Partida Rol por web

El viejo Willheim parece rcuperar la compostura y tomar control de sus nervios finalmente, pero antes de que entreis en la casa os hace el alto con la mano.

-Debemos alejarnos de aqui lo antes posible. Sean quienes sean esos tipos, seguro que volverán. Tengo un amigo en el otro extremo de Beeskow que podrá esconderme durante unos meses, hasta que todo esto pase. Vosotros... deberíais marcharos del país. Tengo un mal presentimiento. Dejadme recoger unas cosas y marchemonos de aqui.

Willheim se mete en la casa  a toda prisa mientras Norman y Gabriel revisan el coche. La rueda delantera izquierda está destrozada y el radiador echo un colador, pero no parece que el motor esté estropeado. En pocos minutos, Gabriel monta la rueda de repuesto y Norman parchea el radiador para minimizar las fugas de agua y parece que el cacharro podrá aguantar hasta Berlín. Lo que pensarán en la agencia de alquiler de vehículos es otra cosa.

Cuando el vehículo se pone en marcha, emitiendo un sonido algo diferente al de antes, Willheim aparece de nuevo con una pequeña mochila y un pequeño bulto envuelto en un trapo bajo el brazo.

-Siento deciros que no tengo vehículo así que tendremos que ir a... ¿Pero ese coche todavía funcona?

Sin demorarse ni un segundo mas, Willheim sube al coche, sentandose en la parte de atrás.

-Creo que la dama es mejor que se siente de copiloto... es una idea - dice caballeroso mirando a Alison de reojo - y si... creo que debemos irnos ya! - luego, se sienta atras junto a Wilheim.

Todavia impresionada por lo rapido que han reparado el coche, me coloco junto a Gabriel en el asiento del copiloto. Mientras me pongo el cinturon esperando que salgamos, me dirijo a Willheim.

-No entiendo porque esos hombres han venido a su casa, pero estoy de acuerdo en que lo mejor que puede hacer es ocultarse por un tiempo. Espero que ese amigo suyo sea de confianza. Toda precaucion es poca con estos tipos, por cierto...gracias por echarnos una mano- volviendo la cara y mirandolo a los ojos, prosigo- Voy a pedirle un favor, no le hable a nadie de nosotros, me gustaria que tanto nuestra visita como las preguntas que le hicimos quedaran en secreto.- Dicho esto le sonrio y vuelvo la mirada hacia delante. -En marcha Gabriel, dejemos a este hombre a salvo y salgamos de Alemania cuanto antes.

Despues de hablar me quedo en silencio y fijo la vista en la carretera. Cuando Willheim este a salvo en casa de su amigo tendremos que buscar un vehiculo con el que continuar. El estado de nuestro auto no me preocupa, tenemos dinero suficiente para pagar lo que no cubra el seguro de la agencia. No sera problema alquilar otro coche que nos conduzca a Italia. Una vez alli, espero encontrar la valija que tantos problemas nos esta dando.

Mientras conducís por las cales de Beeskow, los escasos transeuntes que os ven pasar se quedan asombrados ante el ruido y el aspecto de vuestro flamante vehículo. Afortunadamente funciona, y siguiendo las indicaciones de Willheim llegais frente a la casa de su amigo.

-Aqui estaré seguro hasta que todo esto se calme- Dice mientras baja del coche. -No se como podría agradeceros lo que habeis hecho por mi. -Willheim llama al timbre e intercambia unas palabras en alemán con el telefonillo. La puerta se abre. -Lo unico que puedo hacer es entregaros esto. -Os entrega un pequeño objeto envuelto en capas y capas de tela. -Era de mi hermano, aunque no tiene nada que ver con la valija. Siempr eme ha dado mala espina pero quise guardarlo y ahora es vuestro. Quizás pueda seros útil o podais venderlo por algún buen precio. Gracias de nuevo, amigos. Hasta la vista. -Willheim desaparece tras la puerta.

Willheim parece convencido de que en casa de su amigo estara seguro. Por un momento miro al anciano y me alegro de que Gabriel decidiera dar la vuelta. Seguir al coche y regresar sobre nuestros pasos puede que le haya salvado la vida al aleman. Sonriendo, le deseo suerte y miro el fardo de tela que nos entrega, al ver que nadie se anima a cogerlo soy yo misma quien lo acepta dandole las gracias.

-Vamonos, en Beeskow ya no tenemos nada que hacer. Sin pensarlo dos veces subo al coche y espero a que todos hagan lo mismo, una vez todos dentro del auto desenvuelvo con cuidado lo que nos entrego Willheim y lo examino mostrandolo a los demas. -Alguien reconoce este objeto? sabeis que es?

Cuando Alison descubre el objeto oculto bajo la tela, veis que se trata de una elegante daga cuya empuñadura representa una cabeza de águila que tiene el símbolo de las "ss" grabado. Pero justo cuando os acercais para observarla con claridad, ésta emite un ligero brillo ténue y repentinamente la temperatura en el interior del coche parece descender una decena de grados. A pesar del extraño fenómeno, el termómetro del coche no marca ningún descenso y el fenómeno desaparece en unos segundos.

- Pero que demonios? Que rayos significa esto? Dice Norman al sentir el descenso de la temperatura tan brusco que se produce. - Rayos y centellas, la temperatura ha bajado cuando quitasteís la envoltura. Venga tapad esa cosa no vaya a ser que terminemos como un helado.  Curioso, en todos sus años como militar nunca había visto nada igual a esto. un arma blanca que provocase un efecto como este y para más remate de tan pequeño tamaño. - Ver para creer chicos. Así dice mi padre cuando se topa con algo semejante a esto.

Al sentir como la temperatura desciende varios grados, Gabriel instintivamente agarra con fuerza el volante del coche, hasta dejarse los nudillos blancos, mientras el frío recorre su espalda. Al poco afoja la tensión del volante y trata de relajarse sin perder de vista la carretera.

Algo inquieto, enciende la radio buscando noticias locales tratando de saber si comentan algo de su tiroteo, preocupado por el estado del coche, pues si se cruzan con cualquier patrulla seguramente les detendrían.

-Lucius, ayudame a encontrar una cadena con noticias, a ver si dicen algo de nuestro pequeño enfrentamiento con esos tipos.- Le dice al doctor.

-Allison, deberías de guardar eso, y pensar en deshacernos de este coche, somos carne de cañon para cualquier patrullero que nos encontremos, total, lo cogimos con datos falsos, que nos busquen los de la agencia.-

Con el arroko que la caracteriza, Alison guarda la extraña daga y vuestro vehículo se dirige de nuevo hacia la capital. El suceso ocurrido en la propiedad de Willheim parece no haber trascendido todavía a los medios de comunicación pues Lucius no lo localiza en ninguna emisora y eso os d auna pequeña tranquilidad.

Sin nada mas que hacer en Alemanis, es hora de que os dirijais hacia Roma.

Observa con pena cuando se despide del anciano caballero y luego, se queda atonito con el objeto y tras lo que ocurre con la temperatura dice - sorprendente fenomeno... tapalo tapalo no vaya a ocurrir una catastrofe... hay que irse ya - trata de buscar un dial... - pues solo hay musica y noticias generales... vamonos ya a la estacion de tren mas cercana para librarnos de este coche... de mal fario... y de ahi a Roma .... ya! os parece bien? odio los aviones, odio las alturas...

Lo que dice Lucius tiene sentido chicos. El que ande buscando lo que nosotros intentará por todos los medios no dejarnos mover o quitarnos del medio. Si ha esto agregamos lo nervioso que se pone Luc con los aviones y que allá arriba somos como patos en temporada de casa. Creo que lo mejor será tomar un tren. Primero que nada podremos mezclarnos en la multitud de la estación, segundo el tren no es tan malo. Y tercero, el pobre Luc no se pondrá nervioso. Agrega Norman dando una palmada cariñosa en el hombro de su amigo.

Además, las estaciones de tren no tiene tanto control para las armas. Me será mas fácil evadir un control y pasar este bebé. Piensa Norman tocando, o mejor dicho acariciando su preciado revólver.

Escucho la propuesta de Lucius y miro a Norman cuando afirma que viajar en tren es la mejor opcion. La mera idea de pensar que podemos ir en coche y acabar despeñados por voluntad de alguien mientras cruzamos los Alpes me produce escalofrios.

-Esta bien, viajaremos en tren. Supongo que tardaran dias en encontrar el coche en el fondo del lago, asi que por la policia no tenemos que preocuparnos. Espero haber despistado a nuestros perseguidores- al mirar a Phillip sonrio un poco mientras aparto un mechon de pelo de mi frente- Ocupate de conseguir los billetes de tren, por favor- luego desvio mi mirada hacia Norman- Tu llevas un arma, pero no olvidemos la daga, si ocurre algo extraño en el tren me da algo, creo que simulare estar embarazada y ocultare la daga entre la ropa, no creo que la policia me registre. Gabriel podria ser el abnegado padre que cuida de su futuro bebe. Es mejor que nos sentemos separados en el vagon.

El plan esta listo, Lucius ha tenido una buena idea al pensar en el tren. Si Phillip consigue comprar billetes separados nadie nos relacionara, por otro lado tenemos a Norman que se que se ocupara de la seguridad de todos. Estaria mas tranquila si la daga la llevara Gabriel, al fin y al cabo esta mas acostumbrado a los fenomenos extraños, pero ya habra tiempo de darsela para que la guarde cuando lleguemos a Roma...

-Bien, dejemos el coche, en las afueras y cojamos taxis diferentes para ir a la estación, además creo que esta vez jugamos con mas ventaja, si ese grupo de hombres no han hablado con Wilhem no saben que el siguiente paso es Roma.- Justo a la vez que hacía la observación, Gabriel miraba por los espejos, asegurándose de que nadie les estuviera siguiendo, de hecho realizó varias maniobras cambiando de carril, fijándose en si algún coche hacía algo sospechoso.

-Como ha dicho Norman, la seguridad en la estación de tren es bastante mas laxa, asi que no deberíamos preocuparnos a ese respecto.-

Despues de conducir un tiempo, Gabriel buscó una zona desierta para poder deshacerse del coche, tal y como había indicado Alison.

Después de dejar el coche estacionado en el fondo de un lago cercano a Berlín, os dirigís a la estación de tren con los disfraces listos y los billetes reservados. Como era de esperar, la seguridad en el tren es mucho mas relajada que en los aviones, y solo se realizan controles rutinarios al cruzar las fronteras de Austria y Suiza. En un par de dias llegáis a Roma sin ningún tipo de contratiempo.

Una vez en Roma seguís la misma mecánica de siempre: Ropas nuevas, hotel de lujo y preguntando por ahí, descubrís que el tal Carlo Lazzari que os nombró Willheim no solo es un anticuario famoso de Roma, sino que es el anticuario más famoso de toda Roma. Su enorme tienda está situada en el mismo centro de la ciudad.

Una vez en el hotel, me instalo comodamente. El tiempo en Roma es mas agradable que en Berlin y la gente parece incluso mas feliz. De nuevo me reuno con el resto del grupo para organizar la visita a la tienda de Lazzari.

-Bien chicos, estamos en Roma, miles de personas de todos lados visitan esta ciudad cada año. En este pais el arte convive con la gente, asi pues no creo que sea dificil pasar por un grupo de turistas interesados en comprar un souvenir - sonriendo  miro directamente a Gabriel- Estoy convencida de que te las ingeniaras para sacarle a ese anticuario lo que queremos saber, eres el unico del grupo que habla el idioma. La tactica sera la misma que en Berlin, elige a quien quieras para que te acompañe, los demas se quedaran en la calle observando. Estais de acuerdo?

Mientras saboreo uno de los mejores cafes que he tomado en mi vida, espero a que los demas opinen sobre el plan a seguir.

La daga en cuanto a su forma y ornamentación no tiene demasiado misterio. Es un objeto de calidad, y tanto el águila de su empuñadura como las SS grabadas parecen simples detalles para hacerla más exclusiva.

Por lo que sabes, los hombres que destacaban en sus tareas en el ejército nazi (de cualquier rango) eran obsequiados a veces con objetos de este tipo. Por lo tanto, es muy posible que esta daga pertenezca a una serie muy limitada y pueda alcanzar un gran valor en el mercado.

Por otra parte, el fenómeno del frio que vivisteis es algo que no puedes explicar.

Tras el largo viaje, Gabriel agradeció el poder llegar al hotel, asearse y descansar, notaba como se estaba haciendo viejo y su cuerpo le reclamaba cada vez mas descanso. Además el estrés del tiroteo en Alemania le había dejado bastante inquieto, ignoraban la identidad de sus agresores, pero ellos parecían ir tras sus pasos constantemente.

Cuando llega la hora de la reunión Gabriel llega con gesto cansado, consigue algo de beber, y toma asiento junto a Allison. Cuando ésta termina de exponer sus ideas, el exsacerdote se acaricia la cabeza, pensando.

-Es buena idea, pero además tenemos la baza de la daga, podríamos jugar con ella, como que nos interesa venderla, si este anticuario es tan famoso, quizás no sea ni él mismo el dependiente de la tienda, si no que atenderá negocios mas "lucrativos" por decirlo de alguna manera. Por cierto Allison ¿La traes contigo?- Al comentar lo de la daga, se acordó del extraño suceso ocurrido en el coche.

Eso es chicos, mantened vuestras mentes serenas. Si algo puede hacerle daño a alguien es estar preocupado o paranoico. De todas maneras pienso que lo hicisteís muy bien en el tiroteo. Otros en su lugar hubieran salido corriendo al primer disparo. Ahora descansad un poco. Piensa Norman mientras mira a su grupo desde un sillón próximo a la ventana.

Sin embargo su mente no está tranquila. El último enfrentamiento le ha dejado en claro que quienes andan detrás de su grupo no dudarán en asesinar a cada uno de ellos. También lo pone un poco tenso el andar si poder de fuego suficiente para enfrentarse a lo que venga. No estaría mal tratar de encontrar alguien que le venda un par de pistolas y una que otra arma larga. Y esto ha dado en el clavo. Recordando su pasado decide poner sus contactos en movimiento y conseguir lo deseado.

Se levanta del sillón y pasando junto a Allison le dice muy bajito al oído. - Necesito llamar a unos viejos amigos para que me traigan algo que vamos a necesitar. De todas formas también quería que supieras que te comportaste muy bien en el último jaleo. Le dirige una sincera sonrisa y se marcha.

Diablos, el tiempo pasa a veces tan rápido que no tengo tiempo para nada. No me había dado cuenta siquiera de lo hermosa que se ha vuelto con los años. Vamos Norman, pareces un viejo verde. ja ja ja. Piensa mientras cierra la puerta tras de sí.

Sigo con la mirada a Norman hasta que cierra la puerta. Tras ello me centro en la conversacion y miro a Gabriel.

-No he soltado la daga desde que nos la entrego Willheim- estirando el brazo alcanzo mi bolso y saco el arma quitando los trapos que la envuelven mientras la observo- Guardala tu, siempre he pensado que deberias guardarla tu, Gabriel. Pero ten en cuenta una cosa, esta daga lleva el simbolo de la SS grabado, si este anticuario es tan famoso tendra contactos, puede incluso que haya oido hablar de ella. Esta daga nos podria delatar y no seria dificil para la gente que nos sigue dar con nuestro paradero. Ahora haz lo que creas correcto, yo estare de acuerdo contigo, decidas guardarla o decidas venderla, pero ten cuidado- Sin decir nada mas se la entrego para que la guarde, confio en Gabriel y se que ademas de ser inteligente es experto en ocultismo. Si vende la daga que oculta siempre sera un misterio para nosotros, si la conserva...quien sabe lo que puede pasar.