Partida Rol por web

-Llevamos un paquete de ex-convictos, todos estamos hambrientos, el mal humor reina, está Wulf. No, definitivamente no va a ser sencillo... y eso sin contar con lo que pueda pasar durante la misión y que no seamos nosotros mismos. ¿Soy sólo yo o cada vez te apetece más amordazar a Lord Camiel? -le contesto al elfo también en susurros, aunque notablemente más graves, tanto en tono como en vocalización.

Asiento, pongo la mano en su hombro y añado:

- Agradezco que también vengáis vosotros. No confiaría mi vida a la compañía negra. Intentaré esquivar a Wulf todo lo que pueda, cuando intenta pensar hace tanto ruido que me distrae. - Sonrío.

Al día siguiente, una hora antes del alba, os encontráis en la explanada que hay delante de los barracones. Lord Camiel no tarda en aparecer seguido por lo que se considera que es su guardia personal y una veintena de hombres a pie encabezados por un eriadoriano fornido, al que algunos de vosotros reconocéis como Gornbald. Podéis observar que se encuentran las mismas compañías que se habían reunido el día anterior con sus correspondientes sargentos. También hay un carro donde se encuentra uno de los curanderos del campamento, Curumith, el cual dispone a su servicio a algunos hombres. Reconocéis a algunos de ellos, ya que luchasteis juntos en la batalla de Dol Gorf.

Lord Camiel nada más llegar y tras echar un rápido vistazo a los hombres allí reunidos, da la señal de partir. Al poco de partir observáis como llegan unos pocos hombres dispersos a la carrera, que se unen a las diferentes compañías. Lord Camiel ordena a Mellongaladh que se avance y vaya explorando el terreno con sus hombres, deteniéndose a cierta distancia, para luego, cuando les alcanzasen volver a adelantarse y así sucesivamente hasta llegar a su primer objetivo, el campamento del Cruce de Caminos.

Tras un par de horas de marcha llegáis a vuestro destino. Alguno de vosotros conocéis el lugar, al menos de pasada, dado que pasasteis por allí cuando os dirigíais hacia Edirey aunque no os llegasteis a detener. El Cruce de Caminos es un campamento rodeado por una empalizada de madera. Fue conquistado por la compañía mercenaria de jinetes de la Marcaich Chruaidh hace un par de meses, tras la batalla de Quiel. Al llegar os sorprender ver su estado, nadie diría que durante cuatro años y hasta hace bien poco, era el hogar de un ejército orco, ya que todo rastro de su presencia había desaparecido y el lugar daba la sensación de ser hasta confortable, dentro de lo confortable que puede ser un campamento militar. A vuestra llegada os sale a recibir Daeros Rhudainor, capitán de la Marcaich Chruaidh. Es un dúnedain que si no llega a ser por sus rasgos y su altura, pasaría por un montañés, dado que viste de forma muy parecida a ellos. Aparte de su vestimenta, llama la atención un parche que lleva en el ojo derecho. Tras cruzar unas palabras con lord Camiel, ordena que se disponga a alojaros.

La visita transcurre sin problemas, y dada la cercanía en que se encuentra vuestro siguiente objetivo, Dol Nendin, visible desde el Cruce de Caminos, realizáis la inspección en un día, pasando la noche en el campamento. Queda patente la profesionalidad de las tropas allí asentadas, ya que su disciplina es incuestionable e intachable, cosa que lord Camiel alaba ante vosotros y el capitán Daeros, para regocijo suyo (aunque su falta de inexpresividad os hace dudar de que esté contento) y molestia vuestra, ya que lord Camiel, como es habitual en él, os compara de forma poco gratificante con las tropas allí dispuestas, dejando claro que tenéis que aprender mucho de lo que allí se ve.

Las tropas de Don Nendin no están tan disciplinadas como las del Cruce de Caminos, pero también se ve que hay disciplina. En ambos lugares os informan de que no tienen más provisiones para enviar a "El Refugio", pero que si tienen un mínimo de excedente lo enviarán de inmediato, hasta que la situación se normalice.

Al día siguiente partís hacia Barad Esher. Por las palabras de lord Camiel, su informe sobre las tropas del Cruce de Caminos y Don Nendin será muy favorable.

Tardáis otras dos horas y media en llegar a Barad Esher. También algunos de vosotros lo conocéis, dado que también pasasteis por allí cuando os dirigíais a Edirey, pero al igual que con el Cruce de Caminos, no os detuvisteis. Barad Esher consiste en una torre cuadrada de tres pisos (sin contar planta baja), rodeada por una empalizada de madera. En estructura y apariencia es similar a la torre de Dol Gorf.

A medida que os acercáis veis gente en la empalizada pero nadie os sale al encuentro a recibiros o ni siquiera os abren las puertas a medida que os acercáis.

Como vanguardia rodeamos la torre sigilosamente intentando observar lo sucedido en ella, ¿algún signo de lucha en el exterior?, ¿movimientos en el interior?. Busco cualquier intento de ataque desde dentro o emboscada antes de que llegue Lord Camiel.

-Mmmmm, que raro, se ven figuras pero parece que hacen caso omiso de nosotros. Avisad a las tropas sin llamad la atención y que se preparen para un despliegue defensivo. Dada nuestra posición si pasa algo nos replegaremos hasta encontrarnos en zona segura.

Me despliego según las ordenes.

Carregant l'arc, com sempre, i preparant-ho per a un possible dispar d'advertència, Maeglin s'acosta bordejant el camí i amagant-se entre els matolls.

Os acercáis lo más sigilosamente que podéis, aunque no podéis evitar pisar alguna rama, sonido que oís perfectamente. A medida que os acercáis a la torre, observáis que hay restos de fuego en algunas zonas de la construcción, así como en la empalizada, aunque estas últimas parecen que han sido torpemente reparadas. No sabríais decir qué, pero estas marcas os llaman la atención, aunque no sabríais decir el motivo, hay algo raro en ellas.

Sense que ningú se de compte, surts de la formació, aprofitant que tothom està distret vigilant la torre. Sense problemes, t'escapoleixes entre la mala herba, prepares el teu arc i t'aproximes sigilosament cap a la torre.

Pots observar que hi ha restes de foc en algunes zones de la construcció, així com en l'estacada, encara que aquestes últimes semblen que han estat torpement reparades. No sabries dir què, però aquestes marques et criden l'atenció, encara que no sabríeu dir el motiu, hi ha alguna cosa estranya en elles.

-¡¡Alto!!, ¿quien va?, ¡identificaros!

-Soy lord Camiel, señor de Soders, al servicio de Dol Tinereb. Lord Celebdur me envía para inspeccionar vuestro campamento. Tendríais que estar avisados ya que se os envió un mensajero hace días.

Tras unos segundos de duda, en que podéis observar como el soldado habla con alguien más, y ese alguien, en forma de sombra, cruza corriendo la empalizada hasta desaparecer hacia el interior del campamento.

-Un momento señor, ahora os abrimos. No estábamos seguros de quienes erais, y más cuando hemos visto a varios de vuestros hombres desplegarse por la zona.

Sigilosamente, Cúthalion llega hasta vuestra posición, sin que os déis cuenta hasta que os avisa, de tal forma que no os sobreseltéis.

-Se nota que la fortaleza ha sufrido un ataque por las huellas que presenta, aunque son de hace tiempo, me sorprende que no la hayan rehabilitado, al menos en algunas zonas. Hay lugares dañados por el fuego que podrían llegar a desprenderse.

-Bien soldado, pero no tardéis, tenemos mucho trabajo que hacer. Soldados, ¡replegaos y en formación!