Partida Rol por web

Los mil y un hallazgos.

Y así fue como la fábula encontró a sus protagonistas (…)

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17/07/2009, 13:54
Darehl

El inu quedó un tanto conmocionado. Todo le daba vueltas y eso lo ponía nervioso. Gruñó bruscamente y comenzó a moverse por los alrededores de la estatua en busca de algo. Harto de buscar en vano, optó por otra opción quizás más eficaz.Giró bruscamente su cabeza depositando sus ojos sobre Maalik. Aunque no lo miaraba con esa intención, sus ojos eran realmente amenazadores.

-Anciano...¿Qué se supone que es esto ahora?...

Aunque Darehl mantenía la compostura, sus palabras salían atropelladas a causa de la conmoción.

Notas de juego

¿Puedo hacer una tirada para ver si encuentro algo decisivo?

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17/07/2009, 14:32
Zadakiel

Zadakiel se arrastró hacia Maalik sujetando la espada, y con su mano libre apretando sus costillas

-Viejo, cúrame de una maldita vez o busca algo para hacerlo-

Tras decir esto lo acometió una tos violenta y regó el suelo con sangre, que manaba de su boca y nariz.

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22/07/2009, 16:06
Gazel

Gazel se sentía realmente abrumado por las circunstancias mientras el veneno le carcomía las entrañas. Sus compañeros le apremiaban para que encontrara alguna solución y, evidentemente, él no disponía del conocimiento salvador que el viejo pudiera atesorar. Perdido en un mar de dudas, una idea se le presentó de repente:
Quizás... quizás el ungüento de la caja me ayude a advertir lo que no soy capaz de ver por mí mismo, el tiempo se nos acaba...

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22/07/2009, 16:07
Maalik

En el rostro del anciano, desfigurado por el dolor, se podía distinguir también la duda. Maalik percibió fugazmente cómo el guerrero de cabeza de chacal le examinaba con una mirada fiera mientras le inquiría, pero el nephilim acaparó súbitamente su atención con sus sanguinolentos espasmos. Había que hacer algo, y había que hacerlo cuanto antes.  Titubeante, el psiconauta sacó de nuevo la cajita nacarada de entre sus ropajes y, tal y como ya le  habían visto hacer a las puertas de la kasba procedió a ungirse la nariz.

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23/07/2009, 10:55
Director

El efecto del loto es inmediato: la conciencia de Gazel trasciende los quebrantos del cuerpo y pronto es dueño de sus actos. Así pues, invierte un pellizco de sustancia en cada uno de sus compañeros y todos renacen. La noria cuyo eje es la torre sigue girando, cada vez más rápido, y esto los estimula a entrar por fin en la torre.

El edificio en su interior está vacío, a excepción de unos escalones de piedra que suben en espiral a ras de los muros y desembocan en una trampilla a unos doce metros de altura, abierta al piso del observatorio. Darehl, Boront, Maalik y Zadakiel ascienden con un sentimiento de urgencia espoleándoles las sienes.

El lugar es austero hasta el aturdimiento. No hay nada de lo que cabría imaginarse en el cubil de un mago.

Pero frente al ventanal, sobre un atril, hay un pesado libro abierto, y en una página a medio escribir, nuestros protagonistas ven cómo se reproducen estas palabras. Asombrados, asisten a la culminación de esta página y la iniciativa del propio libro de pasar a una nueva, para seguir escribiéndose.

Alguno de ellos se pregunta: “¿Dónde demonios está M’Bwa el fabulador?”, pero no se obstina, pues es mayor la maravilla de descubrir que la tinta que emplea el libro la exudan sus propios cuerpos en hilillos que se cimbrean en el espacio y se entrelazan para venir a yacer sobre esta página.

Y entonces, en el exterior, el giroscopio acaba de alcanzar la velocidad del pensamiento en sus revoluciones y estalla con un fogonazo que barre la torre y se desborda a través de las ventanas y los arrolla.