Partida Rol por web

Conforme avanza la noche y bajan las temperaturas, zarcillos de brumas empiezan a surgir del lago. Los únicos sonidos que quiebran el silencio son los vuestros al moveros, al comer... La fauna parece estar dormida y no sopla ni gota de brisa.
En un cielo estrellado y sin nubes la luna llena alcanza su cénit. Y los lobos aúllan.

¿Lobos?¡Si aquí no hay lobos!

Otro coro de aullidos muestra su desacuerdo, amén de su proximidad. Se están acercando.

Las brumas se espesan hasta el punto de que ya no se ven las aguas del lago. Pero sí que se translucen siluetas, sombras. Grandes sombras.

Mas aullidos. Mucho mas cerca.

¡Baja el arma, muchacha descarada! - resuena como un látigo la voz de una anciana que sabe cómo imponerse - ¿Es así cómo se comportan los invitados en casa de su huésped?

Una extraña sensación, ese raro cosquilleo familiar. Magia. Cerca.

Ziva baja el arma que ni siquiera os ha dado tiempo a ver cuándo desenfundaba a regañadientes mientras las sombras se acercan. Tres sombras.

Una racha de viento aclara las brumas y deja ver a tres mujeres, una de pelo blanco, otra de cabellos del color de las calabazas y una última con melena rojo salvaje. Cada una lleva una vara de madera tallada mas larga que su altura, entre el 1.60 de la mas anciana y el 1.75 de la mas joven.

Madre, no seas tan dura con la pobre niña - interviene la mujer del cabello del color de la calabaza, una mujer madura y de ademán amable, de ojos verdes como hojas de roble en primavera. Viste una túnica roja bajo una capa verde.

¡Brigid, no me contradigas! - exclama la voz de la anciana, sus ojos una sombra de gris verdoso chispeantes. Su acento es denso, marcadamente irlandés. Su túnica es negra, pero la capa es idéntica a la de las otras mujeres - ¡Esas no son formas!¿Es que ya no enseñan modales en ninguna parte?

Pero abuela - interviene la joven de melena roja, sus ojos grandes verdes como los bosques perennes. No tiene muchos mas de 20. Viste una túnica blanca y la misma capa verde que las otras dos - ¿Acaso no te preocuparías si en tierra extraña las bestias del lugar hicieran acto de presencia de forma repentina?

¿Desde cuándo me preocupo yo por bestia alguna, Evelyn, niña tonta? - refunfuña la anciana - Son ellas las que se preocupan de que yo me cruce en su camino.

Os ruego que perdonéis a mi madre - interrumpe la que responde al nombre de Brigid dirigiéndose a los jóvenes magos - Somos las Keegan, protectoras de estos parajes. ¿A quién tenemos el gusto de conocer?

Michael mira a las mujeres, frotándose los ojos, como si no se creyera que no las ha oido acercarse.

Buenas noches, señoras. Somos un grupo de viajeros que hemos venido aqui siguiendo un sueño. En el sueño se nos decía que debíamos estar en este lugar a esta hora para encontrarnos con tres... en mi caso lobas. Disculpen que nos presentemos aqui sin avisar.

¿Lobas? - pregunta divertida la anciana antes de dejar salir un aullido como los que han sonado antes para estallar en carcajadas

Las voces irrumpieron de golpe como si llevasen un rato hablando entre ellas, lo cual la dejó momentáneamente desconcertada. Además, ver que el encuentro y los sueños eran tan literales... era muy interesante. 

Cuando se sobrepone también del aullido, sonríe, contenta por comprobar que habían interpretado bien el camino para llegar hasta allí y dar con ellas. 

- Bien halladas, Keegan. En mi suelo, las estrellas me mostraron que llegaríamos al encuentro las cinco que son seis junto a una estrella esmeralda bajo la bendición de la luna llena. Mi nombre es Istyar. - Se detiene un momento antes de proseguir - Istyar Muina bani Saea bani Hermes. - finaliza con una leve inclinación a modo de saludo.

- Bienhallada, hermana en Concilio- responde cortés Brigid -. Mi madre Fianna Keegan, mi hija Evelyn Keegan y yo, Brigid Keegan, somos Brujas Verbena. Por favor, contadnos mas de esos sueños que os han traído aquí...

Que mierda de modales tengo

Perdón, mi nombre es Michael, el Jinete de las Olas, de los Cuentasueños.

Dice recordando de pronto que no se había presentado.

Aún me encontraba cn los vellos erizados por el instinto. Por fortuna parecía que habíamos encontrado a nuestras mujeres soñadas. Ahí se encontraban el resto presentando sus apenas extensos curriculums misticos con orgullo. Pensaba presentarme pero por suerte comenzaron a relatar sus sueños y me dio tiempo a pensar que hacer.

Mi Nombre es Leon -Dije finalmente cuando pude-Soy el Dispar en la Noche, es un placer conocerlas a todas.Como les han relatado hemos seguido las señales oníricas hasta este hermoso y apartado lugar, en busca deuna promesa de futuro y properidad.

Rachel se sorprendió de la aparición de las tres mujeres; dejó que sus compañeros comenzaran las explicaciones pues sus sueños habían sido más claros.

- Soy Rachel, del Coro Celestial - se presentó como los demás. En mi sueño somos las seis voces que desafían el Silencio, pero aparecía una nueva voz a que debía unirse a nuestro coro.

- Esa voz.... - reacciona Evelyn sobrecogida ante la intervención de Rachel Es ella... Son ellos...

Las dos mujeres mayores cruzan miradas imposibles de leer.
- Lo que tenga que ser, será - sentencia Fianna - Entiendo que habéis Despertado recientemente - enuncia mas que pregunta dirigiéndose a los extranjeros.

- ¿Se nota mucho? dice Rachel con una sonrisa

Cuando la Magia abandone el mundo, surgirán los Guardianes, los Ángeles de la Magia para recuperarla. - recita Brigid, casi ausente, los ojos casi en blanco - Asirá cada cual su Herramienta Sagrada, su Arma contra el Silencio de la Magia.

Nuestra familia ha sabido de esta profecía desde tiempos inmemoriales. - explica Fianna con tono grave - Siempre supimos que sería una de las nuestras la que portaría el Bastón Rúnico. Aisladas de los asuntos del Concilio como estamos, no supimos que los Despertares habían cesado. Simplemente creímos que nuestra pequeña Evelyn estaba tardando algo mas en florecer, nada raro... - se encoje de hombros - Pero ya Despierta logró extraer el poder del Bastón, y supimos lo que estaba sucediendo.