Partida Rol por web

Los Monjes de la Nada

12 - Calma Estremecedora

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29/03/2009, 11:15
Illianna Sondrent

Illianna le respondió antes de que el Sacerdote tuviera tiempo de hacerlo. Se levantó del suelo, y dió un par de pasos rápidos hacia el fuego.

-Pues yo creo que esas dos abadías de las que se ha hablado son un buen lugar para empezar, ¿no os parece? Si Kody y Deron las conocen pueden guiarnos hasta ellas... en cuanto te encuentres mejor, claro...  -le dijo al hombre que yacía en la cama, mirándole con una sonrisa tranquilizadora. -Todo parece provenir de allí, todos los indicios de los que el Templo ha partido nacen de la advertencia de esos Priores.

Se giró entonces hacia el hombre  que acababa de hablar, Dammeryn, y al hacerlo pareció darse cuenta de algo que le había pasado desapercibido. Y que la sensible muchacha no podía dejar pasar, alegre amplió su sonrisa, y meneó la cabeza mientras comentaba:

-¡Por los Dioses, Dammeryn, te veo radiante! ¿Ha sido este breve descanso, o quizá has encontrado a tu familia en buenas condiciones, después de tanto tiempo de ausencia...?

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29/03/2009, 12:54
Kody Blake

Kody había escuchado toda la perorata semi tumbado en una cama, que hacia la vez de improvisada cama. Era por el momento el paciente de una joven. Y el capitán del pueblo había decidido que el mejor lugar para tener una reunión era justo delante de él y en aquellos momentos.

La historia que estaba siendo hilvanada en aquellos momentos por todos los presentes no le gustaba nada. No le gustaba  no porque dijeran que había un nuevo mal sobre el mundo, sino porque no le gustaban mucho los sacerdotes. Durante la guerra, había visto morir hombres buenos por el orgullo y los juegos de palacio que estos mantenían, ajenos a los problemas del mundo.

Y ahora eran sus problemas los que salpicaban sus botas. Era una triste y penosa ironía.

Una cosa tenia clara, a el no lo embrujarían mas de lo necesario. Todo lo que se había comentado era irrelevante para él. Volvería a su montaña lo antes posible.
Pero era cierto que el ya había visto a un monje, que había visto cosas que creía imposibles.

Aun así la frase de la mujer implicándolo, y dando por sentado que les guiaría, no le gusto demasiado.

Os dibujare un mapa, y os indicare los peligros que pueda haber de aquí a las abadías, no os costara demasiado llegar. Eso es todo por mi parte.

Sus palabras fueron duras. No pretendía ser grosero, aunque normalmente era el efecto que conseguía. Pero no iba a ir a ningún lado con aquellas gentes, por muy próximo que estuviera el fin del mundo.

 Estaba incomodo y malhumorado. No tenía ganas de verse como se veía. Solo podía sentir algo de gratitud hacia la mujer que lo había sanado. Pero aun así el brazo le dolía horrores y le recordaba lo primitivo de su condición en aquel momento.

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30/03/2009, 22:35
Ayron Derkbal

Mantuve silencio mientras escuchaba las palabras de unos y otros, rememorando sucesos que me eran completamente extraños pues se habían producido antes de mi llegada.
Pero no podía negar que había visto lo suficiente ese día como para cuestionarme siquiera lo que relataban, por mucho que el sentido común me dijera que debía dar la vuelta, agarrar a Ónemar y largarme de allí cuanto antes, volviendo a nuestras tierras y olvidando lo sucedido.
Mas sabía que no lo haría. De nada serviría intentar arrancar al sacerdote de la que era la misión de su vida, y por mi parte, no era ningún cobarde.....además, si aquel mal se extendía no habría lugar seguro.
Aquel era el lugar que me correspondía e iba a afrontar lo que el destino me tuviese deparado.

Los ojos se clavaron en el hombre postrado en la cama, siguiendo el sonido de su voz. Al principio me costó entender lo que significaban aquellos sonidos que surgían de su boca, pero rápidamente la luz se hizo camino e iluminó mi pensamiento.
Eran palabras que había escuchado con anterioridad. Las palabras de un cobarde que teme dar el siguiente paso para no tener que enfrentarse a sus temores.
¿Quería quedarse? Mejor que mejor. No les serviría de nada llevar a un niño asustado. Sólo les traería complicaciones y, muy posiblemente, significaría la muerte para más de uno de ellos.

Está bien, - respondí a aquellas palabras que, en realidad, no iban dirigidas directamente a mí - dibuja el dichoso mapa y quedate esperando aquí a que llegue el siguiente ataque. Puede que las murallas resistan un embite más, aunque yo no las tendría todas conmigo.
Seguramente, la próxima vez, vuelvan con refuerzos......quizá a ellos también puedas dibujarles un mapa, o tal vez te lo graben ellos con el filo de sus espadas, ya que conocerán perfectamente el camino.

Derón - llamé cambiando el objetivo de mi mirada - tú también sabes llegar ¿verdad? - y volviéndo nueamente mi atención sobre el herido - Ya ves. Ni siquiera tendrás que esforzarte por trazar el camino, lo cual será un alivio para tí. No sé si el miedo te permitiría dibujar unos trazos claros, y podríamos perdernos por el camino.

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30/03/2009, 23:41
Melegat Ansey

A Melegat no le gustó el cariz que tomó la conversación. Muchas opiniones encontradas, muchos planes, pero ninguna decisión.

Como siempre, el "enano" se estiró la barba un poco, mientras caviló las posibilidades que tenían en ese mismo momento. Ansey era un hombre de armas tomar, sus planes eran siempre del tipo "golpea primero, pregunta después". Y era por eso que el enorme hombretón estaba nervioso.

Las palabras de cada uno de los presentes entraron en sus oídos, pero ninguna hizo mella en su cerebro. Él sólo pensó en una cosa... aferrar con fuerza su arma y golpear cráneos de los enemigos.

Melegat Ansey se acercó a los que allí charlaban cabizbajo y meditabundo. Una vez se colocó a la vista de todos, dió un golpe con su puño cerrado sobre la mesa, y las cosas que sobre ella se encontraban temblaron durante unos segundos.

Debemos tomar una decisión. Rápido. Dijo, como siempre, parco en palabras.

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31/03/2009, 01:30
Deron Nisha

-Creo que podré guiaros sin problema, aunque Kody conoce mejores pasos por las montañas incluso que los que yo pueda haber recorrido, sin duda. No nos perderemos, pero más nos valdría contar con su ayuda. Han conseguido disimular el rastro de todo un ejército con bastante habilidad; un par de ojos más no vendrían nada mal.- contestó, con una muy indicativa mirada al rastreador, con quien quería contar en la comitiva, por supuesto.

Por lo que a él respectaba, aún necesitaban un ejército, y si querían hacer algún movimiento bifurcado, necesitarían dos individuos que supieran moverse:

-Pero sobre lo de otro ataque... Vamos a solucionar esto, y vamos a hacerlo antes de que eso pueda ocurrir. Solo tenemos que retrasar a esos monstruos sanguinarios lo bastante. Esta gente tiene que salir de aquí en el tiempo que les demos; Meliant, esa es su labor, sin duda: las defensas no resistirán ni medio asalto más. Entre todos los que están aquí tienen que poder señalar un lugar seguro al que acudir, ¿no es así?- preguntó a los presentes -Habrá que abandonar Conira y llegar a dicho lugar seguro por algún tiempo. Me reuniré con vos allí cuando hallamos esclarecido todo esto y disuelto esa milicia, si los hados nos sonríen.- terminó el explorador, hablando directamente al gobernador.

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01/04/2009, 10:32
Henry Deliambert

-Dejo en manos y mentes más expertas que las mías en estos asuntos el desarrollar cualquier tipo de plan o estrategia, pero a la vez no puedo evitar plantearme algunas cuestiones, preguntas importantes, para las cuales aún no tenemos respuesta. ¿Quienes son esos Monjes? ¿De donde vienen? ¿Qué es exactamente lo que buscan? Ese valle de Ethit, ¿Donde está? ¿Por qué ahora? Quiero decir, en estos días. - el tono de voz del erudito fue ascendiendo conforme desgranaba las distintas cuestiones.

Miró durante unos instantes a Ónemar con marcada intensidad.

-Tengo una duda y quizás usted pueda sacarme de ella. Esa leyenda, la que dicen del Pueblo Perdido, que augura el regreso de la diosa oscura, ¿Qué tiempo hace que ocurrió? ¿En qué momento se sucedieron esos hechos? ¿Cuanto hace qué es leyenda? ¿Qué parte de ella es falsedad y cual historia?

Notas de juego

PNJtizado.

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01/04/2009, 10:48
Ónemar

El sacerdote tomó aire lentamente y lo dejó escapar en un suspiro de impotencia.

-Tan sólo tengo respuesta para alguna de sus preguntas Maese Deliambert. Trataré de aclararles lo mejor que pueda lo que en el Templo se conoce a este respecto. Esos monjes son los sirvientes de Azethit, la diosa del Caos. Son sus dedos en la tierra, su manifestación física, la única que actualmente posee. Estamos convencidos de que no son humanos. Azethit es una de las Guardianas del Abismo y como tal tiene trato y domino sobre los demonios que lo habitan. ¿De donde vienen los monjes? Lo desconozco. De cualquier parte. Ella los ha convocado y están llegando a los Montes Perdido, cada vez en mayor número. Casi todos los aquí presentes hemos tenido la oportunidad de cruzarnos con alguno de ellos en estos días. Hay muchos, y están reuniéndose. Buscan el Valle de Ethit. Resulta evidente la relación existente entre dicho lugar y el nombre de la diosa. Azethit. Supongo que su localización nos es desconocida. Si acaso en nuestros días se le conocerá con otro nombre, o puede que incluso se encuentre deshabitado. No se donde está, pero considero de vital importancia hallarlo antes de que ellos lo hagan. En cuanto a la leyenda, según tengo entendido la Diosa Oscura fue vencida y encerrada en un sepulcro con forma piramidal hace unos siete siglos. Este dato evidentemente es poco menos que una mera aproximación, aunque en el Templo se le concede cierta veracidad. Como toda tradición oral, transmitida de generación en generación, su exactitud es más que discutible, así como sus orígenes.

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01/04/2009, 11:04
Henry Deliambert

-Justamente ahí es donde yo quería llegar. Amigos, ¿Ninguno se ha preguntado nunca por qué los escritos más antiguos de nuestro reino apenas datan de hace quinientos años? En la Biblioteca de Dhalion no tenemos registros de historia que cuenten lo ocurrido de Dabatch más allá de cinco siglos de antigüedad, ¡sin embargo las Crónicas de Abernia abarcan seis milenios de historia! Abernia es frontera directa con estas tierras. ¿Qué ocurrió aquí? ¿Por qué no vinieron antes? He podido leer los anales de aquellos que llegaron por primera vez a estos valles, procedentes de Nivar, de Abernia, del propio Imperio Tumani. Los primeros colonizadores. ¿Hace quinientos años? ¿Qué ocurrió antes? ¿Quien ocupaba Dabatch? ¿Qué pasó con ellos?

Notas de juego

PNJtizado.

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07/04/2009, 19:53
Dammeryn

Dammeryn permaneció en silencio. No era una conversación para alguien como él. Él era un soldado. Su espada servía a los que ahora discutían los destinos. Él ejecutaba, no pensaba, no opinaba.

Sintió las cicatrices que recorrían su cuerpo como si volvieran a sangrarle de nuevo. Cada una contaba una historia, y se preguntó si de allí saldría con una más...o no saldría. Existía un dolor mudo en su mundo. Un antiguo daño que ya no podía ser reparado.

- Las leyendas sirven a los dioses, no a los hombres - fue lo único que dijo. Se encogió de hombros, escupió y volvió a quedar callado.

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23/04/2009, 08:41
Illianna Sondrent

-Pues... no sé nada de todo eso, no sé nada de historia. Sólo de heridas, de hierbas, de caballos... pero entiendo lo que quieres decir. Y creo que para saber más, para comprender lo que ocurrió, y para sacar a nuestro mundo de la tiniebla en la que está cayendo, me parece claro que tenemos que emprender la marcha ya, y empezar por esas abadías. No tenemos nada más, y eso es muy poco. Pero es algo, y el tiempo apremia...

Notas de juego

Bueno, hay algo más que sepamos o que podamos deducir? Por mi parte, creo que no. ¿Vamos?

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23/04/2009, 09:45
Melton DeValin

El Capitán había escuchado atentamente las palabras de todos, incluidas las del sacerdote y el erudito de la capital. Asintió conforme con la conclusión de Illianna.

-Poco más podemos hacer por esta noche. Vamos a dejar reposar vuestras teorías, lo necesitan tanto como nuestros cuerpos. Quizás mañana, a la luz del día, las mentes se muestren más despejadas. Descansad, cuidad de las heridas nuevas y viejas, nos encontraremos aquí mismo por la mañana. Me aseguraré de organizar los turnos de guardia en la empalizada. Dormid bien.

Esperó unos instantes por si alguien deseaba añadir algo más antes de dirigirse hacia la puerta. Entonces recordó algo y se giró de nuevo.

-Kody Blake, esta noche la pasarás en el barracón de los soldados. Estarás bajo vigilancia. - en cuanto pronunció aquellas palabras se dio cuenta de la dureza que contenían, por lo que añadió a modo de explicación - Es por el bien de todos. Se te atenderá en cualquier cosa que necesites y se cuidará de tus heridas, pero no podrás salir de allí hasta que volvamos a vernos por la mañana.

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23/04/2009, 10:43
Kody Blake

Viendo la sala llena de gente, el hecho de que fuera a dormir lejos de tantas miradas, entre soldados que seguramente no quisieran hablar con él. Le parecía una gran idea.

Estoy más que de acuerdo. Yo mismo iré por mi propio pie.
 
Pensó en añadir que se marcharía por la mañana, pero de eso ya no estaba tan seguro. Desde que había llegado había escuchado muchas cosas, unas eran puras tonterías, otras podían tener algún valor para él. Pero había algo que lo dejaba inquieto en toda aquella historia.
 
Se acostaría y mañana decidiría que hacer con su vida. Había perdido la mercancía de aquel mes, sus amigos ahora eran enemigos, y el mundo al final había sucumbido a la locura.
Solo le quedaba esperar que le dejaran solo para vestirse e ir a el puesto de guardia.
 
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23/04/2009, 15:33
Melegat Ansey

Entonces es hora de descansar. Dijo el pelilrrojo mientras estiró sus brazos y abrió grande su boca en un bostezo.

Melegat escuchó con atención las palabras de Devalin, las cuales no fueron de su agrado.

El minero negó con la cabeza y lentamente, se retiró de donde estaban todos, con la intención de descansar un poco.

Mañana será un nuevo día.

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23/04/2009, 21:09
Ayron Derkbal

Es una buena idea, - coincidí con aquella idea. El día había sido duro y cargado de sorpresas desagradables, por no contar con la herida que ahora adornaba mi hombro, la cual no me molestaba en demasía gracias a los cuidados recibidos por parte de Illianna...extraorinaria mujer aquella. Mostraba gran entereza para haberse visto inmersa en una situación como la que se encontraban. No cabía duda alguna, era más de lo que aparentaba - pero a Ónemar y a mí tendrían que indicarnos un lugar donde podamos descansar o donde poder encender una hoguera junto a la que calentarnos.

En realidad me importaba poco el tener que dormir al raso. Eran ya demasiados años haciéndolo como para que me preocupara. Incluso pensé que sería mejor. Ya había comprobado que los techos no siempre son seguros, pero veía realmente difícil que el mismísimo firmamente decidiera abatirse sobre nosotros durante la noche.
Y entonces recordé la criatura que había visto, desplegando sus alas y surcando el cielo a una velocidad increíble. Un escalofrío recorrió mi espalda y las dudas crecieron nuevamente.
Mas no lo admitiría, no ante desconocidos.

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25/04/2009, 09:43
Deron Nisha

El toque de retirada había sido un dulce bálsamo para Deron, cuyo cerebro prácticamente se había echado a dormir en cuanto escuchó que posiblemente por aquel día todo había acabado ya. Sin embargo, entre la bruma de la rendición, consiguií escuchar las palabras de Derkbal, respondiendo:

-Podéis usar mi cabaña si queréis un techo seco y no os importa aprovechar una buena alfombra de pieles.- se ofreció el explorador a acoger al caballero y al clérigo, tras la petición de su compañero de espada de horas atrás.

Luego, girándose hacia la salida, se dispuso a coger un catre tan pronto como lo tuviese a tiro. Sin embargo, a mitad de camino sus pasos le recordaron que estaba a punto de lvidarse de su verdadera amiga, y las botas giraron 90º hacia el lugar en que Nocturna esperaba, agotada y nerviosa, pero pacientemente, su cepillado de antes de dormir.

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27/04/2009, 12:56
Magistrado Méliant

-Cualquier habitante de Conira estará encantado de acogeros en su casa, no temáis pues no os van a faltar un techo, un jergón seco, una manta y un fuego donde calentaros. A ninguno de vosotros. Somos gente humilde y como tales conocemos la precariedad de la vida, aunque últimamente ésta nos ha tratado con generosidad. Encontraréis hospitalidad y buena comida mientras os encontréis en la aldea. - con un gesto, abriendo los brazos, el propio Magistrado invitó a quien quisiera a compartir su hogar.

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27/04/2009, 18:21
Illianna Sondrent

-Gracias, Méliant. Brúnil y yo aceptamos tu hospitalidad de buen grado, como otras veces. Aunque esta vez... sea en estas circunstancias. La muchacha bostezó, sin azoramiento ninguno. -Y estoy rendida, necesito descansar, como todos, vamos. Mañana espero que esta pesadez que arrastro haya acabado. Y ahora, ¡buenas noches a todos! Voy a buscar a tu mujer, que estaba con las sanadoras, y entre las dos disponemos lo que haga falta.

No parecía tan cansada como decía, por su tono alegre. Illianna era una campana tintineando, un arrolluelo cantando su canción entre rápidos, pajarillos piando al amanecer. Pero si uno recordaba el esfuerzo que debía haber representado ni que fuera únicamente su enfrentamiento con el monje, allá arriba en la empalizada... se admiraba no sólo de que siguiera en pie, sino de que siguiera viva...

 

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27/04/2009, 21:38
Ayron Derkbal

Le agradezco su hospitalidad, magistrado - respondí con un asentimiento educado hacia el anciano que ofrecía su techo, mas la decisión ya había sido tomada cuando el explorador había proclamado su ofrecimiento - pero aceptaré el alojamiento de Deron. Creo que esa alfombra me permitirá descansar sin caer en la relajación que permite un mullido lecho.

Realmente esa no era la única motivación que me llevaba a tomar esa decisión, pero prefería callarla y mantenerla en lo más profundo de mi pensamiento.
Con la espada ya envainada me dirigí hacia la puerta, esperando que Deron y Ónemar se acercaran para dirigirnos al lugar donde pasaríamos la noche, aunque dudaba de podre conciliar el sueño tras los sucesos acaecidos durante el día. Quizá el propio cansancio tomara las riendas y me obligara a sucumbir a él.

Justo antes de salir miré hacia atrás, primero para ver cómo Illianna se retiraba, con un andar grácil pese a la caída que había sufrido poco tiempo antes, y despues hacia el herido que aún se encontraba postrado en la cama.
Seguía sin fiarme de él, pero al parecer los demás le conocían y no creía que hubiese peligro alguno, por lo que finalmente me dejé ir y salí de la habitación.

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28/04/2009, 10:15
Director

Se retiraron de uno en uno, o en grupos pequeños, en busca del calor, el alimento y el descanso que bien se habían ganado sus cuerpos. ¡En verdad aquel había sido un día inolvidable! Por desgracia en más de un aspecto.

La llegada al Mesón Fronterizo, tan sólo una jornada antes, quien lo habría dicho. La fiesta de compromiso de Willer Ansey, una de las pocas orillas de felicidad entre tanto desconcierto, aunque con tan aciago final. El trovador y la Leyenda del Pueblo Perdido, misterio sobre misterio. ¡El Heraldo! El rosal. El terremoto. La muerte de conocidos y desconocidos. La traición del Monje. La tormenta. El duro y arduo camino. El extraño encuentro con el campo de batalla. Los cuerpos amontonados en una pira humeante. La llegada a Conira. La emboscada. Muerte, más muerte. Una cabalgada desesperada. La lucha por alcanzar la protección de la empalizada. De nuevo el Monje… y luego el silencio.

Era demasiado para un solo día. Demasiado para una mente humana, para un corazón humano. No resultaba extraño pues que les supusiera un gran esfuerzo, a pesar del cansancio acumulado rayando el agotamiento, alcanzar el sueño que les reportaría un olvido momentáneo. Alguno cayó en el catre ya dormido antes de apoyar la cabeza sobre la almohada. A otros les supuso una lucha desesperada de horas conseguir algo de descanso.

Pero para todos la mañana llegó con igual premura. Sin duda antes de lo debido, antes de lo deseado. Al menos la noche había sido tranquila.

Con los primeros rayos de sol una voz desde la empalizada les abrió los ojos y los sentidos.

-¡FUEGO! ¡FUEGO! ¡EN LAS COLINAS, FUEGO!

El aviso se repitió como un eco de distintas voces por toda la aldea y con él los ojos se abrieron y las mentes se alertaron. Sin embargo el cuerpo se negaba, brazos y piernas, músculos y tendones, heridas y dolores, ponían toda su resistencia a abandonar el lugar de reposo.

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28/04/2009, 12:28
Melegat Ansey

Melegat abrió su ojo derecho y lo asomó por la manta que cubría su cabeza y observó que todavía era de noche.

Una hora más... una horita más... Pensó el gigantón mientras se arrebujó un poco más entre sus mantas de piel y volvió a cerrar los ojos con fuerza e intentó no soñar con todo lo sucedido durante estos días.

[-¡FUEGO! ¡FUEGO! ¡EN LAS COLINAS, FUEGO!]

El sonido de los gritos hizo que Ansey se cayera de la cama enrredado entre las ropas de cama. Con una de sus manos tanteó a un lado de la cama sus ropas y su arma y se golpeó con la mano abierta sobre una de sus mejillas y así, se quito todo el sueño que podía tener acumulado.

La adrenalina comenzó a fluir por su cuerpo mientras se colocó sus ropas como pudo y salió fuera del lugar.

Miró hacia todos lados, sus ojos se movieron rápidamente de un lado a otro, buscando la dirección de donde llegaron los gritos.