me puse muy contento al matar al bicho, no sólo había recuperado mi arma, además tenía mucha comida.

Verifiqué aquel lugar, estos sitios solían tener una única puerta, mi intención era convertir ese almacén en mi casa, al menos un lugar seguro donde poder dormir por las noches.

Lo primero era sacar al ser a la calle, a algún lugar alejado, tampoco quería tener delante un cuerpo en descomposición, luego volvería y vería la manera de usar mis habilidades para convertir ese almacén en una caja fuerte en la que solo pudiese entrar y salir yo.

Aunque tuviese que pasarme el resto del día, después de tener comida que era lo primero, un lugar seguro era lo segundo.

 Lo primordial era el agua. La comida podía esperar. ¿Y si allí había un infectado? No le gustaría enfrentarse a alguno con la espalda cargada. Eso sí, metio en su mochila las botellas, vacías, luego las llenaría. Pero si alguien llegaba también a esa casa, al menos no le quitaría el agua, que era lo primordial. Así, escopeta en mano, Adam empezó a registrar la casa, sin separarse de los puntos de luz. Si acaso veía una ventana cerrada, con cautela la abría. Eso sí, siempre con un oído al coche, por si acaso alguien le da por robarlo, romper los cristales para acceder a él o algo... no es que fuera un asesino, pero se trataba de supervivencia. Nadie le quitaría su billete hacia la seguridad.

 -y me acusa de hacer un juicio carente de fundamento un tio que directamente me apunta con una escopeta, me acusa de ser un saqueador y empieza a preguntar tonterias como si yo fuera un terrorista. Me parece que tengo fundamento de sobra para decir que tienes un problema psicológico-

Carl se fuerza a calmarse un poco

-no tiene sentido ponernos así cuando al fin encuentro a alguien vivo. ¿acaso te has cruzado con bandas de saqueadores y asesinos para justificar tu comportamiento?, si no es así tu actitud solo puede provenir de la histeria y seria mejor que te calmases y empezásemos de nuevo esta conversación-

como un reflejo Carl mira su reloj

-creo que tenemos tiempo para hablar con calma-