Notaba a Leo abrazarme pero yo estaba demasiado confundida y tenía miedo, por lo que únicamente podía llorar y llorar, sin decir absolutamente nada... No sabía si aquello podría llevarlo bien o iba a temer salir a la calle para el resto de mi vida por estar al lado de Leo... Necesitaba pensar en esto.
Al fin levanté la cabeza y le miré, con triste y aún miedo en el rostro, pero más tranquila, pasándome las mangas por los ojos para secar mis lágrimas, aunque aún con la respiración entrecortada.
- Tengo miedo Leo y no sé si quiero vivir así... yo... - Me levanté y agachándome después para darle un beso en la mejilla. - Creo que es mejor que yo también me vaya a la cama.
Leo bajo la mirada y asintio de forma triste pues presentia lo que hiba a suceder...
- Te acompañare a tu habitacion y me ire.. - Murmuro pues no queria agobiarte y habia entendido que querias estar sola, y por mucho que el no quisiera separarse de ti y menos ahora no podia obligarte... estaba tenso de nuevo, con aquello ojos de cachorro que romperian el alma a cualquiera.
Sentí con aquello de que me acompañara, pues con la mirada que tenía me sabía un poco mal decirle que no lo hiciera, por mucho que me aterrara permanecer a su lado y que aquello que había sucedido esa noche, el temer así por mi vida, se convirtiera en una monotonía.
No dije nada hasta que llegamos a la puerta de mi habitación y según abrí la puerta le miré, aunque sólo fuera para despedirle, con los ojos como pelotas de tenis despuñes de la llorera que me había metido abajo.
- Hasta mañana...
Tan sólo esperé una respuesta antes de entrar, sin acercarme a él demasiado.
El aun con la mirada baja y apoyando una mano en el marco de tu puerta te pregunto con todo el dolor del mundo - ¿Mañana quieres que te llame o venga...? ¿o prefieras que espere...? ¿O no verme nunca...? - Sabias que el habia cerrado el bar por unos dias y ahora mismo solo se sentia perdido, queria besarte abrazarte, protegerte, pero no queria que tu tuvieras miedo de el...
Cierta parte de mí quería que se largara y que no se volviera a acercar nunca a mí, pero la otra parte, no quería que se fuera a pesar de lo que había sucedido, pues me gustaba, se portaba bien conmigo y no quería verlo tan abatido como estaba ahora.
- No sé lo que se supone que tengo que hacer... pero estoy asustada...
Le miré unos segundos y terminé suspirando, porque aunque me parecía la peor idea del mundo, estaba a punto de hacer algo de lo que seguro que me iba a arrepentir.
- Quédate conmigo y abrázame fuerte... - Le cogí de las manos y tiré de él para que entrara en la habitación.
Esperaba que mereciera la pena lo mal que sabía que lo pasaría a partir de aquel momento.
No te hizo falta decirlo dos veces, cerro la puerta de un taconazo y te beso con un cariño impresionante mientras te cogia en brazos y te dejaba en la cama, al separarse posos su frente en la suya y te miro de forma tierna - Te preparare un baño, y algo calentito que comer, despues nos meteremos en esta cama y tras un masaje descansaras toda la noche mientras te abrazo ¿Te parece? - Pregunto esperando tu aprovacion para comenzar hacer todo lo que habia dicho que realmente sonaba de lo mas apetecible.
Si en algún momento me hubieran dicho que me iba a asustar tanto quizás hasta me hubiera reído, pero verte en aquella situación cuando aunque triste, tu vida jamás ha tenido algo parecido al peligro... era algo a lo que aún no me había hecho a la idea.
Cuando me recogió en brazos aún temblaba suavemente, pues estaba algo confusa y ni siquiera sabía si quería que aquello continuara así, pero lo que sí que tenía claro era que teniéndole a mi lado me iba a sentir más segura y también, que no soportaba ver la carilla con la que me había mirado antes.
Me gustaba demasiado para verle tan triste por nada y lo que me temía era peor pues casi juraría que me estaba enamorando de aquel chico que era de todo menos normal.
- Suena bien... Te lo agradecería mucho...
No, no quería que me dejara sola y sus brazos me reconfortaban demasiado como para pedirle que se fuera.
Leo te dejo sola el menor tiempo posible, preparo el baño caliente con espuma, y encendió la calefacción de toda la casa un rato, mientras te relajabas en el baño preparo un poco de sopa con pollo que dejo un rico olor por todos lados, al salir de la bañera tenia la cama lista y una bandeja sobre esta con dos bols de sopa que echaban humo, se acerco a ti y te dio un beso sentando te allí y fue al baño para coger crema o aceite para darte después el masaje y lo dejo en la mesilla.
La comida te sentó de pelicula, realmente consiguió reconfortarte por dentro con aquello y al terminar te tumbo boca abajo dejando tu cuerpo desnudo bajo el suyo, llenando te de crema y comenzando a masajear desde tu cuello hasta tus tobillos, pasando por todo tu cuerpo.
Sus tiernos mimos hicieron que poco a poco me tranquilizara y me sintiera bastante mejor, sobretodo porque veía que teniéndole cerca nada malo podría pasarme, pues por muchos peligro que hubiera él cuidaría de mí.
Realmente necesité todo aquello para saber que todo podía ir bien, que no quería separarme de él... era una delicia y casi demasiado bueno y guapo para ser verdad.
- Me estás dejando como nueva... - Dije ya de mejor humor y más tranquila estando allí tirada en la cama. - Es la primera vez que me hacen un masaje como este.
Ladeé la cabeza para intentar mirarle aunque estaba andando por mis pies y no le veía.
- Perdona por haberme puesto antes así... me he puesto muy nerviosa...
- Shhhhh... - Te hizo el sonido propio de mandar guardar silencio mientras te sonreia y guiñaba un ojo. Cuando termino de masajear cada rincon de tu cuerpo y quitarte toda la tension se tumbo a tu lado y te beso de forma dulce.
- No sientas nada... has reaccionado como lo haria cualquier ser humano... - Su mano acariciaba tu costado y tu hombro mientras la recorria con la mirada.
Me giré en cuanto dejó aquello del masaje y se tumbó ahí a mi lado para besarme de aquella manera tan dulce y me coloqué como él, delante suyo, agradeciendo ahora que se hubiera quedado conmigo.
Sonreí con sus palabras, pero lejos de ir a quedarme dormida, me pegué más a él dentro de mi desnudez y le besé seguramente con más intención de la que él me había besado a mí, pues verlo así a mi lado después de haber sentido de manera tan agradable sus manos por todo mi cuerpo me había hecho tener ganas de bastante más que de que habláramos.
Mi mano se movió hasta terminar bajo su camiseta y comencé a acariciar su vientre, de forma demasiado sugerente como para que le pasara desapercibida.
- Creo que ahora es cuando me tienes que hacer olvidarme de todo menos de ti... - Eso lo dije ya con un susurro, bajando mi mano a desabrochar el botón de sus pantalones.
La cara de sorpresa de Leo te hizo sonreir de forma inconsciente, pero no podia decir que no a algo asi, pues le llamabas demasiado como para negarse, y mientras tu quisieras a el le llegaba.
Dejo que fueras desnudandolo mientras sus manos volvian a masajear tu cuerpo, pero esta vez de forma mucho mas erotica, tocando tus pechos, tus pezones, bajando hacia tu trasero y sexo, que comenzo a tocar de una forma mas que placentera.
Lo de desnudarle no resultaba tan sencillo en aquella postura, pero sus caricias eran tan agradables que quería recibirlas todas, pues ahora había dejado de pensar en todas aquellas cosas que me ponían nerviosa y sólo quise centrarme en él, que siempre era bueno y agradable conmigo y además, me había ahorrado una caída casi segura bajándome de aquella noria.
- No sé por qué te sorprendes... - Dije cuando al fin lo tuve desnudo, mordiendo mi labio inferior al verle.
Me encantaba su cuerpo, pues era uno de esos que tranquilamente podían salir posando en una revista y pensar que era sólo mío me hacía sonreír porque sin duda no hubiera esperado que ambos pudiéramos acabar como resultó que habíamos acabado.
Me tumbé de nuevo a su lado, dejando que me acariciara mientras me besaba, abriendo mis piernas para que pudiera seguir tocándome recorriendo su cuerpo con aquella mano que podía mover, sin dejarme ninguna zona sin acariciar.
Aquella noche Leo te dio la sesion mas dulce a la vez que fuerte que habias tenido jamas, primero acaricio y lamio todo tu cuerpo, despues sobre ti se movio lenta pero profundamente, cuando tu ya habias tenido varios orgasmos y el llego al primero siguio, esta manera mas salvaje, te movio para ponerte de rodillas sobre la cama y poder tomarte desde atras con fuerza y pasion....
Tocasteis un par de posturas mas y finalmente varias horas despues terminasteis desnudos y dormidos sobre la cama.... Esta vez no soñaste nada, solo dormiste placidamente hasta el dia siguiente.
Las otras veces que había estado con Leo había sido apasionado, pero aquella noche, no tenía muy claro por qué me lo hizo pasar tan bien que hasta la garganta me dolía de gemir cuando al fin caímos rendidos en la cama. Me había encantado cada una de sus caricias, cada una de sus formas de darme placer y a mi vez, me había esforzado por devolverle todos y cada uno de los segundos placenteros que me había proporcionado...
Para cuando cerré los ojos entre sus brazos estaba cansadísima, pero cuando me desperté aquella sonrisa seguía puesta en mis labios, pues lo primero que vi fue a él.
No quise despertarlo y primero fui al baño, para volver a la cama sin hacer ruido y morder sus labios suavemente, queriendo despertarlo de la manera más original que se me había ocurrido.
Cuando volviste a la cama el estaba sonriendo tanto como tu, y cuando comenzaste a mordele los labio abrio los ojos mirandote con una ceja enarcada y riendose, sus brazos te rodearon haciendoos rodar por la cama.
- Eres lo mas bonito que puede verse nada mas despertar... - Te susurro para ser el el que comenzara a morderte ahora a ti.
Me reí porque me agarró y me hizo dar vueltas sobre la cama, mientras me decía aquellas bonitas palabras y luego, intentaba sin mucho éxito que no me mordiera de aquella manera, aunque perdí la poca fuerza que tenía al reírme y fui una presa más que fácil.
- Si no me sueltas no podré hacerte el desayuno... que sé que te gusta el café recién hecho...
Eso lo averigüé quedándome en su casa y me apetecía darle unos pocos de los mimos que él me había dado a mí la noche anterior cuando verdaderamente los necesitaba.
Quizás si que pudiera soportar el tener miedo de vez en cuando si luego tenía aquellos ojos mirándome de la forma en que lo hacías y viendo su sonrisa, que era tremendamente encantadora.
- ¿Como decir que no a algo asi...? - Te pregunto volviendo a besarte y aflojando su abrazo muy despacio para que pudieras moverte - Aunque la verdad es que estar asi conntigo en la cama no me desagrada nada... mas bien me encanta... - Sus manos comenzaros acariciar tus costados de forma lenta, dulce... tu piel se ponia de gallina ante las sensaciones.
Me quedé unos instantes quita, dudando en si me apetecía verdaderamente eso de ir a hacer café o quedarme un rato sobre su cuerpo en la cama... y obviamente, el café podía esperar pues él estaba bastante mejor que cualquier cosa que pudiera tomar, por lo que al final, me tapé un poco con la sábana y me quedé sobre su cuerpo.
- Me has convencido, me quedo aquí contigo un rato...
Besé sus labios de nuevo, mientras pegaba mucho mi cuerpo al suyo para sentir el calor de su cuerpo.
En realidad me gustaba estar bien cerca suyo pues me hacía sentir bien y casi se me olvidaba todo que no fuera estar en su compañía.