Partida Rol por web

-¡CALLATE, MALDITO CHIFLADO! - le grita a la radio con los tendones del cuello tensos como cuerdas de arco. - ¡CALLATE! - un acceso de violenta tos le obliga a callarse.

-Dice que está en la luna rodeado de ángeles. Un lunático es lo que es, un lunático... - murmura ya más calmado.

Poco a poco el cansancio va haciendo mella en vuestra inquebrantable fe y el poder de Morfeo se apodera de los supervivientes que se refugian en el avión. Afuera el sonido de la lluvia bien podría pasar por una canción de cuna.

Cansado, sí, pero más a nivel anímico que físico, el viejo se acomoda cerca de la entrada del aparato lo mejor que puede, aunque no tanto como para quedarse dormido.

Por unos instantes, y de forma inconsciente, golpea rítmicamente el metal con su garrote. En cuanto se da cuenta de que puede molestar a los que intentan dormir, deja el trozo de madera a un lado y saca el cuchillo. Juguetea con él, moviéndolo de manera que la escasa luz arranque algunos destellos a su maltrecho filo.

De espaldas a los demás, cuando piensa que éstos ya están dormidos y no pueden verle, estalla en un silencioso y contenido llanto que le emborrona la visión de esos cansados ojos que tantas cosas han visto. O eso creía él, puesto que los sucesos de las últimas horas están desmontando su pragmática aunque agria visión del mundo.

Charlie... aviseme cuando no pueda mas... necesito descansar un poco dice Flora mientras se acurruca cerca del hombre despierto, por si este necesita su ayuda...

¿Su ayuda? piensa rapidamente Lo maximo que lograria seria retrasar algo al agresor...

-Claro, descanse tranquila.

Obligándose a guardar las apariencias cuando Irina se le une, suspira profundamente y se lava la cara con la excusa de recoger agua de lluvia para beber con ambas manos a modo cuenco.

El oído se acostumbra, terminado por ignorar el repiqueteo de las gotas, pero el follaje mecido por el viento mantiene alerta a Charlie, quien no descarta que, en cualquier momento, uno de esos arbustos eche a andar hacia ellos, convertido en una obscenidad antropomorfa.

En más de una ocasión, mira con una mezcla entre pena y ternura a la monja, arropándola bien cuando ésta se destapa al moverse.

-Quizá eso es lo que me ha faltado en la vida, alguien de quien preocuparme, una responsabilidad. - dice con voz pastosa. - O no. Es mejor no tener a nadie a quien defraudar. Mucha gente no entiende que, cuando la mala suerte se ceba con uno, da igual lo mucho que te esfuerces.

No queda muy claro si se lo dice a su compañera de guardia o a si mismo, porque no aparta la vista de la espesura cuando pronuncia su confesión. Queda claro que se trata de lo primero cuando sigue hablando.

-Es gracioso... - rie amargamente - Volvimos a nacer juntos, cuidamos los unos de los otros, moriremos juntos y, sin embargo, seguiremos siendo unos completos extraños. Casi mejor así. Cuando no aprecias las cosas, duele menos el perderlas, ¿verdad?

La primera guardia transcurre sin problemas mientras los demás duermen plácidamente. A mitad de noche la lluvia ha subido un escalafón provocando tanto ruido que si hubiera un ejército acampado a escasos metros del avión no os enteraríais.
Por fortuna para Charlie e Irina ahora a ellos les toca dormir mientras el trío calavera añora el querido café que hace tiempo que no consumen.

Sueño... casi pesadilla.

Estás en Italia, en algún momento del medievo. Los restos en llamas de una pequeña aldea se extienden a tu alrededor. Hay docenas de cadáveres esparcidos por sus embarrados caminos. Los inspeccionas con tu millar de ojos para comprobar que algunos han muerto hace poco tiempo. Otros han sido mutilados más allá de todo reconocimiento, para después ser recompuestos de maneras extrañas, sin orden ni concierto. Pero ahora se están descomponiendo.
Sin personas que atormentar ni con las que jugar, estás perdiendo energía. Este extraño reino, con su limitada geometría, te cansa si no puedes infligir dolor y causar miedo. Pero no deseas abandonar este lugar para siempre, pues las débiles y temerosas mentes de las simiescas criaturas que lo habitan son deliciosas más allá de toda medida. Debe de haber algún modo de dormir, y que más de ellos vengan a tí. Sí, lo harás, incluso aunque te haga algo vulnerable.

Doblas tus zarcillos, aplanas tus cerebros-velas, conviertes tus garras-lanzas. Te transformas en algo que las criaturas simiescas no pueden resistir. La nueva forma se asienta y te rindes a un fervoroso letargo.
Tú, Abholos, te has convertido en un libro.

Mientras la noche avanza entre el frío de la lluvia del exterior os volvéis hacía la posición de Irina Krilov quien parece estar teniendo una pesadilla. Por un momento la angustia se refleja en su rostro para luego mitigar aunque no desaparece.

Te despiertas sobresaltada mientras contemplas como los que estaban de guardia (Hermana Flora, Felix y Leroy) te estaban observando con cara de preocupación.

Irina se despierta sobresaltada y respirando profundamente mientras los que estaban de guardia la observaban con cara de preocupación.
Afuera la tormenta parece haber empeorado y se oye un trueno no muy lejano.