Partida Rol por web

Los mil y un hallazgos.

Yaser el histrión se propone tratar con los viajeros.

Cargando editor
03/01/2009, 13:58
Director

DESDE LAS ALMENAS DE LA CIUDADELA:

A media mañana, la ciudad está en plena ebullición, puesto que es día de mercado. Los tenderetes se han dispuesto a la sombra de las murallas de la ciudadela y un gran clamor lo inunda todo. Los camellos no terminan de desfilar cargados de alforjas. Hacerse paso entre el gentío es dificultoso. Las fuentes esparcen su rocío bendito sobre los concurrentes. Los soldados del zabazoque vigilan con relajamiento. Aquí y allá se regatea para conseguir los productos más exóticos en una infinidad de lenguas. Los cuerpos, de ébano, de cobre, de nácar, cuerpos recios y espigados, o flácidos y orondos, o esculpidos y compactos, se frotan irremediablemente. Los ladrones con licencia se aprovechan de la aglomeración. Como la espuma de las olas, un sinfín de ornamentos de lo más llamativo y coloreado estalla sobre las cabezas: tocas, kipás y turbantes, yelmos emplumados y cabellos crespos o calvas tatuadas. Las vestimentas también son plurales: desde petos y corazas a almalafas de algodón blanquísimo al sol y simples taparrabos. Los elfos, los enanos y los hombres-bestia de cualquier condición se mezclan con naturalidad entre la multitud. Una cadencia hipnótica de tambores y flautines y el olor mezclado de incontables especias satura el ambiente. Hay espetones con jabatos y cabritillas y lagartos girando sobre el fuego, las frutas más sabrosas y los tónicos más refrescantes que uno pueda imaginarse se acumulan sobre los tableros, se oyen los suras de los sacerdotes de mil órdenes que acuden para vender sus indulgencias. Hay mujeres que llevan el burka, y amazonas que muestran su seno derecho amputado y danzarinas exóticas que retan a los áspides. Hay tejidos de todas las gamas de colores, hay faquires y alfombras, una subasta de esclavos nubios y elefantes, adivinos y prestidigitadores, hay contadores de historias y compañías de titiriteros y malabaristas, hay meretrices y eunucos, hay tanta vida que penetra irremediablemente por cada poro del recién llegado a Gundar y amenaza con sofocarlo de excitación, de gozo y de maravilla. Creerá uno en los dioses o no, pero no hay duda de que en los días de mercado la poliédrica divinidad desciende congraciándose sobre la capital del Mundo Aparecido.

CIUDADELA:

Desde el oeste, cruzando un barrio donde priman dos colores: el blanco para atenuar los rigores del sol en verano, y el azul, que repele las moscas, y procediendo bajo el arco de Bab Souk, la Puerta del Zoco, se alcanza la plaza de Uta el-Hammam, flanqueada por Las Casas del Cartógrafo, esculpidas en un espolón de roca, el fonduc –un inmenso albergue para los caravaneros - y la kasba o Barrio Antiguo. La plaza, como una escudilla copiosa se inclinase inevitablemente hacia el sur, se agota en un breve acantilado a cuyo fondo discurre el Ras el Ma, el río que se descuelga desde el Norte entre pequeñas cascadas, y donde miles de lavanderas se arremolinan. La plaza en sí ha sido descompuesta en un laberinto de pasadizos urdidos por mil tenderetes y aduares sin concierto. Por el zoco se pasea, o navega, encontrando información y recursos redundantes y contradictorios. No existe ninguna fuerza centralizada que organice el zoco; evoluciona a su propio ritmo como un organismo vivo.

BAB SOUK:

ENTRANDO EN LA PLAZA DE UTA EL-HAMMAM:

LAS CASAS DEL CARTÓGRAFO:

FONDUC:

Dirigiéndose hacia el este, se está en Mascate, una plazoleta al resguardo de un paño de muralla y medio torreón a cuya sombra una legión de hombres esperan acuclillados delante de la mercancía que ese día tienen en venta: huevos embolsados de a diez, hatillos y cestos de hortalizas, fruta fresca (limas, granadas), gavillas de centeno, cuencos con especias, montoncitos de maderas olorosas…

KAISARIYA:

Más allá se irrumpe en la kaisariya o zoco cubierto, una trama de misteriosos y ensombrecidos callejones plagados de tiendas de artesanías, donde se agolpa mucha más gente si cabe, tráfago y corrillos, voces y griterío. Y menestrales que vienen a vender sus productos a los tenderos, estibadores que mueven bultos arriba y abajo, mozos de la tetería que recogen vasos vacíos. También hay fabulosas tienduchas con las paredes alfombradas que muestran obras de artesanía elaboradas, gumías de hoja ancha, teteras, bandejas de cobre repujado, collares y brazaletes de plata ya sucia, estuches y cajas en madera tallada, cofres remachados, montoncillos de monedas antiguas, ristras de cuentas de ámbar. En una bocacalle se agrupan los especieros, con sus sacos de pimienta, de cúrcuma, de astillas para quemar, de inciensos y mirras de variedades, texturas y olores diversos; y cajitas de azafrán, pirámides de incensarios y los sacos de esponjas salvajes junto a más sacos de yute mediados de legumbres secas. Se atraviesa un inmenso bazar donde es posible encontrar absolutamente de todo: alfombras, lámparas, cuero, quincalla, frutos secos, té moruno, dátiles, fósiles, aceite de argán… Y drogas y licores destilados a partir de salamandras. En las tiendas de ropa se exhiben los rollos de tela y miles de pañuelos a cuadros, blancos y rojos, blancos y negros, arena y negros, con bordados o sin ellos.

En el fondo de la zaikiriya se encuentra el hamman de Gondar, un suntuoso baño público; en él, no sólo se consiguen los beneficiosos efectos del vapor para la salud, sino que además es un momento para el esparcimiento y la diversión y, ¿por qué no?, para los negocios.

PLANO DE LA PLAZA DE UTA EL-HAMMAM

Cargando editor
05/01/2009, 16:03
Zadakiel

El Nephilim caminaba rumbo al hamman, sin ninguna intención de entrar en el, iba encorvado para parecer menos alto y el conjunto de la máscara que cubría su rostro y sus costosas ropas le hacía pasar calor.

Su mano derecha reposaba sobre la empuñadura de mi espada y la izquierda se mantenía sobre si bolsa, sabiendo que los ladrones de la ciudad eran considerados casi mágicos por sus habilidades como cortabolsas.

Cargando editor
05/01/2009, 19:22
BORONT

Boront camina alerta, siempre lo esta, pues los enanos son conocidos por su desconfianza hacia los otros pueblos. Incluso cuando se muestran amistosos, son desconfiados, lleva sus pertenencias a buen recaudo y esta presto para entrar en combate aunque no lo cree necesario, al menos por el momento. Mira maravillado todo aquel gentio. Esto es como para volverse loco, no se como se entiende esta gente. Lo admira y a lo vez le horroriza todo lo que ve. Pue en gran parte todo es nuevo para el.

Cargando editor
05/01/2009, 20:07
Darehl

Darehl era nuevo en la ciudad.Acababa de llegar a la ciudad y se sentía un poco apabullado entre tanto grito y entre tanta gente. Esto es una auténtica locura,no sé como pueden comerciar así. Su paso era firme y aunque no tenía un destino claro no se detenía sino para observar los puestos que los mercaderes mostraban al gentío.

Cargando editor
05/01/2009, 21:44
Director

Los aventureros u hombres intrépidos se distinguen en la multitud por sus armas y su deambular prudente, su aire circunspecto. Los vendedores que desde sus despachos les reclaman blandiendo sus mercancías sólo pueden especular acerca de los motivos que los han traído hasta Gundar.

La búsqueda de una zona tranquila donde poner en orden los propios pensamientos termina por encaminar los pasos de los recién llegados hasta la pequeña plaza que marca el umbral de los baños públicos, un ágora improvisada para las almas más contemplativas.

Un estremecimiento, en estos momentos, se está propagando entre los concurrentes: Almotásim, el poeta errante que canta las geografías de Tlön, Uqba y el Orbis Tertium está a punto de entonar, acompañándose de su lira de mano, la celebrada composición que le encargara Abenjacán el Bojarí, visir en tierras de Arabia.

La voz del divino cantor se alza y el rumor de las fuentes se engarza en sus armonías:

"El día que el Circo del Cielo llegó a la ciudad
La gente se congregó a lo largo de las calles
Esperando con ilusión que el desfile comenzara
Porque era el último día.

Un unicornio encabezaba la mística procesión
Envuelto por la luz dorada de mil ángeles bulliciosos
Y detrás venían centauros, elfos,
hadas brillantes con todos los matices del jade
Era el último día.

Y, maravillosamente, en un instante
siete caballos alados y solemnes llegaron
arrastrando siete carros de oro
en que venían los Siete Señores de las Montañas del Tiempo
y también, de repente, de donde antes no había nada surgió
una carpa gigantesca, como de unos mil pies de altura.

El público, pues, ya se hallaba dentro de ella, con los ojos como platos
Y recibieron con una ovación al Séptimo Señor, el de la séptima edad.
Una fanfarria resonó de forma increíble
anunciando con una perfecta armonía que las más perfectas visiones,
cualquier sueño que el público anhelase contemplar en la realidad,
ya proviniesen de escenas míticas o históricas,
tendría lugar.

Entonces allí mismo, por encima de sus cabezas, con la viveza de lo vivido,
Una luz inventada embarcó a las multitudes
En naos aqueas hasta el saqueo de Troya,
Y luego, en los Jardines de Babilonia,
Se oyeron mil rugidos.
Los vastos sueños de Alejandro el Grande…
Guerras civiles, guerras fraticidas…
Todo ello, como si el propio Zeus contemplase una obra de arte,
Pudimos contemplarlo el día que el circo vino a la ciudad.

Afuera, grandes animales dóciles como árboles
Y ángeles que reflejaban la luz de las estrellas
Se colorearon de añil y oro,
Y una nieve violeta, roja y esmeralda comenzó a caer,
Cuando la función terminó y el circo prosiguió su curso invisible.
Un nuevo mundo se había revelado.

Estábamos de pie sobre aquel mundo virgen.
Me giré hacia mi hijo y dije:
-¿No fue eso algo hermoso, asombroso, maravilloso, extraordinariamente hermoso?

-Oh, sí, estuvo bien, pero no había bufones, ni leones, ni tigres, ni osos, no había caña de azúcar, ni manzanas de caramelo… No había bufones…"

Cargando editor
05/01/2009, 23:41
Zadakiel

Zadakiel destacaba por encima de la multitud a pesar de estar encorvado, la combinación de la máscara y los cuernos que formaban parte de su tocado le daban un aspecto infernal que echaba para atrás a todos, sus ropas eran lujosas y estaban bien confeccionadas, de la empuñadura de su espada pendía una cadena de acero de la que colgaba una alianza de bodas de oro con un cristal de color azul engarzado en el objeto.

Cargando editor
06/01/2009, 10:39
BORONT

Camine hasta la plaza, alli escuche al cantor entonar el bello aunque algo triste poema. Las palabras caian como gotas de rocio en la mañana refrescando las mentes de todos los que escuchaban el bello canto de aquel hombre tocado por los dioses con su bendita voz. Una vez hubo acabado, prosegui mi camino con paso cansado aunque firme.

Cargando editor
08/01/2009, 09:37
Director

Al término de la oda, varios potentados se arremolinan en torno a Almotásim con alabanzas e invitaciones para sus banquetes privados, mientras que otra clase de convocador se apresura a aprovecharse del interés de los concurrentes: un tipo enjuto, de aspecto sibilino, que se agita con nerviosismo en el interior de astrosas vestiduras para ilustrar mediante gestos grandilocuentes sus palabras:

-¡Ahora atendedme, escuchad lo que voy a deciros, que se trata de una información que sin duda interesará a los aventureros! De los propios labios de un pariente escuché lo siguiente: que existe en el Tigray una cueva que es el nido de una banda de ladrones y cuya entrada está sellada por medios mágicos. Por unas pocas monedas, yo os revelaré, mis distinguidos personajes, cuál es su ubicación y cuál la fórmula que os franqueará el paso.

Cargando editor
08/01/2009, 09:40
Zadakiel

Los ojos del nephilim se volvieron rápidamente hacia el nuevo orador, camino hacia él y lo agarro del cuello, usando su fuerza para arrastrarlo entre la multitud lo llevó a un lugar apartado y lo lanzó contra el suelo, acto seguido sacó la espada y apunto al corazón del hombre -Dime todo lo que sabes o te mato a tí y después a toda tu familia- los ojos de Zadakiel destellaban a través de las ranuras de su mascara, eran azules, de ese color tenía su espada un pequeño brillo.

Cargando editor
08/01/2009, 10:23
Director

No eran demasiados los que le habían prestado atención al nuevo orador: dos nómadas con la piel teñida de azul y pesados alfanjes a sus espaldas y cuatro karos en taparrabos pertrechados de arcos y aljabas. Ronda también por la zona un enano acorazado ocupado con sus cosas.

La reacción del tipo alto y oculto tras una máscara guerrera toma a todos por sorpresa. El peso del charlatán es ínfimo y el desconocido no tiene ningún problema en arrinconarlo en un pequeño claustro.

-¡La Zalema sea contigo! –le espeta el cautivo. -¿Vas a matarme, guerrero? ¿Así, por las buenas? Sé razonable: no es mala cosa que yo reciba alguna recompensa por mis revelaciones… No soy codicioso.

Cargando editor
08/01/2009, 12:43
Zadakiel

El nephilim sonrió y dijo volviendo sus ojos hacia el anillo que colgaba de su espada -Aoi, parece que este insignificante insecto no quiere darme lo que deseo, te usare a ti para arrancarle la vida- volvió la mirada de nuevo al charlatán, en sus ojos brillaba una chispa de maldad -Dame la información y te dejare vivir, si no me la das dare fin a tu vida y también a la de tus familiares- movió la espada para que entrara en contacto con el pecho del humano -Pero si me das la información te recompensare con algo especial- dijo mientras metía su mano libre en la bolsa de monedas.

Cargando editor
08/01/2009, 21:32
BORONT

Dirigiendome hacia el lugar que he visto que se llevaba al nuevo narrador No es muy prudente ir por ahi secuestrando y amenazando a gente de lugares publicos y transitados, y menos siendo extranjero claro, creo que tiene bien ganada la recompensa, pero antes deberia hablar, y luego, la recompensa. En cuanto a ti, no eres precisamente muy prudende al ir anunciando de voz en grito tales cosas, no es de extrañar que te ocurra esto mas a menudo.  La grave y progunda voz del enano resuena y sus palabras hacen que parezca mas grande de lo que es.

Cargando editor
08/01/2009, 23:04
Zadakiel

Zadakiel agarró del cuello al charlatán y lo levanto del suelo, luego se giró para mirar al enano -Tampoco es prudente meterse en asuntos ajenos, ¿Tus viajes no te han enseñado eso? por fortuna o por desgracia no tengo planeado luchar contra tí- miró fijamente la espada que empuñaba y dijo -Tranquila Aoi, el enano no debería interesarte.

Cargando editor
08/01/2009, 23:07
Darehl

El inu seguía caminando entre el tumulto,sus ropajes relucían con el sol y su altura lo hacía destacar entre los demás.Poco a poco se iba agobiando entre tanto barullo así que decidió ir hacia el hamman de Gundar,le convendría relajarse un poco.

Cargando editor
09/01/2009, 11:09
Director

Los karo asisten con extrañeza al intercambio de palabras que se produce entre el enano, el guerrero enmascarado y el cuentista en el breve pasillo techado; los nómadas, azuzados por un súbito interés se aproximan a uno de los pilares. Por el rabillo del ojo, también se advierte la presencia de otro individuo, un coloso que aguarda en el rincón más sombrío con los brazos cruzados sobre el pecho.

Una criatura con aspecto de chacal y atuendos egipcios irrumpe en la plaza en ese momento. Dos focos reclaman su atención: una reunión que conversa con alborozo cerca de una pequeña fuente central, y el corrillo anterior, a su izquierda, maquinando.

Cargando editor
09/01/2009, 16:08
BORONT

Estamos llamando demasiado la atencion, y bueno, quizas podriamos solucionar esto en una cantina frente a unas jarras de fresca cerveza y un plato de huevos asi ademas de no llamar la atencion tanto podremos planear el viaje...aqui cada vez empieza a haber mas gente...me gusta que hables con tu espada, nosotros a veces le susurramos a nuestras hachas en la antesala de una gran batalla, pero jamas vi tales cosas.

Cargando editor
09/01/2009, 16:37
Zadakiel

Miró al charlatán, sin embargo había escuchado al enano -Dime lo que quiero saber de una vez- dijo clavando la punta de su espada en su estomago, solo era un corte pequeño, pero amenazaba con hacer más presión -Cuando termine con esto hablaremos tu y yo, viajero enano-.

Cargando editor
09/01/2009, 21:06
BORONT

Me recuesto sobre una pared mirando la escena...No le agujerees demasiado, parece muy enclenque y pude que se te muera antes de decir el secreto, ademas a lo mejor lo asustas tanto que le impides hablar...relajate hombre. El enano no parece en absoluto preocupado por la situacion, e intenta dar algo de cordura a la situacion.

Cargando editor
10/01/2009, 10:59
Director

El hombrecillo aprovecha el diálogo entre el enmascarado y el enano para recobrar el resuello y por fin anuncia, con tono melifluo:

-No te va a costar caro, ya verás. Por treinta, treinta blirrs te lo contaré todo, hasta te trazaré un mapa de mi propia, mano, eh, ¿qué te parece?

Cargando editor
10/01/2009, 12:19
Zadakiel

Volvió a pincharlo con la espada -Al parecer no te has dado cuenta de la situación, si no me lo dices ya te mato aquí mismo y se acabo- dijo mirándole fijamente a los ojos.