Partida Rol por web

La luz de la linterna desaparece sin llegar a alumbrar el final del largo pasillo donde os encuentráis. El túnel está escavado en la roca, y aparte de la fisura por la que escapó el hombre serpiente no hay otros lugares desde donde puedan aparecer nuevas de esas bestias.

Así que de momento, estáis a salvo de nuevas emboscadas. Lo que no desaparece es el olor a descomposición, que poco a poco,  va pegándose a vuestras gargantas con cada respiración sin que podáis despegaros de él.
 

-Espere un momento...- susurró Derek mientras cogía algunas piedras el suelo y las colocaba semejando una flecha (la verdad es que muy parecida no era, pero bueno...) señalando el túnerl por el que iban a seguie al resto mientras decía -Espero que Samid entienda que nos vamos por aquí. Y no es que tenga dos dedos de frente, señora, simplemente me interesa salir vivo de todo esto. De rodos modos le agradezco el cumplido.-

-Abra usted el paso sargento-dijo el teniente algo mareado- yo le seguiré. Altimore, mantengase despierto y en guardia-le dijo al soldado que lo seguía detrás.

Parece que las drogas y tóxinas que circulan por las venas del teniente están causando algún efecto, en su pequeño delirio da ordenes incluso al soldado Altimore que yace inconsciente en el camión junto al teniente McCarthy.

Justo cuando termina, a vuestra espalda aparecen caminando en completo silencio Claypole y la enfermera Kaplan.

En silencio, os acercáis hasta donde se encuentran los dos oficiales. Llegáis a escuchar claramente las últimas palabras de Speirs.  "yo le seguiré. Altimore, manténgase despierto y en guardia"

Parece que, aunque se resiste a admitirlo las toxinas y sedantes han causado cierto efecto en él, pues acaba de dar una orden al soldado Altimore, que en estos momentos yace inconsciente dentro del camión junto al teniente McCarthy.

El rastro de la sangre del hombre serpiente se pierde cerca de su posición, al introducirse en una fisura de la roca tan pequeña que es físicamente imposible que ninguno de vosotros pueda entrar.

De repente, percibís un olor que os resulta ligeramente familiar, un olor muy débil pero inconfundible para alguien que ha vivido en primera persona los horrores de la guerra, un olor que va pegándose a vuestras gargantas con cada respiración. Un olor a muerte y cuerpos descomponiéndose que os llega sin lugar a dudas desde la parte del túnel que os falta por explorar.

-Creo que estamos cerca de la madriguera.- dice Derek arrugando la nariz con eviednte asco.

Daisy se llevó la mano a la boca y se acercó silenciosamente al tunel

Siguiendo las órdenes de su superior Highway siguió alumbrando el pasillo por el que iban. De vez en cuando alumbraba al techo y a las paredes para que no les pillara desprevenido cualquier ataque de los hombres-serpiente.

Madeleine estaba tratando de sosegarse y recuperar la respiración cuando sintió a su lado a Samid. Lo miró con los ojos inundados de lágrimas, aquella situación se le estaba yendo de las manos... en realidad hacía tiempo que se le había ido completamente de las manos, pero es que el tema de los monstruos de los túneles y la terquedad de los soldados había terminado por crisparle los nervios.

- Van a morir todos... ¿no se da cuenta de la situación? debemos irnos... ahí abajo habita el demonio- dijo limpiándose las lágrimas con la manga del hábito.

Sí, y Samid morira con iellos.- Samid camina hacia el camión a recoger munición como le ha pedido Claypole. - Si no diescubrimos que piasa aquí, tiniente DiCaprio fusilar igualmiente por diesertores.

Iusted puede quiedarse si quiere.

Muerte.

El olor que te empalaga más y más con cada paso que das ya lo has respirado antes. Fue en una fosa común mal cubierta donde el hedor de los cuerpos en descomposición llegaba incluso a marear a los soldados con el estomago más resistente.

Avanzáis con toda la cautela posible, revisando cualquier recoveco, grieta o agujero por el que los hombres serpientes puedan volver a emboscaros. Pero si tienen planeado volver a hacerlo no será en este corredor. Sus paredes y sus techos están completamente libres de huecos.

Solo el sonido de vuestros propios pasos resuena alrededor vuestro, parece que nada ni nadie habita esta parte de los túneles. Lo que no os abandona es el olor a muerte, se hace más y más intenso con cada paso con el que os internáis en los laberintos.

De repente, después de una curva pronunciada a la derecha los techos se elevan, fácilmente hasta los seis o siete metros y entráis en una sala enorme llena de inmensas columnas del más puro mármol blanco, que sostienen la bóveda que conforma el techo.

Si Altimore hubiese bajado con vosotros os explicaría que esas columnas son Joricas y las dataría como de la época griega o incluso más antiguas, y estaría entre sorprendido e ilusionado por haber encontrado un templo de mayores dimensiones que el Partenón en mitad de Francia.

Vosotros lo único que comprobáis es que algunas columnas han caído recientemente, por el polvo que aún hay en suspensión en la sala podríais pensar que cayeron hace menos de un mes. También veis como cascotes de mármol que formaban las bóvedas se han desprendido en los lugares donde la columna que lo sustentaba ha caído, formando enormes bloques de escombros en el suelo.

Si antes os molestaba el olor, ahora es prácticamente insoportable. Dentro de ese templo deben estar descomponiendose cientos de cuerpos.

El rostro de Daisy se contrajo debido a las arcadas que la daban al reconocer el olor:el olor a muerte.Santo Dios... Aquí debe haber decenas de muertos...La mujer procuró mantenerse cerca de los soldados, sin moverse,las piernas la comenzaban a temblar pero respirando hondo (metaforicamente, una aspiración potente de aquel aire la habría dejado desmayada) y trató de continuar. Por allí hay un pasillo dijo señalando al corredor*) Y esto parece...los restos de alguna civilización romana...

"Perfecto. Un libro sobre serpientes gigantes bajo Francia que custodian el 'Templo delos Muertos' " pensó Derek mientras echaba un vistazo al túnel por el que acababan de salir, previendo alguna otra emboscada.

Madeleine observó al soldado recoger la munición para llevarla abajo, tal vez tuviera razón... pero la idea de tener que enfrentarse a aquellos monstruos era muy aterradora... entonces una oleada de aire fresco jugueteó con su cofia y miró a su alrededor... la persepectiva de quedarse sola tampoco la atraía y menos al recordar el aullido que hacía un rato habían escuchado. Dió un hondo suspiro.

- Espere Samid... le ayudaré a bajar munición para todos esos locos...- se puso a recoger munición para acompañar a Samid al interior del tunel tras santiguarse varias veces.

Once filas de cuatro columnas y dos con dos entradas. Estás seguro que es un templo muy antiguo y enorme, de los más grandes que se hayan construido nunca. Griego tal vez o incluso puede que sea mucho más antiguo.

Si este templo sige una distribución lógica el altar debe encontrarse en línea recta desde vuestra posición, justo en la pared opuesta, pero donde debería encontrarse solo hay un montón de escombros.

En el templo solo hay una nota discordante con tus conocimientos de historia y ocultismo. En las bases de las columnas que aún hay en pie han grabado símbolos druídicos. Y ni los griegos usaban esa simbología ni los druidas construían templos cerrados y bajo tierra pues preferían lugares abiertos.

-Este sitio es más antiguo de lo que parece.- dijo Derek mientras miraba alrededor -No sé a quién estará dedicado porque se ha derrumbado el altar, pero en la base de las columnas hay simbología druídica, mas o menos la misma que vimos en los grabados del árbol de la vida de las ruinas y la raíz que encontramos antes.-

Cuando llegáis al camión, Altimore sigue dormido. Nada parece perturbar su sueño. McCarthy está fumando, bajo la sobra de un frondoso árbol, se sorprende con la petición de más munición.

¿Ha ocurrido algo en el castillo? - Os pregunta nervioso.

Madeleine no sabía si debía contarle la verdad absoluta a aquel soldado, si lo hacía la tomaría por loca y sino se quedaría tan pancho en el camión... estuvo a punto de quedarse allí y olvidar todo aquel peliagudo asunto de volver a los túneles, pero aquello la conduciría a cometer el pecado del egoismo y su alma era muy valiosa, no había dedicado toda una vida al celibato para perder su inmortalidad de aquella manera...

- Teniente me temo que si que hay problemas en los túneles, estamos siendo atacados por fuego enemigo pero aún no hemos sido capaz de reducirlos, conocen muy bien los túneles y además no sabemos su número exacto... ¿Podría pedir refuerzos? El Teniente Speirs está herido y no se cuanto aguantaremos, nosotros hemos subido para llevar más munición. 

- Mantened los ojos abiertos...y la boca cerrada- gruño el sargento mientras miraba cada recoveco de la estancia.

Pese a que el olor era casi insoportable, la entereza y fuerza de voluntad del sargento hacía que no mostrase nada de lo que podía sentir. En cambio se le veía preocupado en lo que podía encontrar a cada paso que daba.