Partida Rol por web

El viaje en barco a pesar de durar más de siete días fue tranquilo, siempre cerca de la costa que lentamente se transforma de las montañas a los tupidos bosques cercanos a la nación élfica.

Finalmente el Amor Perdido entra en el laberinto de construcciones portuarias que llenan el estuario del Shaintar. Para ser una ciudad en cuarentena el tráfico marino es bastante intenso, aunque ciertamente no lo monstruoso que sugieren el gran número de dársenas, almacenes, grúas, botes, muelles que llenan el paisaje ocultando la ciudad.

El capitán del barco asigna a un marinero con experiencia como guía a los Exploradores, y gracias a él navegan sin problemas la locura del laberinto del puerto más caótico del mundo y alcanzan la ciudad en si misma, con una construcción y a apariencia mucho más convencional. Pronto llegan a la Catedral de la Luz, templo del Archanon. Situado en el centro de la ciudad es sin lugar a dudas el templo más grande de la ciudad, pero lejos del esplendor de las catedrales de otros lugares.

Gracias a la carta de Frank el grupo es conducido rápidamente a un despacho en una de las torres de la catedral, donde un sacerdote en armadura y con más pinta de mercenario que de hombre del Archanon les esta esperando.

Hace un gesto al grupo para que tomen asiento en varias sillas al otro lado de su mesa, llena de papeles desordenados.

- Que la Luz ilumine vuestro día, bienvenidos a Puertoeste, aunque sea en uno de los momentos más oscuros. Gracias por venir a ayudarnos. - coge un pergamino que se encuentra en la parte de arriba de la mesa y se pone a mirarlo - Desde que hemos enviado la petición de ayuda a Frank hemos investigado mucho sobre esta enfermedad con la ayuda de los druidas. Ya podemos ponerle nombre: es la Tiña Ceniza.

- Ha asomado varias veces a lo largo de la historia y existe una cura. Por desgracia nos faltan algunos ingredientes: las buenas noticias es que están disponibles y localizados en la ciudad, la mala es que están en manos de varios grupos con los que puede ser necesario... negociar distendidamente....

El soldado, o sacerdote, cada vez no esta nada claro, junta las manos bajo el mentón en actitud de rezo y mira fijamente a los exploradores en prácticas.

- Como comprenderéis tener la cura puede ser un gran negocio. Nosotros somos una iglesia, interesados en la llevar la Luz a este pozo de pecado, pero seguramente somos los únicos que no venden en cien leguas a la redonda. Por lo tanto encargar el problema a tropas de esta ciudad es totalmente inviable... por eso me veo obligado a recurrir a ayuda externa. Sería preferible que nadie se enterase de que existe una cura, menos aún de cuales son los ingredientes, en otro caso vamos a tener problemas. ¿Alguna duda?.

No todo estaba perdido, había una cura... ¡Y la retenían unos malditos! —¿Pero estos grupos saben que los componentes que tienen son parte de la cura? ¿Y que grupos son? ¿Y podemos comprar los componentes o tenemos que adquirirlos de otra manera?

Se dio cuenta que había hablado muy rápido —Que la luz os ilumine a vos, estamos ansiosos de ayudar, pero necesitamos alguna respuesta más. 

- Hemos intentado mantener la cura en secreto. Esperamos que nadie sepa para que sirven los ingredientes. En otro caso tendremos problemas con las familias. - el sacerdote cierra el pergamino que tiene en la mano y se lo tiende a Norm - Aquí está descrito lo que necesitamos. Podéis comprarlo si es la forma más simple de lograrlo, la iglesia se hará cargo de los gastos siempre que sea posible (*).

El pergamino es poco más que una lista de varios componentes con un comentario al lado. La mayoría están tachados, pero quedan 4 pendientes:

- Platamadera: El maestro portuario Jalenz Karrimayn tiene un cargamento disponible en los puertos.

- Hojas de Polvo de Estrella: Alice Saddler en los Muelles Occidentales esta en posesión de una cantidad suficiente.

- Corteza de Sauce Susurrante: En el Teatro del Cuervo Blanco se usa para algunos maquillajes

- Capullos de Flor de Plata: Se han visto en el Emporio, pero han desaparecido de la venta.

Flogdegnurt asistía en silencio a la conversación, mostrando interés en ella ¿Así que había una cura? Eso era esperanzador. Sin embargo, la cosa se complicaba si tenían que tratar con varios grupos para conseguir los ingredientes. Arqueó una ceja, como si lo que se estaba hablando le provocase duda o desconfianza.

-Claro, claro. Zi zaber de la cura, precio de ingredientez maz caro ¿verdad? Ezo igual en todaz partez. Comerciantez aprovechar mizeria. Pero zi tenemoz para pagar, zer sencillo. No entiendo porqué exploradorez grizez. Mejor comerciante hábil que para un ezplorador para ezto ¿no? Loz capulloz de flor de plata, ¿Dónde ze cultivan?

La tiña ceniza. Sonaba fatal, la verdad.

Que sintomas tiene? Y como es de mortal? - al preguntar eso ultimo se le ocurrio otra pregunta mas - Hay alguna familia - dijo usando el mismo termino - al que no le afecte? O alguna raza?

A Varag le parecia complicado que nadie supiese que habia una cura, especialmente si el brote no era algo natural.

Esos componentes... Son poco comunes? Quizas sería buena idea no publicitar que somos Exploradores. - dijo, a pesar de que odiaba la idea - Si son muy exoticos, y dado que solo unos pocos lo tienen, deben serlo, se oleran algo cuando un grupo de exploradores vaya por ahi preguntando por ellos, especificamente. Para que mas se usan? Quizas podamos pasar por un grupo de mercaderes.

En Puertoeste debia haber unas 10000 almas. Hacer curas para todos iba a ser una tarea dantesca. - Vamos a necesitar una cantidad enorme para curar a toda la ciudad - dijo pensativo.

~~ No entiendo porqué exploradorez grizez. Mejor comerciante hábil que para un ezplorador para ezto ¿no?

Es posible que no quieran venderlo. - respondió Varag tocando el mango de su hacha - En ese caso o tendremos que hacer algun trabajo a cambio de la mercancia o tendremos que quitarselo. Para ninguna de esas cosas vale un comerciante.

Una ciudad tan grande y una enfermedad que se propaga solo puede ser caldo de cultivo de histerismo, así que un comerciante necesitaría una buena protección, para él y para su dinero, lo que llamaría la atención... - fue el razonamiento de Bastia al asunto de por qué los Exploradores Grises habían sido llamados

Mejor comerciante hábil que para un ezplorador para ezto ¿no?

- Como puedes ver en pergamino la cura es bastante compleja, los ingredientes que se pueden comprar con facilidad y que hemos conseguido están tachados. - contesta con una sonrisa maliciosa - Excepto las hojas de polvo de estrella, el resto no va a ser tan sencillo como acordar un precio. En el caso de los puertos occidentales he preferido encargároslo a vosotros por peligroso, seguramente lo podáis solucionar con dinero.

Loz capulloz de flor de plata, ¿Dónde ze cultivan?

La sonrisa del soldado se congela en la cara.

- Sinceramente no tengo ni idea. Si es importante hago preguntar a los druidas.

Que sintomas tiene? Y como es de mortal?

- Fuertes dolores de pecho, fiebre alta, finalmente sangrado por varios orificios y muerte. Alguna gente se cura, pero la mayoría muere. Y si, afecta a todo el mundo sin distinción de clase social, afiliación o edad, aunque como suele ser habitual es mucho más mortal en niños y ancianos. Los druidas que la han estado investigando sabrán mucho más.

- No hacen falta grandes cantidades, unos kilos son suficientes. Una vez más me remito a los druidas para más detalles.

—Esta es otra misión en la que tenemos que utilizar nuestro don de gentes... —dijo Norm pensando en el inexistente donde gentes que tenía. 

Dejó su capa en el Templo de la Luz. —Deberíamos saber para que vale cada cosa y tener una excusa para comprarla, o para que nos la vendan, los mercaderes preguntarán para ver como de ansiosos estamos y para subir el precio. 

Deberiamos hablar con los druidas. - dijo Varag asintiendo a Norm

El grupo abandona el despacho y son conducidos a una sala por el joven sacerdote que los atendió al entrar. Allí les muestra un armario.

- Pueden dejar sus cosas aquí, las guardaremos.

Los exploradores dejan en ese lugar sus características capas grises.

El grupo abandona el Templo de la Luz y camina hacia las ciénagas que rodean la ciudad, cerca del limite este esta el druida que Thorian les ha recomendado consultar. El paseo es corto por una ciudad que se nota más vacía de lo habitual. Cruzan alguna calle ancha pensada para mucho tráfico por la que apenas transita algún carro asilado.

Las ciénagas son un pequeño pueblo anexo a la ciudad. En medio del terreno pantanoso nada urbanizado se alzan sin orden diversas edificaciones de madera, incluidos varios pequeños astilleros y muelles llenos de embarcaciones de pesca. Llama la atención la abundancia de degrongianos en la zona.

La cabaña del druida es una de las más alejadas de la ciudad, junto a la puerta esta un degrongiano preparando algún tipo de poción. Al ver al grupo frunce el ¿cejo?.

- Buenos días, ¿puedo ayudarles en algo?. ¿Alguna poción curativa por casualidad?

Flogdegnurt arqueó una ceja cuando vio al degroniano. Ciertamente, cuando pensaba en un druida se imaginaba a un humano de luengas barbas ataviado con una túnica raida y descolorida y un bastón. Y lo que se encontraba era una especie de lagarto gigante bípedo, que le sugería vagamente la imagen de un dragón. Nunca había visto cosa semejante.

-Errr...zi-dijo con cierta timidez-Nezecitamoz zaber para qué zervir plantaz. Tenemoz lizta.

As'syrik hace algo parecido a encarnar la ceja en cuanto ve el pergamino, sin decir nada más contesta:

- Ese pergamino es propiedad de los druidas. Entregadmelo ahora mismo.

-¡Oh!, nozotroz no zaber pero no pozible-dijo Flogdegnurt sorprendido por la inesperada reacción del druida-Terrible enfermedaz en pueblo. Necezitar. Tu ayuda, luego traer.

¿Acaso estáis lanzando acusaciones de robo sobre este pergamino? - preguntó Bastia tensa ante el degrongiano, en el desierto no solía ver ninguno y se le hacía raro una criatura tan extraña. - De ser así, ¿quién y dónde alegáis que lo custodiaba?

No echó la mano al pomo de Lo-sska por evitar tensar más la situación, sabedora que estaban en una zona extraña para ellos y rodedados de a saber cuántos aliados del degrongiano.

- Ese pergamino lo entrego mi gente a la iglesia de la Luz. - contesta el druida en tono amenazante- Y se bien lo que contiene. No es para que una de vuestras familias gane poder o dinero dejando morir inocentes. Devolvedlo por las buenas o me veré obligado a usar la fuerza.

Mientras habla otros degrongianos de chozas cercanas se aproximan al grupo, alguno echando mano a la empuñadura de su arma.

~~Mientras habla otros degrongianos de chozas cercanas se aproximan al grupo, alguno echando mano a la empuñadura de su arma.

Varag se colocó entre el druida y sus compañeros, en un movimiento instintivo de defensa y la imponente armadura rechinó al moverse el orco. Sin ningun gesto hacia su propio arma dijo simplemente:

Calma. Nuestro objetivo principal es ayudar a la gente de Puertoeste y servir a la Iglesia en esta tarea. Necesitamos saber otros usos para estos elementos. Sin eso, quizas sospechen que hay una cura y conseguirlos puede que requiera violencia, con resultados imprevisibles para los ciudadanos de Puertoeste. Como Exploradores Grises no podemos permitir que eso ocurra - miro alrededor al resto de dragodianos y añadio - pese a quien le pese.

Como Exploradores Grises no podemos permitir que eso ocurra

En ese momento, Bastia se dio cuenta que habían dejado las capas que les identificaban como Exploradores Grises y su actitud cambió a una menos hostil.

Disculpenos. - dijo haciendo una pequeña inclinación y apartando la mano de la lo-sska . - El sacerdote Thorian fue quien nos entregó el pergamino en busca de ayuda, no buscamos beneficio alguno de ello.
 

Norm miró a la gente que se acercaba. Pasaba otra vez como en el barco, la desconfianza y el miedo se propagaban y les hacían más débiles. 

—Es como mis compañeros dicen. La Iglesia de la Luz nos entregó el pergamino para buscar los ingredientes, pero si no sabemos sobre ellos, estaremos vendidos ante quien los tenga. Necesitamos saber una buena excusa para conseguir cada uno y lo mejor es conocer otros usos además de la cura, que queremos conseguir para todos los habitantes de la ciudad.