Partida Rol por web

A la derecha...ahora a la derecha— indicó con el ceño fruncido. No estaba muy segura de lo que pasaba y eso no la gustaba. Estaba acostumbrada a vivir con incertidumbre, era el pan de cada día del mundo entero pero por norma general la incertidumbre de los últimos tiempos era si la darían un puesto, si encontraría a alguien al volver a la casa familiar o si unos soldados se recuperaban o no de un coma. En ningún momento había imaginado que estaría en una cueva mientras temía que un macabro sacerdote con tentáculos se abalanzase sobre ella. El coma... ¿Como habían salido de allí los soldados y se habían desmayado? ¿Y porqué uno de los soldados no había despertado?

Sor Madeleine se había sentido muy aliviada cuando el resto de soldados bajaron hacia donde estaban con el soldado Samir. Pero aquel alivio se vio truncado cuando miró hacia adelante y se percató de que debían seguir hacia la oscuridad... se le antojó que aquello que tenían delante era un hormiguero gigante y que al fondo podría encontrarse algo peor que una hormiga, pero desechó aquellos temores infantiles.

- A la derecha pues...- dijo tras escuchar a la enfermera, ella no sabía por donde ir, pero confiaba en la americana lo suficiente como para dejarse guiar.

-¿Qué tipo de sonido es el que estamos siguiendo?- preguntó un curioso y asustado Derek desde su posición a retaguardia para agregar casi sin esperar respuesta -También es cierto que deberíamos estar haciendo marcas o levantando un plano de el sitio donde nos estamos metiendo para... no se... saber cómo salir.-

Seguís caminando por los angostos túneles en fila indía, con Highway abriendo la marcha y Claypole cerrando el grupo y cubriendo la retaguardia.

Del ruido que escuchó la enfermera, si es que alguna vez hubo alguno no habéis vuelto a tener noticias pero la sensación de ahogo y claustrofóbia es cada vez mayor.

En un momento dado el tunel gira a la izquierda y entráis en otra especie de sala un poco más grande y de techos bastante más altos donde la sensación de agobio disminuye, notando incluso algo de corriente de aire. En el techo hay  agujeros, algunos de gran tamaño, que debe ser por los que el aire se mueve.

De repente algo grande y pesado cae sobre el Teniente Speirs........

En el suelo cerca del teniente hay algo horrible que se retorcía, una repugnante cosa que hacía vacilar vuestras mentes a la oscilante luz de la antorcha. Esa cosa se parecía más a una serpiente gigante que a ninguna otra cosa en el universo, pero tenía piernas abotargadas y unos brazos raquíticos con manos ganchudas incapaces de arañar algo que no fuese el aire.

Se arrastraba sobre el vientre, retorciendo sus labios moteados para desnudar unos colmillos como agujas.

-¿Pero que coño....?- dijo Derek mientras se daba la vuelta tratando de apuntar a la cosa que se había abalanzado sobre el teniente.

Daisy pegó un salto tan alto que hubiese podido subirse a la cabeza de cualquiera de los soldados. Aquella visión era horrenda y...y.. era imposible. Una serpiente pero... ¡con patas! En aquel momento trató de reaccionar pero solo pudo quedarse paralizada unos segundos mientras el ser inyectaba su saliva sobre el teniente. Sin embargo, por alguna extraña razón, la enfermera consiguió mantener la sangre fría.

¡No dispare!—susurró— ¡Que ataquen con las bayonetas o el sonido traerá más!

La enfermera miraba hacia el techo y los agujeros, con expresión asuastada y con los músculos de las piernas tensos bajo las medias, dispuesta a correr si hacía falta.

A la monja se le pusieron los pelos como escarpias cuando vio a la enorme serpiente monstruosa acercarse a ellos a través del tunel. Aquello era obra del diablo, sin duda alguna...

- Sacre Bleau... ¿Que es eso? Dios misericordioso!!! Pero por el amor de Dios, matenlo con lo que más daño haga, si nos mata ese bicho nos va dar igual que esté solo o acompañado...

El teniente quedó sorprendido cuando aquella cosa se le lanzó, ni siquiera tuvo tiempo de gritar pues fue demasiado repentino. No podía entender que era aquello que desde luego no era una persona y no tuvo tiempo de sacar su arma para defenderse cuando cayó al suelo bajo el peso de la criatura mientras trataba de apartar los colmillos de su propio rostro forcejeando con la escamosa bestia. 

El sargento como iba a la cabeza no se dio cuenta de que ese ser reptiliano se lanzó contra el teniente. Pero el sargento, pese a haber sido sorprendido, actuó instintivamente. Sus largos años de entrenamiento , no solo eso, las terribles guerras en las que había luchado habían dado sus frutos. Girándose apuntó al engendro, mientras gritó:

- ¡¡Disparen, acabemos con este ser del averno!!

La bestía serpentiforme le lanzó una potente dentellada al teniente a la altura del muslo. Speirs intentó esquivarla, pero sorprendido, no pudo evitar que las mandíbulas de la criatura rodearan su pieran y se clavarán en ella. Inmediatamente notó como la zona donde los colmillos habían hendido su carne quemaba como el fuego y que ese fuego rápidamente se extendía por todo su cuerpo.

Mientras la enfermera miraba el techo por si otra de esas bestias descendía de allí, el resto de los soldados ya estaban preparados para disparar contra aquel ser.

¡Aaaagh!-gritó Speirs cuando notó los fríos y afilados colmillos de la criatura atravesar el pantalón y hundirse en la carne. Trató de retorcerse para alejarse de la criatura pero le resultaba imposible. Con dificultad desenvainó el sable que tenía a la cadera y trató de traspasar el cráneo de la pérfida monstruosidad.

Derek apoya una rodilla en tierra, que hay mucha gente cerca y no está interesado en herir a nadie, y dispara apuntando a la cabeza de esa cosa por dos veces, tratando de corregir la puntería entre cada disparo. Mientras tanto puede ver como el teniente ataca con su bayoneta mientras su cara de congestiona por el dolor y el resto de los soldados preparan sus armas para hacer fuego.

Highway no se lo pensó dos veces y disparó al reptiloide con su pistola. Tras disparar pensó en lo bien que les vendría una ametralladora de esas que acaban de sacar en el mercado y que hasta los gansters parece ser que tienen en sus arsenales.

Luego recordó que tenían dos bajas y eso le enfureció más que el hecho de no tener ametralladora. Si hubiesen sido cinco los soldados habría sido otra cosa.

Daisy pegó su cuerpo contra la pared, alejándose de los disparos y sin quitar los ojos de encima a aquel monstruo. Mas les valía alejarse de aquella cámara cuando le abatiesen... porque estaba segura de que cada agujero podía contener  miles de aquellos seres. Mientras tanto fue buscando en el botiquín algo con lo que poder hacer un torniquete rápido al soldado y salir rápidamente.

El argelino que parece haber reencontrado la valentía por algún sitio al ver como hieren a su oficial, apunta con su fusil reglamentario y dispara.

Cuando aquella pesadilla empezó Madeleine estaba tratando de ponerse en una discreta retaguardia, se tapó los oídos con las manos, paralizada por el terror y el miedo. Había permanecido gran parte de su vida enclaustrada en un convento, además de ser religiosa por vocación, aquello a parte de ser una locura era demasiado para ella. De buena gana saldría corriendo de allí, pero si lo hacía solo Dios sabía lo que podría encontrar. Lo único que le restaba hacer era rezar al Todopoderoso para que se apiadara de ellos y tratar de no estorbar.

La potencia de fuego que pueden desarrollar tres soldados americanos acompañados por un oficial es sencillamente devastadora, más aún a la escasa distancia a la que se encontraba el objetivo de sus disparos.

En menos de cinco segundos la pequeña sala se llenó de fogonazos, olor a pólvora y sobre todo un ruido ensordecedor que reverberaba por todos los túneles a cien pasos a la redonda. Si alguno tenía intención de pasar desapercibido, esa posibilidad acababa de esfumarse completamente.

Algunas balas rebotaban contra su fuerte coraza de escamas. Pero la mayoría conseguían penetrar su dura piel, dejando redondos agujeros de entrada por los que brotaban hilos de sangre verde. El teniente Speirs lanzó un fuerte sablazo contra la cabeza de la serpiente, que seccionó un ojo y parte de la mandíbula.

La bestia serpentiforme no tuvo ni siquiera la oportunidad de lanzar una segunda destellada ni contra el teniente ni contra nadie más del grupo, ya que inmediatamente después de la estocada cayó inconsciente al cuelo, sangrando profusamente por todas las heridas. Lo que esperaba fuese un agradable almuerzo se había convertido en un triste final para la famélica criatura.

S...s..si. ya sabemos que era lo que hacia los ruidos—murmuró la mujer asustada y conla mirada perdida. Unos segundos después pareció recuperar la consciencia y, sacudiendo la cabeza se agachó mientras se agachaba junto al teniente para tratar la herida. Con prestreza corto el pantalon a la altura de la herida con ayuda de un pequeño bisturí y la observó sin tocarla.La joven volvió a mirar de reojo a la criatura y finalmente murmuró Si...será mejor que lo haga por si acaso. "Eso" parece una serpiente... y no sabemos si tiene veneno. Lo drenaré.Trate de no gritar demasiado. Sargento Highway...¿Podría sujetarlo por sí acaso?