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Los Salones del Rey de la Montaña

Los Salones del Rey de la Montaña [Partida]

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26/03/2020, 14:47
Nicholas Nicholson

- Veo que la señorita tiene buen ojo para la calidad, si, si - comenta adulador el tendero - Y sensatez. Una lámpara puede salvar una vida.

El anciano se aproxima rápidamente a la balda y vuelve con tres lámparas en la mano.

- He aquí mi catálogo completo. Veréis que cada lámpara se adapta a una necesidad y a un bolsillo diferente. Decidme ¿qué os parecen? La tradicional lámpara, por tan sólo cinco perniles, la lámpara ciega, que pese a su nombre no es tal, cinco reales, y la impresionante lámpara buey, imprescindible en cavernas y mazmorras, por tan sólo diez reales.

Dando un par de cómicas zancadas se aproxima a la ventana y apunta con el bastón hacia la mesa donde descansan una serie de viales.

- Por supuesto una lámpara no es nada sin su aceite. Como muestra de buen voluntad, si compráis cualquiera de ellas incluiría de manera gratuita un botellín del mejor óleo de lámpara que podréis encontrar en la Hondonada. ¿Qué me decís?

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26/03/2020, 15:15
Amber Hammersmith

-¡Øverste Ild sea con vos! Mi nombre es Amber Hammersmith, represento la Orden de la Llama Sagrada y lo que espero encontrar se resume en una palabra: -respondió, y a continuación añadió en un susurro que sólo pudo oír Marble- Oricalco.

Nadie sabía a ciencia cierta si podrían encontrar oricalco en Durin-Dûm. Según las leyendas y canciones sacras de los Hammersmith, los salones y las cavernas bajo las Montañas de la Bruma se encontraban llenos del preciado metal, con vetas que recorrían paredes, techos, suelos... A lo largo de los kilómetros y kilómetros de vastas cámaras y laberínticos pasadizos se veían trazos broncíneos que brillaban como el sol, como el fuego de la fragua.

Los herreros lo llamaban "miel en la piedra", ya que era un metal deliciosamente fácil de trabajar en la forja. Eso llevó a que desde el principio de los tiempos se considerara que el mineral era del agrado de Øverste Ild y por ello lo había dado a los enanos, quienes lo usaban especialmente para fabricar objetos dedicados el culto de la Llama Sagrada.

Sin embargo, su llamativo color y la resistencia del acabado hacían del oricalco un metal muy atractivo para muchos enanos. Y si la Orden de la Llama Sagrada deseaba construir un templo al Señor de la Forja en las ruinas de Durin-Dûm (como era su objetivo último) cuanto menos supieran los otros clanes, mejor.

-Confío en que puedo contar con tu discreción -continuó, y luego en un tono de voz normal-. Por supuesto que las ruinas de Durin-Dûm son el final perfecto para un viaje de peregrinación. Agradeceré al Señor de la Forja haberme elegido como su representante y daré gloria a su Llama Sagrada en la casa de nuestros antepasados.

Marble Stoneshield asintió levemente y Amber supo que ese serio semblante prometía silencio.

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26/03/2020, 17:20
Hilda Goldstaff

Ante la insistencia del tendero en seguir negociando con ella, Hilda no pudo sino acercarse a observar las lámparas con más detenimiento. La verdad es que no contaba con mucho dinero, y pensándolo bien, alguno de sus hechizos podrían sacarles de un apuro en caso de que las lámparas se quedaran insuficientes, por lo que, tras intercambiar una mirada de aprobación con Otto, se decantó.

- Muy bien, señor Nicholson, me llevaré la lámpara sencilla. Aquí tiene su dinero. Otto - dijo dirigiéndose al explorador- ¿Tú estás interesado en algún otro artículo?

 

Notas de juego

"Rebuscó en su petate las monedas que había podido reunir antes de abandonar su aldea, y dejó caer 5 plateadas en la mano que el amable tendero le tendía"

Y con esto y un bizcocho, me descuento 5 PP de mi inventario, me quedo pobre pero ya no estaremos ciegos en la oscuridad. Añado la lámpara sencilla.

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26/03/2020, 21:18
Otto Ironwood

Otto asintió. La compra de una lámpara seguramente les sería de utilidad. Por cinco piezas de plata no era ninguna bagatela, aunque se esperaba algo más caro dada la situación. Otra mirada dirigida al tendero le hizo sospechar, estaba convencido de haberlo visto en algún otro sitio. Pero los vendedores ambulantes son iguales en todos lados, cortados del mismo patrón. Más le valdría tranquilizarse, últimamente veía fantasmas por doquier…

-Nos llevaremos la lámpara, sí. También necesitaremos otro odre de agua, otra botella de aceite, cinco antorchas, un silbato y diez sacos -dijo Otto con convicción, casi sin respirar, mientras miraba firmemente a los ojos a Nicholas. -Creo que con eso será suficiente por ahora. Espero que Astrid y Kara no malgasten sus cuartos en ropitas tontas- comentó en voz baja dirigiéndose hacia Hilda. 

-Marchémonos antes de que Ash se ponga nervioso y asuste a algún lugareño. 

Notas de juego

Y con esto creo que me quedo a cero de moneditas... :( 

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26/03/2020, 20:22
Kara Ashenstorm

-¡Buen día, compadre! -dijo Kara poniendo una estudiada cara de poker- Somos unos viajeros que buscan con qué defenderse. Un buen amigo me ha enviado aquí sin dudarlo. Se rumorea que aquí dispones de dagas y flechas de la más fina factura. Tu reputación alcanza más allá de la comarca.

- "Por tu expresión parece que me reconoces. En efecto, soy Rira "Lenguadeplata". Traigo noticias de todos los confines del mundo que pueden resultar muy jugosas para un mercader experimentado y con un gran negocio en ciernes como el tuyo. Es una información que guardo con celo, esperando a ser revelada a oídos dispuestos a sacarle partido." 

Sabía bien la historia de "Lenguadeplata", esa vieja ya se había retirado hace tiempo de los caminos. Pero Kara había heredado su viejo cuerno...y una leyenda que estaba más que dispuesta a mantener viva. Si de algo podía presumir es de rodearse de los mejores talentos y aprender rápidamente de ellos. Sabía reconocer el talento y algún día esperaba transmitir el suyo a sus futuros aprendices. Las historias y cómo transmitirlas a las futuras generaciones era la mayor pasión de Kara.

Falsamente compungida, Kara miró al suelo."Me pareces el individuo adecuado, pero...claro...no puedo darte esta información a la ligera. Mi reputación se vería afectada."-Fingió pensar largamente- "¡Lo tengo! ¿Qué te parecería intercambiar esta información por un par de tus dagas y alguna de tus flechas?"

 

Kara esperó a ver si su actuación había surtido el efecto que ella deseaba.

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26/03/2020, 22:34
Astrid Copperforge

Al principio Astrid se mostró un poco reacia ante la desconocida que, bajo su punto de vista parecía un poco chismosa ¿por qué no podía esperar al resto del grupo? Sin embargo, al ver que Flint se encontraba cómodo en aquella situación, Astrid no dudó en confiar en Marble Stoneshield.
Lo que no le sentó bien fue el secretismo de Amber; si eran un equipo debían saber cuáles eran los objetivos de cada uno de sus miembros, así que decidió marcarse un farol. Confiaba en Marble y de verdad que le hubiera gustado decirle que quería investigar los materiales de aquel lugar para devolver la gloria al clan de los mineros, quizá el conseguir un buen hallazgo podría ayudar a mejorar la situación de los trabajadores de su aldea. Las minas se agotaban sin remedio, el trabajo era muy duro y las familias del clan temían por su futuro. La bárbara soñaba con saber dirigir bien a su clan y hacer que jamás sintieran preocupación, de momento no le importaban los medios si el fin era justo con los suyos. 
Astrid por el momento no contaría sus verdaderas intenciones, no contaría nada al oído de una desconocida
-Deseo saciar mi curiosidad y ayudar en lo que pueda. Necesitaba una aventura, ponerme a prueba en extremo y creo que al volver estaré en mejor condición que nunca para ayudar a mi clan con lo que allí descubra.

Tras estas palabras sostuvo respetuosamente la mirada de Marble intentando adivinar si con esa frase sería suficiente para pasar el filtro de lo que le llevara a hacer aquella pregunta.

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27/03/2020, 00:36
Nicholas Nicholson

Conforme Otto enumera la lista de artículos que plantea adquirir veis cómo el estrafalario tendero recorre el carromato con presteza. Pese al desorden reinante sabe dónde está cada cosa y para cuando el aguerrido enano termina de hablar ya tiene todo lo necesario entre los brazos.

- Se nota que no es el primer rodeo del caballero, si, si - asiente el viejo Nicholas - Como bien dije: un hombre que sabe exactamente lo que quiere. Y si para con la dama he tenido el detalle qué menos que ofrecer al caballero una muestra de agradecimiento.

El hombre rebusca entre los cachivaches que pueblan la mesa cercana y saca un hatillo pequeño. Un puñado de tizas de colores.

- Seguro que alguien con sus recursos sabrá sacarle provecho a este pequeño obsequio, si, si. Y si eso es todo serían un total de 5 perniles por la dama y otros cinco por el caballero. Un verdadero placer hacer negocios con vosotros. Espero que recordéis al viejo Nicholson la próxima vez que visitéis la Hondonada.

Satisfechos con la compra os ponéis en marcha nuevamente. La plaza del pueblo no está lejos y tardáis tan sólo unos momentos en llegar. Amber, Flint y Astrid se encuentra ya allí, acompañados por una enana que luce los emblemas del clan de los Stoneshield. Kara y Dirk llegan también.

Notas de juego

Apuntaos los objetos en el inventario y descontad el dinero. Como bien ha comentado @Ojetedebuho Otto se queda sin efectivo y Hilda se queda con tan sólo 1 pieza de plata.

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27/03/2020, 00:37
Björn Björnson

La historia de “Lenguadeplata” ya te había funcionado otras veces. No han sido los pocos los que habían caído en aquella vieja treta. Sin embargo, en esta ocasión, algo de dice que el herrero no ha picado el anzuelo. De hecho, cruzando los brazos, te sonríe.

- Rira, ¿eh? Hace mucho que no oía ese nombre - responde mientras se vuelve hacia una de las estanterías - Yo era tan sólo un chaval y mi padre, el bueno de Björn Björnson, aún regentaba esta forja cuando aquella mujer visitó por última vez la Hondonada. Y la condenada ya era vieja en aquel entonces.

Para cuando te das cuenta el hombre se aproxima a ti con una daga en la mano. Intuyendo lo que se te viene encima buscas a Dirk con la mirada, ¡pero el condenado ha puesto pies en polvorosa!

- Tengo una oferta para ti ¿qué te parecería si encuentro un uso mejor para mis dagas y mis flechas? - la sonrisa se ha borrado de su rostro.

No hace falta decir que tu imaginación hace el resto. Siguiendo el ejemplo del buscavidas abandonas el desvencijado establecimiento llevándote contigo al menos tanto dinero como trajiste. Te alejas en dirección a la plaza del pueblo. Sabes que Dirk no dirá nada (más le vale), pero por el camino craneas una historia creíble por si los demás atinan a preguntar. El sitio no está lejos y tardáis tan sólo unos momentos en llegar. Amber, Flint y Astrid se encuentra ya allí, acompañados por una enana que luce los emblemas del clan de los Stoneshield. Otto y Hilda llegan también.

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27/03/2020, 00:38
Marble Stoneshield

Marble Stoneshield, yelmo en mano, escucha en silencio a las representantes del clan de los mineros y los herreros. La mujer les sostiene la mirada, como si tratase de descubrir lo que se esconde detrás de sus palabras. Afortunadamente, el resto de la compañía llega a la plaza en el momento justo. La enana saluda respetuosamente a los recién llegados.

- Saludos también a vosotros, hermanos y hermanas. Mi nombre es Marble Stoneshield. Veo que ya estamos todos. Si habéis venido a por una aventura - dice clavando su mirada en Astrid y colocándose nuevamente el casco - habéis venido al lugar correcto. Seguidme, por favor. Lo que debemos discutir es de suma importancia.

La mujer os guía a través de las callejuelas de la Hondonada hacia la zona más próxima a las faldas de la montaña. En aquel sitio las edificaciones son más antiguas, mucho más, pero también más recias. Se trata del casco antiguo de la aldea. El barrio de los enanos. Varios niños juegan frente a la puerta de un edificio cercano persiguiendo a un cabritillo. Al veros pasar dan un respingo y corren a esconderse entre las casas. No todos los días se ve a grupo de enanos fuertemente armados paseando por las calles del barrio.

Al cabo de un tiempo os detenéis frente a una puerta desvencijada y marcada con cientos de pintadas. “Viejo chiflado”, “Vuelve a tu bosque y piérdete”, “Traidor al clan”, son algunas de las lindeces más recatadas que conseguís leer. Marble se acerca y golpea la puerta rítmicamente cuatro veces. Segundos después el sonido de pesados cerrojos se escucha del otro lado. Decenas de ellos. Por fin la puerta se abre lo suficiente como para que un ojo desorbitado y parte de una barba desaliñada asomen por la puerta.

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27/03/2020, 00:39
Willow Ironwood

- ¿Quién va? ¡Marchaos! He dicho ¿quién va? - grita el enano desde la seguridad de su hogar - Os lo advierto ¿quién…

La enana se aproxima al dintel y habla con el anciano durante unos incómodos instantes. La puerta se cierra en sus narices. Se gira hacia vosotros y se aleja un par de pasos, lanzando un suspiro. En ese momento el último cerrojo chasquea y un enano de aspecto claramente desmejorado se abalanza sobre vosotros. Todos conseguís evitar al desharrapado personaje, salvo Amber, quien acaba en los brazos del desquiciado personaje.

- ¡Oh, por fin! ¡Mis súplicas han sido oídas! ¡Mis palabras han llegado a los clanes! - exclama casi entre lágrimas. Soltando a la sacerdotisa se gira y agita el puño hacia el puñado de niños que se esconden entre los callejones - ¡¿Veis?! ¡No estoy loco! ¡Mi palabra ha llegado a los clanes! ¡¿Me oís?! ¡A los clanes!

Recuperando un mínimo de compostura el enano os invita a pasar. Uno a uno accedéis a la pequeña y humilde vivienda. “Vivienda” es quizá una palabra demasiado… bueno, ya sabéis. El mobiliario es escaso y el nivel de limpieza deja mucho que desear, pero os las apañais para reuniros en torno a la improvisada mesa que se encuentra en el centro de la estancia.

- Disculpad mis modales - se excusa el anciano mientras cierra la puerta y comienza a cerrar pestillos y candados con presteza - Mi nombre es Willow Ironwood. Explorador retirado. Bueno, al menos lo estaba hasta hace poco. Imagino que la señorita Stoneshield os habrá puesto al corriente de…

Marble carraspea y niega con la cabeza. Willow se rasca la cabeza y masculla un par de frases incomprensibles. Sin mediar palabra el enano se agacha y se quita una de las botas que procede a agitar frente a todos. Sobre la mesa cae entonces algo pesado del tamaño de un puño, envuelto en un papel. El viejo extiende el papel y os enseña su contenido. Sobre la mesa podéis ver un tosco mapa de lo que parecen ser las Montañas de la Bruma y, marcado en cierto punto, las palabras: “Durin-Dûm”. En su mano extendida reluce una pepita del color del bronce, un fragmento de oricalco. Willow sonríe dejando ver que le faltan un par de dientes.

- ¿Y bien?

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27/03/2020, 17:15
Hilda Goldstaff

La joven relajó los músculos una vez Willow les pidió disculpas, pues ya estaba preparada para agarrar su martillo en caso de que el hombre se llegara a poner más violento. No le pasó por alto que se apellidase igual que Otto, pero dado que se trataba de otro explorador, no le dió mayor importancia. Al fin y al cabo, las relaciones de parentesco, en mayor o menos grado, eran algo bastante frecuente entre los miembros de un mismo clan. Todos compartían los mismos antecesores.

Y entonces el viejo abrió el mapa. Los ojos de Hilda centellearon de ilusión al leer las palabras Durin- Dûm sobre el pergamino que aquel harapiento anciano les mostraba. Aquello era lo que llevaba soñando durante tanto tiempo, y ahora por fin se estaba convirtiendo en realidad. No pudo sino dar gracias a los dioses por haberle permitido tener la fortuna de llegar hasta allí.

Irónico que fuese a encontrar su objetivo más añorado en un lugar como aquel. Cuando soñaba con la persona que tenía la llave a Durin – Dûm se imaginaba algo más…Algo menos…No encontraba las palabras para definir aquel lugar. Las pintadas en la puerta le habían encogido el corazón, y no podía sino sentir cierta compasión hacia aquel saco de huesos desdentado que tan orgullosamente les sonreía.

Tenía que haber sido duro vivir tantos años defendiendo una verdad y siendo tratado de loco.

Hilda miró, cómplice, a Amber, que le sonrío y volvió a dirigirse hacia el mapa, que miraba con casi el mismo brillo en los ojos que el que tenía ella misma. De pronto, un atisbo de duda asomó a sus pensamientos.

- ¿Este mapa es fiable, maese Ironwood? – preguntó la joven maga, poco convencida. Pensó que estaba igualándose a las gentes de la aldea poniendo en duda la palabra de aquel anciano, pero al fin y al cabo muchos eran los años que había soñado con aquel momento, y no tenía intención de regresar de la expedición con el corazón roto y la ilusión perdida.

Entonces pensó en aquel pobre hombre, habiendo perdido su vida, parte de su cordura y casi toda su higiene en la búsqueda de ese mapa, soportando las burlas y risotadas de sus vecinos. ¡Qué cuernos! ¿Había hecho todo el viaje hasta aquí para regresar a casa sin arriesgarse? “Deja de ser tan niña, Hilda”, se dijo. Así pues, antes de que el señor pudiera responderle, sentenció:

- Olvide la pregunta. No soy quién para cuestionarle. Si la intención es embarcarnos en esta empresa de encontrar las ruinas de Durin – Dûm, cuente con mi magia.

Y sonrió ampliamente. Por fin su sueño se iba a hacer realidad. ¿Qué era lo peor que podía pasar? ¿Un mapa erróneo? ¿No encontrar las ruinas? Pues en ese caso habría estado más cerca de conseguirlo de  lo que podía decir cualquier otro enano que conociese, exceptuando por supuesto a la comitiva que la acompañaba.

Lo que no sabía aún la joven maga es que en esa montaña se escondían cosas mucho peores que un camino mal escogido. E iba a descubrirlo pronto. 

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29/03/2020, 20:03
Kara Ashenstorm

No pudo evitar una media sonrisa al ver la escena. Esa vieja gloria se le antojaba entrañable. No entendía la reacción de algunos de sus compañeros. Ese hombre era la razón por la que estaban allí. A todos les interesaba llevarse bien. Kara, por primera vez en su vida, y, pese a las sorprendidas miradas de sus camaradas,decidió mantenerse en silencio. El hombre que tenía ante sus ojos era justo lo opuesto a lo que ella. Él viejo Ironwood llevaba media vida contando una verdad que la gente asumía como locura. Mientras que la enana llevaba media vida contando locuras que la gente creía a pies juntillas.

Se quedó mirando a esa figura desvencijada con infinita admiración. Estaba dispuesta a escuchar cada una de sus palabras con toda la atención de la que fuera capaz. 

El hombre recuperó la compostura y les invitó a pasar. La austera casa era justo lo que esperaba Kara. Paredes completamente vacías, un jergón en una esquina, entre sombras y no se apreciaba nada en toda la estancia que no fuera objetivamente útil. Toda la estancia daba a entender que , en cualquier momento, sus habitantes podrían irse para no volver.

El hombre los acomodó como pudo alrededor de una destartalada mesa de madera. Estaba muy claro que no acostumbraba a recibir visitas. Procedió a mostrarles un ajado trozo de papel, "mapa" lo llamó él. Kara no podía evitar la sensación de que ese mapa estaba incompleto. Había algo que no acababa de cuadrarle. Hilda parecía dar muestras de estar en consonancia con ella. Pero por alguna razón. no continuó con sus elucubraciones.

Un fragmento metálico brillaba entre los dedos del explorador. Oricalco. El metal de las leyendas. Esperó que su rostro no dejara entrever su excitación. Pero sus ojos no dejaban de volver sobre el trozo de papel. Algo fallaba, a ese mapa le faltaba algo. 

 Kara rompió su silencio. Pudo más su curiosidad:

- Perdón, buen señor ¿Me dejaría echar un pequeño vistazo a ese mapa?

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29/03/2020, 22:27
Amber Hammersmith

-¡Por la Fragua Divina! -exclamó Amber cuando el viejo la abrazó repentinamente, en medio de una celebración frenética. No paraba de gritar cosas a nadie en particular y, la verdad, no daba la sensación de estar muy cuerdo.

Sin embargo, cuando les invitó a entrar en su casa, todos le siguieron. Y cuando se quitó una de sus botas para sacar de ella un mapa de las montañas y una pepita de oricalco, Amber supo que habían hecho lo correcto. El viejo Willow sería la llave de entrada a Durin-Dûm, y, por ende, la solución a sus plegarias.

Sonrió y miró cómplice a Hilda, que también sonreía. Cogió el amuleto con una mano y lo apretó firmemente, dando gracias mentalmente al Señor de la Forja por haberla traído hasta aquí. De ahora en adelante las cosas probablemente fueran más difíciles, no cabe duda, pero haría los sacrificios que fuesen necesarios por el bien de la Orden y para gloria de Øverste Ild. Cerró los ojos y besó suavemente la reliquia. 

Miró nuevamente la pepita de oricalco, intentando calcular cuántos amuletos podrían hacerse sólo con esa cantidad. ¡Qué gran honor tendrían los novicios de poder llevar con ellos una pequeña parte de Durin-Dûm! Su mente voló entonces a encontrarse con sus aprendices: el gracioso Hakkon y su hermana Lena, de rizos como el fuego; el rebelde Ivar, la metódica Inga y la pequeña Siggy con su permanente sonrisa... A su vuelta tendría tantas cosas que contarles, tantas manifestaciones del Señor de la Forja guiando su camino...

La voz de Kara la sacó de su ensimismamiento. Willow giró el mapa en la mesa para que ella pudiera verlo de frente y se dedicó a examinarlo. Amber se acercó a echar un ojo también, pero su atención no parecía poder separarse de la piedra. Con una mirada pidió permiso a Willow para cogerla y éste asintió levemente. Pudo notar cómo las miradas de varios de sus compañeros se clavaban en su mano izquierda mientras alzaba la pepita, sorprendentemente liviana. Se palpaba cierta tensión en el ambiente. Todos tenían sed de respuestas y hambre de aventuras y estaban deseando emprender el camino de una vez.

-¿Cuándo partimos?

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29/03/2020, 23:00
Otto Ironwood

¿Pudiera ser verdad? Otto sólo había oído historias del mítico Willow Ironwood. Técnicamente era un familiar lejano, lo cual era confirmado por el color gris de los iris de los Ironwood. Ningún otro clan de enanos tenía la misma tonalidad, tan clara que parecía nieve y a la vez tan penetrante. Sí… estaba claro que era (o fue) un Ironwood, pero… ¿el legendario Willow? Su abuelo le contaba historias de pequeño acerca de las proezas de Willow. Recorrió las minas de Thûriam-Mir él solo, llegó hasta los vastos mares del Norte, recuperó el lienzo de mitrilo que llevaba décadas en manos del Clan de los Trasgos azules y que ahora adorna el salón del Clan, incluso forjó el anillo rúnico de platino. Willow llegó a ser aclamado como líder del Clan de los Exploradores y los llevó a lo más alto dentro del estamento enano. Y sin embargo un día desapareció sin dejar rastro… su abuelo le contó que, aunque fue algo llamativo, poco después nadie le dio la mayor importancia. Supusieron que marchó a recorrer otra aventura. Por desgracia, los años pasaron y nunca nadie más volvió a saber de Willow, las gestas se olvidaron y los textos se perdieron en pasillos y galerías profundas.

¿Y ahora le querían decir que ese decrépito anciano, ese enano senil y sin dientes, era el legendario Willow? Por la Llama Sagrada, si incluso para un ajado Otto ese señor podía ser su tatarabuelo…

-¿Dónde me he metido?- pensó lánguidamente Otto. -En fin, de perdidos a la estalactita, como dicen en mi casa.  

Ya tendría ocasión a la vuelta de charlar con ese anciano para ver si podía sacar algo en claro, aunque albergaba enormes dudas. El oricalco sin duda era cierto, Otto sólo había tenido algo así en sus manos un par de veces, y era un fragmento mucho más pequeño… un trozo así tendría que haber salido de una veta mucho mayor, de la legendaria Durim-Dûm.

-A este mapa le falta algo… Señor Willow, puede que usted esté en sus cabales más de lo que nos quiere hacer creer. Esas marcas en las esquinas… esas runas… este mapa no es de manufactura enana. Al menos, no de ahora, podría pertenecer a la Antigua Edad, cuando los Altos Enanos forjaban el devenir del mundo. Creo que, antes de partir, usted tiene mucho que contar…

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29/03/2020, 23:55
Astrid Copperforge

"Pues es verdad, aquí estamos". De nuevo le asalto a Astrid el conocimiento de dónde se encontraba, de la suerte tan grande que tenía de estar empezando ya esa aventura. Cada vez parecía más real aunque el enano de avanzadísima edad y avanzadísimo estado de abandono pudiera dar la impresión de que se les estaba tomando el pelo. Ya no faltaba nada para mantener la gloria de los mineros pero... "Vaya" - Susurró para sí misma Astrid al notar que el resto del grupo se inclinaba más que ligeramente hacia la pepita de oricalco. A ver, estaba claro que el rumor de que existía un material como ese en la montaña se mantenía como un secreto a voces pero era una molestia pensar que toda esa gente tenía el mismo objetivo que ella.

En ese momento, en ese instante real la misión que había llevado a Astrid a dejar su hogar de un portazo y llegados a este punto no podría volver con las manos vacías. La emoción que sentía la enana se hizo notable enseguida, sus mejillas ardieron de entusiasmo, sus ojos azules brillaron con más esperanza que alivio y por primera vez el grupo, sombrado, pudo ser testigo de una enorme sonrisa ilusionada -¡¡No veo el momento de dirigirnos hacia Durim-Dûm y ponermos a hacer lo que sea que haya que hacer!! - La imagen de Astrid sonriendo y de Willow Ironwood celebrando era en parte divertida y en parte sobrecogedora.

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30/03/2020, 02:29
Willow Ironwood

Con el orgullo propio de quien ha descubierto algo valiosísimo el viejo enano no tiene reparos en permitiros tanto el mapa como la pepita. Hay quien diría que le cuesta mantener incluso la compostura, pues lo más probable es que seáis los primeros en compartir su hallazgo.

Observáis el mapa con detenimiento. El viejo pergamino se encuentra en muy malas condiciones, pero se ven con claridad las diferentes anotaciones. Aquí y allá faltan algunos pedazos.

- ¡Oh! El olfato de un Ironwood - Willow enarca las cejas - Tienes razón, muchacho. Este mapa es más antiguo que todos los que nos encontramos en esta sala juntos. Tuve que arriesgar el pellejo en más de una ocasión para hacerme con él… o lo que queda de él.

El anciano se aproxima a la mesa y se agacha hasta colocar sus ojos a la altura del tablón. Desliza entonces el dedo por una de los bordes del mapa. Aquella esquina ha sido arrancada.

- Durin-Dûm es un lugar real - alza la voz al tiempo que se incorpora - Tan real como cualquiera de nosotros. Y peligroso. Yo mismo he estado ante sus enormes puertas. He de confesar, sin embargo, que este viejo enano nunca llegó a cruzar el umbral. La edad no perdona y mis dotes como aventurero distan mucho de ser lo que una vez fueron. Reclamar la herencia de nuestros antepasados corresponde ahora a las futuras generaciones. ¿Os habéis preguntado acaso porqué cada clan ha seleccionado a los más capaces de entre sus filas?.

Willow, dándoos la espalda se aproxima hacia la ventana. Tapiada con tablones apenas unos pocos rayos de sol se cuelan por las rendijas dando testimonio del polvo que flota en aquella pequeña vivienda. Como quien espera encontrar enemigos apostados en las esquinas el viejo explorador mira con temor hacia uno y otro lado antes de continuar.

- No sois, sin embargo, los primeros en llegar. Y no me refiero a los condenados buscavidas que suben en tropel por la ladera de la montaña. ¡Malditos sean! Ojalá encuentren todos la muerte entre esos picos inmisericordes. Pero no, no me refiero a ellos. Me refiero a cierto enano. Uno al que algunos ya conocen.

La mirada del anciano se clava en Kara. Una mirada acusatoria.

- Creo que la señorita Ashenstorm sabe a quién me refiero. Ella no es la primera representante que su clan ha enviado a la Hondonada. ¿No es así? - Willow cruje los dientes y aprieta los puños recordando lo sucedido - El muy traidor se aprovechó de mi confianza y mi buena voluntad. Su ambición no conoce límites. Intenté impedirlo, pero acabó por hacerse con parte del mapa. Aquella en la que se indica la localización del Salón del Trono. Por suerte, aún nos queda lo suficiente como para llegar hasta la entrada a los salones. Lo que se esconde en su interior lo dejo a vuestra imaginación.

Por sus gestos notáis que la culpa pesa sobre los hombros del viejo enano. La emoción ha dado paso al arrepentimiento. Aquella imagen de un hombre sucio y enloquecido pasan a ser por un momento el de alguien desahuciado y terriblemente cansado.

- Es por eso que en esta ocasión he pecado de precavido. Os pido perdón por arrastraros hasta aquí. La señorita Stoneshield tiene un don para la gente y es por ello que le pedí que pusiera a prueba vuestras intenciones antes de reunirnos. No quisiera volver a llevarme una decepción. Por lo pronto, habéis demostrado tener mejor voluntad que aquel que os precedió.

Willow da un pequeño salto sobre el sitio y la sonrisa vuelve a extenderse por todo lo ancho de su rostro. Vuelve a ser aquel loco de barba encrespada.

- ¡Partiremos inmediatamente! - dice mientras vuelve a desbloquear el sinfín de pestillos que aseguran la entrada. Abre la puerta y sale. Inmediatamente después vuelve a entrar, cojeando, y se acerca a la mesa. Su bota descansa todavía en el suelo - Imagino que vendréis pertrechados para una aventura como ésta. No perdáis el tiempo. Os espero junto a la puerta oeste. ¡Aseguraos de traer vuestras monturas!

Dicho esto, y con ambas botas bajo los pies, Willow Ironwood abandona el edificio como alma que llevan los demonios.

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30/03/2020, 02:31
Narrador

Mientras pasa de mano en mano apenas tienes tiempo para analizar el mapa. Como bien ha indicado Otto las inscripciones y la simbología aparentar ser extraordinariamente antiguas, pero junto a aquellas hay anotaciones en el margen. Mucho más nuevas. Mucho más inquietantes.

Aunque podrías no estar en lo cierto tienes la impresión de que el camino hacia Durin-Dûm ha sido redibujado una y otra vez. Emborronado a lo largo del camino crees haber visto la palabra “Ogros”, pero, una vez más, podrías no estar en lo cierto.

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30/03/2020, 02:31
Marble Stoneshield

Un silencio incómodo llena por un momento el ambiente. El mapa aún descansa sobre la mesa y la pepita refulge sobre la mano de Amber. Marble se asegura de enrollar el pergamino con cuidado y os lo ofrece.

- Os pido perdón por lo ocurrido. El viejo Willow no está acostumbrado a que la gente preste atención a sus historias. Y desde aquel desafortunado incidente no ha vuelto a abandonar esta casa. Paranoico le llaman algunos. Un superviviente, si me preguntáis.

La enana hace ademán de salir, pero se detiene junto al dintel. Con la misma mirada de desconfianza mira a uno y otro lado.

- Proteged ese mapa con vuestras vidas. Como bien he dicho hay quien mataría por hacerse con él. La puerta oeste se encuentra a tan sólo un par de calles de la posada, pasando junto a la Forja de Björn. Yo no os acompañaré en esta empresa, pero os deseo la mejor de las suertes. Que la Llama Sagrada os acompañe en vuestro viaje y que la montaña os sea propicia - os saluda con la mano - Espero que nuestros caminos se vuelvan a cruzar.

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30/03/2020, 17:13
Amber Hammersmith

Amber encendió su pipa con el fuego de su yelmo y se sentó sobre una roca junto a la puerta oeste. Aspiró una larga calada mientras revisaba por enésima vez el contenido de su petate. Ahora ya no había vuelta atrás y era importante llevarlo todo. Ató el hatillo a Holger, su pony, y volvió a sentarse a esperar la llegada del resto de la compañía.

Cuando el viejo Willow salió corriendo de su lúgubre casa, Marble Stoneshield rompió el tenso silencio para decirles que ella no les acompañaría en esta aventura. A Amber no le sorprendió; no sabía muy bien porqué, pero algo en su cabeza ya le había indicado que esa era una opción. Fue entonces cuando se dio cuenta de que aún tenía la pepita en su mano. La guardó en la bolsa de su cinto con la intención de devolvérsela al anciano en cuanto se encontraran en la puerta. No se le pasó por alto la mirada de desconfianza que le dirigió Astrid, pero decidió no darle importancia.

Levantó la mirada hacia las escarpadas cumbres de las montañas, escondidas tras una capa de niebla y agradeció a Øverste Ild los pocos rayos de sol que iluminaban La Hondonada. Echaría de menos esto durante los próximos días, quién sabe si semanas. Decidió disfrutar del calor del sol en la espalda mientras fumaba tranquilamente. ¿Dónde estaban todos los demás?

Amber se levantó y abrió su petate nuevamente para revisar su contenido...

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30/03/2020, 18:29
Hilda Goldstaff

Sabía que no estaba bien alegrarse de las desgracias ajenas, y se alegró de que Amber no pudiera leerle el pensamiento, pero no pudo evitar esbozar una media sonrisa y sentir aquella oleada de afecto hacia el viejo cuando él le dirigió aquella mirada reprobatoria a Kara. Bien que no era una acusación contra ella, directamente, sino más bien contra otro representante de su clan, pero tampoco el problema de Hilda era directamente con la bardo. Se trataba de algo más general, representado en la figura de Ashenstorm.

Pero aquel no era el momento para seguir pensando en ello. Tras despedirse de Marble y darle las gracias, salió de aquel agujero al que el anciano enano llamaba hogar y sintió el calor del sol de nuevo en el rostro.

Se alejó unos metros del grupo. Cuando preparaba magia le gustaba tener cierta intimidad. Para ella seguía siendo algo muy especial, algo que la vinculaba con su hermano, donde quiera que él estuviese.

Cuando terminó buscó su montura, comprobó su petate y, sintiéndose preparada y llena de una energía que nunca antes había experimentado, se dirigió junto con Dirk y Flint hacia la puerta oeste. Allí estaba esperando ya Amber, con los ojos cerrados y una expresión relajada.

- Eh, Hammersmith – le dijo Hilda con una amplia sonrisa – Más vale que aproveches a cerrar los ojos ahora, porque ahí adentro tendremos que tenerlos bien abiertos.

Notas de juego

"En la tranquilidad de aquel callejón, pequeñas chispas de colores revoloteaban en sus manos mientras pronunciaba los conjuros adecuados, revisando su libro de hechizos. Cuando terminó, las chispas desaparecieron, y apareció una sonrisa complacida en su rostro".

Preparo Imagen silenciosa, Escudo, Invisibilidad, Proyectil mágico, Manos ardientes y Caída de pluma.