Partida Rol por web

Los mil y un hallazgos.

Cap. 1. La tierra de los Afar

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23/08/2009, 12:52
Director

-Los artefactos de Salomón fueron esparcidos por todos los rincones del mundo. Encierran inteligencias poderosas: genios, ángeles, réprobos solemnes. Laten como corazones acerados bajo la materia aún informe del mundo –les está explicando Gerasa, el rabdomante admirador de Yaser el Histrión. Señala con rigidez un tapiz que preside la estancia y prosigue: -Mucho se habla sobre el descuido de Salomón y el desliz de la Reina de Saba. ¿Sabéis en qué consistía esa máquina-puzzle que Makeda resolvió? Yo os lo diré: con la forma de dos triángulos en oposición y superpuestos1 apresaba la esencia misma del Demiurgo, la divinidad que por compasión conformó la materia tomando como modelo el mundo eidético.

Una mujer entra en el estudio, porta una jofaina. Sus pies chapotean en el caudal de luz que irrumpe por la ventana, a través de la cual se adivina el resplandor de la ciudad de cal y añil. Este promete ser un día caluroso. Gerasa se vuelve hacia la recién llegada y procede a realizar sus abluciones matutinas. Una vez más, los aventureros tienen la sensación de que algo no encaja en aquella estancia discreta, y que no puede tratarse sino aquel individuo: sus facciones son hieráticas, o es que habla sin mover la boca, o que presenta el aspecto de alguien que lleva un traje de hombre algunas tallas por debajo de la precisa. Al finalizar, se dirige de nuevo a ellos:

-Sólo una mujer avezada como Makeda podía resolver el puzzle. Ellas tienen algo… ¿Cómo lo diría? Una suerte de frustración continua, un perpetuo desencanto, un reconcomio infinito que les impide limitarse a estar… Sea como sea, por medio de su acción, el Demiurgo alumbró la conciencia de que el mundo, tal como lo había modelado, era imperfecto, la compasión se convirtió en exasperado detallismo. Y lo desconfiguró y lo volvió a configurar según su deseo, pero fue más el deseo, y estalló en mil y un pedazos antes de completar la revisión de su obra. Es por eso que en los confines del mundo no hay “nada” hasta que alguien los holle.

De este modo, todos somos el demiurgo, unos más que otros. Los zahoríes somos el demiurgo, y Sésamo lo es más que nosotros. Y esto se entiende por la máxima de que: “Nada puede sernos mostrado que no conozcamos de antemano”. Los zahoríes, como todos los demás mortales, hemos olvidado lo que sabíamos; tan sólo Sésamo no lo ha hecho. Los de LaMaraña, por su parte, inventan en sus mazmorras del norte –comenta con un gesto desdeñoso.

Gerasa se desplaza como un tentetieso a pasitos cortos, encorsetado, hasta un anaquel y recoge una daga ceremonial, indicándole a la joven:

-Sherezaad, avisa al filósofo.

Sherezaad obedece y abre la puerta lo justo para asomarse y llamar a alguien:

-Hiel de Bet-el, comparece.

Ha transcurrido una semana desde el episodio en la kasba y Zadakiel, Darehl y Gazel están restablecidos por completo. Yaser había tenido que conformarse con la cabeza del fabulador y había pagado su salario a Maalik, quien a su vez había recomendado al beduino como un varón de viva inteligencia. Gazel, sin nada mejor que hacer en Gundar por ahora, y con la aquiescencia de los dos mercenarios, había accedido a acompañarlos a las casas del cartógrafo, en uno de cuyas estancias se encontraban ahora, departiendo con aquel misterioso hechicero.

Notas de juego

Notas:

1. El sello de Salomón.

LAS CASAS DEL CARTÓGRAFO:

EL ZAHORÍ GERASA:

LA PUPILA SHAREZAAD:

TAPIZ: SALOMÓN RECIBE A LA REINA DE SABA:

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23/08/2009, 13:09
Director

Anania, en tanto que se ocupa de unos asuntos urgentes, ha destinado a Hiel de Bet-el a las órdenes del zahorí Gerasa. Hiel sabe que Gerasa tiene el sobrenombre de “el cangrejo ermitaño”, pero nadie le ha explicado el porqué y tampoco lo ha tratado demasiado. En esto está pensando cuando una pupila lo reclama, asomada a la puerta del estudio frente al cual aguarda.

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23/08/2009, 14:29
Zadakiel

Las ropas del nephilim volvían a estar limpias y elegantes, confeccionadas en sedas orientales de bellos colores.

Un tocado cornudo adornaba su cabeza, que combinado con sus ojos grises y su semblante cruel le daba la apariencia de un demonio alto, bello y atrayente.

-Quiero hablar con Yaser-

Al parecer no había prestado atención a nada más, y sujetaba con sus manos anilladas el pomo de un jian, de la parte superior del pomo colgaba una cadena, y encadenado a esta había un anillo de oro, en el cual se encontraba engarzado un zafiro que brillaba con un curioso resplandor propio.

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24/08/2009, 15:57
Hiel de Bet-el

Realmente curioso, justo cuando pienso en él soy llamado a su presencia... 

Interrumpo mis pensamientos cuando la discípula me anuncia que he sido llamado a la presencia del zahorí. Sin hacer esperar pero a la vez sin decir palabra y con extremada tranquilidad, me levanto y me dirijo hacia la estancia.

Cuando entro, contemplo con curiosidad a los presentes ocultando mi gesto en la capucha a juego con mi negra túnica. Tan solo una de mis manos stá a la vista mientras jugueteo distraidamente acariciando mi medallón.

Ignorando a todos, me acerco hasta Gerasa y hago una leve inclinación de cabeza.

- He sido convocado. ¿Qué es lo que queréis?

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24/08/2009, 20:15
Gazel

Gerasa obtuvo rápidamente la atención de Gazel con su relato, pues esos singulares artefactos le habían producido un vivo interés. Mientras escuchaba, guardando silencio, el enjuto beduino permanecía de pie de brazos cruzados, con gesto serio y el ceño fruncido. Vestido con nuevos ropajes, se encontraba suspicaz y atento, al tiempo que dirigia su mirada hacia quien les hablaba. Aunque se mostraba aparentemente impasible, el recelo que sentía se vio todavía incrementado al percatarse de la daga ceremonial que tomaba el zahorí tras sus palabras.

Para qué diablos irá a utilizar esa daga...

Aprovechando la llamada a Hiel de Bet-El para mostrarse, el bereber observa más detenidamente la sala en que se hallaban todos reunidos.

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25/08/2009, 01:15
Darehl

El enorme inu destacaba entre los presentes, incluso aún más que el misterioso zahorí.La armadura de Darehl relucía con fuerza y aunque no dijese palabra, sus ojos brillaban con determinación, los cuales se iban posando en todos los presentes, uno tras otro.

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26/08/2009, 07:25
Director

-Hiel de Bet-el, ya estoy maduro para descubrir un nuevo emplazamiento. Acompañarás a estos aventureros en la recuperación de otro valioso objeto –responde Gerasa, terminando de esconder la daga entre los pliegues de su túnica. -Vienen recomendados por uno que no es tonto, así que imagino que no te darán muchos problemas. –Y le repone a Zadakiel: -Espadachín, cuando salgas de aquí, podrás hablar largo y tendido con el histrión. Ahora iremos a la sala de mapas, si tenéis demandas, hacédmelas por el camino.

Ahora Gerasa, indicándoles que le sigan, abandona el estudio, pulcro a pesar de estar atestado de atlas y cartas de navegación, de instrumentos de medición y material de radiestesia. Sus movimientos son bruscos y dan dentera, su zarandeo evoca el de un espantapájaros enarbolado a modo de estandarte por unos críos. Uno de sus brazos golpea el marco de la puerta al salir.

Sharezaad se retiene como la última, con la cabeza gacha.

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26/08/2009, 07:31
Director

Hiel de Bet-el ha comprendido que “Acompañarás a estos aventureros en la recuperación de otro valioso objeto” encierra la instrucción de ocuparse no sólo del asesoramiento geográfico durante el viaje, sino también de impedir que los aventureros, en caso de éxito, no caigan en la tentación de apropiarse del hallazgo. Impedirlo le exigirá tal vez ser cauteloso, despiadado y andar con dobleces.

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26/08/2009, 11:29
Hiel de Bet-el

Con un leve asentimieto de cabeza a penas perceptible y un brillo de astucia en mis ojos evalúo al grupo al que tengo que guiar para localizar el nuevo objeto y, al notar que Gerasa echa a andar, sigo sus pasos.

- Comprendo. Así se hará. Son buenas noticias, pues la inteligencia no es un don que abunde en estos días. Estoy seguro de que no me causarán ningún tipo de problemas...

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26/08/2009, 13:44
Gazel

El beduino no se lleva una buena primera impresión del comportamiento raposo del que iba a ser su guía.

Menuda arrogancia... ¿cree que vamos a ser sus marionetas?... ¡Oh! hablando de marionetas...

Gazel arquea momentáneamente las cejas al contemplar la curiosa forma de desplazarse que tenía el rabdomante, como si fuera un monigote que alguien manejara torpemente. Atento como estaba a todo el entorno, no se le pasa la oportunidad de echarle un vistazo a la mujer mientras espera a colocarse prudentemente tras los dos guerreros.

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26/08/2009, 13:48
Zadakiel

Avanzó tras los enviados del Histrión con cautela, sin apartar su mano de la espada

-Si esto es alguna clase de trampa os aseguró que no saldréis vivos de aquí-

Dijo en un susurro que recordó a la forma en que hablaría una serpiente lista para atacar.

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31/08/2009, 11:03
Director

Gerasa no parece escuchar a Zadakiel, aunque sí lo hace su pupila, que prefiere no decir nada y limitarse a escrutar al espadachín con un brillo de astucia en la mirada.

Los pasillos y zaguanes de las casas del cartógrafo son un trasiego constante de secretarios que abrazan hatos de pergaminos, algunos de los cuales se escurren y dan a parar a rincones donde espejean umbrales a otras dimensiones. También se van cruzando con otros sujetos que ostentan la dignidad de zahoríes, embajadores de tierras exóticas, secretarios reales y un sinfín de personajes eminentísimos, cada cual inmerso en sus tráfagos.

Gerasa sube ahora por unas escaleras angostas y serpenteantes. Lo sigue Hiel de Bet-el, frotándose las manos y ojeando por encima de su hombro a Zadakiel, Darehl, y Gazel.

Sharezaad cierra la comitiva. El beduino está considerando que, sin ser especialmente hermosa, se presenta seductora en su hieratismo, cuando algo lo distrae. Gazel se detiene para mirarse la suela y ver qué acaba de pisar: es una oreja.

En esta está cuando ya los demás desembocan en un pasillo ancho y alfombrado que les reserva al fondo unos pesados cortinajes. Las paredes están decoradas con tapices, retratos del Rey de Reyes y estampas de batallas, si bien el más digno de atención es la representación de una tierra roturada amenazada por dos ángeles terribles, custodios de un arca destellante como tempestades jovianas. “Aksum castigada”, pueden leer Hiel de Bet-el y Gazel al pie de la imagen.

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31/08/2009, 16:19
Gazel

Tras acercar un poco su cabeza, fugazmente, para observar mejor el trozo de cartílago inerte en el suelo, una mueca de extrañeza se forma en el rostro de Gazel.

¿Que es esto?... ¿una oreja humana?

Aún sorprendido por el descubrimiento, intenta recobrar resignado el paso del grupo, pensando en cómo habría llegado la oreja hasta el lugar. Sus babuchas se hundían sin hacer el menor ruido en el mullido suelo. Hasta el momento no le había prestado atención, pero ahora avanza con cuidado de observar el camino con mayor detenimiento por si viera casualmente algo más que pudiera aclararle el asunto... ¿otro apéndice en la moqueta quizás? Aunque les echa un ojo, los tapices que vestían la sala no le producen al beduino mucho interés, pues a su juicio no eran de gran valor.
 

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31/08/2009, 16:50
Zadakiel

El nephilim observaba los tapices demostrando algo de interés, cosa inusual en él.

Se detuvo ante el que representaba a los ángeles, y de forma inconsciente dirigió su mano izquierda hacia el hombro contrario, tocando donde estaría aproximadamente su Marduk

"Quizás esto es una señal"

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31/08/2009, 17:27
Darehl

Darehl se paró a observar todos los tapices, fijándose hasta en el último detalle. Luego pudo ver por el rabillo del ojo como el espadachín se llevaba una mano hacia su hombro, mientras observaba ensimismado uno de las obras.

-¿Ocurre algo guerrero?

Se dirijió claramente hacia el nephilim, mostrando cierto interés hacia la reacción que había dado lugar aquel tapiz.

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16/09/2009, 21:31
Director

Antes de que Zadakiel pueda contestar, Gerasa requiere la atención de todos y sin más preámbulos, aparta los cortinajes y los precede en el interior de una sala de techo alto, sin ventanas, iluminada por seis pebeteros dispuestos en cada punta de una estrella circunscrita esculpida en el suelo de piedra.

Hiel de Bet-el ya ha intuido que cada zahorí tiene su técnica para alumbrar la ubicación de los artefactos. Junto a los tres aventureros, aguarda expectante en el sitio que la pupila les ha indicado luego de volver a correr las cortinas.

El aire está henchido de perfumes ceremoniales, aromas que embotan los sentidos.

Gerasa se planta en mitad del círculo y se despoja de la túnica. Ahora su cuerpo queda expuesto: emasculado, arrugado como una ciruela pasa, abotagado; le falta una oreja, un meñique cae ahora sobre la ropa, empuña la daga ceremonial. Es una granada mórbida a punto de rajarse. Recita una salmodia:

-Corrialeteando la aureografia
con sutiles vénulas,
el grillo, ahovilló en la danza de su panza
multitud de hierbas y juncos ribereños.
Pin-pin-pin, tronó el mensajero.
¡Oh cisnescencia!
¡Oh crepuscular temescanto!
El cadáver exquisito beberá el vino nuevo(...)

Gerasa interrumpe el canto abruptamente, suspende la hoja contra sí mismo y, tras una pausa dramática, se saja el cuello. No mana sangre, empero, como es justo imaginar. En vez de eso, tímidamente, unos zarcillos de calina espuria, mucílago deletéreo, comienzan a asomar por el labio horrible. El zahorí mantiene el rostro alzado, gime con la boca abierta, se cimbrea pero no se desploma, en tanto aquella sustancia gomosa y sutil, elástico avatar, sanguinolento ectoplasma, va deshabitándolo en dirección al cáliz que su pupila, confrontándolo fuera del círculo, le tiende.

Y en este trance, esta fumarola ameboide, esta gelatina espiritual, esta pulpa volátil, compone una procesión de volúmenes y figuras reconocibles: cinco camellos descendiendo por unas laderas selváticas, unos templos crucíferos excavados en la roca, el cauce seco de un río, un yermo, un desierto, tres mujeres aladas, unos médanos hirvientes. Por fin la bruma cárnica, investida de propiedades líquidas, reposa en la copa, colmándola, y Gerasa se derrumba como una casa vacía.

A continuación, Sharezaad se lleva el cáliz a los labios y la apura hasta las heces. Hecho esto, se gira hacia los cuatro testigos y proclama:

-Ahora yo soy Gerasa y conozco el lugar de uno de los tesoros: Danakil es vuestro destino, la tierra de los afar.

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18/09/2009, 10:53
Gazel

Así que de él era la oreja que había en el suelo- piensa al ver desnudarse al zahorí, y descubrir entonces que le faltaba un pabellón al tiempo que ve caérsele un meñique. Una mueca de desagrado se forma en el rostro de Gazel, lo cual rápidamente se torna en grima al ver el espectáculo dantesco que se formaba ante sus ojos. Da unos pasos hacia atrás, desconcertado, hasta toparse con una de las paredes, mientras contempla fascinado cómo la masa informe compone las distintas figuras.

Pasados esos momentos de turbación, un poco más sosegado y otra vez erguido, escucha a Sharezaad dirigírseles como el mismo Gerasa. Así que uno de esos artefactos se encuentra en el Desierto de Danakil... pero no podremos localizarlo si no sabemos ni siquiera qué es.

-¿De qué artefacto se trata?-pregunta a la mujer

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19/09/2009, 11:19
Director

Gerasa se crispa a causa de un resabio, el gesto resulta cómico y chocante. Cuando se recompone, responde con indulgencia:

-Me queda claro que no conocéis el cuento de los tres hijos reñidores del Sultán Bac-Bac. Como sea, os lo resumiré: para acabar con sus disputas, Bac-Bac decidió que aquel que le trajese el objeto más maravilloso se convertiría en su sucesor. El menor de los hermanos y el más ruin, Mahmud, envió espías en pos de los otros dos, más voluntariosos, para asesinarlos y apropiarse de los tesoros que consiguiesen. Así fue como Mahmud compareció ante su padre con un botijo y una daga roñosa, absolutamente banales.

Porque no hay objeto preciado que no deje pistas para ser encontrado, y permanecerá desconocido para quien no se moleste en seguirlas por sí mismo. Las pistas que os conciernen ya os fueron presentadas. La naturaleza del objeto en sí no es muy importante…

Hiel de Bet-el, prepara el viaje. Danakil es vuestro destino.

Gerasa los está despidiendo.

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21/09/2009, 23:15
Zadakiel

El oriental dijo simplemente

-¿Quienes son esos Afar?¿habrá objetos de Salomón allí?-

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27/10/2009, 09:17
Director

-Por supuesto que los habrá, espadachín –replica Gerasa / Sharezaad con un deje irónico. -¿Dudas acaso de mi don? Y con uno que encontréis os ha de bastar. En cuanto a los Afar, habitan en el noroeste, abandonando el macizo, atravesando los yermos y los cauces secos, en la depresión de azufre de Danakil. De la roca burbujeante extraen los preciosos cargamentos de sal. Además, en algún momento tendréis la oportunidad de divisar las ruinas de Aksum recortándose en horizontes purgados… –se permite insinuar y, continuación, se planta con los brazos en jarra y pregunta: -Y ahora, ¿seguiréis perdiendo el tiempo?