Partida Rol por web

El sol sale en Aflitain, capital portuaria de shazaar. Poco a poco, las calles y los barrios de la misma van comenzando a llenarse de vida. Mercaderes que reciben mercancía, vendedores que abren sus puestos..... la ciudad va despertando poco a poco hasta convertirse en la activa urbe que es. Os despertais. Nuevamente hechais un vistazo a vuestra mesilla para ver la nota que habíais recibido ayer, y que os instaba para un pequeño trabajo.

Cako se habia alojado en un cuchitril de los barrios bajos. Se sentia mas a gusto donde nadie se fijase en si salia o entraba en medio de la noche.

Abrio lo justo una rendija de la ventana de la habitacion para dejar pasar un rayo de luz. Leyo la misiva con atencion por segunda vez mientras acariciaba su amuleto con los dedos. Las cosas se precipitaban desde que habia escapado de la muerte en las mazmorras de Gromoorva; algo parecia guiarle y no podia mas que seguir su instinto ante lo desconocido. Recogio sus cosas (lo puesto), destrabo la puerta y salio a encontrarse con su destino.

Para pasar desapercibido (*) lo maximo en esta ciudad me ospedé en el mismo tuburio en el cual acabé la noche... una mañana mas en este lugar, lejos de mi casa y sin mas ganas que matar al primero que vea al despertar, me incorporo en el camastro... ¿que mierda de bebida me dió ayer el tabernero?... puag... escupo en el suelo... ese tabernero se va a enterar... me limpio la baba con la mano... ¿como llegué aquí arriba?... y al mirar a mi izquierda veo que en la mesilla hay una nota... y pienso... ¿quien habrá dejado esto en la mesilla?... antes de disponerme a leer el papel me pongo a buscar alguna señal de quien podría haber entrado en la habitación durante la noche... (*) antes de volver a acostarme en el camastro y disponerme a leer la nota... me dirijo a la puerta a mirar si el cerrojo de la puerta esta cerrado, si no lo esta lo cierro...

La nota te la dieron la noche anterior antes de cogerte la borrachera. Te requerían para un trabajo. Nadie ha entrado a tu habitación.

Leo por encima la carta, sin prestar mucha atención en los detalles de la misma y me dirijo escaleras abajo para hablar con el tabernero, espero que esté solo en la cocina y aprobechar para dejarle las cosas claras...

La nota dice: Posada del viento del Sur a mediodía. Está escrita con tu letra.

Lo que hace la mierda que me ha dado el tabernero, no me acuerdo de que hubiera escrito esto... la miro mas detenidamente... si... si es mi letra... la meto en uno de los bosillos abro la puerta de mi habitación y me dirijo hacia la parte de abajo de la taberna... al llegar me apoyo en la barra esperando que llegue el mismo que me sirvió el brevaje de ayer... digo hacia mis adentros... aparece... aparece... venga... venga...

Bajas las escaleras hacia la taberna, y ves sentado en una mesa a un guerrero del desierto de las lágrimas. Apoyada en la pared cercana a él, descansa una enorme espada demonio.

Bajo los escalones con tiento y sin ningún ruido, sentado en una mesa veo a un guerrero concentrado en el desayuno de unas gachas que me repugnan solo el olor desde mi posición... continúo hacia la barra para ver la posición del posadero, espero que entre en la cocina y voy detrás de el...

Me desperezo, dolorido, del catre donde he pasado la noche y miro de soslayo la nota que descansa en mi mesilla. Un trabajo. Justo lo que necesitaba pues el viaje desde Eshmir había resultado largo y costoso reduciendo drásticamente mis fondos a apenas lo justo para mantenerme durante un corto periodo de tiempo.

Me incorporo del catre y me arrodillo en el suelo, a dar gracias a mi Señor, el Ejecutor, por permitirme vivir un día más para servirle y cosechar almas en su nombre. Extiendo mis antebrazos, con las marcas frescas de las laceraciones que me practiqué ayer y satisfecho vuelvo a abrir algunos de los cortes, dejando que gotas de mis sangre mojen la cabeza de mi maza, consagrada a Él.

Es hora de moverse, mi segundo día en Aflitain promete ser interesante y Hiounhurn espera, impaciente, que realice mi trabajo llevando al muerte a dondequiera que vaya.

Voy a la sala común donde le pido al posadero la cuenta y le pago lo debido. Hoy no desayuno, solo acepto agua, voy a mantener un pequeño ayuno para mantener claras mis ideas y honrar a mi Señor.

Ya preparado, voy a donde me dirige la nota para conocer más detalles del trabajo...

Tranquilo, vamos por partes. Tu querías que el guerrero no te viera, y para eso, tienes que ocultarte primero del guerrero. Tu lo intentas, y has fallado, ahora puede ser que el guerrero te vea y te diga algo, que te vea y pase de ti, o que no te vea porque está absorto en sus pensamientos. Igual odia a los pantangianos y no llegas a la cocina. Dejame que yo te diga que ocurre tras tu tirada.

Miro a ver lo que hace el guerrero al verme...