Partida Rol por web

Duna sigue intentando quitarse de encima a Bost pero no lo consigue, la tributo del Distrito 4 es más fuerte que la chiquilla con diferencia. Sin que lo vea venir siquiera su contrincante le da un cabezazo con todas las fuerzas que es capaz de reunir y la pequeña rubia cesa en sus esfuerzos y se queda inconsciente tras el impactante golpe. Por su parte Bost al ver que su oponente ha dejado de resistirse se lleva ambas una de las manos a la frente, dolorida.

El dolor de cabeza comienza a instalarse en su frente y en toda su cabeza, ha sido un cabezazo brutal.

Dejo a la chica insconciente en el suelo mientras me levanto. El golpe parece haberme aceptado más a mí que a ella, salvo que yo permanezco consciente. Con una mano, me aprieto a la frente en espera de que el dolor disminuya.

Mientras tanto, miro hacia Walter y el otro chico, para evaluar su pelea. Ojala entrara en razón..

Con pasos vacilantes, me acerco hasta ellos mientras intento atraer su atención.

-Tu amiga está insconciente, no puedes ganarnos a los dos. Date por vencido y huye, a menos que quieras que acabemos ahora mismo con tu vida.

Debemos darnos prisa en terminar con esto, alguien podría localizarnos por el ruido que hacemos, y no es el mejor momento para tener otra pelea.

Izan mira hacia Bost con furia y ante la mención de que su compañera está inconsciente su mirada se dirige rápidamente hacia ella abriendo los ojos como platos.
- ¡Maldita seas! - te grita deshaciéndose con fuerza de la presa en la que Walter le tenía apresado. Luego se levanta de un solo salto y echa a correr hacia Duna, que está tendida en el suelo con una herida en la pierna al descubierto manando algo de sangre, seguramente por el forcejeo. El muchacho rubio zarandea un poco a la niña y al ver que aún respira la coge en brazos y se decide a marcha lo más rápido que puede de allí dejando tras de ellos solamente una mochila con algunas cosas aplastadas en el suelo. La otra mochila seguía en la espalda de Duna.

-Eh.. Bueno, al menos no hemos salido heridos-. Tan sólo un buen dolor de cabeza..-. Porque no estás herido, ¿no? -. Echo un vistazo rápido para evaluar los posibles daños de Walter, pero como estaban luchando a puñetazos, no creo que estén muy heridos..

Hemos conseguido una de las mochilas, pero a pesar de encontrarnos donde estamos, no puedo evitar sentirme culpable por la chica. Si no muere ahora, morirá antes o después.. a menos que muramos todos los demás. Por eso mismo, no puedo permitirme sentir culpabilidad, por mucho que me cueste.

Para distraerme, voy a recoger la mochila, y miro lo que hay dentro. Desde luego, nos vendría bien algo de abrigo..

Al abrir la mochila que Izan ha dejado atrás con las prisas y la furia por haber tenido que presenciar cómo Bost dejaba fuera de juego a la pequeña Duna en pocos segundos te encuentras con varias cosas, algunas pueden seros muy útiles.

Una manta, un par de raciones de comida algo echadas a perder o aplastadas, una botella de 2 litros vacía, una caja de cerillas, otra pequeña caja con brea, un botiquín y una parrilla pequeña.
Tras sacarlo todo y mirar algunas cosas con más detenimiento que otras, vuelves a meter todo en la mochila verde pistacho.

Walter te mira, parece que sonríe ante tu pregunta y evidente preocupación.
- Apenas tendré algunos rasguños, ese grandullón no ha podido hacerme nada... gracias a Dios. - te responde mientras se afana en quitarse el polvo de la ropa tras haber estado rebozánbdose por el suelo cual croqueta junto a Izan.

Luego mira curioso todo lo que comienzas a sacar de la mochila nueva que os habéis agenciado y su sonrisa se amplía especialmente al ver el botiquín, ahora ya podéis llevar uno cada uno por si os tuvieseis que separar por algo.
- El botiquín deberías guardarlo bien, así tendremos uno cada uno. - te dice mirándote fijamente. Quizá su mirada indique que le apenaría tener que separarse de ti pero no lo puedes deducir con certeza.

Una vez que observa como vuelves a meter de momento todo de nuevo en la mochila se acerca al árbol en el que sigue clavada tu lanza y con un hilillo de voz, a causa de que al parecer aún su respiración va a mil por hora, te sugiere:
- Supongo que querrás llevarte esto antes de seguir nuestro camino... - dice señalándote la lanza clavada en el tronco; luego se queda mirando alrededor-: Aunque si te digo la verdad ya no sé hacia dónde tenemos que ir.

Bien, ahora tendremos una manta para cada uno... No me gustaría volver a pasar otra noche igual.

-Si quieres cuando paremos a descansar podríamos volver a repartir las cosas, ya que ahora tenemos más. Nos ha venido bien este encuentro... Aunque a ellos no, desde luego.

Me cuelgo la mochila a la espalda, lista para empezar la marcha. Me acerco a la lanza clavada que me señala Walter, y me preparo para hacer fuerza e intentar desclavarla.

-No sé si podré sacarla, la verdad es que está bien clavada. En cualquier caso, deberíamos ir al lago, como dijimos en un principio, y llenar las botellas que tenemos. Aunque habremos de tener más cuidado.

Coloco los pies separados para tener un apoyo firme, agarro con las dos manos la lanza y tiro hacia atrás con la fuerza de la que dispongo.

Walter se acerca a ti por la espalda para ayudarte a desclavar la rebelde lanza y con la fuerza de ambos apenas un mínimo movimiento hace que la lanza vuelva a tus manos con el consiguiente retroceso por la fuerza puesta en ello.
Parece irónico en realidad, tantos intentos por sacarla y ahora en menos de un segudo ya estaba fuera. El estrés de la pelea no ha parecido ser buena compañera en esa empresa.

El tributo del 4 sonríe satisfecho al ver que al fin has recuperado tu mejor arma y él aferra fuerte su lanza improvisada ojeándola por si se hubiera destrozado a causa del forcejeo con Izan, pero no parece haber sido así.
- Pronto anochecerá, deberemos buscar un buen lugar donde dormir... hoy tampoco llegaremos a ese lago. Lo han puesto demasiado lejos... - te dice tu compañero con notable tristeza al reconocer eso último. La sed comienza a ser un verdadero incordio.

-Tendremos que volver a subir a un árbol... Al menos esta noche dormiremos abrigados.

Me paso la mano por la cabeza, intentando pensar en algún otro plan para llevar a cabo, pero lo más seguro es dormir por encima del suelo. Sabiendo lo que busco, miro alrededor, esperando encontrar el árbol deseado.

Tanto Walter como tú malgastáis algunos minutos en tratar de buscar un árbol apto sobre el que dormir y pasar la noche pero en el lugar donde los tributos del Distrito 5 os abordaron no parece haber ninguno lo bastante grueso y de ramas fuertes. Tendréis que seguir buscando, quizá unos metros más adelante la flora cambie a mejor.

-No podemos pararnos en uno de estos árboles, no parecen muy seguros.. Más aún teniendo en cuenta lo cerca que podrían estar los demás. Creo que será mejor seguir buscando.

Espero la respuesta de Walter para avanzar y seguir buscando. No perdemos nada por buscar un poco más, aunque no encontremos lo que buscamos, ya que puede que nuestra supervivencia dependa de ello.

Tras media hora de caminata los árboles parecen ser algo diferentes a los que había donde tuvo lugar la pelea con Izan y Duna... pero seguían siendo algo complicados de trepar.
Estaba anocheciendo, a menos que los Vigilantes adelantasen las horas nocturnas... calculáis que en aproximadamente una hora se hará de noche... y a pesar de tener dos mantas no es muy apropiado ni seguro seguir caminando en noche cerrada.

- Creo que deberíamos ir buscando un lugar donde podamos dormir más o menos seguros, Bost. - te dice Walter ates de señalar al pequeño trozo de cielo que veis a través de las ramas-: Pronto anochecerá de nuevo.

-Tienes razón, no podemos seguir buscando-. No me hacía gracia tener que arriesgarnos para trepar a un árbol poco seguro, pero me gustaría aún menos dormir al ras.

Miro alrededor para localizar el árbol que parezca más seguro y me acerco para prepararme.

-¿Prefieres subir tú primero por si necesitas ayuda? -. Le digo jovialmente-. Aunque no me gustaría que te cayeses encima de mí.

- Creo que la señorita koala sabe trepar mucho mejor que yo... - ríe Walter divertido tras tu pregunta. Parece que va a decir algo más respecto a tu comentario de caerse sobre ti pero finalmente cierra la boca y asiente esperando a que te pongas en marcha para ayudarte a trepar al árbol que elijas. Sin embargo te ha parecido ver cómo su cara se sonrojaba ligeramente.

-Bien, pues.. allá voy-. Coloco las manos alrededor del tronco y me sujeto como puedo. Pongo un pie apoyado casi verticalmente en una posición cómoda y empiezo a trepar con cuidado. Poco a poco voy avanzando, hasta llegar a una altura considerable.

-Creo que aquí estaremos bien, al menos más protegidos que ahí abajo.

Permanezco quieta, esperando que Walter empiece a trepar para ver cómo se arregla.

Una vez que has conseguido encaramarte a un árbol y que das el visto bueno a tu compañero para que suba a dormir al mismo, este se esfuerza lo inimaginable y consigue subir a la primera con la ayuda de tus fuertes brazos ayudándole.

- Deberíamos pensar en repartirnos lo que ese rubiales nos ha dejado... antes de que se haga más de noche y no podamos ver nada... - te dice Walter acercándose a ti despacio, con cuidado por las ramas.- Si quieres hacer guardias para dormir no me importa hacer la primera.

-Tienes razón, deberíamos repartir lo que hay en la mochila.

Con cuidado, voy sacando los objetos que hay dentro, a los que ya había echado un vistazo antes.

-Lo mejor será repartir de la forma más equitativa posible, aunque la variedad es un poco grande-. Saco la manta con una gran sonrisa-. Si no te importa, esto me lo quedaré yo. Ya he experimentado el frío al aire libre, no me gustaría repetir la experiencia.

Lo siguiente que saco son las raciones de comida.

-No sé qué harían con esto, puede que se les cayese al agua de la Cornucopia. Igualmente, como hay dos, podemos repatirlo bien-. Le acerco una de las raciones y me guardo la otra en la mochila naranja.

-Bien, lo que queda es más complicado de repartir. Tenemos otra botella vacía, una caja de cerillas y otra con algo que parece aceite para quemar, un botiquín y una parrilla.

Me detengo unos segundos, pensando qué hacer.

-Como yo tengo el agua oxigenada y la pomada, propongo que te quedes tú el botiquín, yo me quedo la botella de agua... Y lo demás, lo dejo a tu elección.

Realmente espero que no nos separemos, pero en caso de separarnos, lo que lleve cada uno será decisivo. De ahí que el reparto sea tan importante.

Walter te sonríe y saca algo de su mochila enseñándotelo:
- Yo ya tengo un botiquín, quédate tú con ese. - te dice mientras vuelve a guardar el suyo junto con una de las raciones de comida y la caja de cerillas.

- Esa cajita metálica... también tengo una, así que para ti, Bost. - dice en referencia a la caja con brea. Luego señala lo último que queda por repartir-: Y en cuanto a la parrilla pequeña, me da igual si la quieres tú o yo, pero nos convendría cazar algún animal hasta que consigamos llegar al lago y beber agua pues con las cerillas, la brea y la parrilla podemos cocinar lo que sea de buena manera.

Dicho esto te ofrece tanto el botiquín como la caja con brea con una sonrisa en la que puedes notar los labios extremadamente secos del muchacho. Tú los tienes igual pero, a falta de espejo, deduces por la imagen de quien tienes delante, que ese es el aspecto que deben tener los tuyos.

Tomo los objetos que me da y los guardo con cuidado en la mochila. Una vez a salvo, me recuesto en el incómodo tronco, mientras miro al imaginario horizonte que tapan los otros árboles, pensativa.

-Espero que mañana alcancemos el lago... No sé cuántos días más podríamos durar así. Después tendríamos que localizar un sitio donde quedarnos.. Empiezo a dudar de que algo así exista. Este lugar parece especialmente fabricado para que ningún tributo pueda sentirse cómodo o a salvo-. Cierro los ojos para relajarme, el enfrentamiento con los otros chicos me había dejado una sensación de culpabilidad. ¿Realmente quiero llegar allí? Todos los demás deben estar como nosotros... Y puede que se les haya ocurrido la misma idea. Cuando lleguemos al lago, lo más probable es que nos encontremos con alguien... Y no sé lo que pasará entonces.